tag:blogger.com,1999:blog-34681454287246173772024-02-08T11:15:54.953-08:00Orden natural y adaptaciónBdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-88320699709835427202011-09-11T07:07:00.000-07:002015-03-30T02:11:57.211-07:00CONTENIDO<span style="font-weight:bold;"><br /><br />I. El Universo y el hombre<br /><br />Qué hacer. Si volviera Aristóteles. Reencantar al mundo. Adaptarnos al mundo. Inmanente y trascendente. Sentido de la vida. Vida inteligente<br /><br />II. Leyes y adaptación<br /><br />¿Qué es una ley natural?. La presión de las leyes. Universalidad de las leyes. Actitud adaptativa. Azar y finalidad. Determinismo y destino. Libertad <br /><br />III. Ética<br /><br />Actitud característica. Ética objetiva. Relativismo moral. Dimensiones del hombre. Ética competitiva. Otra ética competitiva. Entre el altruismo y el egoísmo. Ética desde la ciencia. Ética individualista. La ley del Cesar. Gobierno para todos. Término medio. Solidaridad. Obligaciones morales. Conciencia moral. Justicia. Libertinaje. Deberes y derechos. Posmodernidad. Medios y fines. <br /><br />IV. Economía<br /><br />Economía de mercado. Liberalismo. Ética empresarial. Capitalismo financiero. Capitalismo estatal. Pobreza. Falacias económicas. Metas económicas. Distribución de la riqueza. Sociedad de consumo. Pensamientos cortos y largos. La sociedad del conocimiento. Inmigración y capitales. Propiedad. Vivir con lo nuestro. Productividad y salarios. Calida de vida. Economía política. El ahorro <br /><br />V. Globalización y desarrollo<br /><br />Globalización. Contra la globalización. Sospecha de culpabilidad. Ideas influyentes. Países emergentes. Contra Occidente. Minorías dominantes. Tercera vía. Tecnología y Ética. Unidad Latinoamericana. Desarrollo. Subdesarrollo. Dependencia económica. Ideas Influyentes.<br /><br />VI. Comportamiento<br /><br />Virtud, hipocresía y cinismo. Negligencia. Favoreciendo el Bien. Cambio social. Instancias límites. Cooperación en la sociedad. Marginación. Lo peor en el hombre. Felicidad. Preocupaciones. Celos. Excesos. Previsión. Rebelión<br /><br />VII. Religión <br /><br />La idea de Dios. Fe religiosa. Conversión. Milagros. Ciencia y religión. La religión del futuro. Hacia la religión natural. Temor a Dios. La ruptura teológica. Mudable e inmutable. Inmortalidad. Revelación. Adaptación a la ciencia. Acción y contemplación. Materializar lo espiritual. Herejías y progreso. Superstición y ética. Antagonismos. Creencias sectoriales y subjetividad. <br /><br />VIII. Conocimiento y ciencia<br /><br />Intelecto y axiomas. Verdad. Inteligencia. Hipótesis. Ciencia. Método axiomático. Entidades, atributos y actividades. Lenguaje. Conocimiento organizado. Prueba y error. Lógica natural. Reduccionismo. Imágenes y palabras. Compatibilizando modelos. <br /><br />IX. Filosofía<br /><br />Filosofía de la historia. Contra la razón. Crisis en la filosofía. La ciencia como filosofía. Libertad de elección. Pensadores. Hacia el racionalismo. Abstracto y concreto. Debate y consenso. Realidad e idealización. Fundamentos vs. Fundamentalismo. Decadentismo. Intelectualidad y nihilismo. La sociología como sistema. <br /><br />X. Política <br /><br />La misión del político. La política actual. Populismo. Ideas e intereses. Antiliberalismo. Profecía de autocumplimento. Actitudes políticas. Poder. Imitar o emular. Utopías. El fin de las ideologías. Crisis y progreso. Justificación de la violencia. Inercia mental. Nacionalismo. Peronismo.<br /><br />XI. Sociedad <br /><br />Causas y efectos. Herencia e influencia. Igualdad y mérito. Violencia urbana. Igualdad. Orden social. Discriminación. Actitudes antisociales. Fuerzas de unión y de dispersión. Ecología. Buenas intenciones. Premios y castigos. Vida plena. Debilidad y fortaleza. <br /><br />XII. Cultura y educación<br /><br />Cultura. Identidad cultural. Relativismo cultural. Educación. Aprendizaje. Conocimiento e información. Acerca del sexo. Oposición y obediencia. <br /><br />XIII. Humanidades y psicología<br /><br />Psicología social. Inteligencia emocional. Neurosis. Neurociencia social. Personalidad. Conciencia colectiva. Depresión. Neurosis y mitos. Autoestima y pretensiones. Razón y emoción. Pensamientos y Emociones. Emociones. Fundamentos. <br /><br /><br /><br /><br />Autor:<br /><br /> Pompilio Zigrino</span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-81520352236336722762011-09-11T07:01:00.001-07:002011-09-11T07:07:04.276-07:00I El universo y el hombre<span style="font-weight:bold;"><br /><br />QUÉ HACER<br /><br />“De lo existente, unas cosas dependen de nosotros; otras no dependen de nosotros” Epicteto (“Manual”)<br /><br />En pleno siglo XXI, la humanidad transita por etapas de crisis. Es imprescindible lograr una mejora ética generalizada por cuanto la causa básica de toda crisis social radica en el inadecuado comportamiento del propio ser humano.<br /><br />Si bien muchos opinan que el mejoramiento generalizado depende principalmente de las decisiones de los gobernantes, especialmente de los países poderosos, no es difícil advertir que todo proceso de cambio social requiere de la participación de todos y de cada uno de los integrantes de una sociedad. <br /><br />Es posible que la información necesaria para poder revertir la situación esté ya disponible; quizás dispersa en los libros de religión, de filosofía o de ciencia, sólo que hace falta encontrarla, organizarla y hacerla accesible al ciudadano común.<br /><br />La pregunta básica que siempre nos hacemos busca como respuesta aquello que debemos hacer en esta vida. No sólo debemos encontrar la información que satisfaga tal respuesta, sino que debemos también establecer una visión del mundo que nos induzca una actitud adecuada ante la vida, por cuanto un conjunto de normas éticas que esté desvinculado de una visión subyacente del mundo, poca influencia habrá de tener.<br /><br />Tal es el propósito del presente libro; la búsqueda de la información básica y su posterior organización para hacerla accesible al ciudadano común. Si se tiene éxito en el objetivo propuesto, es posible que tal individuo adquiera un adecuado sentido de la vida y pueda así insertarse satisfactoriamente en la gran aventura asociada a la vida de cada hombre.<br /><br />De toda la información disponible, sólo una pequeña parte nos podrá ayudar en nuestra cotidiana toma de decisiones. De ahí que nuestro interés se centrará en el conocimiento que nos induzca a encontrar las decisiones correctas.<br /><br />No sólo es deseable que el lector obtenga una mejora de sus atributos éticos, sino que logre además un incremento de su propio nivel intelectual, para que pueda introducirse en el maravilloso mundo del pensamiento y del conocimiento.<br /><br /><br />SI VOLVIERA ARISTÓTELES<br /><br />“La naturaleza está estructurada como un lenguaje. La pirámide de la complejidad se edifica en el curso del tiempo” Hubert Reeves (“El sentido del Universo”)<br /><br />Cierto escritor contemporáneo imagina que se le presenta Aristóteles y le pregunta acerca de la visión que actualmente tenemos de nuestro universo, especialmente en relación con la visión que predominaba hace más de dos mil años. Esta situación nos exige una respuesta de gran generalidad y de ahí su interés. <br /><br />Podemos decir que el mundo está construido como un lenguaje. Es decir, así como las letras forman palabras, y las palabras forman oraciones, hasta llegar a las páginas literarias y los libros; las partículas fundamentales dan lugar a los átomos, éstos a las moléculas, células, organismos, hasta llegar a la vida inteligente.<br /><br />Se dice que existe una tendencia a la formación de mayores niveles de complejidad y, a su vez, a la formación de organismos con mayor nivel de conciencia, lo que constituye la ley de complejidad-conciencia propuesta por Pierre Teilhard de Chardin. Esta ley, que puede incluirse dentro del marco de la ciencia experimental o, al menos, que puede ser compatible con ella, nos indica la existencia de cierto sentido del universo, y de ahí de cierta finalidad aparente.<br /><br />Si bien se aduce que no debiéramos asignar, desde una perspectiva científica, finalidades implícitas al universo, no debemos tampoco ignorar una tendencia que puede quedar corroborada por las teorías verificadas en la actualidad, tales como la teoría cosmológica del universo en expansión y la teoría de la evolución por selección natural. <br /><br />La existencia de una finalidad implícita en el universo nos puede servir de orientación; si bien no podemos asegurar que la humanidad vaya a respetar tal tendencia imperante. Si vamos por un camino, podemos respetar la flecha que nos indica la dirección permitida, o bien podemos ir en la dirección opuesta, aunque los resultados serán distintos según que vayamos en uno u otro sentido.<br /><br />En nuestra época, ya no esperamos mensajes de Dios que nos orienten respecto de cómo solucionar nuestros conflictos, sino que debemos indagar en el propio universo (y en nuestra propia mente) para adaptarnos a sus leyes y así poder encuadrarnos en su tendencia aparente.<br /><br /><br />REENCANTAR EL MUNDO <br /><br />“Durante más del noventa y nueve por ciento del transcurso de la historia humana, el mundo estuvo encantado y el hombre se veía a sí mismo como parte integral de él” Morris Berman (“El reencantamiento del mundo”) <br /><br />En la Edad Media, el hombre tenía una visión del universo bastante distinta a la que hoy disponemos. El hombre medieval suponía ocupar un lugar preferencial en el Universo. Por ser el hombre una creación de Dios, y por haberse hecho hombre el mismo Dios, no podría ocupar otro lugar que no fuese el centro del Universo. <br /><br />El primer ataque que recibe la antigua imagen del mundo proviene del astrónomo Nicolás Copérnico, quien ubica al Sol en el centro del Universo conocido (o muy cerca de él). Pronto surgen protestas por parte de quienes se aferran a la antigua visión. Incluso argumentan que en la Biblia se afirma que “Josué ordenó al Sol que se detenga….”. Lo que implica que es el Sol el que se mueve y no la Tierra.<br /><br />Comienza una época de conflictos entre los adherentes a Copérnico y sus opositores. Giordano Bruno termina sus días en la hoguera y Galileo Galilei debe abjurar de su postura a favor del sistema copernicano. Incluso ofrece su telescopio para que sus adversarios puedan observar algunas pruebas que favorecen tal sistema. La negativa de éstos no se debió sólo a la posibilidad de verse obligados a admitir el derrumbe de la visión del mundo vigente, sino a sentirse desplazados del lugar de privilegio que (los aristotélicos) ostentaban en el campo del conocimiento. <br /><br />Posteriormente, Johannes Kepler encuentra que los planetas describen elipses, y no circunferencias, como suponía Copérnico. Finalmente Isaac Newton fundamenta la nueva visión del mundo que emerge junto con el perfeccionamiento de la mecánica y la astronomía.<br /><br />En el siglo XIX otro hecho golpea la visión del hombre de la época. Charles Darwin, junto a Alfred Wallace, propone la teoría de la evolución por selección natural. Con ella pone en evidencia la realidad del proceso evolutivo y desacredita las interpretaciones textuales de la Biblia. El hombre primitivo no apareció como una creación directa de Dios, sino a través de una creación indirecta, implícita en los intrincados procesos de intercambio entre la materia y la vida. <br /><br />Paulatinamente se vislumbra la necesidad de tomar como referencia a la naturaleza, la obra de Dios, para interpretar adecuadamente las simbologías bíblicas. De lo contrario, tomando como realidad a las propias simbologías, se llegaba a una visión distorsionada de la realidad.<br /><br />Pero el desencantamiento del mundo no termina ahí. En el siglo XX, cuando Edwin Hubble y otros astrónomos descubren la expansión de las galaxias, se llega a la conclusión de que existen unas cien mil millones de estrellas por galaxia. Y que existen unas cien mil millones de galaxias en el Universo. La pequeñez del hombre, de la Tierra, e incluso de todo el sistema planetario solar, es asombrosa. <br /><br />En la actualidad, sin embargo, es posible encontrar una visión del hombre que nos ubica nuevamente en una posición preferencial. No se debe precisamente a nuestras dimensiones espaciales, sino a que nos podemos sentir parte de un objetivo implícito en el marco del proceso evolutivo. Todo parece indicar, como se dijo antes, que existe una tendencia a la aparición de mayores niveles de complejidad y de conciencia. Somos parte del objetivo implícito de la secuencia que va desde las partículas fundamentales hasta llegar a la vida inteligente. Incluso nuestra propia adaptación cultural y su éxito posterior dependen enteramente de nosotros mismos, a través de las decisiones adecuadas que tratamos de vislumbrar en el presente escrito. <br /><br /> <br />ADAPTARNOS AL MUNDO<br /><br />“Es como si el hombre hubiese sido designado, de repente, director general de la más grande de todas las empresas, la empresa de la evolución, y designado sin preguntarle si necesitaba ese puesto, y sin aviso ni preparación de ninguna clase” Julian Huxley (“Nuevos odres para el vino nuevo”)<br /><br />La palabra “adaptación” nos da idea de “hacernos aptos”. Así, si estamos en un lugar muy frío, nos “hacemos aptos” para vivir en ese ambiente abrigándonos adecuadamente. El proceso de adaptación es, en principio, simple: conocemos el ambiente (hace frío), nos conocemos a nosotros mismos (toleramos bajas temperaturas hasta cierto punto) y compatibilizamos ambos aspectos.<br /><br />Mientras que la adaptación al medio ambiente no requiere de gran cantidad de información, al menos en el caso considerado, nuestra adaptación cultural al orden natural requiere, por el contrario, del conocimiento detallado del propio comportamiento humano; algo nada simple, por cierto.<br /><br />Quien pretenda establecer una ideología de adaptación, además de encontrar información que sea compatible con la realidad, deberá convencer a un gran porcentaje de incrédulos, escépticos y “disidentes por naturaleza”; algo que impedirá el éxito esperado, aunque, al menos, vale la pena intentarlo.<br /><br />La visión científica actual nos hace ver un mundo regulado por leyes naturales. Ni siquiera podemos imaginarnos un lugar del universo que esté exento del rigor de tales leyes. Las leyes se hacen para que exista orden. De ahí que, si hay leyes naturales, podemos decir que existe un orden natural.<br /><br />A veces los seres humanos olvidamos preguntarnos acerca de cuál es la voluntad del Creador respecto de sus designios, o bien olvidamos preguntarnos acerca de cuál es el criterio implícito en el orden natural respecto de nuestra propia existencia. Debemos ponernos de acuerdo teniendo presente tales leyes y tal orden, de lo contrario, poco significantes habrán de ser nuestras conclusiones.<br /><br />Mientras que la evolución biológica y la selección natural han ido formando nuestro cuerpo y nuestra mente, adaptándonos al medio en donde se desarrolla nuestra vida, nos queda a los hombres continuar tal proceso, al que denominamos “evolución cultural”. La evolución cultural implica principalmente el descubrimiento de leyes naturales desconocidas hasta el momento, o bien olvidadas en algunos libros de otros tiempos.<br /><br />Este proceso nos presiona desde siempre, ya que podemos interpretarlo como el precio que el orden natural ha puesto a nuestra supervivencia. Así, deberemos ser capaces de obtener energía a partir de la fusión nuclear, especialmente en épocas previas al agotamiento de las reservas de petróleo y de uranio. De lo contrario, ocurrirá una crisis energética y social sin precedentes.<br /><br />También las crisis personales nos indican la existencia de una pobre adaptación al orden natural, debida principalmente a la ignorancia de las leyes que rigen nuestra conducta (o bien porque no hemos logrado transmitirlas satisfactoriamente) para permitirnos obtener un adecuado nivel de felicidad y superar así los conflictos existentes. <br /><br />De ahí que la misión primordial de la humanidad consista en aceptar la tarea que el universo nos ha asignado, respondiendo a ella en cuanto seamos consciente de ello. <br /><br /><br />INMANENTE Y TRASCENDENTE<br /><br />“Dios o la naturaleza” Baruch de Spinoza (“Ética”) <br /><br />Es posible considerar que todo lo existente está regido por regularidades que denominamos leyes naturales; tal la visión científica de la realidad. Luego, respecto del orden natural emergente, existen dos posibilidades; que tales leyes sean invariantes en el tiempo o bien que sean interrumpidas de vez en cuando por el supremo Creador.<br /><br />Cuando Isaac Newton no pudo explicar las irregularidades existentes en el movimiento de Júpiter y de Saturno, supuso que, quizás, de vez en cuando, el Creador intervendría para poner las cosas nuevamente en orden. La solución de tal problema astronómico fue encontrada por Pierre Simón de Laplace, quien descubre que las irregularidades son sólo periódicas y que no hace falta tal intervención. “Yo no he tenido necesidad de esa hipótesis” responde ante la consulta de Napoleón acerca de la suposición de Newton.<br /><br />Tenemos, pues, dos posturas distintas respecto del universo. La primera es la postura inmanente y la caracterizamos mediante la siguiente igualdad:<br /><br />Universo = Dios = Naturaleza<br /><br />Se supone que las leyes naturales son invariantes y se excluye todo tipo de intervención de Dios, tales los casos de los milagros y de la revelación. Esta postura se identifica con la ciencia experimental y es la que da lugar a la religión natural o deísmo. A los hombres sólo nos queda adaptarnos a dichas leyes a través de una actitud ética adecuada.<br /><br />La otra postura, denominada trascendente, puede caracterizarse a través de la siguiente igualdad:<br /><br />Universo = Dios + Naturaleza<br /><br />El Creador estaría más allá de la naturaleza y existirá un mundo sobrenatural. El Dios trascendente se revelaría a algunos hombres y a veces habría de interrumpir las leyes por él establecidas. Esta postura se identifica con las religiones reveladas o religión tradicional.<br /><br />Desde el punto de vista de la religión natural, se observan los pedidos a Dios, para que cambie sus leyes, como actitudes de rebeldía, mientras que la aceptación de Dios provendría del acatamiento a las mismas.<br /><br />De todas formas, si suponemos que el Dios trascendente responde de igual manera en iguales circunstancias, mostrando una definida actitud característica, podemos interpretar la situación como que también está regido por las mismas leyes que asignó a los hombres, por lo que habría una identidad entre ambas posturas.<br /><br />Podemos encontrar cierta semejanza entre la actitud favorable a aceptar al Dios que interviene en los acontecimientos humanos con la actitud del que desea recibir protección por parte del Estado, ya que en ambos casos se observa cierta preferencia por la protección antes que por la libertad. <br /><br />Por otra parte, hay quienes se sienten seguros mientras saben que las “reglas del juego”, tanto las que rigen el mundo como las que rigen la sociedad, son invariables, optando por la libertad, aunque sin resignar la seguridad, aceptando la postura del Dios inmanente.<br /><br />Si bien los hombres podemos preferir gobiernos estatistas o liberales, el mundo real, por el contrario, es inmanente o trascendente en forma independiente de nuestros gustos o de nuestros deseos.<br /><br /><br />SENTIDO DE LA VIDA<br /><br />“Lo más profundo del hombre no es el deseo de poder ni el deseo de placer, sino el deseo de sentido” Viktor Frankl (“El hombre doliente”)<br /><br />Cuando el hombre no encuentra un sentido a su vida, cae en el vacío existencial, el cual es el motivo de la mayor parte de los conflictos existenciales. El predominio del vacío existencial, en ciertas épocas, coincide que el auge de las posturas filosóficas nihilistas, ya que éstas suponen que la vida no tiene un sentido objetivo como tampoco lo tendría el universo en el que estamos inmersos.<br /><br />En épocas pasadas, cuando tenía la religión un mayor predominio, el individuo contaba con un sentido para su vida y una plena significación para sus actos. De ahí que no era tan común encontrar gente con conflictos existenciales, como sucede en la actualidad. <br /><br />A la luz del conocimiento actual, es posible hablar de la existencia de un sentido del universo, de un orden natural que ha previsto la aparición de la vida inteligente; incluso de la existencia de una ética objetiva y de un camino mejor hacia la felicidad, por lo que no es adecuado descartar la posibilidad de la existencia de cierto sentido objetivo de la vida al que nos presionan las leyes que rigen nuestro comportamiento.<br /><br />Además del sentido propio e individual que cada uno quiera dar a su vida, existe un sentido asociado al propio universo y al de la humanidad toda. Como ciudadanos del mundo, debemos participar de la aventura de la vida humana y del proceso de adaptación al orden natural.<br /><br />Toda acción proviene de una motivación; tal motivación consiste esencialmente en la existencia previa de una tensión, que es la diferencia entre lo que deseamos ser (o lo que deseamos lograr) y lo que en realidad somos (o hemos logrado). La ausencia de dicha tensión esencial, por el contrario, implica la ausencia de ambiciones y de metas anheladas por el hombre, careciendo la vida de motivaciones para la acción. <br /><br />La simple búsqueda de placer no satisface las demandas de felicidad, ya que ésta se da como consecuencia de haber encontrado previamente un sentido y una significación para nuestra vida. El sentido de la vida es la motivación que nos hace vislumbrar el futuro evitando que miremos siempre hacia el pasado.<br /><br />Cuando el hombre no tiene en claro porqué vive, o bien porque le falta ese porqué, puede caer en el conformismo al hacer lo que hacen los demás, o bien puede optar por someterse a los demás al obedecer los criterios que les son impuestos. <br /><br /><br />VIDA INTELIGENTE<br /><br />“Abandonada a sí misma largo tiempo, bajo el juego prolongado de las probabilidades, la materia manifiesta la propiedad de ordenarse en agrupamientos cada vez más complejos y, al mismo tiempo, cada vez más impregnados de conciencia; este doble movimiento conjugado de enrollamiento cósmico y de interiorización (o centración) psíquica prosigue, acelerándose y avanzando todo lo lejos que es posible, una vez iniciado” Pierre Teilhard de Chardin (“La aparición del hombre”) <br /><br />Podemos decir que es similar no saber leer, a saber hacerlo y no leer nunca, o a tener capacidad de observación y no hacerlo nunca. Un universo, sin alguien que lo observa, sería algo vano, al menos ante nuestra manera de pensar.<br /><br />Mediante el pensamiento podemos compartir la grandeza del universo, hasta sentirnos una parte del mismo, compartiendo su eternidad. Desarrollar la actitud adaptativa es una necesidad imperiosa del individuo cuyos pensamientos van algo más allá de la realidad cotidiana.<br /><br />La vida inteligente es el proceso natural más interesante e importante, por cuanto, asociado a su aparición, está no sólo el sentido de la humanidad, sino el sentido del propio universo. Con la aparición del hombre el universo adquiere conciencia de sí mismo. El proceso de la vida inteligente se hace coherente, a nuestro entendimiento, a partir del principio de complejidad-conciencia.<br /><br />Bajo este principio encontramos tres etapas históricas, mientras que la cuarta todavía no se ha establecido, al menos en una forma convincente, y es la principal meta de la civilización:<br /><br />a) Aparición de la materia (cosmogénesis)<br />b) Aparición de la vida (biogénesis)<br />c) Aparición de la vida inteligente (antropogénesis)<br />d) Predominio de la conciencia moral (noogenésis)<br /></span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-3619900976796738112011-09-11T06:55:00.000-07:002011-09-11T07:00:30.127-07:00II Leyes y adaptación<span style="font-weight:bold;"><br /><br />¿QUÉ ES UNA LEY NATURAL?<br /> <br />“¿Qué es una ley? Es un vínculo constante entre un antecedente y un consecuente, entre el estado actual del mundo y su estado inmediatamente posterior” Henri Poincaré (“El valor de la ciencia”)<br /><br />Podemos decir que una ley natural es el vínculo invariante entre causas y efectos, o entre estímulo y respuesta. Si nuestro mundo careciera de tales regularidades, sería imposible conocerlo, ya que sería imposible hacer predicciones respecto del comportamiento futuro de cualquiera de sus partes.<br /><br />La ciencia es la rama del conocimiento que tiene como objetivo el estudio de las leyes naturales, las que revisten un carácter invariable en el espacio y en el tiempo. Si bien es notorio y evidente el cambio existente en nuestro planeta y en nuestro universo, se supone que el cambio está regido por leyes invariantes. Así, los astrónomos extrapolan las leyes descubiertas en la Tierra y las aplican a grandes distancias y a lejanas épocas del pasado, sin perder validez.<br /><br />Sin embargo, las expresiones de las leyes que descubren los científicos están sujetas a cambios. Por ello decimos que la descripción de la ley natural invariante es la ley natural humana, sujeta a cambios, ya que se aproxima a aquélla en forma paulatina, en el acercamiento a la verdad.<br /><br />Debido a que no es posible conocer con precisión simultánea la posición y la cantidad de movimiento de una partícula atómica, según el principio de indeterminación, se dudó de la validez de la causalidad en los fenómenos naturales. Sin embargo, ello no implica que el vínculo causal no se cumpla, sino que no podemos determinar completamente las condiciones iniciales, o causa inicial.<br /><br />En el mundo atómico aparecen leyes que sólo establecen probabilidades para la ocurrencia de eventos, pero, aún así, podemos seguir con nuestra definición previa, sólo que la ley natural podrá ser tanto determinista como probabilista.<br /><br />La imagen matemática de una ley natural es una función que vincula dos o más variables ligadas por el mencionado ente matemático. La definición matemática nos exime de planteos filosóficos de difícil solución.<br /><br /><br />LA PRESIÓN DE LAS LEYES<br /><br />“El universo entero está sometido a un solo amo, a un solo rey supremo, al Dios todopoderoso que ha concebido, meditado y sancionado esta ley: desconocerla es huirse a sí mismo, renegar de su naturaleza y por ello mismo padecer los castigos más crueles, aunque se escapara a los suplicios impuestos por los hombres” Marco Tulio Cicerón (“Tratado de la República”) <br /><br />Las distintas leyes naturales nos presionan, mediante “premios y castigos”, a adoptar ciertas actitudes en lugar de otras. Incluso podemos decir que el sufrimiento es una medida del grado de desadaptación existente respecto del orden natural. Por lo que la felicidad habría de ser una medida del grado de adaptación al mismo.<br /><br />Por alguna razón, seguramente previendo ventajas adaptativas, la evolución proveyó a los hombres de dos impulsos que nos llevan a dos tendencias contradictorias: cooperación y competencia. <br /><br />Para asegurar la supervivencia del individuo, estamos dotados de cierto espíritu competitivo, tratando de superar a los demás y a no ser superados por éstos, mientras que, para asegurar la supervivencia del grupo social, estamos dotados de cierto espíritu cooperativo, que nos lleva a tratar de favorecer a los demás, excluyendo todo tipo de competencia.<br /><br />Quizás el éxito de nuestra adaptación cultural responda a la elección de la proporción óptima de competencia y cooperación que deba integrar nuestra actitud característica. Quizás ese éxito sea logrado cuando sepamos encauzar nuestro espíritu competitivo en una competencia personal con cada uno de nosotros mismos; una competencia que nos llevará a tratar de ser más cooperativos que los demás.<br /><br />Generalmente, cuando se dice que el hombre debe tratar de dejar de ser competitivo, se piensa en el que compite exitosamente, pero pocas veces se piensa en el que compite sin éxito, y que vive deseando el fracaso de los demás o ambicionando una sociedad igualitaria en donde se vea liberado de la envidia que invalida día a día su existencia. <br /><br /><br />UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES<br /><br />“Galileo empleó su telescopio (importado de Holanda) para observar las sombras proyectadas por los montes de la Luna. Al correlacionar la dirección de las sombras con la dirección de la luz solar, Galileo pudo afirmar que las leyes que producen la sombra eran las mismas en la Luna y en la Tierra” Abdus Salam (“La unificación de las fuerzas fundamentales”)<br /><br />Existe una creencia, bastante generalizada en los ámbitos intelectuales, de que no es admisible hablar de una “verdad universal”, ya que sólo existirían verdades de validez sectorial o temporal. Esta postura se conoce como “relativismo cognitivo”.<br /><br />En el ámbito de la ciencia, por el contrario, desde las épocas de Galileo, se acepta la validez universal de las leyes naturales. En el caso de la física, la palabra “universal” no sólo significa que tienen validez en todo el planeta, sino en todo el universo conocido. Al menos hasta ahora ha sido así. <br /><br />Este contraejemplo resulta suficiente para invalidar la creencia mencionada. Además, como la química se fundamenta en la física (del átomo, principalmente), “hereda” de ésta tal universalidad. Lo mismo podemos decir de la biología respecto de la química, e incluso de la medicina respecto de la biología. Por lo que la validez universal de las descripciones científicas es bastante general.<br /><br />Como ejemplo de ley física podemos mencionar la ley de Newton de la dinámica, que es la siguiente:<br /><br />Fuerza = Masa x Aceleración<br /><br />Esta ley, descubierta en el siglo XVIII, se sigue estudiando en todo el planeta debido a su elevado grado de adaptación al mundo físico. Sin embargo, como toda ley científica, tiene su propio campo de aplicación. Ello implica que resulta aplicable sólo en fenómenos físicos en los que las velocidades de desplazamiento son bastante inferiores a la velocidad de la luz y la cantidad de acción involucrada es bastante mayor a la asociada a la constante de Planck. Si no se tienen en cuenta tales restricciones, aparecerán diferencias apreciables entre teoría y experimentación.<br /><br />Debido a que el comportamiento ético del hombre constituye un tema de investigación de la psicología, de la neurociencia y de otras ciencias que describen al ser humano, los resultados obtenidos (acertados, o no) tendrán también validez general, ya que el error producido depende de la diferencia existente respecto de las propias leyes naturales a describir. Por estas razones, quedaría excluido el relativismo moral, ya que deriva en forma directa del relativismo cognitivo.<br /><br /><br />ACTITUD ADAPTATIVA<br /><br />"El estoicismo prepara las bases filosóficas para el futuro Imperio Romano y la futura cristiandad” Roger Labrousse (“Introducción a la Filosofía Política”)<br /><br />La idea de adaptarnos a la naturaleza, y a sus leyes, viene desde mucho tiempo atrás. Es conveniente tener presente la evolución de esta idea para magnificar las conclusiones que obtengamos en el presente.<br /><br />Los filósofos griegos reunidos en el Pórtico (stoa) se conocerán como los “estoicos”. Sugieren vivir en armonía con la naturaleza. Adaptarse y resignarse será el acto más razonable y justo que el hombre pueda hacer. Marco Tulio Cicerón, el político romano, previene acerca del castigo impuesto por las leyes naturales en caso de ser desobedecidas.<br /><br />Posteriormente, Cristo sugiere adaptarnos a la ley natural al decirnos “Busca el Reino de Dios y su justicia….”, ya que es la decisión más importante que puede el hombre adoptar. Esta vez no se acepta la actitud fatalista de los estoicos, sino que se observa la posibilidad de adoptar decisiones que proporcionarán al hombre una vida plena y feliz. <br /><br />Durante el siglo XVII, aparece la “Ética” de Baruch de Spinoza, en donde se encuentra una exposición organizada de las distintas emociones y afectos reunidos en forma axiomática. Puede decirse que fortalece la ética cristiana. En el siglo XX Pierre Teilhard de Chardin establece el principio de complejidad-conciencia, que le da un marco general al proceso evolutivo ya que involucra también la vida inteligente. <br /><br />Finalmente, a partir del concepto de “actitud”, utilizado en Psicología Social, es posible enfocar nuestro interés en las cuatro actitudes básicas del hombre. Este concepto habrá de ser afianzado, seguramente, por los futuros descubrimientos en neurociencia, si bien es accesible a la observación directa del comportamiento individual y social.<br /><br />Teniendo presente el principio de complejidad-conciencia, el cual indica una tendencia del universo hacia el logro de mayores niveles de complejidad y mayores niveles de conciencia, observamos la predicción de una última etapa en la cual existirá una creciente espiritualización de la humanidad. El camino hacia esa espiritualidad estará asociado al hecho de que el hombre se hace conciente del lugar que ocupa en el universo, por lo que, simultáneamente, adquiere un mayor grado de adaptación al mismo.<br /><br />Para que ocurra esta plena adaptación habrá de existir cierta información disponible y accesible al ciudadano común. De ahí que es posible que tal información esté vinculada a las cuatro actitudes básicas del hombre, es decir, amor, odio, egoísmo y negligencia. Bajo este simple esquema, es posible que el hombre adquiera, bajo introspección psicológica, o sociológica, la información necesaria para el establecimiento de la etapa de elevada espiritualidad prevista en la visión de Teilhard de Chardin.<br /> <br /><br />AZAR Y FINALIDAD<br /><br />“Monod subrayó la improbabilidad de la vida y la mente y el papel preponderante del azar en su surgimiento, y por ende la falta de designio en el universo, su absurdo y su carencia de sentido. La manera en que interpreto los mismos hechos es diferente. Le doy el mismo papel al azar, pero actuando dentro de un conjunto tan estricto de restricciones que obligatoriamente debe producir la vida y la mente, no una sino muchas veces. A la famosa frase de Monod «El universo no estaba preñado con la vida, ni la biosfera con el hombre», yo respondo: «Falso. Sí lo estaba»” Christian De Duve (“Polvo vital”)<br /><br />Aun dentro del ámbito de la ciencia, existen diversas posturas en cuanto a si la vida tiene sentido, o bien, por surgir del azar, carece de toda finalidad. Aunque tal sentido, en el caso del hombre, debería ser buscado en forma individual y subjetiva.<br /><br />Las distintas especies biológicas, incluido el hombre, han aparecido bajo un proceso en el cual el azar es un elemento esencial para establecer la diversidad biológica, ya que tanto las mutaciones como la mezcla sexual están asociadas a procesos fortuitos. De ahí que se supone que no tiene sentido hablar de una finalidad concreta de la vida, ni tampoco de la humanidad.<br /><br />Podemos hacer una analogía respecto del proceso en que aparece la vida comparándolo con el que permite la fabricación de resistencias eléctricas (que se utilizan en los circuitos electrónicos). Para lograr una producción económica, de una gran variedad de valores posibles, podemos emplear el método de la generación al azar y de la selección posterior.<br /><br />Así, fabricamos una gran cantidad de resistencias con valores óhmicos desconocidos y aleatorios. Luego, con un instrumento de medición, seleccionamos los valores comerciales buscados, y los agrupamos en contenedores apropiados, desechando las resistencias que estén lejos de los valores buscados. Esto significa que hemos logrado, por selección, establecer cierto orden y cierta finalidad (tal la de lograr los valores comerciales requeridos).<br /><br />Esta idea puede aplicarse a la producción de variedades animales y vegetales. Mediante las radiaciones cósmicas, por ejemplo, se altera, al azar, una parte del código genético que viene en las moléculas de ADN. Luego, el propio medio en donde la vida se desarrolla, aceptará el cambio (si produce una mejora adaptativa) o lo rechazará si empeora tal nivel (respecto de las generaciones anteriores). De ahí que es posible hablar de cierta finalidad en este proceso, tal la de lograr mayores niveles de adaptación. El error frecuente consiste en asociar toda ausencia de finalidad a lo que es producido por el azar. <br /><br />Este proceso puede denominarse “creación indirecta” (evolutiva) en contraste con la “creación directa” (como supone la Biblia). Así como el fabricante de resistencias previó la finalidad deseada, podemos decir que el propio orden natural ha “previsto” el logro de la finalidad mencionada.<br /><br /><br />DETERMINISMO Y DESTINO<br /><br />“En un mundo regido por una serie de milagros sucesivos, obra de un dios irracional sujeto a súbitos antojos, nos veríamos forzados a esperar cada nueva catástrofe en un estado de pasividad” Norbert Wiener (“Cibernética”)<br /><br />Si suponemos que el hombre no es libre, sino que, haga lo que haga, elija lo que elija, cada acontecimiento de su vida vendrá determinado por el Dios que influye en los hechos cotidianos, estamos considerando la existencia de un destino previo, o de un fatalismo. Si los efectos no dependen de las causas que los producen, estaríamos en presencia de un mundo sin leyes naturales.<br /><br />El fatalismo conduce al hombre a la inacción, puesto que los resultados de sus actos no dependerán de su propia elección. La noción de destino supone una existencia humana gobernada «desde fuera» por una fuerza sobrenatural. Se denomina providencia si el destino es feliz; fatalidad, si es desdichado. <br /><br />De todos aquellos atributos que poseemos los seres vivientes, y que nos permiten lograr una aceptable adaptación al medio en que vivimos, quizás el más importante sea nuestra capacidad para poder prever los acontecimientos que ocurrirán en un futuro inmediato, incluso en un futuro lejano en el caso del hombre. Para ello, a partir del conocimiento del estado del presente y de la ley natural respectiva, podremos determinar el estado del futuro.<br /><br />Determinismo = Condiciones iniciales + Ley natural causal <br /><br />De la validez de la relación anterior podemos extraer que nuestro grado de adaptación al orden natural progresará a medida que conozcamos mayor cantidad de leyes naturales. En ello ha de consistir nuestra “adaptación cultural”, como una prolongación de la adaptación biológica. Luego, la “cultura” de un pueblo estará ligada al conocimiento del mundo en que vivimos.<br /><br /><br />LIBERTAD<br /><br />“Seamos esclavos de la ley para que podamos ser libres” Marco Tulio Cicerón<br /><br />Cuando dirigimos nuestro automóvil respetando rigurosamente las reglas de tránsito, nos da la sensación de que necesitamos menor cantidad de esfuerzo, tanto físico como mental, que si nos moviéramos infringiéndolas. Es un caso similar a decir siempre la verdad, ya que si dijésemos mentiras, tendríamos que simular expresiones del rostro además de tener una excelente memoria para no delatarnos en el futuro.<br /><br />Ignorar las leyes naturales, ignorando la propia realidad, lleva implícita cierta desadaptación esencial que tarde o temprano nos hará chocar contra ella. Podemos decir que seremos libres en cuanto podamos regirnos por las leyes naturales, una vez que las conozcamos plenamente, o que seamos conscientes de su existencia. <br /><br />Generalmente asociamos la libertad a la felicidad y la esclavitud a la infelicidad; la felicidad proviene de la virtud y la infelicidad del defecto. <br /><br />Mientras mejor resolvamos nuestros problemas cotidianos y mientras más simple sea nuestra vida, mayor cantidad de tiempo dispondremos para permitir que nuestra mente razone con libertad. Generalmente se dice que cierta persona tiene la ventaja, sobre otras, de no tener problemas y que por ello puede pensar con libertad. Pero pocas veces se dice que esa persona, justamente, tiene la habilidad para no meterse en problemas.<br /><br />En cuanto a la libertad de elección, o libre albedrío, podemos decir que el hombre viene determinado parcialmente por cierta influencia, a través de la información recibida desde las etapas iniciales de su vida. De ahí que podrá ser libre en cuanto en su mente predomine la información verdadera, o la concordante con las leyes naturales, o bien podrá ser esclavo de la realidad en cuanto en su mente predomine la información errónea, o cuando ignore la verdad. <br /></span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-85076204792527972512011-09-11T06:41:00.000-07:002015-03-30T02:18:00.066-07:00III Ética<b>ACTITUD CARACTERÍSTICA<br /><br />“Se puede definir una actitud como la tendencia o predisposición aprendida, más o menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bastante persistente y característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en contra), con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de objetos materiales, o a una persona o grupo de personas” Kimball Young<br /><br />Como el propio ser humano es cognoscible y predecible, deberá también estar regido por leyes naturales, de ahí la existencia de las ciencias del comportamiento, o ciencias sociales. Podemos decir que la ley natural básica que describe el comportamiento individual es una relación que proviene de la Psicología Social y es el concepto de actitud, que podemos definir de la siguiente forma:<br /><br />Respuesta (Acción) = Actitud característica x Estímulo<br /><br />Debido a que llevamos depositada en nuestra memoria la influencia del pasado, la actitud frente a la vida estará relacionada con la visión que tengamos del mundo que nos rodea. De ahí aquello de que “lo que influye en cada uno de nosotros depende de la opinión que tengamos de los hechos antes que de los hechos mismos”. Por lo que nuestra actitud cambiará si también lo hacen nuestras opiniones y nuestras creencias.<br /><br />Nuestra actitud es afectada por las actitudes de los demás, ya que influyen sobre ella y pueden modificarla, favorable o desfavorablemente; éstas son, por consiguiente, determinantes esenciales del desarrollo de la personalidad y de la conducta.<br /><br />Es posible decir que existe una actitud característica en cada persona, por lo que habrá tantas actitudes distintas como personas existan en el mundo. Tal actitud, justamente, caracteriza a cada ser humano, pero, como se dijo antes, no es una respuesta fija o permanente, sino que puede cambiar debido a la educación o, en general, debido a la influencia recibida desde el medio social.<br /><br /><br />ÉTICA OBJETIVA<br /><br />“Si llegamos a ponernos de acuerdo sobre algunas proposiciones éticas fundamentales, otras podrán ser derivadas de ellas. Tales premisas éticas desempeñan en moral un papel análogo al que los axiomas representan en matemáticas” Albert Einstein <br /><br />A partir de las dos tendencias básicas del hombre (cooperación y competencia) podemos clasificar las actitudes básicas que responden a ellas. La cooperación promueve la felicidad mientras que la competencia promueve la infelicidad, como tendencias consideradas sobre el mediano y el largo plazo.<br /><br />Incluso podemos construir una “ética natural”, de validez general, determinando cuáles actitudes básicas llevan al Bien (felicidad) y cuáles al Mal (infelicidad). La clasificación propuesta es la siguiente:<br /><br />Cooperación: Amor (compartir las penas y las alegrías de los demás)<br /><br />Competencia: Odio (Alegrarse de las penas ajenas y entristecerse por su alegría), <br /><br />Egoísmo (Interesarse sólo por el éxito de uno mismo)<br /><br />Otra actitud: Negligencia (No interesarse por los demás ni por uno mismo)<br /><br />Mediante la actitud del amor, aumenta la felicidad promedio de la sociedad, por cuanto tratamos de compartir las alegrías de los demás y a reducir sus penas. Mediante el odio disminuye la felicidad promedio de la sociedad, por cuanto tratamos de favorecer el sufrimiento ajeno y a limitar su alegría.<br /><br />Es evidente que hemos encontrado una ética natural, ya que hemos podido definir tanto el Bien y el Mal, como también hemos podido determinar cuáles actitudes llevan a uno y a otro resultado. Sintetizando:<br /><br />Bien: Amor<br /><br />Mal: Odio, Egoísmo, Negligencia<br /><br />Puede decirse que estas cuatro actitudes, y las posibles superposiciones de ellas, cubren prácticamente todo el espectro de las respuestas afectivas posibles. Como la ética está relacionada a aspectos afectivos de la conducta, disponemos de los elementos básicos para establecer una ética natural y objetiva, de validez general.<br /><br /> <br />RELATIVISMO MORAL<br /><br />“El error fatal de Nietzsche se halla precisamente en la doctrina que en su tiempo causó mayor sensación: la doctrina de la ‘transmutación de todos los valores’. En ella se ocultaba la tesis del relativismo moral” Nicolai Hartmann (“Tratado de Filosofía” Cita)<br /><br />El relativismo moral es la postura filosófica que niega la posibilidad de universalizar creencias o conocimientos éticos. Implica que la ética, como rama del conocimiento, no habría de entrar en el ámbito de la filosofía ni de la ciencia, por cuanto habría de tener una validez limitada.<br /><br />Hasta aquí hemos visto cómo es posible establecer una ética natural partiendo de conceptos accesibles a la observación y convalidados por gran cantidad de pensadores de distintas épocas. Si no existiese el Bien, ni el camino para lograrlo, entonces no habría que buscarlo. <br /><br />Tanto el amor, como el odio, el egoísmo y la negligencia son actitudes que producen efectos similares en cualquier época y en cualquier sociedad. Las tendencias a la cooperación y a la competencia se derivan de aspectos inherentes a la evolución biológica y no a cuestiones culturales que puedan tener un origen y una validez subjetiva.<br /><br />Las mayores catástrofes sociales que recuerda la humanidad fueron realizadas por los nazis y por los comunistas. Mientras que los primeros adoptaron la filosofía de Friedrich Nietzsche, los segundos adoptaron la filosofía de Karl Marx, para quien también la moral tiene validez relativa; precisamente asociaba esa validez a la clase social en donde se origina la propuesta ética.<br /><br />La esencia del sentido de la vida radica en la existencia de una orientación hacia el logro del Bien. Si anulamos su validez, anulamos tal orientación y el vacío existencial no está lejos de alcanzarse.<br /><br /><br />DIMENSIONES HUMANAS<br /><br />“Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará tu corazón” Cristo (“Evangelios”)<br /><br />Una idea simple nos permite considerar al hombre como un ser viviente que responde a tres aspectos básicos de su conformación. Debido a que tenemos cuerpo, mente y sentimientos, nuestras ambiciones y nuestros proyectos consisten esencialmente en tratar de satisfacer a todos ellos. Sin embargo, en épocas de crisis se hace evidente la búsqueda preponderante de la satisfacción de uno de ellos, apareciendo lo que podríamos denominar “el hombre mutilado”.<br /><br />Muchos eligen satisfacer al cuerpo, buscando comodidades y placer inmediato, como meta para sus vidas. Unos pocos eligen al conocimiento y al intelecto como objetivos principales de su búsqueda, mientras que otros encuentran en las satisfacciones morales, o éticas, la principal fuente de felicidad.<br /><br />El comportamiento ético está basado en la búsqueda de satisfacciones asociadas a nuestros sentimientos, mientras que una exclusiva búsqueda de la felicidad en lo material o en lo intelectual, alejará al hombre del comportamiento deseable. De ahí que deba sugerirse una búsqueda equilibrada de felicidad, priorizando los aspectos éticos y afectivos sobre los restantes. <br /><br />Hay quienes suponen que debemos “sacrificarnos” para renunciar a la búsqueda del placer y de lo material. En ese caso, poco éxito habrá de lograrse por cuanto en la mente sigue existiendo la idea de que lo material tiene más valor, o brinda mayor felicidad, que lo afectivo. Antes de orientar nuestras acciones, deberá existir una aceptación consciente de que el propio orden natural ha previsto la existencia de la cooperación entre los hombres, en lugar de “diseñarnos” como simples seres vivientes destinados al placer y a la diversión.<br /><br />El consumismo y el masivo derroche tienden a producir serios deterioros ambientales que habrán de corregirse adoptando una distinta meta para nuestras vidas. En el centro de todos los problemas ambientales, además de los problemas sociales, existen actitudes personales inadecuadas. <br /><br />La escala de valores preponderante en cada uno de nosotros nos guiará hacia el camino elegido para llegar a la felicidad, y de ahí surgirá tanto el nivel ético, como el intelectual y el estético resultantes. La elección del mejor camino está ligada al conocimiento, por lo que el Bien ha de seguir de cerca a la Verdad.<br /><br /><br />ÉTICA COMPETITIVA<br /><br />“Esta denominación (nietzscheísmo) es tanto más indicada cuanto que a estas personas les atrae generalmente Nietzsche y profesan en seguida, después de su lectura, la moral de los ‘amos y los esclavos’. Colocándose entre los ‘amos’ encargados de aplastar a una humanidad de esclavos, dan satisfacción a sus reacciones de compensación, de odio y de orgullo desmesurado” Henri Baruk (“Psiquiatría moral experimental”)<br /><br />No sólo existen éticas cooperativas, como podría pensarse, ya que también se han propuesto éticas que acentúan desigualdades y promueven actitudes poco solidarias. Este es el caso de Friedrich Nietzsche, quien se oponía al cristianismo y consideraba como una debilidad la compasión.<br /><br />Si bien es aceptable la idea de contemplar las leyes naturales teniéndolas en cuenta antes de establecer nuestras decisiones, la cuestión implica también considerar cuáles, entre la enorme cantidad de leyes naturales, serán las que debemos tomar como referencia.<br /><br />Durante el siglo XIX aparece la teoría de la evolución por selección natural. Esta ley de la biología fue adoptada como referencia por varios intelectuales de la época. Conocida como “darwinismo social”, esta ética competitiva en realidad sólo servía para justificar comportamientos totalmente alejados de la cooperación. La “ética” de Nietszche se identifica con la postura mencionada, siendo posteriormente el nazismo el que justifica sus acciones al fundamentarlas parcialmente en los escritos del mencionado filósofo.<br /><br /> <br />OTRA ÉTICA COMPETITIVA<br /><br />“La llamada ‘democracia popular’ es un camuflage. Esta dictadura del proletariado tiene que destruir definitivamente a la burguesía y nacionalizar los medios de producción….” Witold Gombrowicz (“Curso de Filosofía en seis horas y cuarto”)<br /><br />La ética de Nietzsche es competitiva, pero ubicándose en la posición de los fuertes, mientras que la ética de Marx también lo es, pero se ubica en la posición de los débiles. Consiste esencialmente en culpar a la burguesía por todos los males de la sociedad. De ahí que promueve la lucha de clases y el derrumbamiento del orden social, favoreciendo el advenimiento de la “dictadura del proletariado”.<br /><br />Al suponer que el hombre actúa sólo por influencia del medio social, estima que el Estado habría de disolverse luego de algún tiempo de ejercicio de la dictadura mencionada y ante el supuesto mejoramiento ético inducido por el socialismo. Entonces habría de comenzar a regir el lema: “De cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad”.<br /><br />Al suponer que el paraíso habría de resurgir de los escombros de la sociedad burguesa anterior, promueve la destrucción material y espiritual de la misma. Los pronósticos de Marx nunca se cumplieron; seguramente por partir de bases poco ciertas.<br /><br />La solución liberal es mucho más simple; que cada uno produzca lo que pueda, mientras que, con los impuestos proporcionales a las ganancias, se compensará eficazmente el trabajo deficitario de quienes, por alguna razón, estén impedidos a realizarlo.<br /><br /><br />ENTRE EL ALTRUISMO Y EL EGOÍSMO<br /><br />“Esta es la esencia de la moral del altruismo: cuanto más grande el logro de un hombre más grande la necesidad que la sociedad tiene de él, más cruel es el tratamiento que recibe y más cerca llega él al estatus de un animal de sacrificio” Ayn Rand (“La virtud del egoísmo”)<br /><br />Las posturas filosóficas y morales más influyentes en los últimos tiempos han sido el socialismo y el capitalismo. Basados en la moral altruista el primero, y en el egoísmo el segundo, requieren algún comentario especial.<br /><br />El socialismo de Karl Marx muestra una etapa revolucionaria en la cual se promueve el derrumbamiento violento de la sociedad burguesa, aún con asesinatos de por medio si ello es necesario, seguido de la expropiación de los medios de producción; mediante el robo legalizado. De ahí que esta postura muestra una total carencia de atributos éticos.<br /><br />En la etapa “celestial”, una vez consolidada la sociedad comunista, el individuo se adaptaría a las condiciones de vida impuestas y predominaría el altruismo, que es interpretado como el sacrificio voluntario del individuo en beneficio de la sociedad. Quienes mayores aptitudes poseen para el trabajo y la creatividad, realizarían sus actividades conformándose con recibir las mismas retribuciones materiales que aquellos que poco aportaron a la sociedad.<br /><br />Para algunos, caben dudas acerca de la sinceridad de Marx respecto del altruismo que predica para la segunda etapa de la sociedad por él propuesta, ya que previamente favorece el odio de clases promoviendo tácitamente la violencia. Para otros no caben dudas, y el altruismo es sólo una pantalla que se utiliza para esconder oscuras intenciones.<br /><br />Si buscamos un ejemplo de altruismo, podemos pensar en la Madre Teresa de Calcuta. En realidad, su elevada capacidad de amar excluye cualquier tipo de “sacrificio” asociado a su obra a favor de los pobres. Por el contrario, seguramente sentiría una gran felicidad al poder ser útil a los demás. El altruismo, por el contrario, implica cierto sacrificio personal cuando el amor existente no es el óptimo. Nicolás Berdiaeff escribió: “Se habla de altruismo cuando el amor se enfría y muere”.<br /><br />De todas formas, debemos tratar de “elegir” alguna de las actitudes básicas del hombre, en lugar de “inventar” alguna no prevista por la naturaleza. Si elegimos el amor, para que nuestras acciones estén asociadas a un beneficio simultáneo en todas las interacciones sociales, estamos considerando un aspecto más de la tendencia a compartir penas y alegrías de los demás, por lo que tal beneficio simultáneo no sólo debe contemplar beneficios materiales sino, sobre todo, satisfacciones morales. Y el altruismo, según se definió antes, no tendría razón de ser.<br /><br />En cuanto al capitalismo, se ha afirmado muchas veces que los óptimos resultados económicos, dentro del marco del mercado libre, requiere de actitudes competitivas y del egoísmo personal de los actores. Sin embargo, así como en una disputa deportiva existe la posibilidad de tener éxito mientras cada uno compite consigo mismo, triunfando, indirectamente, sobre los demás, en la economía se pueden lograr óptimos resultados a partir de una postura cooperativa, como lo evidencian algunos grupos de comerciantes de pequeña escala.<br /><br />La actitud egoísta, tarde o temprano, perjudicará a los demás participantes del proceso de producción y distribución de los bienes o servicios realizados. Es hora de que se contemple la posibilidad de apuntar hacia mayores niveles de gratificaciones de tipo moral. Es oportuno señalar que algunas estadísticas confirman que, a partir de cierto nivel económico adquirido, aumentos posteriores de tal nivel no incrementan significativamente el grado de felicidad logrado.<br /><br />Cuando se habla de la “tercera vía”, como una alternativa entre altruismo y egoísmo, o entre socialismo y capitalismo, podemos hablar de la actitud cooperativa, que busca en todos los casos un beneficio simultáneo entre los participantes de todo intercambio o transacción.<br /><br /><br />ÉTICA DESDE LA CIENCIA<br /><br />“Vana es la palabra del filósofo que no remedia ningún sufrimiento del hombre. Porque así como no es útil la medicina si no suprime las enfermedades del cuerpo, así tampoco la filosofía, si no suprime los sufrimientos del alma” Epicuro<br /><br />Tanto la filosofía como las ramas humanísticas de la ciencia deberían proponer éticas concretas en lugar de limitarse a descripciones sin conclusiones prácticas. Incluso se habrá logrado un progreso significativo en cuanto se puedan establecer criterios respecto de la influencia que toda propuesta tiene en el ciudadano común. <br /><br />No sólo se deben proponer actitudes concretas, sino que también habría de brindarse “antídotos” para limitar los efectos de ciertas tendencias, filosóficas o religiosas, que promueven el odio a nivel generalizado. <br /><br />Desde las ciencias sociales se discute acerca de si éstas deberían, o no, proponer sugerencias acerca de lo que el hombre “debe ser”, en lugar de limitarse a describir simplemente lo que el hombre “es”. Justamente, quienes conocen de estos temas son las personas indicadas para hacer estas propuestas. <br /><br />No es necesario, sin embargo, que uno establezca éticas novedosas o inéditas, ya que podrían adoptarse algunas de las ya propuestas, en filosofía y religión, para reelaborarlas adaptándolas al método de la ciencia experimental. De lo contrario, se seguirá dando vueltas en el terreno vicioso de la simple especulación, descartando el carácter científico que es deseable lograr. <br /><br /><br />ÉTICA INDIVIDUALISTA<br /> <br />“El principio social básico de la ética objetivista es que, así como la vida es un fin en sí misma, todo ser humano viviente es un fin en sí mismo, y no el medio para los fines o el bienestar de otros; en consecuencia, el hombre debe vivir para su propio provecho, sin sacrificarse por los demás y sin sacrificar a los demás para su beneficio” Ayn Rand (“La virtud del egoísmo”)<br /> <br />Así como existen éticas cooperativas y competitivas, también podemos considerarlas según que el destinatario aparente sea el individuo o bien la sociedad, dando lugar a éticas individualistas, en un caso, y colectivistas en el otro caso. La ética individualista no es, necesariamente, egoísta, ya que la ética del amor es individualista, aunque sus resultados sean favorables a toda la comunidad. <br /><br />Antes de la aparición del capitalismo, el objetivo de la ética predominante en Europa era el logro del bien común, de la sociedad, y no tanto del individuo, que debía sacrificarse en beneficio de los demás. <br /><br />Desde el punto de vista colectivista, es mala toda acción realizada en beneficio propio mientras que es buena si se realiza en beneficio de los demás. Por ello no resulta extraña la conclusión de quienes equiparan al empresario con el delincuente aduciendo que ambos buscan beneficios para ellos mismos. También consideran como aceptables las acciones que un dictador comete; aunque sean atropellos y atrocidades, ya que lo hace buscando el beneficio de los demás. <br /><br />Esto permite entender la razón por la cual se perdona el accionar de algunos terroristas, para quienes la vida de sus opositores poco vale, ya que los asesinatos se aceptan si son motivados por “fines superiores”, tal la implantación del socialismo. <br /><br />Cuando se producen beneficios simultáneos en uno y en los demás, seguramente se seguirá haciéndolo durante toda la vida, mientras que el que se perjudica para beneficiar a los demás, poco entusiasmo tendrá para seguir actuando de esa forma. El lema adoptado por el marxismo (“De cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad”) trae implícita la ética altruista, que, a la larga, promueve la inacción. La moral altruista, en la era comunista, estaba asociada a una extraña mezcla de hipocresía y culpa, porque ni la aceptaban ni la practicaban, y porque no se atrevían a rechazarla.<br /><br /><br />LA LEY DEL CÉSAR<br /><br />“Lo legal no es el bien. Lo ilegal no es el mal. Cuando se ignora esta diferencia para contentarse con cumplir con la legalidad (cuando el respeto de la democracia sustituye a la conciencia moral), nos encontramos ya en la barbarie democrática” André Comte-Sponville (“El capitalismo. ¿Es moral?”) <br /><br />La ley humana, que proviene del Derecho, nos prohíbe hacer el mal pero no nos obliga a hacer el bien. De ahí que no podemos tomarla como referencia como una moral a adoptar. En cambio, su incumplimiento vendrá asociado, en general, a fallas de tipo moral. La buena persona es la que hace el bien, y no la que no hace el mal, mientras que si no hace el bien ni el mal, su actitud moral será neutra. <br /><br />Existen éticas positivas, en el sentido de que nos ordenan o sugieren realizar tal o cual acción, o adoptar tal o cual actitud, mientras que las éticas negativas sólo prohíben acciones determinadas. Si uno se encierra solo en una habitación, puede cumplir con el “no matarás”, “no mentirás” y demás, pero no hace el bien a nadie, de ahí que no sea meritorio su cumplimento. Sin embargo, en severas épocas de crisis, haríamos enormes progresos sociales si al menos cumpliéramos con los dos mandamientos mencionados.<br /><br />En la actualidad, una vez que se han visto las ventajas de la economía de mercado, muchos optan por justificar cualquier acción a partir de la validez de la ley de la oferta y la demanda. Una cosa es reconocer las ventajas que tal tipo de economía presenta para la sociedad, y otra muy distinta es la justificación de hacer el mal, o de no hacer el bien, cuando se presenta la oportunidad, aduciendo que “el precio de mercado me obliga a cobrar o a pagar tanta cantidad de dinero”.<br /><br />Incluso la propia sociedad critica al que paga a sus empleados más allá del precio de mercado o cuando cobra alquileres algo menores que los indicados por esa referencia. El hombre es presionado a dejar la ética natural para orientarse por valores económicos; lo que lo llevará, tarde o temprano, a estar desorientado en la vida.<br /><br /><br />GOBIERNO PARA TODOS<br /><br />“Busca el Reino de Dios y su justicia, que lo demás se os dará por añadidura” Cristo (“Evangelios”) <br /><br />Para evitar el gobierno directo del hombre sobre el hombre, se vislumbró la posibilidad de establecer leyes para lograr así un gobierno indirecto. El juez se encarga de hacer elásticas a las leyes decidiendo sobre aquellos aspectos que no están explícitos en el marco de las mismas. El gobierno indirecto de las leyes, hace que el individuo no pierda su libertad e impide los posibles excesos de los gobernantes.<br /><br />Según Aristóteles, la monarquía puede degenerar en tiranía, la aristocracia en oligarquía y la democracia en demagogia, o populismo. La corrupción de los gobiernos se debe principalmente a que sus decisiones no resultan favorables a todos los habitantes, sino a unos pocos. Cuando ello sucede, deja de existir el gobierno indirecto de las leyes para llegar al gobierno directo por parte de las autoridades, o bien al caos.<br /><br />Así como el orden social está fundamentado en las leyes establecidas desde el Estado, también podemos hablar de un orden natural fundamentado en las leyes naturales que rigen todo lo existente. Así como tratamos de adaptarnos a las leyes humanas, también debemos tratar de adaptarnos a las leyes naturales mencionadas.<br /><br />Si el autor o creador de estas últimas, Dios o la naturaleza, ejerce cierto gobierno sobre el hombre, ha de ser un gobierno indirecto. De ahí que podemos decir que existe un gobierno de Dios sobre el hombre, siendo posible interpretar el concepto central de la Biblia, el Reino de Dios, como una sugerencia para que nos adaptemos al orden natural.<br /><br />Mediante esta interpretación, es posible considerar al cristianismo como una religión natural, en lugar de la habitual consideración de sobrenatural o revelada, por cuanto la existencia de leyes invariantes hace innecesaria toda intervención divina en el sentido de que interrumpa o anule temporalmente las leyes naturales y el orden establecido.<br /><br />Lo interesante es que este intermediario entre Dios (o la naturaleza) y los hombres, tal el caso de las leyes naturales, es un intermediario objetivo, que puede llegar a ser común a todas las religiones e incluso a la ciencia experimental. Cada ley puede ser conocida y verificada experimentalmente, al menos en principio, por lo que el logro de una ética objetiva, de aceptación generalizada, no es algo imposible de lograr.<br /><br /><br />TÉRMINO MEDIO<br /><br />“El término medio aristotélico significa una crítica tanto del ascetismo, que condena todos los impulsos naturales, como al naturalismo, que coloca los impulsos naturales por encima de todo. Si la virtud está en el medio, el vicio está en los extremos. La virtud consiste en el medio, pero, es un extremo en cuanto a su perfección” Guillermo A. Obiols (“Curso de Lógica y Filosofía”)<br /><br />Aristóteles promovía una ética del término medio, ya que disminuyendo o aumentando cierta actitud hasta los extremos, deja de ser una virtud para convertirse en un defecto. Para ilustrar la idea podemos tomar como ejemplo a la valentía, como término medio, con la cobardía y la temeridad como casos extremos. Si alguien tiene mucho temor, seguramente tenderá a la inacción buscando seguridad. Si alguien tiene muy poco temor, llegando hasta la imprudencia, arriesgará su vida en cada momento y es posible que la pierda fácilmente. Es evidente que el término medio, entre ambas actitudes, es el que mejor resultados producirá.<br /><br />La ética tiene como objetivo dar sugerencias generales respecto de la actitud a adoptar frente a la vida, pero no podrá prever cada una de las posibles variantes que podrán ocurrir. Es el mismo caso del legislador que establece una norma, mientras que es el juez quien dictamina en cuánto el infractor se desvió de la norma. La ética debe utilizarse para orientar al individuo y no para juzgar sus acciones.<br /><br />Las acciones humanas siguen dos tendencias que pueden ser contradictorias (competencia y cooperación) por lo que es oportuno preguntarse si aquí también es apropiado utilizar el criterio del término medio de Aristóteles. Es posible que tanto la competencia como la cooperación hayan sido ventajas adaptativas que apuntaron a fortalecer nuestra supervivencia. Queda al hombre discernir acerca de cuál es la proporción óptima que producirá el mejor resultado. <br /><br />La competencia favorece el progreso individual, mientras que la ausencia de competitividad puede traer asociado el atraso y la inacción. La cooperación favorece el progreso social, mientras que su ausencia puede traer asociados el caos y la violencia. De ahí que el criterio del término medio también aquí parece funcionar.<br /><br />Una solución interesante podría consistir en vincular nuestro espíritu competitivo a nuestra actitud cooperativa. Así, no sería descabellado decir que la Madre Teresa de Calcuta tenía un “elevado espíritu competitivo” ya que buscaba ser la persona más solidaria del mundo, y de esa forma la óptima felicidad. Si, en definitiva, todos buscamos la felicidad y disponemos de dos tendencias naturales que nos presionan, queda como solución competir en la búsqueda de la felicidad tratando de ser cada vez más cooperativos.<br /><br />Las dos principales tendencias sociales y económicas, de los últimos tiempos, son aquéllas que promueven, como fundamento de la sociedad, a la competencia (capitalismo privado) y a la cooperación (socialismo), excluyendo casi totalmente la otra actitud, y no han tenido los resultados esperados porque han descuidado, precisamente, el término medio. <br /><br />Si alguna vez se solucionan los graves problemas sociales que aquejan a la humanidad, será porque habremos podido llegar al término medio entre competencia y cooperación, distinguiéndose dos etapas nítidas en la historia de la humanidad. Será, además, la época del triunfo del Bien sobre el Mal.<br /><br />1) Era de la competencia: Predominan el egoísmo y el odio. Se busca el poder. Hay guerras y surgen imperios. Gandhi dijo: “Siempre ha sido un misterio para mí cómo puede haber hombres que se sientan honrados con la humillación de sus semejantes”. <br />2) Era del término medio y la cooperación: Predomina el amor al prójimo. Gandhi dijo: “Sé el cambio que quieras ver en el mundo”<br /><br /><br />SOLIDARIDAD<br /><br />“Violencia: reclamar derechos sin aceptar el cumplimiento de los deberes que les son correlativos. Injusticia: imponer deberes sin respetar los derechos correspondientes. Por eso la solidaridad puede considerarse definida en la más sencilla fórmula de moral social: Ningún deber sin derechos, ningún derecho sin deberes” José Ingenieros (“Las fuerzas morales”)<br /><br />La posmodernidad puede caracterizarse, entre otros aspectos, por la preponderancia de la búsqueda de nuestros derechos sin importar tanto nuestros deberes. A tal actitud también le ha de corresponder una imposición de deberes a los demás con cierta renuncia a sus propios derechos. La posmodernidad, por lo tanto, se caracteriza por la ausencia de solidaridad y su reemplazo por la violencia y de la injusticia, según las definiciones dadas al respecto por José Ingenieros.<br /><br />El violento es el que trata de imponer sus derechos ignorando totalmente los deberes respectivos, que son los derechos de los demás, incluso los elementales derechos a la vida. El injusto es el que exige de los demás el cumplimiento de sus deberes ignorando sus derechos elementales. El egoísmo extremo, junto al odio, de los cuales proviene la violencia y la injusticia, se ha legitimado en las sociedades actuales desplazando al amor, del cual proviene la solidaridad.<br /><br /><br />OBLIGACIONES MORALES<br /><br />“Lo que se llama ‘nuestro deber’ no es más que ‘la libertad de los otros’: es la libertad nuestra, que paga el respeto que ‘debe’ a la libertad del otro” Juan Bautista Alberdi (“Nuevo Diccionario Antológico”)<br /><br />Las obligaciones morales son aquéllas que surgen de nuestra capacidad afectiva e involucran incluso al propio individuo que no se permite a sí mismo desviarse del camino ético propuesto. Estas obligaciones nos las imponemos a nosotros mismos y son una consecuencia inmediata de haber adoptado como valor prioritario en la vida a los aspectos éticos, por sobre los estéticos o los intelectuales.<br /><br />Quienes sostienen que el hombre, por naturaleza, es incapaz de actuar en forma ética cuando dispone de libertad suficiente, olvidan que no hace tanto tiempo predominaba en las personas el sentimiento del honor y de la integridad moral, que los conducía por el buen camino sin la presión del temor a algún tipo de sanción exterior, ya fuera social o legal. <br /><br />Mientras que en la corrompida Babilonia era necesaria la presencia de un testigo en cada intercambio o en cada pacto establecido entre dos personas, en épocas recientes eran comunes los pactos “de palabra”. Los inventores del avión, los hermanos Wright, que no querían mostrar su prototipo para evitar plagios, se ofendieron cuando los militares de EEUU no creyeron en su palabra y pedían observar el avión que se les ofrecía para su compra. La actitud de los Wright era algo natural en esa época, pero resulta llamativa en épocas en que predomina la crisis moral.<br /><br />Quien actúa en su vida guiado por obligaciones morales, contrasta con la predominante actitud del “noble déspota”, ya que el primero piensa en sus obligaciones mientras que el segundo exige respeto a sus derechos y el cumplimiento de los deberes ajenos, mientras que ignora sus obligaciones tanto como los derechos de los demás.<br /><br />La mayor oposición al surgimiento de la mentalidad que prioriza el orgullo ético, es la proliferación de éticas altruistas que asocian su cumplimiento, no a la felicidad, sino a la poco natural tendencia a perjudicarse individualmente en beneficio de la sociedad o del Estado. Por el contrario, cuando estemos convencidos de que la mejora ética implicará felicidad para todos, es posible que las cosas cambien radicalmente. <br /><br />Quienes adoptan para sus vidas obligaciones morales, no necesitarán otro tipo de obligaciones, incluso adoptarán la responsabilidad, entre otros aspectos, de realizar inversiones con una óptima utilidad social sin que ninguna ley les obligue a ello.<br /><br />Debemos imponernos obligaciones morales para que, mediante el ejemplo, podamos presionar a los demás en el mismo sentido. Esto contrasta con la generalizada actitud hipócrita de quienes se enorgullecen de ser “generosos con los bienes ajenos” respecto de los cuales siempre están dispuestos a repartir.<br /><br /><br />CONCIENCIA MORAL<br /><br />“Los remordimientos son en el hombre normal el mecanismo regulador esencial que controla las conductas. Sin este mecanismo regulador, el hombre se volvería un monstruo, un pervertido, un loco moral. Ahora bien, parece ser que para algunos psiquiatras actuales la meta que hay que alcanzar es transformar la humanidad en una sociedad de seres desprovistos de conciencia moral, es decir, de pervertidos y de monstruos” Henri Baruk (“Psiquiatría moral experimental”)<br /><br />El hecho de disponer en nuestro cerebro de una parte especializada en la regulación de nuestro comportamiento ético, como una consecuencia del proceso evolutivo, es un indicio de que tal comportamiento ha de presentar ventajas favorables para nuestra supervivencia. El incorrecto funcionamiento de tales áreas producirá efectos opuestos al mencionado.<br /><br />El conocimiento de las causas y de los efectos que les seguirán, cuyo vínculo constituye la ley natural respectiva, puede ser interpretado y guardado en nuestra memoria. De esa forma, cada vez que aparece cierta causa, podremos prever el efecto, o los efectos, que le seguirán necesariamente.<br /><br />La conciencia moral sigue un proceso similar, sólo que realiza un “trabajo especializado” mediante el cual califica las causas como buenas o malas según buenos o malos sean los efectos correspondientes (con una transición gradual entre ambos extremos). Así, un castigo corporal (causa) será calificado en función del efecto correspondiente (sufrimiento). Este efecto es fácilmente imaginable por quien lleva en su memoria casos similares observados o bien padecidos en forma directa.<br /><br />La palabra “consciente”, precisamente, nos indica que somos conocedores plenos de los efectos que producirá cada una de nuestras acciones.<br /><br />Ciertas operaciones quirúrgicas, practicadas en el cerebro (sobre los lóbulos frontales), que luego dejaron de emplearse, afectaban a la zona del mismo que estaba asociada a la conciencia moral, por lo que afectó el comportamiento emocional del individuo involucrado produciendo efectos altamente indeseables. <br /><br />En un mundo reglamentado por leyes naturales, los efectos siguen a las causas que los producen en forma independiente del tiempo. De ahí que, a iguales causas les seguirán iguales efectos. Tanto el amor, como el egoísmo, el odio y la negligencia producirán efectos similares en los distintos pueblos y en las distintas épocas, ya que son actitudes derivadas de emociones que forman parte de procesos asociados a nuestra herencia biológica. De ahí que podamos hablar de cierta ética natural de carácter objetivo. <br /><br />El relativismo moral produce, como consecuencia inmediata, la pérdida paulatina de la conciencia moral. Si se considera que no existen causas objetivas que producen el Bien y el Mal, sino que tales conceptos son puramente convencionales, tiende a anularse el proceso asociado a la conciencia moral, produciendo efectos similares a los ocasionados por la mencionada operación quirúrgica. Todo lo que se puede destruir actuando sobre el “hardware” de una persona, podrá también destruirse actuando de alguna manera sobre el “software” de la misma. <br /><br /><br />JUSTICIA<br /><br />“La idea de que los buenos deberían ser felices porque son dignos de la felicidad y que los malos deberían ser desgraciados porque no son dignos de la felicidad es el fundamento del concepto ético de justicia” Agnes Heller (“Más allá de la justicia”) <br /><br />Muchos autores destacan que la felicidad es la recompensa a la bondad, mientras que la infelicidad es el castigo a la maldad. De ahí que no habría necesidad de un Dios que “desde arriba” distribuyera premios y castigos según buenas o malas sean las acciones humanas.<br /><br />Mientras que la no intervención de Dios en cuestiones humanas es considerada como una prueba de su inexistencia, debemos decir que, por el contrario, la distribución automática de premios y castigos es también una forma de “existencia”, potencial en este caso, equivalente a su presencia. A esta altura de la civilización, debemos cambiar la imagen de un Dios poderoso que cambia las reglas del juego a la de un Dios inteligente que ha realizado el diseño del mundo y al cual nos debemos adaptar por nuestra propia cuenta y riesgo. “Dios es real porque produce efectos reales”, estableció William James.<br /><br />Aún existiendo la posibilidad de cierta distribución automática de premios y castigos, caen fuera del proceso de la justicia aquellos acontecimientos fortuitos que destruyen una vida y que no tienen en cuenta mérito o culpa alguna. Por ello nuestra naturaleza humana nos ha provisto de la capacidad de prever los acontecimientos que podrán sucedernos y de la dosis de miedo necesaria para evitar los riesgos que atentarán contra nuestra vida.<br /><br /><br />LIBERTINAJE<br /><br />“Lo que antes eran vicios son ahora costumbres” Lucio Anneo Séneca <br /><br />En los últimos tiempos, los medios masivos de comunicación, junto a la preponderancia del relativismo moral, han ido destruyendo, en forma sistemática, los valores éticos esenciales de la sociedad. Mientras que el docente cuida sus palabras y actitudes frente a sus alumnos, tratando de no perjudicarlos en algún sentido, quienes dirigen programas televisivos, por el contrario, no muestran el menor interés respecto de las actitudes y tendencias que impondrán a millones de espectadores.<br /><br />La televisión toma contacto con lo que sucede en la realidad, aunque sea una realidad poco favorable al hombre. Luego, esa realidad se difunde públicamente para tomar mayor fuerza, lo que constituye un sistema realimentado positivamente y que tiene como resultado inmediato la legitimación pública de actitudes violentas, o carentes de respeto a los demás miembros de la sociedad. <br /><br />Una de las actitudes impuesta y legitimada por la televisión es la burla. Mientras que las drogas hacen que el individuo se sienta, momentáneamente, en un mundo de gratas sensaciones para luego tener que soportar el duro golpe contra la realidad, la burla hace sentir al que la manifiesta ciertos instantes de superioridad por cuanto ha podido degradar a cualquier ser humano encontrándole algún defecto. Luego vendrá el golpe contra el mundo real por cuanto tarde o temprano se dará cuenta de que ha caído en el lugar más bajo en que un hombre puede ubicarse.<br /><br />Quienes adhieren al relativismo moral encontrarán falto de sentido al término “libertinaje”. En este caso, si bien es posible que no existan pruebas racionales para esclarecer la situación, deberían comprobar en la propia sociedad los efectos nefastos que está produciendo el lema generalizado del “todo vale”.<br /><br /><br />POSMODERNIDAD<br /><br />“Una actitud que asombra y que sin embargo aparece natural, es una especie de paso desde la ética de los deberes a la ética de los derechos en los últimos veinte años. La ética siempre fue una disciplina ocupada del deber ser, o sea, la que discernía entre lo que se quiere y se puede hacer, y a su vez, lo que cabe hacer sin evadirse de lo correcto”. “Se reclama si se vulnera el más pequeño de los derechos, y de hecho suena mal hacerle presente a alguien sus deberes. Se podría pensar que todo derecho involucra un deber, pero la posmodernidad maximiza los derechos y en cambio tiene una mirada benévola, comprensiva, silenciosa, para las evasiones de deberes. Parece curioso sin embargo que la situación engendrada por este paso a la ética del posdeber, no haya provocado un caos en la vida social, como sería lo esperado” Armando Roa (“Modernidad y posmodernidad”)<br /><br />Cuando buscamos el respeto riguroso de nuestros derechos, y poca importancia le damos a nuestros deberes (generalmente los derechos de los demás), estamos en una situación en la que prevalece netamente el egoísmo.<br /><br />Favorecida por los avances tecnológicos en materia de comunicaciones, se va estableciendo una mentalidad generalizada que tiende a globalizarse. La mentalidad predominante, conocida como “posmodernidad”, puede caracterizarse por el predominio de dos conceptos básicos:<br /><br />a) Relativismo moral y cultural<br />b) Búsqueda prioritaria del placer<br /><br />Si no se busca la felicidad en los afectos ni en lo intelectual, sólo le queda al hombre adoptar una actitud consumista y superficial asociada a la búsqueda de la comodidad y del placer. La búsqueda del placer no presenta ningún tipo de limitación ética por cuanto deja de lado cualquier tipo de vínculo afectivo.<br /><br />Ante la ausencia de un sentido de la vida, asociado al vacío existencial, existe una necesidad de evasión de la realidad, la que conduce frecuentemente al consumismo, a la diversión desmedida y al consumo de alcohol y drogas.<br /><br />Las sociedades actuales buscan soluciones económicas a los problemas éticos, siendo que éstos provienen, en primera instancia, de tener una información bastante distorsionada de la realidad. Incluso si nos pusiéramos de acuerdo en que la solución de los problemas sociales se debe dar desde la educación y lo ético, deberíamos convencer a la mayoría respecto a la existencia del Bien y de la verdad, como aspectos objetivos inherentes a la realidad.<br /><br /><br />DEBERES Y DERECHOS<br /> <br />“Lo que antes se hubiera considerado como un beneficio de la suerte que inspiraba humilde gratitud hacia el destino, se convirtió en un derecho que no se agradece, sino que se exige” José Ortega y Gasset (“La rebelión de las masas”)<br /><br />Si bien resulta poco grato contemplar, o imaginarse, el despotismo en adolescentes que heredaron una sólida posición económica, peor aún, por la cantidad involucrada, es la actitud déspota en adolescentes que no poseen tal nivel económico. Y ello se debe a que la sociedad inculca el reclamo por los derechos, de cualquier tipo, mientras que poco se habla de los deberes respectivos.<br /><br />Incluso cuando los derechos de los menores incluyen la no imputabilidad por delitos cometidos (que a veces involucra asesinatos) podemos decir que las leyes promueven la delincuencia, siendo el propio menor el más perjudicado por cuanto se lo está marginando de la sociedad, aún cuando se busque (o se declame) lo contrario.<br /><br />La actitud que están adoptando los adolescentes en las escuelas, tal la del “noble déspota”, amparado por las leyes y acreedor de todos los derechos, es algo grotesco. Eliminando sanciones ante todo tipo de faltas cometidas, sólo se logra desadaptarlos al mundo real y la sociedad, llevándolos a actitudes cercanas a las del delincuente juvenil. Justamente, mientras que desde la escuela se los va habituando a cometer atropellos sin ser castigados, las leyes destinadas a los menores confirman cierta continuidad para encauzarlos por el camino del delito. <br /> <br /><br />MEDIOS Y FINES<br /><br />“Los buenos fines sólo pueden ser logrados usando medios adecuados. El fin no puede justificar los medios, por la sencilla y clara razón de que los medios empleados determinan la naturaleza de los fines obtenidos” Aldous Huxley (“El fin y los medios”) <br /> <br />Se considera que el comportamiento ético individual deriva de tres causas principales: <br /><br />a) Previa existencia de intenciones<br />b) Acatamiento a las normas sociales <br />c) Conocimiento de las consecuencias de nuestros actos. <br /><br />Es esencial el conocimiento de los efectos que ocasionará cada una de nuestras acciones, ya que la formación de las normas de conducta sociales provendrá, en última instancia, de tal conocimiento. De ahí que quedan las intenciones como la primera causal de nuestra conducta.<br /><br />Es prioritaria la buena intencionalidad de nuestras acciones, por cuanto implicará la existencia de una tendencia que, en la mayoría de los casos, producirá buenos resultados. Por el contrario, el acatamiento a normas éticas que tienen un contenido puramente racional, es posible que no siempre produzca buenos resultados, excepto cuando ayudan a despertar en el individuo una buena intencionalidad.<br /><br />Si vemos que alguien comete errores, pero sabemos que se trata de una persona bien intencionada, tendremos la predisposición a perdonarlo y a minimizar esos errores. Por el contrario, si sabemos que alguien tiende a ser mal intencionado, es posible que, incluso aquellas acciones positivas realizadas, puedan ser interpretadas negativamente, o al menos tendremos esa predisposición.<br /><br />La finalidad de nuestras acciones lleva implícita cierta intencionalidad, por lo que valorar intenciones implica valorar finalidades. Recordemos que el bien y el mal derivan de aquello que favorece, o bien que impide, el logro de cierta finalidad, por lo que es la finalidad lo esencial de nuestras acciones.</b>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-60672093090328924362011-09-11T06:27:00.000-07:002011-09-11T06:40:16.533-07:00IV Economía<span style="font-weight:bold;"><br /><br />ECONOMÍA DE MERCADO<br /><br />“Persiguiendo su propio interés, frecuentemente promueve el de la sociedad más efectivamente que si realmente intentara promoverlo. Nunca he sabido de mucho bien producido por aquellos que pretenden comerciar por el bien común” Adam Smith (“La Riqueza de las Naciones”)<br /><br />Basado en la ley de la oferta y la demanda, el proceso del mercado es un sistema autorregulado, que no necesita ingerencias del Estado para su funcionamiento óptimo, excepto la de crear las condiciones legales adecuadas. “Se necesita legalidad, no controles”, expresa Ayn Rand. <br /><br />Como en toda descripción científica, la del mercado requiere de algunas restricciones para ser compatible con el proceso que permite beneficios simultáneos entre los distintos integrantes de la sociedad. De no cumplirse con alguna de ellas, no sólo la descripción, sino los resultados concretos, dejarán de ser óptimos. Podemos mencionar las siguientes:<br /><br />a) Los compradores y los vendedores deben ser demasiado pequeños para influir sobre el precio del mercado.<br />b) Todos los participantes deben disponer de información completa y no puede haber secretos comerciales.<br />c) Los vendedores deben soportar el coste completo de los productos que venden y trasladarlos al precio de venta.<br />d) La inversión de capital debe permanecer dentro de los límites nacionales y el comercio entre los países debe equilibrarse.<br />e) Los ahorros deben invertirse en la creación de capital productivo. (De “El mundo post empresarial” de David C. Korten – Ediciones Granica SA)<br /><br />Es innegable que varias de las restricciones mencionadas no son cumplidas por las grandes corporaciones que actúan en el actual proceso de la globalización del mercado. <br /><br />Podemos intentar hacer un resumen de los elementos básicos de la economía de mercado:<br /><br />Economía libre = Trabajo + Ahorro productivo + Ética<br /><br />Se ha de lograr la optimización de la economía a partir del mejoramiento ético individual, pasando desde el egoísmo y la competencia, como motor del proceso, a la cooperación y la búsqueda de ventajas compartidas entre las partes que intervienen.<br /><br />Para un favorable cambio de mentalidad, no hacen falta las poco comunes virtudes de los pioneros, ya que las satisfacciones morales son tan reales y concretas como lo son las satisfacciones que brindan las riquezas y el poder, que se tornan poco atractivas en cuanto nos hacemos conscientes de los efectos producidos en los demás.<br /><br /><br />LIBERALISMO <br /><br />“Su oposición a la autoridad absoluta, ya fuera del Estado, de la Iglesia o de un partido político, inspiraba un profundo interés por la libertad individual. El mérito moral, el valor absoluto y la dignidad esencial de la personalidad humana, han constituido el postulado fundamental del liberalismo” J. Salwyn Schapiro (“Liberalismo”) <br /><br />Entre los fundamentos del liberalismo, tanto en lo político como en lo económico, podemos citar la búsqueda de los siguientes aspectos:<br /><br />a) Libertad individual asociada al derecho a formar asociaciones de cualquier tipo.<br />b) Igualdad de derechos ante la ley, con exclusión de privilegios.<br />c) Obligatoriedad del Estado en la defensa de la libertad, la igualdad y la seguridad de todos los ciudadanos.<br />d) Libertad de pensamiento y expresión.<br />e) Creencia en el progreso gradual y defensa de todo tipo de reformas.<br />f) Gobierno de las leyes ante que de los hombres.<br />g) Libertad económica asociada a la plena vigencia del mercado<br /><br />El liberalismo es criticado severamente por quienes ambicionan lograr el poder absoluto, generalmente a través del dominio del Estado, por ello no es extraño que entre los más importantes opositores del liberalismo podamos mencionar a Mussolini, Hitler, Stalin y a Mao, es decir, fascistas, nazis y comunistas, quienes fueron los principales promotores de las más grandes tragedias que recuerda la historia de la humanidad. Es por ello que las críticas, según de quien viene, pueden transformarse en elogios.<br /><br />Es conveniente considerar los escritos de los economistas liberales más representativos para poder observar que la libertad que ellos promueven no lleva como finalidad favorecer el enriquecimiento de una minoría, o de una clase social, a costa de otras, como comúnmente sostienen sus detractores.<br /><br /><br />ÉTICA EMPRESARIAL<br /><br />“No se preocupe por superar a sus contemporáneos o sus antecesores; trate de superarse a usted mismo” William Faulkner<br /><br />La empresa actual debe tratar de reducir sus costos, aumentando la calidad de sus productos, para mantenerse en el mercado y no ser desplazada por otras empresas. Debe también innovar creando nuevos productos, de lo contrario su existencia podrá verse limitada.<br /><br />Las empresas han de tener distintas prioridades, por lo que mostrarán distintas actitudes ante la sociedad y ante cada uno de los integrantes del proceso productivo. Deberá satisfacer tanto a clientes, como a empleados y accionistas. De lo contrario perderá a algunos de ellos.<br /><br />La actitud de una empresa no debería asociarse a la búsqueda de una optimización de ganancias, sino a un mejor desempeño en la producción a la que se ha dedicado. Las ganancias deberán ser una consecuencia de haber cumplido con otros fines. Puede decirse que la empresa socialmente apta es la que contempla con equidad los beneficios tanto de accionistas, empleados y clientes, preservando la integridad del medio ambiente.<br /><br />Nótese que el éxito empresarial no ha de depender sólo del gerente que la dirige, sino del apoyo de los demás integrantes del proceso. Si los accionistas pretenden obtener muchas ganancias, podrán llevarse su capital si no las consiguen. Y el accionista es el ciudadano común.<br /><br />Es oportuno decir que el nivel ético imperante, a nivel empresarial, ha de ser similar al nivel ético imperante en la sociedad, no habiendo razones para que sea esencialmente distinto. Seguramente no ha de ser válida la opinión de que el “empresario es malo por naturaleza” mientras que el político que controla la economía desde el Estado es “bueno por naturaleza”, lo que tácitamente se acepta en cualquier discusión al respecto.<br /><br />Uno de los errores frecuentes en que se incurre, consiste en tomar como referencia, para nuestras decisiones y para nuestra vida, la ley de la oferta y la demanda, ya que se toma como pretexto para incumplir todo tipo de norma moral. No son los ideales ni la ética los que son tomados en cuenta, sino lo que mejor cuadra teniendo presente una posible optimización de ganancias. <br /><br /><br />CAPITALISMO FINANCIERO<br /><br />“En una economía de mercado, la inversión se centra en la creación y renovación de la capacidad productiva para responder a futuras necesidades. En una economía capitalista, la inversión se centra en la producción de dinero. Y que se cree o se destruya la capacidad productiva durante este proceso es un hecho sin importancia. Al igualar falsamente la creación de dinero con la creación de riqueza, manteniéndose insensibles a las consecuencias de sus acciones para el resto de la sociedad, los capitalistas han proclamado una nueva era de capitalismo financiero y se congratulan a sí mismos por haber encontrado el secreto de la creación de riqueza sin el inconveniente de participar en una actividad productiva” David C. Korten (“El mundo post empresarial”)<br /><br />A menudo se habla del capitalismo en forma despectiva, pero es necesario hacer distingo entre:<br /> <br />a) El proceso autorregulado descubierto por Adam Smith (economía de mercado)<br />b) El capitalismo empresarial <br />c) El capitalismo financiero. <br />d) El capitalismo estatal<br /><br />El primero es la”teoría”, el segundo la “práctica”, que puede ser algo distinto, mientras que el tercero y el cuarto constituyen la “distorsión” del proceso. <br /><br />La grave crisis del 2008 ha puesto en evidencia la inestabilidad inherente al capitalismo financiero, por lo que debería considerarse la posibilidad de mejoras éticas, a través de la concientización individual, además de las necesarias reformas legales que traten de limitarlo. <br /><br />Es hora de que la especulación sea considerada como una actitud antisocial, por lo que es necesario que todo ciudadano deje de admirar a quienes son capaces de obtener dinero sin hacer algo positivo a cambio. Si, por el contrario, fuese visto como un delincuente, es posible que la situación comience a revertirse.<br /><br />El especulador es el que se siente confiado en ganarle al mercado en forma similar a la actitud del jugador que quiere ganarle al casino, y a veces lo logra. Su acción resulta una cuestión fundamentada en un espíritu competitivo personal, estando lejos de la búsqueda de un beneficio para la sociedad.<br /><br />Como existe una delgada línea que separa la inversión de la especulación, hay quienes se escudan en la legalidad de sus acciones. Sin embargo, no sólo debemos contemplar la existencia de leyes humanas, sino, sobre todo, debemos contemplar la existencia de leyes naturales que contemplan los distintos efectos ocasionados sobre el resto de la sociedad por cada una de nuestras acciones. <br /><br />Se dice que existe inversión cuando una acción se comercializa unas cien veces por año, mientras que es especulación cuando se comercializa unas cien veces por semana, creándose una burbuja financiera. Cuando la oferta de una acción supera la demanda, comienza la caída de su cotización hasta llegar al valor real, o hasta no valer nada.<br /><br /><br />CAPITALISMO ESTATAL<br /><br />“Opino que la definición que más conviene a la sociedad soviética contemporánea es la de ‘sociedad de capitalismo estatal’; es decir, un sistema que, a diferencia del actual capitalismo de tipo occidental, está basado en la total nacionalización y el absoluto monopolio de la economía por el Partido y el Estado que, asimismo, ejercen pleno control sobre la cultura, la ideología y muchos aspectos básicos de la vida” Andrei Sajarov (“Mi país y el mundo”) <br /><br />Las críticas descalificadoras que se hacen al capitalismo, provienen generalmente de personas que promueven el socialismo. Se aduce que la economía libre crea desigualdades económicas y una gran concentración de poder económico. Sin embargo, siguiendo las sugerencias de Marx, cuando se elimina la propiedad privada de los medios de producción, se produce la mayor concentración posible de poder, tal el ejercido por el Estado, mientras que la clase dominante de ese Estado crea una notoria desigualdad económica.<br /><br />La concentración absoluta de poder conduce a la sociedad totalitaria, que favorece y acentúa todos los vicios y todos los errores atribuidos al capitalismo privado, por las mismas razones argumentadas en contra de este último. Respecto de la sociedad soviética, Andrei Sajarov expresó: “Atrincheradas en su bienestar las minorías satisfechas…..”.<br /><br />No debiera decirse que las fallas del comunismo soviético, o de otros comunismos, se debieron a la mala interpretación de las ideas de Marx. La idea es muy simple: si se elimina la propiedad privada y todo pertenece al Estado, quien dirige al Estado dispone del mayor poder imaginable y posible.<br /><br />Mientras que desde el marxismo se hacen críticas al cristianismo considerándolo como una ideología favorecedora de la docilidad del trabajador en beneficio del empresario explotador, puede muy bien decirse que el altruismo predicado por Marx es una sugerencia para que cada individuo trabaje y se sacrifique por el Estado en beneficio de la clase dirigente, tal como ocurrió en la URSS.<br /><br /><br />POBREZA<br /><br />“No hay nada que mantenga mejor este equilibrio (de la pobreza) que la ausencia de aspiración y la falta de esfuerzo para huir de él. A su vez, en la comunidad rural pobre, tal aspiración se encuentra en conflicto con uno de los elementos más profundos y predecibles de la conducta humana. Este es la negativa a luchar contra lo imposible, la tendencia a preferir la resignación a la frustración” John K. Galbraith (“El origen de la pobreza de las masas”)<br /><br />La pobreza es un problema social que no se ha podido solucionar totalmente. Quizás ello se deba a la existencia de varias causas, algunas de ellas poco conocidas. No son sólo las decisiones económicas o políticas de los gobiernos las que influirán en una posible mejora, sino también los aspectos culturales y psicológicos dominantes en cada individuo. <br /><br />La sociedad se presenta, ante cada hombre, como un grupo hostil, contra el cual deberá luchar cotidianamente hasta el resto de sus días. De ahí la necesidad de poseer bastante fortaleza espiritual, y de grandes motivaciones, para afrontar con éxito las dificultades que se nos presentan. Quienes tengan insuficiente fortaleza y motivaciones para la lucha, se sentirán vencidos incluso antes de comenzar la contienda.<br /><br />Para evitar la pobreza debemos mentalizarnos para llevar una vida en la cual uno se ha de conformar con la menor cantidad de recursos materiales posibles. Ello se logrará cuando la satisfacción moral sea la causa principal de nuestra felicidad. Además, debemos trabajar teniendo en la mente la búsqueda de cierta seguridad económica futura. <br /><br />Ya que la pobreza implica sufrimiento, existirá ante ella cierto temor. El temor normal hace que una persona sea ahorrativa y previsora del futuro. La ausencia de temor puede impulsar al hombre a una vida en la que se contempla sólo el presente, favoreciendo una frágil posición económica futura. <br /><br />La tendencia al ahorro implica cierto sacrificio del presente en favor de una seguridad futura, mientras que la tendencia al crédito implica un sacrifico del futuro en beneficio de cierta comodidad presente. La búsqueda de la seguridad debería preponderar sobre la búsqueda de la comodidad.<br /><br />En cuanto a los países en desarrollo, predominan los intentos por encontrar el “sistema económico” que mejore la situación sin que sus habitantes cambien en lo más mínimo. Incluso se pretende imitar el “sistema” que utiliza tal o cual país sin siquiera preguntar acerca de cuáles son las ideas predominantes en el mismo. <br /><br />Cuando en una sociedad predomina la gente negligente, o temerosa en exceso, es posible que no se logre establecer la proporción mínima aconsejable de empresarios. Sin esa cantidad mínima, la desocupación seguramente adquirirá niveles importantes. La desocupación encubierta tampoco es una solución, ya que está constituida por miles de puestos de trabajo, a nivel estatal, casi improductivos, que son una carga adicional para los sectores productivos de la sociedad.<br /><br />En cuanto a los gastos evitables, a nivel mundial, tenemos el caso de los armamentos y las guerras. Es necesario dejar de lado los nacionalismos exagerados como también las divisiones de origen religioso o étnico, como causas de conflictos. Si la religión es una cuestión ética, entonces debemos priorizar la divulgación de la ética objetiva, dejando de lado los aspectos subjetivos tradicionales, o menos relevantes.<br /><br />Hay muchos que critican a los demás y los culpan por la pobreza existente en el mundo, pero en realidad hacen muy poco, o nada, para revertir la situación. Se sienten “generosos” cuando desean repartir los bienes ajenos y generalmente critican con mayor énfasis a los sectores productivos, en lugar de hacerlo con los sectores improductivos.<br /><br />Se estima en unas 428 millones de personas las que salieron de la miseria en los últimos treinta años. De ahí la declaración optimista de Guy Sorman: “Entre las teorías confirmadas y las experiencias verificadas, hoy es posible trazar el itinerario exacto que conduce de la pobreza a la riqueza de las naciones”, haciendo referencia a la economía de mercado. <br /><br /><br />FALACIAS ECONÓMICAS<br /><br />“El arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores” Henry Hazlitt (“La economía en una lección”)<br /><br />En el campo de la economía, son muchas las falacias en que se incurre, derivando todas ellas en la no consideración simultánea de todos los sectores de la sociedad involucrados y de los efectos tanto en el corto como en el largo plazo. Conviene tenerlas en cuenta por cuanto de ellas derivan las desacertadas y perniciosas decisiones económicas que a todos nos afectan.<br /><br />Una de las más comunes es aquella que puede ejemplificarse con la destrucción de un vidrio, aduciendo que ello producirá trabajo en el vidriero y éste a su vez tendrá dinero disponible para otros bienes o servicios favoreciendo la demanda. Sin embargo, no se tuvo en cuenta que quien tuvo que reparar el vidrio, dejó de comprar un traje, y quien fabrica trajes tuvo una menor venta. Antes de la ruptura del vidrio había un vidrio sano y luego habría un traje; después de la ruptura sólo hay un vidrio sano, el que fue repuesto.<br /><br />El mismo razonamiento se aplica respecto de las “ventajas destructivas” que tienen las guerras. Es un razonamiento que no tiene en cuenta a todos los integrantes de la sociedad por lo cual se llega al absurdo de que la guerra favorece la economía, o cosas semejantes.<br /><br />También la creación de puestos de trabajo inútiles se observa como una solución para la desocupación, sin tener presente que tales puestos absorberán recursos que podrían haberse destinado al trabajo útil, por lo cual llegamos a algo similar al caso anterior. Es similar destruir un vidrio para darle trabajo al vidriero que destruir recursos para el trabajo genuino para dárselos al trabajo inútil.<br /><br />La introducción de nuevas tecnologías produce desocupación en algunos sectores de la sociedad, por lo que muchos ven en ello algo negativo. Sin embargo, la mejora de la productividad hace que los recursos sobrantes vayan a parar a la adquisición de nuevas máquinas o bien a otros sectores de la producción. Por lo que la absorción laboral del desocupado se verá bastante facilitada.<br /><br />El populismo trata de escuchar la voz de la “sabiduría popular” (falacias económicas) en lugar de hacerlo con la ciencia económica. Si bien la economía puede equivocarse tanto en el diagnóstico como en la solución propuesta (tal como ocurre con el accionar del médico), no implica que toda la economía o toda la medicina sean erróneas. Simplemente deben tenerse presente las limitaciones de la ciencia como del profesional respectivo. De esa forma se evitará darle entrada a todo el caudal de sofismas y falacias asociadas a la economía. <br /><br /><br />METAS ECONÓMICAS<br /><br />“Hace falta un largo razonamiento para mostrar que el capital del que dependen los milagros de la civilización es creación lenta y penosa de la economía y el espíritu de empresa de unos pocos, y de la laboriosidad de muchos, y para destruirlo, ahuyentarlo o impedirle nacer basta una causa que disminuya o haga inseguros los beneficios del capitalista o amortigüe la actividad del trabajador; y que el Estado, al no castigar la holganza, la imprevisión y la conducta desordenada, y privar a la frugalidad y la previsión de la recompensa que por naturaleza merecen, acaso destruya la riqueza, pero lo que sí hará con toda seguridad es agravar la pobreza” Nassau Senior<br /><br />Para mirar hacia el futuro, en lugar de hacerlo hacia el pasado, es conveniente tener ambiciones y proyectos. Esos proyectos deberán ser accesibles a nuestras aptitudes, si bien ello es algo difícil de comprobar en un principio. <br /><br />Además de los proyectos personales, existen algunos comunes a la mayoría de los seres humanos, tal el caso del nivel económico a lograr. Albert Einstein admiraba a Roosevelt por cuanto promovía el logro de una buena posición económica para sentirse liberado de los demás, mientras que Gandhi proponía conformarse con una vida muy simple para lograr dicha finalidad. <br /><br />De ahí que conviene adoptar la postura de Gandhi para sentirnos siempre conformes con lo que tenemos, mientras que conviene también adoptar la postura de Roosevelt, como un factor de seguridad. De esa forma, siempre sentiremos que hemos logrado algo más que lo que ambicionamos. De lo contrario, si nos imponemos metas elevadas en cuanto a lo económico, casi siempre sentiremos la sensación de no haber tenido éxito en nuestro emprendimiento.<br /><br />Posiblemente, la base ideológica de la sociedad exitosa radique en la búsqueda de la libertad personal en la cual la adquisición de dinero implica una forma de liberarnos, justamente, del propio dinero. Por el contrario, bajo el ideal socialista, se busca la igualdad económica y la unión de los hombres a través de los medios de producción, lo que siempre los ha llevado a la pérdida de la libertad. <br /><br />El éxito económico de la sociedad dependerá del éxito económico de sus integrantes, por lo que es oportuno tener presente las ventajas asociadas al trabajo y al ahorro productivo. Cuando el hombre encuentra la felicidad en la búsqueda de valores no económicos, es cuando mejores resultados obtiene en los aspectos estrictamente materiales.<br /><br />Así como en el ámbito de la religión se busca en los Libros Sagrados los pequeños detalles secundarios, para evitar el cumplimento de los mandamientos, en el ámbito de la economía se buscan las distintas variantes para tratar de evitar tanto el trabajo como el ahorro productivo. <br /><br /><br />DISTRIBUCION DE LA RIQUEZA<br /><br />“La otra falacia consiste en suponer que la producción se compone de una cantidad fija de bienes y servicios, producidos por un capital fijo en cantidad y calidad, que proporciona un número fijo de ‘puestos de trabajo’. Se supone que esa producción inmutable marcha más o menos automáticamente, sin que influyan en ella los incentivos de productores, trabajadores y consumidores. A diario se nos dice que ‘el problema de la producción ha sido resuelto’, y sólo hace falta una mejor ‘distribución’” Henry Hazlitt (“La economía en una lección”)<br /><br />Es común la prédica cotidiana que aduce que los sectores productivos de la sociedad en realidad son sectores que consumen en exceso lo que la naturaleza ha dado a todos por igual. En lugar de pensar que algo que no se produce es algo que no existe, se supone que lo que unos ganan en exceso implica necesariamente que otros lo pierden en un porcentaje similar.<br /><br />Si existiese una total distribución de la riqueza, seguramente no habría quienes pudiesen invertir suficiente capital en la producción, y la economía tendería a colapsar. Incluso si se equiparara el sueldo de todos los habitantes, no habría incentivos para ganar mejor.<br /><br />Si apareciese un empresario generoso que optara por repartir todas las ganancias anuales entre sus empleados y accionistas, la empresa no podría disponer de capital para un futuro crecimiento. Puede decirse que el capital se ha degradado en pequeñas partes de por sí ineficaces, económicamente hablando. <br /><br />La única forma de lograr la justicia económica será a través de una previa mejora ética generalizada. El hombre, trabajando y realizando intercambios en libertad, requiere de una base ética que le induzca a buscar beneficios simultáneos entre las partes intervinientes. Esto es comprendido generalmente por los empresarios exitosos, que saben que, a la larga, serán recompensados por el desempeño honesto.<br /><br />El sistema de libre empresa ha sido constantemente descalificado por quienes han buscado el poder absoluto a través del “capitalismo estatal” (la única sociedad posible luego de la eliminación de la propiedad privada). Se ha dicho que una mentira, repetida muchas veces, llega a convertirse en una verdad. Es oportuno volver a plantear el significado de la economía de mercado y de sus posibles distorsiones:<br /><br />Economía de mercado = Trabajo + Ahorro productivo + Ética natural<br /><br />Capitalismo empresarial (Busca la optimización de ganancias)<br /><br />Capitalismo financiero (Busca la optimización de ganancias sin producción)<br /><br />Capitalismo estatal (Busca el monopolio y el poder absolutos) <br /><br /><br />SOCIEDAD DE CONSUMO<br /><br />“La característica distintiva de la sociedad moderna es esa multiplicidad indefinida de las necesidades humanas. La característica de la civilización antigua es la restricción imperativa y la regulación estricta de aquellas necesidades” Mahatma Gandhi<br /><br />Cuando el hombre pierde de vista su esencia humana, tanto intelectual como social, no busca incrementar su nivel de conocimientos ni sus vínculos afectivos, sino que trata de obtener todo lo que proporcione beneficios para su cuerpo. Trata de satisfacer su esencia biológica antes que su esencia cultural. Para contrarrestar esta tendencia deberíamos intentar lograr una masiva difusión del conocimiento. <br /><br />Siendo la sociedad de consumo un efecto de la mentalidad generalizada de la sociedad, no tiene sentido culpar a los que mejores resultados han logrado respecto de las ambiciones de la mayoría. Podemos decir que si existe el pedestal que premia el éxito monetario, es porque la gente quiso que así fuera.<br /><br />Hay sociedades que valoran excesivamente el éxito económico, por lo que no es raro que también de ellas surjan las grandes crisis financieras que afectan a todo el mundo. Así tenemos el caso del “sueño americano” que presiona al ciudadano común a alcanzar el éxito material incluso cayendo en la especulación financiera. <br /><br />Con el lujo y la ostentación a veces se busca despertar la envidia de los demás. Quien los busca, muestra una actitud agresiva hacia el medio social. También ocurre que muchos desean obtener una buena posición económica para vengarse de la sociedad que pocos los valoró con anterioridad. Se ha dicho al respecto: “Si quieres conocer a alguien, dadle poder”.<br /><br />Al físico Albert Einstein se le requirió, en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, que colocara en un sobre la cifra de dinero que deseaba ganar anualmente como investigador. Luego, los directivos decidieron otorgarle algo más de cinco veces la cantidad solicitada. Esto contrasta con las desmedidas ambiciones económicas de quienes tienen como actividad laboral la compra a un precio y la venta a un precio superior. Respecto de las ambiciones egoístas, Cristo sugiere: “Habéis recibido por gracia, dad por gracia”.<br /><br />Si la mayoría de los hombres buscáramos, como estilo de vida, una “pobreza franciscana”, las economías regionales colapsarían. Deberíamos, más bien, adoptar posturas culturales adecuadas, mientras que el accionar económico sólo ha de ser un efecto de la postura adoptada. No debemos buscar una actitud antagónica hacia el dinero y lo material, sino una actitud favorable a la cultura y al conocimiento.<br /><br /><br />PENSAMIENTOS CORTOS Y LARGOS<br /><br />“Trabajemos, pues, en pensar bien: tal es el principio de la moral” Blaise Pascal (“Pensamientos”)<br /><br />Las acciones humanas dependen bastante de la previsión de los efectos correspondientes; previsión que hacemos mediante el pensamiento. De ahí que, no sólo nuestras buenas intenciones tendrán un valor ético potencial, sino también nuestras aptitudes mentales para vislumbrar los efectos que nuestras acciones producirán en el futuro. <br /><br />Podemos observar, en algunas personas, un pensamiento corto, que sólo tiene presente las consecuencias inmediatas, o el corto plazo, mientras que en otras observamos un pensamiento largo, que tiene presentes tanto las consecuencias inmediatas como el largo plazo. Estos tipos de pensamiento caracterizarán a las distintas sociedades en caso de que prevalezca alguno de ellos. <br /><br />Como ejemplo de la mentalidad de corto plazo podemos mencionar el caso de los países que otorgan jubilaciones sin la exigencia de aportes previos realizados; decisión quizás adoptada con propósitos electorales. Es posible que en el largo plazo el sistema previsional tienda a colapsar, o a ser muy poco efectivo, por cuanto inducirá a muchos a no pagar, ya que esperarán ser beneficiados en la condición mencionada. <br /><br />En otros países las cosas son muy distintas. En Vermont, EEUU, hace algunos años, los vecinos se opusieron a que construyeran un albergue estatal de ancianos aduciendo que tal ayuda implicaría un mal ejemplo para los jóvenes, por cuanto los induciría a no trabajar suficientemente de jóvenes esperanzados a ser socorridos, en la vejez, por el Estado.<br /><br />El que piensa para el largo plazo es mirado generalmente como insensible e inhumano, a pesar de que con esa mentalidad se lograrán mejores resultados económicos y sociales. Por el contrario, el que piensa para el corto plazo es mirado como un ciudadano sensible, preocupado por los problemas de los demás, aunque las consecuencias de sus pensamientos conduzcan a resultados negativos. <br /><br />De todas formas, en el caso mencionado, es posible que una postura intermedia sea la mejor, por cuanto es imprescindible que el Estado pueda brindar apoyo a quienes estén incapacitados para lograr una mínima seguridad, o un mínimo bienestar, pero sin que se llegue al extremo de que la mayor parte de la sociedad pretenda ser la destinataria de esa protección, por cuanto el Estado se verá saturado en sus posibilidades y el caos social será la consecuencia inevitable de promover la asistencia social como algo generalizado y permanente.<br /> <br /><br />LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO<br /><br />“El recurso económico básico, el ‘medio de producción’, para utilizar el término de los economistas, ya no es el capital ni los recursos naturales (el ‘suelo’ de los economistas) ni la ‘mano de obra’. Es y será el saber”. “Ahora el valor se crea mediante la ‘productividad’ y la ‘innovación’, ambas aplicaciones del saber al trabajo” Peter Drucke (“La Sociedad poscapitalista”)<br /><br />El avance tecnológico actual hace que el hombre no sólo deba adaptarse a las leyes naturales, sino también a la propia sociedad tecnológica. De no hacerlo, se verá desplazado y marginado del ámbito laboral, y de la sociedad.<br /><br />En otras épocas, un gran porcentaje de la población laboralmente activa se dedicaba a la agricultura. En la actualidad, debido a la gran tecnificación del campo, en los países desarrollados se consigue el abastecimiento pleno con la utilización de sólo un 3 o 4 % de la fuerza laboral. Otro tanto se espera para el caso de la industria. De ahí que los puestos que quedarán serán para la gente muy especializada.<br /><br />Esta situación puede vislumbrar una gran desocupación tecnológica para el futuro, sin embargo, debe tenerse presente que más del 75% de los empleos, en los países desarrollados, se otorgan a la producción de servicios, por lo que la situación no es tan grave como podría suponerse. Para los empleos en el sector servicios también hace falta una buena preparación, quedando relegados del trabajo quienes no ofrezcan conocimiento laboral alguno. <br /><br /><br />INMIGRACIÓN Y CAPITALES<br /><br />“El gran defecto del capitalismo es que distribuye la riqueza con muchas iniquidades, mientras que el mérito del comunismo es que distribuye la miseria con admirable equidad” Winston Churchill (“¿Qué hacer?” Cita)<br /><br />Durante el siglo XIX, luego de la caída de Juan Manuel de Rosas, la Argentina necesitaba imperiosamente de una Constitución para orientarse en el futuro. Los estudios correspondientes fueron realizados por Juan Bautista Alberdi, quien observa como prioritaria la facilidad que debe darse a los inmigrantes, especialmente europeos, para que vengan a poblar este suelo.<br /><br />A pesar del tiempo transcurrido, la Argentina de hoy transita por etapas de incertidumbre similares a las del siglo XIX y es necesaria una ideología orientadora para que, entre otros aspectos, favorezca la llegada de capitales de inversión desde el exterior. Incluso para favorecer la permanencia de capitales de los propios argentinos.<br /><br />Varios son los intelectuales que, inspirados en Alberdi, autor de “Bases y punto de partida para la organización política de la República Argentina”, se esfuerzan por presentar ideas que sirvan para superar la crisis y decadencia de la Nación. No sólo hace falta abogar por el respeto a las leyes y a la Constitución, sino que hace falta promover el respeto por las leyes naturales vinculas con la ética individual, para que toda la población participe de la tan ansiada recuperación. <br /><br />Mientras que en la mayoría de los países se tienen asumidas las ventajas de poseer capitales suficientes, en la Argentina gran parte de la población ha satanizado al capitalismo, por la influencia marxista, mientras que en la marcha peronista aparece la expresión “combatiendo al capital”, considerado como un medio perverso para la sociedad y que es necesario extirpar. De ahí que no resulta extraño que en el exterior existan depositados unos 150 mil millones de dólares de argentinos que no confían en su país. <br /><br />En gran parte de la Argentina parece predominar la actitud del dirigente boliviano Felipe Quispe, quien expresó: “Si una parte de la población usa ojotas y otra usa zapatos, que todos usemos ojotas”, manifestando una clara actitud liberadora de la envidia.<br /><br /><br />PROPIEDAD<br /><br />“Me ha parecido descubrir que, detrás de todas esas concepciones que se han sucedido y opuesto desde siempre, había como una señal siempre presente, como una obsesión insoslayable que yo resumiría así: lo que oculta la propiedad es el miedo a la muerte” Jacques Attali (“Historia de la propiedad”)<br /><br />Aristóteles manifestaba que “lo que es de todos, no es de nadie”. Desde hace más de dos mil años los hombres sabemos que nunca un individuo pondrá mayor esmero en producir, cuidar y aumentar el patrimonio material que cuando sea suyo. Por el contrario, cuando no tenga alicientes para lograr cierto progreso individual, poco esfuerzo surgirá.<br /><br />Respecto de las ventajas de la propiedad privada, no hace falta hacer un análisis riguroso por cuanto ya se ha experimentado bastante en las sociedades comunistas. Por algo, tanto la ex URSS como la China continental abandonaron el capitalismo estatal (socialismo) a favor del capitalismo privado, lo que nos exime de mayores comentarios.<br /><br />Las ventajas de la propiedad privada, respecto de la colectiva, no deben, sin embargo, medirse sólo a través de los beneficios materiales que otorga, ya que existen otros aspectos esenciales asociados a la seguridad y a la libertad:<br /><br />a) Ventaja 1: mayor productividad económica<br />b) Ventaja 2: menor riesgo al totalitarismo y al poder unipersonal<br />c) Ventaja 3: mayor libertad individual al no vincularnos a través de medios materiales <br /><br />La eliminación de la propiedad privada produce el monopolio estatal no sólo en la economía, sino en la cultura, la información y todo aspecto asociado a la vida cotidiana de cada hombre. Existe la posibilidad cierta de la aparición de tiranías y dictaduras.<br /><br />Cuando no existe la propiedad privada, y todo pertenece al Estado, existe la obligatoriedad del trabajo. De ahí que el grupo familiar no será quien habrá de decidir si la mujer se queda a cuidar a los hijos en su casa, sino que es el Estado quien decidirá adonde ha de trabajar y en qué tareas. El hombre se une a sus semejantes a través de sus sentimientos y se ata a través de los vínculos materiales.<br /><br />Mientras que el que adhiere a la propiedad privada trata de difundir el hábito por el trabajo y el esfuerzo, el que adhiere a la propiedad estatal promueve “generosamente” la distribución de lo ajeno. Incluso si la idea es muy fuerte, legitima la revolución y el robo generalizado por parte del Estado.<br /><br /> <br />VIVIR CON LO NUESTRO<br /><br />“Esta política infantil tiene otra consecuencia: que se produzca peor y más caro, con perjuicio obvio para la masa de los impotentes consumidores. El ejemplo más evidente lo han ofrecido los países del socialismo real, cuya industria no podía alzar su nariz por encima de una calidad simplemente detestable; basta con observar sus automóviles y vestimentas –ya de museo- para tenerles lástima” Marcos Aguinis (“¿Qué Hacer?”) <br /><br />La idea de vivir con lo nuestro, cerrando el comercio exterior, es una propuesta que busca, supuestamente, desarrollar la industria y el empleo. Al cerrar la importación, se evita la competencia con los productos extranjeros, lo que permitirá la fabricación de elementos de menor calidad y mayor precio. Esto favorecerá especialmente al empresario incapaz de producir con aceptable calidad y precio.<br /><br />Si adoptamos el criterio de que lo que es bueno para el país es bueno para las provincias, entonces, para vivir con lo nuestro, habría que cerrar el comercio entre las distintas provincias. Con esta decisión empezarían a faltar algunos insumos y productos, ya que pocas provincias pueden autoabastecerse.<br /><br />Siguiendo con este criterio, consideramos que lo que es bueno para las provincias, ha de ser bueno para los departamentos. De ahí que habría que “vivir con lo nuestro” en cada localidad. De esa forma seguiremos hasta llegar al nivel económico de la época en que cada habitante cultivaba su huerta, confeccionaba su vestimenta y así con todo. El caos económico y social no tardaría en aparecer. <br /><br />Esta idea, como cualquier idea que a alguien le pueda venir a la mente, sea favorable o no para el ser humano, seguirá teniendo adeptos y es cuestión de que sea impulsada por algún hábil político para que todo un país la persiga como un objetivo imperioso a lograr.<br /><br /><br />PRODUCTIVIDAD Y SALARIOS<br /><br />“Elevar su salario sin elevar su productividad marginal habría equivalido a pagarle con una cantidad superior a la que él proporcionaba” John K. Galbraith (“La sociedad opulenta”)<br /><br />Consideremos el caso de la contratación de un nuevo empleado por parte de una empresa en producción. Tal empresa deberá contemplar el logro de un beneficio equitativo entre ambas partes. El nuevo empleado habrá de producir, mediante su trabajo, cierta cantidad de valor agregado a la producción previa, es decir, la que había antes de que lo contrataran. Exceptuando las dificultades propias de la estimación y el cálculo de ese valor, tenemos tres condiciones posibles:<br /><br />a) El sueldo otorgado es menor que el valor agregado a la producción (injusto para el empleado)<br />b) El sueldo es igual al valor agregado (beneficio equitativo)<br />c) El sueldo es mayor al del valor agregado (injusto para el empleador)<br /><br />En un sistema de libre empresa, es posible que el empleado que recibe un sueldo injusto vaya a trabajar a otra parte, perjudicándose el empleador que no supo retenerlo. Si, por el contrario, el empresario paga sueldos superiores a las utilidades que los empleados producen, tarde o temprano la empresa cerrará sus puertas; de ahí que deba contemplarse la posibilidad de que el empleado ofrezca una productividad acorde con el sueldo recibido.<br /><br />En el primer caso, la denominada plusvalía vendrá asociada a una explotación del empresario hacia el empleado, mientras que en el tercer caso, generalmente asociado a empresas del Estado, se produce la explotación del Estado al ciudadano común, ya que este último debe soportar las consecuencias de las pérdidas producidas por las empresas ineficientes. <br /><br />Las críticas del marxismo van orientadas siempre al primer caso, que supone que es el único que ocurre. Esta evidente “verdad a medias”, que es la base de las críticas al capitalismo, ha promovido en la humanidad todo tipo de revoluciones y luchas que caracterizaron gran parte del siglo XX. Incluso se considera a Marx como un importante “sociólogo”. Cualquiera puede apreciar que, en todo tiempo y lugar, no siempre ha de ser el empleador el injusto, por lo que resulta llamativa la importancia y la influencia que Marx ha tenido, y sigue teniendo, en la humanidad. <br /><br /><br />CALIDAD DE VIDA<br /><br />“Yo también he aprendido porqué las personas trabajan tan duro para tener éxito: es porque envidian las cosas que tienen sus vecinos. Pero es inútil. Es como querer atrapar el viento….Es mejor tener sólo un poco y estar tranquilo mentalmente, que estar ocupado todo el tiempo tratando de atrapar el viento con ambas manos” Eclesiastés 4:4<br /><br />Desde un punto de vista económico se habla del “nivel de vida”, o “nivel económico”, asociado al Producto Bruto Interno de un país, mientras que desde un punto de vista sociológico se habla de la “calidad de vida”, ya que también tiene en cuenta aspectos tales como la esperanza de vida y la educación. Generalmente se supone que debemos obtener el mayor nivel de ingresos ya que “lo demás se dará por añadidura”, lo que no es real. Podemos expresar ambos conceptos mediante la siguiente relación:<br /><br />Calidad de vida = Nivel económico + Nivel de valores culturales<br /><br />Entre aquellos aspectos que caracterizan al hombre y que le proporcionan felicidad, está la autoestima. También ella puede lograrse sintiéndose capaz de obtener cierta fortuna material. De ahí que a la riqueza no se la busca siempre desde el punto de vista consumista, sino también por la búsqueda del poder que satisface al egoísmo, y a la autoestima derivada de ese logro. <br /><br />Muchos suponen que los habitantes de los países subdesarrollados deben esperar lograr un buen nivel económico para recién comenzar a ser felices, algo que carece de sentido por cuanto, excepto en situaciones extremas, no es lo mismo padecer la incomodidad de la pobreza a padecer un sufrimiento moral. Si sufren por puro espíritu competitivo, porque otros tienen más, y no por las incomodidades provenientes de la pobreza, es un sufrimiento vano y evitable. <br /><br />Las economías regionales dependen generalmente del consumo masivo. La innovación tecnológica apunta a proveer de sustitutos cada vez más rápidamente por cuanto el tiempo de vida de los productos se reduce notablemente. Así, mientras que antes un reloj podía pasar de una generación a otra, actualmente lo reemplazamos en un periodo breve por otro modelo actualizado.<br /><br />Si bien el consumismo resulta indeseable desde el punto de vista del progreso cultural del hombre, el consumo trae trabajo para la mayoría de la población. Posiblemente la solución global del problema económico esté en la búsqueda de beneficios principalmente para los pueblos de los países marginados. Pero estos países deberán dar seguridad jurídica a las empresas para que puedan trabajar eficientemente, algo que no podrá darse mientras exista el peligro totalitario asociado a expropiaciones por parte del Estado.<br /><br /><br />ECONOMÍA POLÍTICA<br /><br />“El trabajo y el ahorro son esas causas naturales de la riqueza, como la ociosidad y el dispendio son las causas de la pobreza. Esas cuatro palabras expresan los cuatro hechos a que está reducida toda la gran ciencia de Adam Smith”. “La riqueza y la pobreza, según esto, residen en el modo de ser moral de una sociedad, en sus costumbres de labor y ahorro, y en sus hábitos viciosos de ociosidad y dispendio” Juan Bautista Alberdi (“Estudios Económicos”)<br /><br />Hay países en los que se consume más de lo que se produce, mientras que en otros ocurre a la inversa. En unos prevalece el déficit, en los otros el ahorro. La economía de una nación es un reflejo de la mentalidad dominante. Algunos piensan que la moral imperante es un efecto de la economía, pero la economía funciona a partir de un conjunto de decisiones y de acciones humanas. De ahí que es mejor decir que la economía es un efecto de las costumbres. Juan Bautista Alberdi escribió: “Un empobrecimiento nacido de ideas viciosas sobre el medio de enriquecer sin las virtudes del trabajo y del ahorro, es una enfermedad moral como su causa, y sólo puede ser curada por medicamentos morales igualmente. Esos remedios consisten desde luego en el abandono de las ilusiones que buscaron riquezas improvisadas en combinaciones y artificios ingeniosos que no pueden suplir al trabajo y al ahorro, considerados como manantiales de riquezas y bienestar. Esta curación moral no puede ser sino lenta, penosa y difícil, como es siempre la reforma de los usos y de las costumbres entradas en mal camino” (“Estudios Económicos”).<br /><br /> <br />EL AHORRO<br /><br />“El ahorro, manantial más productivo de riquezas que el trabajo mismo, es, sin embargo, más penoso y difícil para el americano del sud. Es que el ahorro, como costumbre, es toda una educación: es una virtud que se compone de muchas otras y supone un grande adelanto de civilización. Sus elementos son: la previsión, la moderación, el dominio de sí, la sobriedad, el orden. Es imposible llegar a ser rico sin la posesión de estas cualidades morales. Cuando ellas abundan en una nación, esa nación no es, no puede ser pobre, aunque habite un suelo pobre. Mejor sin duda si posee un suelo fértil, pero no es más el suelo que un instrumento de su poder productor, que se compone de sus fuerzas morales”. “La primera dificultad de Sud América para escapar de la pobreza es que ignora su condición económica. Con la persuasión de que es rica y por causa de esa persuasión, vive pobre, porque toma por riqueza lo que no es sino instrumento para producirla” Juan Bautista Alberdi (“Estudios Económicos”) <br /><br />La mayoría siente que tiene el derecho a recibir parte de la producción nacional, pero pocos son los que sienten el deber de producirla. Una sociedad con un bajo porcentaje de empresarios está condenada al fracaso económico. Algunos políticos, en forma irresponsable, se ubican como defensores del pueblo ante la “maldad empresarial”, olvidando criticar a los negligentes y a los irresponsables. Si una empresa tiene alguna ganancia, se la observa como si estuviesen robando a la sociedad. Pareciera que, para muchos, la empresa ideal es la que da pérdidas. Si da puestos de trabajo, se dirá que está “explotando” al trabajador. <br /><br />Así como la libertad de elección, que el hombre dispone, tiene un alto precio: el riesgo de elegir mal, la economía de mercado presenta el riesgo del fracaso. Las protestas contra tal sistema (trabajo y ahorro productivo) son similares a las protestas contra el propio Creador por habernos dado la libertad a tan alto precio.<br /><br />El trabajo no consiste sólo en la mano de obra, que cada vez más está afectada por el desempleo tecnológico, sino que también consiste en la gestión y administración asociada al manejo de información. En esto consiste esencialmente la diferencia entre empresarios y empleados. Los primeros son los que tienen mayores exigencias, responsabilidades y preocupaciones; de ahí la baja proporción existente en muchos países.<br /><br />Debemos hacer un “examen de conciencia económico” y preguntarnos si, durante nuestra vida, hemos producido más de lo que hemos consumido. En ese caso podemos considerarnos hombres útiles a la sociedad. Por el contrario, si hemos consumido más de lo que hemos producido, debemos tratar de revertir la situación.</span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-84560103210890789762011-09-11T06:15:00.001-07:002011-09-11T06:26:44.798-07:00V Globalización y desarrollo<span style="font-weight:bold;"><br /><br />GLOBALIZACIÓN<br /><br />“El único objetivo es incrementar el valor de mercado total de los valores comercializados, lo que sirve sólo para crear una burbuja financiera que aumenta las pretensiones de los que poseen estos valores en contra de la riqueza real de la sociedad. Olvidémonos de la producción y los intereses de la clase trabajadora, las comunidades y la naturaleza. Así es la defectuosa lógica del capitalismo financiero que en la actualidad orienta las políticas hacia la economía global y que está provocando el colapso financiero generalizado” David C. Korten (“El mundo post empresarial”)<br /><br />Desde lo económico, la globalización implica un mercado mundial único, al cual se ha llegado, principalmente, como consecuencia del desarrollo tecnológico tanto en las comunicaciones como en el proceso de la información. La integración entre los países se ha visto bastante favorecida, si bien no se están logrando las mejoras esperadas.<br /><br />Para describir las actitudes predominantes en este proceso es necesario volver a plantear la ecuación de la economía de mercado, para observar luego sus cambios y distorsiones. Es de interés describir las actitudes que orientan a las decisiones humanas antes que conocer los detalles de los mecanismos financieros vigentes. Tenemos entonces:<br /><br />Economía de mercado = Trabajo + Ahorro productivo + Ética<br /><br />Cuando se cambian los objetivos éticos por la exclusiva búsqueda de la optimización de ganancias, pasamos al<br /><br />Capitalismo empresarial = Trabajo + Ahorro productivo + Optimización de ganancias<br /><br />Finalmente tenemos el capitalismo financiero, como tercera actitud empresarial. <br /><br />Capitalismo financiero = Ahorro especulativo + Optimización de ganancias<br /><br />Este aspecto del capitalismo es reciente, siendo un fenómeno autónomo, y difiere del capitalismo empresarial en que no acompaña a la producción, pero involucra mayor cantidad de capitales que los asociados a la economía real, o productiva. Se estima que las transacciones financieras diarias, en el mundo, implican un monto superior al producto bruto interno anual de toda la América Latina.<br /><br />Los optimistas suponen que en el proceso de la globalización predomina la economía de mercado mientras los pesimistas (o quizás realistas) estiman que predomina el capitalismo financiero.<br /><br />Los mercados nacionales requieren de un marco legal adecuado, brindado por el Estado, mientras que el mercado mundial también lo ha de necesitar. Sin embargo, organismos como el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, no responden todavía a esa necesidad. Las decisiones tomadas por tales organismos parecen no promover, en general, una disminución de la actitud especulativa, ya que algunas de ellas profesan “el fundamentalismo de mercado”, según la expresión del economista Joseph E. Stiglitz. <br /><br />La globalización actual es selectiva por cuanto los países poderosos exigen que los más pequeños abran sus fronteras a la importación, pero se les impide entrar con sus productos en aquellos países.<br /><br />Las enormes sumas de dinero involucradas en el plan de salvataje de bancos y empresas, durante la crisis de 2008, podrían muy bien haberse utilizado para solucionar los graves problemas que padecen miles de millones de seres humanos que viven en la pobreza. Pero las circunstancias hicieron que esas grandes sumas fueran a salvar a muchos especuladores.<br /><br />Entre los obstáculos que se presentan y que impiden llegar a soluciones concretas, además de los mencionados, está la irracional actitud anti-empresarial, que no distingue entre productor y especulador. Si se sigue combatiendo al productor como si se tratase de un delincuente, la economía real se verá desfavorecida.<br /><br />Los especuladores podrían preguntarse porqué mucha gente prefiere ganar dinero honestamente en lugar de buscar lo que les permite lograr mayores ganancias. La respuesta es que hay personas que tienen honor y dignidad. Recordemos que hace unas decenas de años, las transacciones y acuerdos se hacían “de palabra”, cuando era habitual ser valorado socialmente por la decencia y otros atributos éticos, en lugar de serlo exclusivamente por el dinero poseído. <br /><br /><br />CONTRA LA GLOBALIZACIÓN <br /><br />“Dudar de todo o creerlo todo, son dos soluciones igualmente cómodas, pues tanto una como la otra nos eximen de reflexionar” Henri Poincaré<br /><br />Respecto del capitalismo y la globalización se toma una postura similar a la adoptada frente a la religión, ya que en esos casos no se logran siempre los mejores resultados, o los resultados esperados. Por ello surgen dos actitudes extremas; la primera propone anularlos y descartarlos por siempre, mientras que la segunda propone mejorarlos. <br /><br />También respecto de la ciencia se adoptan actitudes extremas. Así, cuando alguien descubre que no es infalible, se decepciona y la desestima totalmente, mientras que otros confían ciegamente en sus resultados. La realidad es algo intermedio, ya que la ciencia, incluida la economía, ha permitido conocer y comprobar ciertas leyes mientras que desconoce gran parte de la realidad.<br /><br />No podemos negar los beneficios que otorga la globalización como tampoco los que potencialmente podrá otorgar. Sólo en un marco de colaboración e intercambio entre naciones podrán solucionarse los graves problemas que afronta la humanidad.<br /><br />Alguien puede pensar que quien hace críticas al capitalismo financiero es el que está contra la globalización. En realidad, quien atenta contra los buenos resultados de la globalización es precisamente el especulador. Sucede en este caso algo similar a lo que ocurre en religión. Si alguien critica al fanático, se interpreta erróneamente que uno está contra la religión, siendo que el que la debilita es precisamente tal personaje.<br /><br />Para descalificar al capitalismo, se dice que es una ideología o, incluso, una utopía. En realidad, el hombre actuando en libertad, produciendo y realizando intercambios, establece un proceso natural, autorregulado, que es descrito por la economía mediante leyes adecuadas. Cuando existen fallas morales en los individuos (como el simple deseo de no trabajar), o perturbaciones en el sistema de libre intercambio, se altera el proceso y las ventajas se pierden.<br /><br />La economía de una Nación, o aún la de un pequeño grupo de gente asociada, depende de aspectos psicológicos tales como confianza, ambiciones, necesidades, etc., por lo que aún cuando no existiese especulación, el sistema de la economía de mercado puede presentar ciertas inestabilidades.<br /><br />Todo sistema basado en la libertad estará supeditado al riesgo y a los efectos derivados de elecciones inadecuadas. Pero la supresión de la libertad nos lleva indefectiblemente a la esclavitud. Todavía hay muchos que sostienen la posibilidad de que transitemos hacia una globalización de tipo soviético, en la que el mundo habría de ser una gran cárcel dirigida por un solo amo.<br /><br /><br />IDEAS INFLUYENTES<br /><br />“Se presume que un criminal es inocente hasta que se pruebe lo contrario. Sólo los empresarios, productores, proveedores, abastecedores, los Atlas que cargan con toda nuestra economía sobre sus hombros, son considerados culpables por su naturaleza y están obligados a probar su inocencia……” Ayn Rand (“Capitalismo. El ideal desconocido”) <br /><br />Quizás no haya habido en la historia alguna idea más influyente que aquella que asocia al empresario toda la perversidad y egoísmo existentes, mientras que, simultáneamente, asocia la bondad y la honestidad al trabajador de menor rango.<br /><br />Una de las razones de esta asignación ha de ser la simple envidia; la no aceptación de que alguien pueda tener mejores aptitudes para dirigir y promover la producción. Podemos observar una actitud similar respecto de las opiniones sobre los científicos, en cuyo caso muchos suponen que tienen algún tipo de deficiencia mental asociada necesariamente a la creatividad científica. Tampoco se ha de reconocer superioridad intelectual alguna.<br /><br />El empresario es la base económica de la sociedad. Puede uno imaginarse lo que sucedería si no existieran. La sociedad se derrumbaría en un caos social (o habrían de ser reemplazados por políticos que planifican la producción desde el Estado con una gran pérdida de productividad y de libertad individual).<br /><br />En los países subdesarrollados, en donde el desprestigio asociado a los empresarios es bastante notable, se observa un bajo porcentaje de los mismos, por cuanto la mayoría opta por la seguridad y la tranquilidad del empleo, ya sea estatal o privado. Como la producción resulta insuficiente, se culpa a los empresarios por “no distribuir sus riquezas”, en lugar de criticar a quienes producen muy poco, o incluso no producen y consumen como si fuera justo que lo hicieran.<br /><br />Cuando se habla del “trabajador” se hace referencia, generalmente, al que realiza alguna actividad muscular, pero pocas veces se valora la capacidad de tomar decisiones, o la creatividad, o el conocimiento que debe poseer cualquier empresario exitoso.<br /><br />Debería demostrarse a través de la psicología, o de alguna ciencia social, la realidad, o no, de esta idea, porque la mayoría de las personas supone que tanto el abogado, como el político, el médico, el docente, el artista, el militar, etc. son seres espirituales que realizan sus actividades laborales bajo objetivos que se identifican con la noble vocación de servir al prójimo, mientras que sólo el empresario pertenece a un sector egoísta, perverso, que sólo busca riquezas materiales.<br /><br />En realidad, la “ley de Marx” (acerca de la culpabilidad de la burguesía) es la mejor aproximación a la descripción del comportamiento mencionado, con el agravante de que la supuesta ley favorece la lucha de clases, que puede terminar en revoluciones y guerras civiles. También sería falsa una ley que manifestara la perfección y honestidad generalizada de los empresarios.<br /><br />Los políticos, por lo general, fundamentan su razón de ser al considerarse defensores de los ciudadanos honestos ante la perversidad empresarial. Esta es una idea que ni siquiera se discute, porque la mayor parte de la sociedad supone que es así. Incluso se admite que el empresario es el que crea “desigualdad social”, considerada como la principal causa de delincuencia existente. De ahí que sea el culpable indirecto de los crímenes más alevosos, por lo que luego se libera a peligrosos delincuentes considerando que son víctimas de un sistema social injusto; una injusticia que habría de ser favorecida por el accionar empresarial.<br /><br />¿Puede una sociedad mejorar en base a mentiras abiertas y con muy poco sustento en la propia realidad? Incluso se llega a admirar y a idolatrar a personajes que, desde ideologías y escritos, favorecieron el asesinato de decenas de millones de víctimas en todo el mundo, como ha sido el caso de quienes impulsaron el accionar de nazis y comunistas. <br /><br /><br />SOSPECHA DE CULPABILIDAD<br /> <br />“El socialismo reniega vehementemente del individualismo liberal definiendo al hombre como ciudadano, esto es, como miembro de la sociedad. El individuo carece de toda autonomía, de toda responsabilidad, de todo derecho que no le sea asignado por el Estado. La raíz de esta falsa imagen del hombre, proviene del pesimismo socialista, por oposición al optimismo liberal. Mientras éste concibe al individuo como esencialmente bueno y justo, el socialismo considera que el hombre es esencialmente egoísta, irresponsable e injusto. Debe por lo tanto, reducir al máximo el ámbito de su libertad, de su iniciativa, pues inevitablemente abusará de los demás” Carlos A. Sacheri (“El orden natural”)<br /><br />La optimización del comportamiento humano, es decir, lo que el hombre debe ser, implica una proyección de lo que el hombre es. Pero nunca podremos ponernos de acuerdo acerca de lo que debe ser si antes no concordamos en lo que es.<br /><br />Mientras que en el Génesis bíblico resalta la expresión “y vio que era bueno”, en el que se adopta un punto de partida optimista respecto de la Creación, en otras posturas se destacan visiones pesimistas en las cuales se supone que el hombre es perverso y malo, porque esa es su naturaleza.<br /><br />Si se cree en la natural bondad del hombre, con ciertas limitaciones, se tratará de proponer un marco de libertad para el desarrollo de su vida. Por el contrario, si se supone que es perverso por naturaleza, la tendencia respectiva buscará establecer una sociedad en la cual se habrá de restringir hasta la libertad esencial y cotidiana.<br /><br />Es de destacar que el socialista, cuando propone la eliminación de la propiedad privada, apunta en realidad hacia el advenimiento del capitalismo estatal, en donde se acentuarán todos los defectos atribuidos al capitalismo privado. Sin embargo, deja de lado por un momento aquella creencia que sustenta su postura, la de la natural maldad del hombre, por cuanto los marxistas, a cargo del poder, poseen las virtudes negadas a los demás, de donde se justificaría el mencionado monopolio y la total concentración de poder en el Estado. <br /><br /><br />PAÍSES EMERGENTES<br /><br />“La pobreza del Tercer Mundo sólo tiene una causa: las iniciativas individuales son reprimidas por el Estado”. “El socialismo ha fracasado en el Tercer Mundo como en otros lugares. El drama de América Latina es que la mayor parte de los intelectuales no se ha dado cuenta todavía” Octavio Paz (“Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo”)<br /><br />Mientras que el liberalismo trata de favorecer a la actividad productiva, las tendencias socialistas proponen una producción planificada que se opone al progreso individual. En algunos países, como Cuba, durante mucho tiempo fue prohibida la producción individual con la esperanza de cambiar la naturaleza humana para que, alguna vez, la ética altruista termine incorporándose a la esencia del hombre, algo que no ha dado resultados hasta ahora, y posiblemente nunca los dará.<br /><br />Supongamos el caso de un productor, que vive en un país con un millón de habitantes, con una economía colectivista, o socialista. Si tal individuo desea duplicar su producción, recibirá sólo una millonésima parte del aumento que produjo, por lo que no tiene un incentivo concreto para hacerlo. Si deja de producir, tampoco habrá un cambio significativo respecto de lo que recibe.<br /><br />En cambio, si ese incremento en la producción individual se produce en una economía libre, bastante mayor será el beneficio que su ejecutante recibirá. El resto de la sociedad se verá también beneficiado, ya que la mejora directa en la economía individual será simultáneamente una mejora indirecta en la economía de todos. Cada trabajador se beneficia junto a los demás en lugar de tener que sacrificarse previamente con pocas esperanzas de recibir beneficios de los demás. <br /><br />En los países emergentes, o en vías de desarrollo, es común que los políticos logren ser elegidos en base a las promesas de “defender” al pueblo protegiéndolo del sector productivo. Sería mejor, en todo caso, promover la producción y el trabajo de manera de evitar la pobreza y la marginalidad. Pocas veces se habla de repartir el trabajo, sino de repartir las riquezas, ya que se acepta tácitamente que sólo es culpable el empresario.<br /><br />No sólo la mentalidad socialista es un problema para el desarrollo, sino la existencia de altos niveles de corrupción, que se dan principalmente en el Estado, involucrando a políticos y a empresarios a ellos asociados. A partir de calificaciones realizadas a los distintos países según sus niveles de corrupción, puede observarse que los mayores niveles corresponden también a la mayor pobreza; lo que no es de extrañar.<br /><br />Otros de los problemas que afectan a varios países en desarrollo radica en el hecho de intentar imitar el sistema económico de los países desarrollados sin adoptar previamente su nivel cultural, es decir, se trata de buscar el sistema ideal pero sin que necesariamente el individuo o el pueblo deban cambiar en lo más mínimo.<br /><br />Así, en una época prevaleció el “fundamentalismo de mercado”, y se ignoraron aspectos básicos como la inercia mental de los seres humanos, que impide cambiar de la noche a la mañana una actividad laboral realizada durante toda una vida o adoptar un nivel tecnológico competitivo en un breve tiempo. Se sugería adaptarse a las nuevas épocas de la misma forma en que algunos tratan de enseñar a nadar a alguien arrojándolo directamente al agua: o aprende o se ahoga.<br /><br /><br />SUBDESARROLLO<br /><br />“La revolución del desarrollo económico se produce cuando la gente sigue trabajando, compitiendo, invirtiendo e innovando, incluso cuando ya no lo necesita para ser rica. Esto es posible sólo cuando los valores que se persiguen, que promueven la prosperidad, no se disipan cuando llega la prosperidad” Mariano Grondona (“La cultura es lo que importa”)<br /><br />Mientras que el empresario japonés, por lo general, reinvierte sus ganancias en la creciente y recién formada empresa, hasta que tenga unos veinte años, en algunos países latinoamericanos se trata de vivir holgadamente casi desde el comienzo mismo de la actividad empresarial. Como consecuencia de esto último, son muchas las empresas que deben cerrar sus puertas en un lapso no muy largo.<br /><br />Tanto el ahorro como la inversión están favorecidos por la opción de beneficiar el futuro sacrificando algo la comodidad del presente, lo que se opone al consumismo y al crédito, que busca la comodidad del presente sacrificando el futuro.<br /><br />En algunos países emergentes, incluso, se critica al que invierte y ahorra, acusándoselo de “materialista”, mientras que el que vive para lo material es precisamente quien vive sólo para consumir, tanto de lo necesario como de lo vano y lo superficial.<br /><br />Cuando el trabajo, la inversión, la creatividad, la innovación y el crecimiento son valores en sí mismos, el empresario y el trabajador pueden seguir produciendo eficazmente luego de haber logrado cierto éxito, mientras que, si la actividad productiva busca tan sólo lograr el nivel de riqueza ambicionado, el crecimiento podrá verse limitado.<br /><br />La educación permite construir el capital humano de una Nación, por lo que también tiene un enorme valor económico. Pero este capital se va destruyendo cuando los adolescentes no dan prioridad a sus estudios, sino que viven tan sólo para la diversión, las vacaciones y los días feriados.<br /><br /><br />DESARROLLO<br /><br />“El Estado más corrompido es el que más leyes tiene” Publio Cornelio Tácito<br /><br />Un país podrá desarrollarse si es impulsado equilibradamente por las tres fuerzas motoras principales: economía, política y cultura. El predominio de alguna de ellas sobre las restantes caracterizará la tendencia ideológica de quienes la promueven.<br /><br />En el institucionalismo predomina la política sobre la cultura y la economía. Se supone que el marco legal adecuado, junto a una democracia estable, son los requisitos básicos para lograr el desarrollo integral de la Nación. Sin embargo, aún cuando exista un aceptable marco legal, de poco servirá si no existen intenciones por respetarlo.<br /><br />Se ha denominado estructuralismo a la postura de quienes sugieren que la economía constituye la estructura básica de la sociedad, mientras que la política y la cultura son apenas su armadura o disfraz. El estructuralismo de izquierda se basa en el Estado y desconfía del mercado, mientras que en el estructuralismo de derecha ocurre lo contrario. El de centro apela a ambos, pragmáticamente.<br /><br />La postura restante, el culturalismo, considera prioritario el comportamiento ético individual promoviendo a la educación como elemento básico para el resurgimiento de la sociedad. Esta prioridad se hace evidente considerando que el nivel económico de una sociedad se establece a partir del trabajo y del ahorro productivo, aspectos que requieren de una previa base ética. También el respeto por las leyes y las autoridades depende de la existencia previa de atributos morales. El individuo es la base de toda sociedad y debe priorizarse a sus realizaciones, tales como las leyes, la política o la economía.<br /><br />Mientras que en algunos países europeos se trataba de evitar las tiranías, por lo cual surge la necesidad de tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, en algunos países latinoamericanos se trataba de evitar el caos y la anarquía, por lo cual siempre el poder ejecutivo tuvo una mayor preponderancia sobre los otros poderes; algo que en el futuro deberá corregirse.<br /><br /><br />CONTRA OCCIDENTE<br /><br />“Sospecho que Gerard Holton está cerca de la verdad al ver el ataque radical a la ciencia como un síntoma de una hostilidad más amplia hacia la civilización occidental, una hostilidad que ha envenenado a los intelectuales occidentales desde Oswald Spengler en adelante” Steven Weinberg (“El sueño de una teoría final”)<br /> <br />Es posible encontrar un origen común de los ataques que se hacen contra la ciencia, la tecnología, el capitalismo e, incluso, contra el cristianismo; y consiste en que, generalmente, se asocia tales actividades e ideas principalmente a Occidente, ya sea por crearlas o bien por difundirlas.<br /><br />La ciencia experimental surge principalmente en los países europeos, si bien actualmente se está difundiendo por todo el mundo. Pero la ciencia es una actividad de validez universal, precisamente porque describe leyes naturales que tienen ese carácter. Tales leyes no son inventadas por el hombre, sino que existen previamente a su descripción. <br /><br />En cuanto al capitalismo, que es el resultado del accionar libre de los seres humanos que deben realizar intercambios luego de la aceptación de las ventajas de la división del trabajo, no implica una invención por parte de Occidente, sino una adaptación a un proceso natural previamente existente.<br /><br />El éxito en los demás es algo “imperdonable” y de ahí surge una causa de malestar en otros pueblos que se negaron a participar, al menos parcialmente, en el desarrollo cultural de la humanidad. En lugar de compartir los aspectos positivos tanto de la ciencia, como de la tecnología, del capitalismo y del cristianismo, por cuanto son partes del patrimonio cultural de la humanidad, se adopta la actitud de combatirlos en una forma cada vez más obstinada. <br /><br /><br />MINORÍAS DOMINANTES<br /><br />“La inquietante realidad es que los mercados mundiales, a pesar de que como efecto secundario «ponen a flote a todos los buques», han intensificado de modo sistemático el extraordinario dominio económico de ciertas minorías «foráneas», lo cual ha alimentado una envidia y un odio étnicos intensos en las mayorías empobrecidas que las rodean” Amy Chua (“El mundo en llamas”)<br /><br />Si bien pocos dudan de las ventajas que en lo político presenta la democracia y en lo económico el mercado libre, no debe dejarse de considerar que todo “sistema”, por sí mismo, no puede evitar algunos serios problemas que ocurren, tal el caso de las minorías de origen foráneo que llegan a dominar, en lo económico y en lo social, a la mayoría local, y ello es una causa de conflictos en varios países.<br /><br />Podemos mencionar el caso de los indonesios de etnia china, quienes con sólo el 3% de la población, controlan aproximadamente el 70% de la economía privada en Indonesia. Otro caso similar es el de los filipinos de etnia china, que con sólo el 1% de la población, controlan el 60% de la economía en Filipinas. Algo similar ocurre en Birmania. También las minorías blancas dominan las economías en Sudáfrica, Brasil y varios países de Latinoamérica.<br /><br />En Ruanda, civiles hutus mataron a ochocientos mil tutsis en unos tres meses. En casos como este se observa que el triunfo electoral de un partido político, con mayoría de integrantes del grupo étnico mayoritario, ha de significar una situación de extremo peligro para el grupo étnico minoritario. <br /><br />En cuanto al mercado, puede decirse que permite el ascenso de los grupos más aptos, que muchas veces son grupos foráneos, tales los casos de los indios en Uganda, los eritreos en Etiopía, los judíos de Rusia, los indios y luego los chinos en Myanmar (Birmania), y otros casos similares. Pocas veces es reconocida la superioridad del grupo foráneo mientras que se lo culpa por el atraso del grupo local.<br /><br />Los estadounidenses son odiados por gran parte del mundo por cuanto representan una minoría que, con un 5% de la población mundial, domina un porcentaje bastante mayor de la economía mundial. Algo similar pasó en el caso de los judíos en la Alemania del siglo XX, ya que dominaron la economía y la cultura de ese país. Tanto los norteamericanos como los judíos habrán de tener muchos defectos, como los tienen todos los pueblos, pero no debe negarse la capacidad demostrada para favorecer el desarrollo del conocimiento y de la cultura mundial.<br /><br />En Sudamérica hay quienes culpan a los inmigrantes europeos por haber “explotado” a las poblaciones locales, y de ahí la explicación simple e inmediata de su distinto desarrollo posterior. Si bien es posible que este hecho pueda haber ocurrido parcialmente, no resulta legítimo generalizar la situación y ocultar los méritos de quienes trabajaron arduamente para lograr el engrandecimiento de estos países. Recordemos que “racismo” no sólo significa denigrar a los más débiles, sino también difamar a los más fuertes, o que aparentan serlo.<br /><br />Cuando algún país logra “liberarse” de las minorías dominantes, podrá perder el motor de su economía y sufrirá por ello. De ahí que sea beneficioso para todos lograr una integración étnica en la cual predomine la actitud del “ciudadano del mundo”.<br /><br /><br />DEPENDENCIA ECONÓMICA<br /><br />“En el pensamiento económico latinoamericano, la dependencia es concebida como un sistema de relaciones de dominación, mediante el cual parte del excedente generado en los países de la periferia es apropiado concentradamente por la fracción hegemónica de la burguesía de los países dominantes, y/o transferido hacia el centro” Pedro Paz (“Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas” de T.S. Di Tella)<br /><br />De la misma forma en que la evolución de las sociedades ha sido descripta por el marxismo como una lucha de clases, contempla una lucha similar entre países dominantes, o imperialistas, y países dominados, o dependientes. En este caso, se asocian todos los males a los primeros y todas las virtudes a los segundos. De ahí que resulta difícil esperar el mejoramiento de los países pobres por cuanto, a partir de esta visión, pocas veces se observan los propios defectos y se encuentra en la teoría de la dependencia una plena justificación para el fracaso.<br /><br />Se induce cierto fatalismo, ya que se pregona que no es posible una mejora económica en vistas a la dependencia existente. Se ignora que en los países emergentes hay mucho para mejorar y que por ello no debemos cruzarnos de brazos esperando la caída definitiva del capitalismo. Incluso deberíamos considerar que los países dominantes son peores de lo que en realidad son, de manera que, al adoptar posturas de mejora individual y colectiva, se ayudará al resurgimiento de los países emergentes.<br /><br />Desde el punto de vista liberal, se considera que, así como es positivo establecer en una sociedad la división o especialización del trabajo, entre los distintos países será beneficioso adoptar cierta especialización en la producción. Sin embargo, desde el punto de vista marxista, esta división se interpreta como una dependencia económica establecida por los poderosos para explotar a los débiles.<br /><br />En realidad, los gobiernos de izquierda de Latinoamérica favorecen el éxodo de capitales hacia los países desarrollados, ya que éstos garantizan una mayor seguridad a la propiedad privada. La idea predominante del marxismo, tal la de la expropiación estatal de los medios de producción, limita bastante las inversiones en los países que presentan tal tipo de riesgo.<br /><br />Con la teoría de la dependencia se cumple también con la “profecía del autocumplimiento” por cuanto es verdad que los capitales de los países pobres terminan en los países desarrollados, pero ello se debe principalmente al temor del dueño del capital de que aparezcan gobiernos socialistas que nacionalicen la propiedad privada.<br /><br />En cuanto a que el poderío económico de los países centrales se debería principalmente a lo que extraen de los países pobres, debe tenerse presente que lo que en el mundo se comercia en un día equivale al monto del producto bruto interno de toda Latinoamérica en todo un año. De ahí que si duplicáramos la producción en esta parte del mundo, quizás el resto ni se enteraría, pero mejoraríamos apreciablemente nuestro propio nivel de vida. <br /><br />Lo que resulta difícil de modificar es el desnivel tecnológico entre los países poderosos y los subdesarrollados. También las protecciones unilaterales hacia las importaciones, impuestas por los primeros, poco favorecen al desarrollo económico de los países emergentes. De ahí que la globalización del comercio debería contemplar estos aspectos para que exista un beneficio equitativo entre las partes intervinientes.<br /><br />Quizás el peor defecto de la globalización radique en que las ganancias y los capitales producidos en un país terminen favoreciendo a las potencias económicas. Pero este aspecto subsistirá hasta que se elimine el temor hacia el posible surgimiento de gobiernos marxistas. El marxismo es el mayor aliado de las grandes potencias capitalistas, aunque predique lo contrario.<br /><br /><br />TECNOLOGÍA Y ÉTICA<br /><br />“Un cuerpo de conocimientos es una tecnología si es compatible con la ciencia coetánea y controlable por el método científico, y si se lo emplea para controlar, transformar o crear cosas o procesos, naturales o sociales” Mario Bunge (“Epistemología”)<br /><br />La tecnología prolonga los alcances y objetivos de la adaptación biológica, ya que este proceso no puede brindar mejoras adaptativas en el corto plazo. El avance tecnológico produce una segunda naturaleza respecto de la cual debemos también establecer un proceso de adaptación.<br /><br />Es frecuente la pregunta acerca del carácter ético de la tecnología y de la ciencia. Al respecto podemos decir que la palabra “ética” tiene sentido sólo cuando está asociada a las acciones humanas; más concretamente a las actitudes básicas del hombre. De todas formas, es lícito preguntarse por los efectos que, a la larga, producirá el avance tecnológico.<br /><br />El caso de la fusión nuclear puede servir como ejemplo. Por una parte, ha permitido construir el arma más mortífera concebida por el hombre, la bomba de hidrógeno, mientras que en forma simultánea la fusión nuclear presenta la esperanza concreta, y quizás única, para producir la salvación energética de la humanidad, ya que, cuando se agoten el petróleo, el carbón o el uranio, no habrá otra posibilidad para lograr energía utilizable, al menos en gran escala, incluso con muy poca contaminación al medio ambiente.<br /><br />Esto significa que la ética sólo es atribuible a las decisiones humanas y que un mismo objeto, un cuchillo, por ejemplo, puede utilizarse tanto para producir beneficios al hombre (como utensilio) o bien para producir su destrucción (como arma).<br /><br /><br />UNIDAD LATINOAMERICANA<br /><br />“Proponerle, pues, a un individuo, a un partido, a un pueblo la imitación de otro reconocidamente mejor que él, es pedirle que vea las cosas bajo una luz que no es la suya, porque sólo viéndolas de la misma manera podría tomar en los mismos casos las mismas determinaciones de sus mejores. Darle esa luz es la cuestión, pues entonces hará lo mismo porque verá lo mismo, y lo imitará sin propósito de imitarlo. Por consiguiente, crear y aumentar por la educación la conciencia moral en todos, o en la mejor parte de los individuos, es levantar los individuos….” Agustín Álvarez (“El pasado y el presente” Cita) <br /><br />Ante la tendencia impuesta por la globalización económica, diversos países buscan agruparse a fin de fortalecer su posición ante tal embate. Impulsada por el adelanto tecnológico, promueve incluso una globalización cultural, que avanza sobre las culturas regionales. De ahí que Europa busca la “unidad en la diversidad”, ya que debe adaptarse a la existencia de pueblos con idiomas, costumbres y formas de pensar diferentes. Aún así, existen varios puntos en común por lo que tal unión ha resultado factible.<br /><br />En cuanto a Latinoamérica, son otros aspectos los que debemos resolver, si bien compartimos algunos de los problemas europeos. La unión entre los pueblos, cualesquiera ellos sean, ha de establecerse a partir de vínculos. Un vínculo es algo que une y es algo que se comparte. La unión de los países, como sociedades humanas que son, habrá de establecerse a través de los mismos vínculos que permiten la formación de todo orden social. Uno de los vínculos propuestos es el de los sentimientos humanos, tal como lo hace el cristianismo. Si podemos compartir las penas y las alegrías de los demás, ello hará que tratemos de evitar el mal y a favorecer el bien, ya que, al ser compartidos, serán nuestro propio bien y nuestro propio mal. Este es el vínculo más firme y duradero que existe.<br /><br />Debemos abandonar las ideologías europeas que fracasaron rotundamente, tales los casos del marxismo, del nazismo y del fascismo. Todavía existen en Latinoamérica los que tratan de mantener vigentes las ideologías violentas, si bien se predica y se recita a cada rato la palabra “democracia”. Europa ha abandonado a Marx, Lenín, Stalin, Hitler y Mussolini. De igual forma, es necesario que Latinoamérica abandone a Perón, Fidel Castro y al Che Guevara, que han sido fieles representantes latinoamericanos del totalitarismo europeo.<br /><br />Nuestra identidad cultural, por el contrario, debe identificarse mucho más con Cristo y con Gandhi. Sus propios pueblos estaban dominados por poderosos imperialismos, como el romano y el británico, respectivamente. En ambos casos, sin embargo, buscaron el camino del fortalecimiento ético del individuo, como paso previo al éxito que posteriormente tuvieron. Si bien sus vidas están separadas por casi dos mil años, sus ejemplos tienen vigencia en la actualidad.<br /><br />El camino sugerido por Cristo, como el seguido por Gandhi, llevan implícito un arquetipo político claramente definido y que tan sólo es una consecuencia del predominio ético que debe imperar en cada hombre. No proponen un modelo de sociedad, ni un sistema económico de producción y distribución, sino un modelo de hombre. En esto consiste esencialmente lo que podría denominarse “la tercera vía”; una alternativa al capitalismo y al socialismo, ya que es el individuo el que caracteriza a la sociedad y no a la inversa, si bien no debemos ignorar la influencia que ésta produce en aquél.<br /><br /><br />TERCERA VÍA<br /><br />“Lo opuesto a la izquierda o al progresismo no es la derecha: son la sensatez y las ganas de vivir, esas actitudes de vida que prefieren el trabajo de lo posible a la militancia nefasta y contraproducente en una alucinación a la que gustan presentar bajo la forma equívoca de ‘la justicia’ o ‘la libertad’” Alejandro Rozitchner (“Amor y país”)<br /> <br />Así como en nuestras épocas han aparecido los productos “light”, o versiones livianas de los distintos alimentos, con el progresismo y el neoliberalismo se ha tratado de suavizar las antiguas posturas marxistas y liberales, si bien mantienen vigente su esencia.<br /><br />El progresismo trata de imponer sus ideas comparando una sociedad ideal (el socialismo) con las distintas sociedades reales, por lo que siempre parecerá mejor una sociedad ideal a una real. Suponen que una de las tareas de las ciencias sociales es la confección de sociedades utópicas.<br /><br />La total concentración de poder a través del Estado conduce a una situación de cierta peligrosidad, por cuanto las decisiones terminan recayendo en un solo individuo, y toda una Nación deberá estar supeditada a su buen criterio personal. Los casos de Hitler, Stalin, Mao, Mussolini y otros, son casos en que un individuo hacía y deshacía según sus propias iniciativas y caprichos. <br /><br />En los últimos tiempos se ha hablado acerca de una tercera vía, como una alternativa tanto al capitalismo privado como al capitalismo estatal (socialismo). Esta tercera vía podrá ser aquella que sostiene que la mejora ética producirá el mejoramiento individual y social, en todos sus aspectos, mientras que tanto el liberalismo como el socialismo suponen, cada uno por su camino, que la mejora económica producirá luego la mejora en todos los aspectos de la sociedad. Podemos sintetizar las posturas mencionadas en las siguientes expresiones:<br /><br />Cristo dijo: “Busca el Reino de Dios y su justicia, que lo demás se os dará por añadidura”<br /><br />El liberal dice: Busca la economía de mercado que lo demás se os dará por añadidura.<br /><br />El socialista dice: Busca la expropiación de los medios de producción que lo demás se os dará por añadidura.</span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-65714900767106772322011-09-11T06:06:00.001-07:002011-09-11T06:14:07.551-07:00VI Comportamiento<span style="font-weight:bold;"><br /><br />VIRTUD, HIPOCRESÍA Y CINISMO <br /><br />“La hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud” La Rochefoucauld<br /><br />Podemos decir que la virtud consiste en adoptar una actitud cooperativa. Mediante la misma el individuo obtiene un elevado grado de felicidad siendo capaz de compartir ese estado anímico con las personas que le rodean.<br /><br />Cuando le quedan todavía resabios de la actitud competitiva, no queda del todo convencido que la cooperación es el mejor camino. En ese caso, reconoce la virtud, pero no actúa conforme a ella, sino que finge hacerlo, por lo que decimos que tal persona es hipócrita.<br /><br />De tanto criticar la hipocresía y de tanto escuchar opiniones favorables al relativismo moral, el individuo puede llegar hasta el cinismo, ya que ni siquiera admite la existencia de la virtud y actúa según le viene en ganas, ignorando cualquier tipo de norma moral, cualquiera sea su origen.<br /> <br /><br />NEGLIGENCIA<br /><br />“La negligencia y la disidencia producen en el mundo más males que el odio y la maldad” Wolfgang Goethe <br /><br />Así como un sistema de numeración resulta eficaz cuando utiliza el cero, una descripción del comportamiento humano podrá ser fidedigna si tiene presente la negligencia, o la inacción. A pesar de las necesidades de todo tipo padecidas por muchos habitantes, existe un gran porcentaje que no trabaja; no sólo porque no puede, sino porque no quiere hacerlo.<br /><br />Alguna vez se vio en la televisión una protesta en la que participaban jóvenes de unos veinticinco años de edad que pedían al Estado que les proveyera una “casa digna”. Pedirle al Estado que les otorgue una casa es equivalente a pedirle al resto de la sociedad como si se tratase de alguien impedido para trabajar. Debe destacarse que una “casa digna” es aquella que fue lograda mediante medios dignos, como el trabajo. <br /><br />Cuando algunos alumnos universitarios reclamaban ciertas ventajas, en su calidad de pobres, el médico y Premio Nobel Bernardo Houssay les mencionaba que él mismo “se mantenía por sus propios medios desde los trece años de edad”. Para algunos, la pobreza es una situación momentánea, mientras que otros llevan marcada en sus mentes la prédica populista que los ubica en una situación inferior.<br /><br />Mientras que un periodista televisivo mostraba cierta indignación por el hecho de que algunos niños acompañan a sus padres en sus labores en la agricultura, trabajando también ellos, no sienten un malestar similar al enterarse que unos 800.000 adolescentes en la Argentina no estudian ni trabajan. Como está prohibido el trabajo de los menores, y ante la opción de no estudiar, como frecuentemente sucede, sólo les queda la vagancia con el riesgo inmediato asociado al vicio y la delincuencia.<br /><br />Los niños que acompañan laboralmente a sus padres, seguramente aprenderán hábitos de disciplina y de trabajo, y estarán lejos de los riesgos que corren quienes pasan sus horas en las calles perdiendo el tiempo y marginándose de la sociedad en forma peligrosa. Pareciera que los políticos quieren proteger, con sus leyes, a los menores, sobre todo para que no vayan a caer tempranamente en la “explotación” empresarial, pero no han tenido en cuenta los otros peligros que les acechan. <br /><br /><br />INSTANCIAS LÍMITES<br /><br />“La ignorancia del bien y del mal es lo que más perturba la vida humana” Marco Tulio Cicerón<br /><br />Quienes sostienen que el cambio social provendrá principalmente de la mejora del orden legal establecido, deben tener presente que existen otras instancias previas que restringen el accionar individual a la vez que lo orientan por el camino ético adecuado.<br /><br />La primera instancia es la propia conciencia moral individual. Esta conciencia no es otra cosa que el propio proceso cognitivo general aplicado al conocimiento de las causas que producen el Bien y el Mal. Así, cada individuo, a menos que padezca alguna disminución psíquica, puede vislumbrar los efectos que sus acciones ocasionarán en los demás.<br /><br />Si la instancia anterior no se cumple, será entonces el medio familiar el que deberá tratar de poner límites a su accionar. Si esta segunda instancia, por alguna razón, resulta insuficiente, será el medio social el que esta vez deberá encauzarlo por la senda del Bien.<br /><br />Si las tres instancias previas no logran éxito, sólo quedará una última posibilidad y estará asociada al límite impuesto por las normas legales establecidas. De ahí que las leyes deben actuar cuando ya fallaron otras instancias; situación crítica para el individuo y para la sociedad.<br /><br />Una de las causas que apuntan en contra de la eficacia de las tres primeras instancias, es la preponderancia del relativismo moral ya que, al considerarse que no hay normas objetivas de conducta, sino que son tan sólo convencionalismos que pueden cambiar con las épocas, o con las distintas sociedades, no existen ideas claras para orientar al individuo por el camino del Bien, porque tampoco se supone que exista tal concepto.<br /><br /><br />CAMBIO SOCIAL<br /><br />“Todo modelo de una estructura social implica un modelo de cambio histórico-social; la historia consiste en los cambios que sufren las estructuras sociales” H.Gerth y C. Wright Mills (“Carácter y Estructura Social”)<br /><br />Toda propuesta ética, ya sea de origen religioso, filosófico o científico, no sólo debe describir aceptablemente al hombre y a la sociedad, sino que también debe proponer una sugerencia de mejoramiento individual y social. Así, luego de establecer lo que el hombre es, ha de proponer una optimización de ese comportamiento para llegar a lo que el hombre “debe ser”.<br /><br />En épocas de crisis surge la imperiosa necesidad de establecer cambios en la sociedad. Una de las posibilidades consiste en establecer, a partir del Derecho, mejores leyes, para que, exteriormente al individuo, permitan lograr un mejor ordenamiento social. Otra posibilidad consiste en promover una revolución, método poco exitoso históricamente, mientras que la tercera posibilidad consiste en encontrar la información básica que nos permita establecer una mejora ética generalizada. <br /><br />A esta información podemos denominarla “ideología”, ya que ha de estar materializada por un conjunto ordenado de ideas que deberá ser aceptado y comprendido por la mayoría de las personas, para que produzca los efectos deseados.<br /><br />Si bien se emplea generalmente la palabra “ideología” para denominar a un conjunto de ideas con poco o ningún fundamento científico, en este caso adoptamos un término cuyo significado se asocia a lo que podríamos denominar “ciencia de las ideas”. <br /><br />En lugar de esperar que el lector “crea” en el mensaje recibido, o “esté de acuerdo” con el mismo, es deseable que pueda decir finalmente si la información recibida es “verdadera”, o no.<br /><br /><br />COOPERACIÓN EN LA SOCIEDAD<br /><br />“Si quisiéramos buscar una palabra que definiese la sociedad mejor que ninguna otra, esa palabra sería cooperación. Lo que hay que entender, y tiene suma importancia, es que, contrariamente a las creencias de la escuela de pensamiento de la ‘supervivencia del más apto’, el hombre no necesita crear un espíritu cooperativo que lo eleve sobre el nivel de sus esfuerzos ‘salvajes’ para ser distinto. De ninguna manera. Los impulsos hacia la conducta cooperativa se encuentran presentes en él desde el nacimiento y sólo necesitan ser cultivados. No hay ni rastros de evidencias en el sentido de que el hombre nazca con impulsos ‘hostiles’ o ‘malignos’ que deban ser vigilados y disciplinados” Ashley Montagu (“¿Qué es el hombre?”)<br /><br />El individuo, para formar parte de un grupo social, o de una sociedad, se ha de vincular de alguna manera con los demás. La característica de todo vínculo radica en que es compartido por las partes unidas. <br /><br />En general se acepta que los vínculos entre personas, para ser duraderos, deben estar ligados a nuestros afectos. El amor, actitud por la cual compartimos las penas y las alegrías de nuestros semejantes, es el vínculo básico de todo grupo y de toda sociedad humana. Este vínculo permite, por otra parte, la existencia de la cooperación entre seres humanos, como es deseable que ocurra.<br /><br />Una postura “revolucionaria” fue el marxismo, que proponía, como vínculo entre los hombres, no al amor, sino al trabajo y a los medios de producción. La hoz y el martillo representan tales vínculos, de la misma manera que la cruz (asociada al amor) representa el vínculo propuesto por el cristianismo.<br /><br />En el socialismo, justamente, al aceptarse tales vínculos, la sociedad dejó de parecerse a una familia para llegar a ser una gran sociedad anónima. Los vínculos materiales, no basados en los afectos, son vínculos no naturales que, generalmente, no unen a los seres humanos, sino que los atan con la consiguiente pérdida de libertad. <br /><br />Las ideologías propuestas desde la ciencia, la filosofía y la religión, deberían contemplar la orientación del hombre hacia la cooperación. Toda ideología de adaptación debería alejarlo de las actitudes competitivas que impiden el crecimiento de la sociedad y de la humanidad. <br /><br />Quienes creen que los grandes avances del conocimiento fueron motivados por actitudes competitivas, pueden indagar en las biografías de los grandes científicos y verán que sus obras requerían, para su realización, de una gran necesidad de conocimientos, sin excluir, en muchos casos, actitudes competitivas, ciertamente.<br /><br /> <br />MARGINACIÓN<br /><br />“Odiando, uno depende de la persona odiada. Es un poco esclavo de la otra. Es su sirviente” Jorge Luis Borges<br /><br />Una de las formas más penosas de marginación social se produce a través del odio inducido en una persona por la influencia de otra, ya que el odio implica, entre otros aspectos, burla y envidia, actitudes que se dan en una misma persona. Mientras que la burla es un reflejo de cierta alegría propia ocasionada por el sufrimiento ajeno, la alegría ajena ocasionará tristeza propia. Y el que se burla en cierta circunstancia, en otras sentirá envidia.<br /><br />Generalmente se odia a quien se supone superior, de ahí que quienes predican el odio hacia algún sector de la humanidad, en cierta forma proponen la existencia de hombres superiores y también inferiores. Ubicarlos en el grupo de los inferiores, estimulando su odio, significa degradarlos hasta el nivel más bajo posible.<br /><br />Los países imperialistas han tratado de legitimar su accionar convenciendo previamente, a los que luego fueron dominados, de que eran incapaces de gobernarse por sus propios medios. De igual forma, el populista convence a su propio pueblo de su inherente incapacidad para pensar y tomar decisiones propias, tratando de establecer hacia ellos una especie de “imperialismo interno”.<br /><br />La dependencia a través del odio es mucho más denigrante que la dependencia económica, ya que no existe mejor forma de justificar el fracaso que culpar a los demás por nuestros propios errores. Los ideólogos populistas usan a los más humildes para que vayan allanando el camino para la conquista del poder total<br /><br />Quienes están ávidos de poder, tratan de alcanzarlo a través del Estado. Previamente han convencido al pueblo de que los pobres constituyen una “casta rígida” de la cual nunca podrán salir y que tampoco tienen capacidad para hacerlo, excepto que lo logren a través del promocionado totalitarismo.<br /><br />Como ejemplo de quienes vencieron a los imperialismos, que incluso afectaron a sus propios pueblos, podemos mencionar a Cristo y a Gandhi. Pero esa liberación no se produjo como consecuencia de predicar el odio, sino proponiendo un mejoramiento ético individual, haciéndolos sentir superiores a sus adversarios. Los pueblos fuertes logran su libertad, mientras que los pueblos debilitados por el odio y la negligencia sólo consiguen cambiar de amos.<br /><br /><br />FELICIDAD<br /><br />“Sólo hay una manera de encontrar la vida dichosa, y es buscando el bien y la verdad. Para estar contento de la vida hay que hacer buen uso de ella” J. Ernest Renan<br /><br />En cuanto al logro de la felicidad, existen variadas opiniones acumuladas a lo largo de toda la historia, aunque, sin embargo, es posible encontrar algunos aspectos comunes que nos ayudarán a llegar a algunas conclusiones concretas.<br /><br />Toda ética propuesta, ya sea cooperativa o competitiva, individualista o colectivista, tenderá a proporcionar al individuo cierto grado de felicidad que será diferente en cada caso. No es lo mismo tratar de beneficiarse simultáneamente con los demás que competir contra ellos, o buscar el beneficio de otros mediante un perjuicio propio. El grado de felicidad resultante, en cada caso, nos dará una medida de la efectividad de la ética propuesta. <br /><br />La felicidad óptima será el resultado de seguir las sugerencias brindadas por la ética natural. Si no es óptimo el resultado, habrá que replantear tal ética hasta lograrlo.<br /><br />Muchos autores coinciden en que la felicidad se logra en una forma indirecta, como un premio obtenido al ejercer una acción social orientada a los demás. Por el contrario, es posible que no la consigamos cuando la buscamos en una forma directa, como un indicio de que pensamos tan sólo en cada uno de nosotros mismos.<br /><br />La prioridad de nuestros objetivos deberá ser el que ubica a los aspectos afectivos en un primer lugar, los intelectuales luego y finalmente los materiales. Ello se debe principalmente a que nuestra felicidad ha de ser compartida por los demás, mientras que también compartiremos la felicidad de los demás. Esta felicidad compartida es la meta a lograr. Se cumplirá aquello de que “Alegría compartida es doble alegría; dolor compartido es medio dolor”.<br /><br />El egoísmo y el espíritu competitivo se oponen al logro de un elevado grado de felicidad. De ahí que existe cierta incompatibilidad entre la búsqueda de la felicidad y la propuesta de gran parte de quienes adhieren al liberalismo económico. Resulta dificultoso ser egoísta y competitivo en ciertas circunstancias y amable y cooperativo en otras. La existencia de la actitud característica en las personas impide esta dualidad de objetivos y tendencias.<br /><br /><br />CELOS<br /><br />“La envidia y los celos no son vicios ni virtudes, sino penas” Jeremy Bentham<br /><br />Mientras que la envidia implica un sufrimiento propio ocasionado por la felicidad ajena, los celos pueden considerarse como una envidia de tipo afectivo. En este proceso participa un mínimo de tres personas: la persona A da muestras de afecto a la persona B, mientras que la persona C si siente mal por ello. C siente celos de B por el afecto de A.<br /><br />Cada vez que ocurre una situación indeseable, es posible encontrar al causante, o a los causantes, de la situación. En el caso mencionado, podemos decir que la capacidad de amar de A no es tan grande como se espera y da la sensación que destina todo su afecto, y todos sus pensamientos, a una persona, y que no le quedara predisposición para destinar algo a los demás.<br /><br />El otro posible culpable de la situación es la persona que más sufre, quien se siente mal por no recibir el afecto y la atención que espera. Tal es el caso del que da pocos motivos para despertar la estima de los demás.<br /><br />Los celos no aparecen sólo entre seres humanos, sino también en la interacción entre humanos y animales domésticos, por lo que es un proceso de origen biológico, antes que cultural. De todas formas, su comprensión puede ayudar a mejorar algunos casos que puedan presentarse.<br /><br />La carencia de afectos y de aceptación social ha llevado a algunas personas a adoptar actitudes antagónicas y violentas en contra de la sociedad. Si uno no recibe de los demás aquello que espera y necesita, reclamará por ello.<br /><br />Una de las posibles soluciones radica en la ampliación de nuestro ámbito afectivo. Cuando son varias las personas cercanas, afectivamente hablando, se reducirán las expectativas respecto de lo que se ha de recibir de una de ellas. <br /><br />Mientras que la acción ética depende no sólo de las actitudes básicas del individuo, sino también de sus aptitudes mentales que le permiten prever vínculos causales y sus consecuencias, el afecto hacia los demás no depende sólo de nuestras actitudes básicas, sino de la predisposición que tengamos para destinar parte de nuestro razonamiento, de nuestro tiempo y de nuestra memoria hacia las distintas personas que nos rodean.<br /><br /><br />EXCESOS<br /><br />“La sobreestimación es estimar a alguien, por amor, en más de lo justo”. “El menosprecio es estimar a alguien, por odio, en menos de lo justo” Baruch de Spinoza (“Ética”)<br /><br />El que estima de sobremanera tanto las aptitudes como las pertenencias que alguien posee, por lo general menospreciará de igual forma a quienes carezcan de ellas. Así, el que valora excesivamente los atributos estéticos, o físicos, de las personas, menospreciará en otras circunstancias a quienes muestren limitados atributos en tales aspectos. <br /><br />Quienes admiran a los que poseen valores materiales y viven en el lujo, menospreciarán a quienes viven en forma sencilla, o a quienes poco poseen. De igual manera, quienes suponen que la felicidad depende exclusivamente de los valores materiales disponibles, piensan que necesariamente las personas pobres han de vivir en un penoso y continuo tormento, aunque muchas veces las cosas sean diferentes a lo que se cree, como es el caso del millonario que ha perdido el sentido de su vida.<br /><br />Por el contrario, quien valora a las personas por sus atributos éticos e intelectuales, pocas veces menospreciará a quienes pocos atributos posean en esos aspectos; por el contrario, se preocupará para que ellos también los posean, ya que los valores éticos son, en principio, accesibles al hombre común.<br /><br /><br />LO PEOR EN EL HOMBRE<br /><br />“No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior” Friedrich Nietzsche<br /><br />La evolución biológica ha provisto a los mamíferos de atributos que favorecen la cooperación entre sus miembros. Tal como hemos observado tanto en seres humanos como en animales domésticos, la madre tiende a compartir el sufrimiento de sus hijos por lo cual el sufrimiento de éstos será su propio sufrimiento, llevándola a hacer lo imposible por evitarlo.<br /><br />Podemos decir que el individuo con elevada capacidad para compartir las tristezas y las alegrías de sus semejantes habrá de estar en el lugar más elevado en una sociedad que busca la cooperación entre sus miembros.<br /><br />Algo más abajo, en una escala de valores que hace referencia a ese tipo de asociación cooperativo, habrán de estar los reptiles, ya que éstos, según afirman los biólogos, no poseen la capacidad de compartir el sufrimiento de sus propios hijos, y tampoco, por supuesto, de otros miembros más alejados de su especie.<br /><br />Existe aún una categoría inferior y es la del hombre burlesco. Ello es así por cuanto con la burla tiende a alegrarse de los males ajenos, mientras que con la envidia se entristece por el bien de los demás. Puede observarse que esta actitud, al generalizarse, lleva al ser humano a formar parte de una sociedad competitiva y violenta.<br /><br /><br />REBELIÓN<br /><br />“Es indudable que la división más radical que cabe hacer en la humanidad es esta en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cada instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, boyas que van a la deriva” José Ortega y Gasset (“La rebelión de las masas”)<br /><br />La crisis social, asociada a la crisis moral en que está involucrada la mayoría de la población, se ve favorecida por la ausencia previa de una intelectualidad influyente, o bien porque esa intelectualidad lo hace en forma negativa. Cuando su lugar ha sido ocupado por el hombre masa, que se opone a aceptar instancias superiores buscando imponer su voluntad, tenemos el fenómeno social descripto por José Ortega y Gasset como “la rebelión de las masas”. <br /><br />Así como resulta tan necesario conocer las causas que conducen al Bien como las que conducen al Mal, es oportuno preguntarse no sólo acerca de lo que “el hombre debe ser”, de manera de orientarnos hacia el futuro, sino que también debemos indagar acerca de lo que “el hombre es” tanto como lo que el hombre “no debe ser”. En este caso podemos hacer una síntesis de los atributos asignados por Ortega y Gasset al hombre masa:<br /><br />1) Tiene derechos y no deberes<br />2) En lugar de ser agradecido es exigente<br />3) Se siente vulgar y trata de imponer su vulgaridad<br />4) No se rige por leyes, sino que presiona para imponer su voluntad<br />5) No trata de perfeccionarse, sino de seguir siendo lo que siempre fue<br />6) Al no confiar en su éxito personal, adhiere a gobiernos demagógicos o populistas<br />7) Carece de nobleza, por lo que tampoco está obligado por ella<br />8) Odia a los mejores y desea suplantarlos<br />9) Se niega a aceptar instancias superiores careciendo de docilidad<br /><br /><br />El predominio del hombre masa se ve favorecido por políticos que lo promueven y lo justifican, por lo que no resulta extraña la vigencia de ideologías como el fascismo y el marxismo; incluso en la actualidad puede observarse una predominante oposición a todo tipo de liberalismo. <br /><br /><br />PREOCUPACIONES<br /><br />“Raramente pensamos en lo que tenemos, sino siempre en lo que nos falta” Arthur Schopenhauer<br /><br />La palabra preocupación nos da idea de una ocupación previa, aunque en realidad es un sufrimiento anticipado. Nadie está exceptuado de tener preocupaciones, si bien la forma de sobrellevarlas es distinta en cada uno de nosotros.<br /><br />Una de las mayores fuentes de preocupación proviene de la pobre valoración que dispensamos a todo lo que tenemos. Las preocupaciones, y el sufrimiento asociado, actuarían como un castigo por nuestra ingratitud. <br /><br />Es conveniente citar un procedimiento práctico, ideado por el industrial Willis H. Carrier, en momentos en que sus preocupaciones le crearon la necesidad de descubrirlo. El procedimiento consiste en los tres siguientes pasos:<br /><br />1) Pregúntese que es lo peor que puede pasarle.<br />2) Prepárese a aceptar lo peor<br />3) Proceda a mejorar lo peor<br /><br />A este método lo pueden poner a prueba quienes padezcan insomnio. Generalmente, lo que más mal puede hacer son las preocupaciones por el insomnio antes que el insomnio mismo. En este caso, lo peor que a uno puede sucederle es que amanezca cansado. Si uno se convence de esto, es posible que deje de autocontrolarse si durmió bien, o no, y así es posible que pueda comenzar a dormir mejor.<br /><br /><br />PREVISIÓN <br /><br />“La predicción es la función primordial del cerebro” Rodolfo R. Llinás (“El cerebro y el mito del yo”)<br /><br />Cada acción humana producirá algún efecto en el futuro. De ahí que “responsable” es el que tiene presentes los efectos que ocasionarán sus acciones. El comportamiento ético proviene de la elección previa de aquellas acciones que producirán buenos efectos, tanto en el individuo como en la sociedad. Por el contrario, “irresponsable” será quien pocas veces tiene en cuenta los efectos que seguirán a sus acciones, lo que equivale a desconocer algún criterio ético.<br /><br />La base de nuestra adaptación al medio natural y social radica en nuestra capacidad para prever acontecimientos. La falta de previsión, por lo tanto, será una medida de nuestro grado de desadaptación. De ahí que una mejora en el nivel de adaptación implicará una mejora de nuestro nivel ético.<br /><br />En el caso del aborto, hay quienes aducen que debe legalizarse para evitar que niños pobres tengan una vida desdichada. Quien no concuerde con esta postura, será visto como un hipócrita, o algo peor. Por el contrario, teniendo en cuenta que el pobre es también un ser humano, debemos contemplarlo como un ser capaz de aceptar criterios éticos y, por lo tanto, capaz de prever efectos futuros de cada una de sus acciones. <br /><br />Si, por el contrario, suponemos que se trata de un ser viviente guiado por instintos y por el principio de placer, renunciamos por siempre a la posibilidad de “humanizarlo”. La ley humana no debe legitimar actitudes irresponsables, sino contemplar la posibilidad de promover actitudes éticas que ayuden a encauzarlo hacia su esencia humana.<br /><br />Los abortos masivos son una de las consecuencias del libertinaje y del relativismo moral; tendencias aceptadas por gran parte de la sociedad. El lema adoptado pareciera ser: “Sigue viviendo en el sagrado libertinaje, pero cuídate. Utiliza a los demás seres humanos como simples objetos de placer ya que ellos darán satisfacción a tus instintos, pero trata de evitar embarazos”. </span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-75059673153976867652011-09-11T05:53:00.000-07:002011-09-11T06:04:26.153-07:00VII Religión<span style="font-weight:bold;"><br /><br />LA IDEA DE DIOS<br /><br />“Creer en Dios es anhelar que le haya y es, además, conducirse como si le hubiera” Miguel de Unamuno (“Del sentimiento trágico de la vida”)<br /><br />Cuando pensamos en nuestro universo, con sus complejidades y su grandeza, la primera idea que se nos ocurre es que todo ello no fue creado por el hombre. Como consecuencia, atribuimos el nombre de Dios al personaje imaginario que lo hizo todo. Quizás no exista una idea más simple que la idea de Dios.<br /><br />En nuestros intentos por comprender el funcionamiento y el sentido del universo, tratamos de interpretar la voluntad de ese ser superior, incluso suponiendo que lo dirige desde alguna parte.<br /><br />Respecto de la existencia, o no, de Dios, Blaise Pascal estableció una comparación entre dos hipotéticas formas de apostar. En un caso apuesta a favor de la existencia del Dios bíblico y de una vida eterna. Tal aceptación implica realizar una vida virtuosa y, en caso de que no exista la vida posterior, al menos llevó una vida buena. Por el contrario, si apuesta a favor de la no existencia del Dios bíblico y de una vida posterior, llevará una vida desordenada siendo posible la pérdida del ingreso a la vida eterna si es que ella en realidad existe. Por lo que conviene apostar a favor de la creencia. <br /><br />Hay quienes afirman, teniendo presente un punto de vista “económico”, que si existe una vida eterna, nuestra propia vida “terrestre” ha de ser devaluada, mientras que si no existe esa vida posterior, nuestra vida actual será mucho más valorada. De ahí que la necesidad de dejar rastros de nuestra existencia será una importante motivación para realizar la acción respectiva. <br /><br />Desde el punto de vista de nuestras decisiones, podemos decir que en el mundo ya existe una ley natural que permite que podamos ir, o no, a una vida eterna. No depende de nuestras creencias que el universo funcione como lo hace. Lo que sí depende de nosotros es la posibilidad de elegir, entre varios, el camino hacia esa posible vida posterior. Como el camino de la inmortalidad es el mismo que el de la felicidad, según lo que propone el cristianismo, entonces estaría resuelto nuestro problema. <br /><br />Cuando a Albert Einstein le preguntan si cree en Dios, responde que primeramente le tienen que definir qué entienden por “creer en Dios”. Y esto es admisible por cuanto hay quienes lo imaginan como un ser humano, atribuyéndole subjetivamente varios atributos, mientras que otros consideran que Dios es el propio ordenamiento natural.<br /><br /><br />FE RELIGIOSA<br /><br />“Pero si no hubiera tal eternidad mi fe en el mundo recibiría un golpe peligroso. ¿Podría concebirse que el mundo evolucione durante miles de millones de años hasta originar la vida espiritual, consciente de sí misma….para que dicha vida vuelva a caer al fin nuevamente en la nada? Todo mi ser se rebela contra tal hipótesis, que rebajaría y reduciría a un absurdo al mundo en el que tan firmemente creo” Ignace Lepp (“La nueva Tierra”)<br /><br />La fe de tipo religioso es la confianza básica que los hombres tenemos respecto de Dios. Pensamos que, si somos importantes en el universo, precisamente por ser los únicos seres conscientes de nuestra existencia, e incluso del Creador, suponemos que tendremos la posibilidad de alcanzar un aceptable grado de felicidad.<br /><br />Desde el punto de vista científico, observamos la existencia de leyes naturales invariantes, de las cuales esperamos algo similar a lo que el creyente del Dios personal espera de él. En ambos casos se establece, de nuestra parte, una respuesta ética. Pero esta respuesta tiene un carácter subjetivo, especialmente en el segundo caso, por cuanto se fundamenta en una creencia antes que en una evidencia. De ahí la imperiosa necesidad de fundamentar nuestra ética en algunas leyes psicológicas evidentes y accesibles a nuestra cotidiana observación.<br /><br />Si la respuesta ética es coincidente, tanto en la versión teísta (la del Dios personal, o que se parece a una persona) y la versión deísta (la del orden natural regido por leyes), es posible que la ética teísta provenga finalmente de la observación del comportamiento humano, y que haya sido interpretada como el resultado de una revelación desde Dios hacia el hombre.<br /><br />Quizás lo más importante de la simbología bíblica, en el caso del Génesis, provenga de la expresión: “Y vio que era bueno”. Es decir, se supone que el universo es “bueno” para el hombre, o que existe una posibilidad cierta de adaptarnos al mismo. De lo contrario, interpretaríamos como que el universo es una trampa y que no tendríamos posibilidad de salir airosos en la gran aventura humana. <br /><br /><br />CONVERSIÓN<br /><br />“Se demuestra que la Escritura no enseña sino cosas muy sencillas, ni busca otra cosa que la obediencia, y que, acerca de la naturaleza divina, tan sólo enseñan aquello que los hombres pueden imitar practicando cierta forma de vida” Baruch de Spinoza (“Tratado teológico-político”)<br /><br />La conversión, desde un punto de vista religioso, consiste en un cambio que se produce, a veces en forma abrupta, a partir del cual se alcanza a vislumbrar una idea que antes no se tuvo, si bien es posible que se haya ido gestando gradualmente.<br /><br />Es una tarea de las ciencias sociales poder llegar a promover una conversión masiva de la población mediante el convencimiento de las ventajas que a cada uno ofrecerá una mejora ética sustancial. Este tipo de conversión masiva es quizás el objetivo asociado a la profecía bíblica conocida como la Segunda Venida de Cristo.<br /><br />La conversión masiva habrá de consistir, seguramente, en la posibilidad de disponer de información clara y precisa sobre los aspectos esenciales del comportamiento humano, y que será capaz de producir la mejora ética mencionada, siendo un acontecimiento único en la historia. De todas formas, el conocimiento progresivo, acumulado por las distintas generaciones humanas, posibilitará el acontecimiento mencionado.<br /><br />La unificación de ciencia y religión no implicará el reemplazo de ésta por aquélla, sino una compatibilización de ambas como ramas especializadas del conocimiento humano, que actúan bajo una especie de “división del trabajo” y apuntan hacia un mismo fin. La religión compatible con la ciencia, y con la propia realidad, constituye una “religión natural”. Dicha religión surge del hombre, y no de Dios. No supone la existencia de un orden sobrenatural, además del orden natural, sino sólo este último. De ahí la ventaja conceptual y la sencillez de esta postura.<br /><br />Para que la profecía tenga sentido, habrá de existir un cambio en el cristianismo. De ahí que la religión vigente, como una religión revelada, posiblemente habrá de ser interpretada como una religión natural. De no ser así, no existirá un cambio esencial; al menos resulta dificultoso imaginarse otro tipo de cambio. <br /><br />Quienes se aferran a una postura teísta, afirman que la parusía (presencia) es un simbolismo más y, en cierta forma, rechazan la profecía. El propio Cristo nunca dijo que su religión era natural o revelada, si bien puede interpretarse de ambas formas. Recordemos que la Biblia utiliza muchas simbologías, y que de ellas pueden surgir interpretaciones variadas. <br /><br /><br />MILAGROS<br /><br />“El milagro se caracteriza principalmente por una extraordinaria aceleración de los procesos de reparación orgánica. No hay duda de que el grado de cicatrización de los defectos anatómicos es mucho más rápido que lo normal. La única condición indispensable para que el fenómeno se produzca es la plegaria. Pero no es necesario que sea el mismo paciente el que rece, ni siquiera que tenga fe religiosa. Basta con que alguien a su alrededor se halle en estado de oración. Estos hechos son profundamente significativos. Muestran la realidad de ciertas relaciones, de naturaleza aún desconocida, entre los procesos psicológicos y orgánicos. Prueban la importancia objetiva de las actividades espirituales, que los higienistas, los médicos, los educadores y los sociólogos han dejado de estudiar casi siempre. Abren al hombre un mundo nuevo” Alexis Carrel (“La incógnita del hombre”) <br /><br />La religión tradicional, o religión revelada, admite intervenciones de Dios. La propia revelación implica una intervención mediante la cual el intermediario, o profeta, recibe información para ser difundida al resto de los hombres. El milagro implica una interrupción momentánea de la ley natural, o de las condiciones iniciales de un proceso, a favor de la recuperación de la integridad física o mental de un individuo.<br /><br />Así como muchas veces se comenta que “Dios salvó a tal persona”, mientras que en otros casos se acostumbra decir que “la mató el médico”, podemos preguntar porqué Dios no evitó la enfermedad, o el pequeño detalle que condujo a un accidente fatal, ya que todo hubiese sido más sencillo. <br /><br />Es oportuno decir que quienes suponemos la inexistencia de milagros, en el sentido estricto de la palabra, es decir, intervenciones directas de Dios en el mundo, no tenemos ningún inconveniente en que ellas ocurran. Por el contrario, sería interesante que la mayoría de los problemas de la humanidad se resolvieran mediante esa alternativa. Pero parece ser que el mundo funciona de una manera diferente.<br /><br />Desde el punto de vista de la religión natural, se excluye el milagro en el sentido expresado, sin embargo, no se rechazan experiencias regidas por leyes naturales de difícil acceso a nuestro entendimiento o bien sucesos con reducidas probabilidades de ocurrencia.<br /><br />Podemos imaginar a una persona que escucha los mensajes de Cristo y los acepta sin necesidad de haber observado milagro alguno. En ese caso puede decirse que se convirtió en un “creyente”, ya que lo esencial es el cumplimiento de los mandamientos y la adopción de una postura ética concreta, en lugar de adoptar una nueva postura filosófica para contemplar el mundo. <br /><br />Hacer que la mayoría de los hombres acepte una postura filosófica determinada, es prácticamente imposible de lograr, ya que tales posturas están ligadas, generalmente, al tipo psicológico al que se pertenece. En cambio, si se trata de hacer prevalecer una postura ética, es factible el logro de coincidencias. Debería adoptarse una actitud similar a la de los científicos, ya que ellos pueden tener diferentes posturas filosóficas respecto de la interpretación de una determinada teoría, pero no han de dudar de los hechos experimentales ni de la validez de la misma si ha sido verificada.<br /><br />Si existe un Dios que produce interrupciones de la ley natural, el hombre tiende a adoptar una actitud pasiva. Incluso tratará de homenajear y de adular al causante de los beneficios que le serán otorgados. Por el contrario, la existencia de una ley natural invariante nos obliga a adoptar una actitud activa, ya que debemos adaptarnos al orden natural a partir de un gran trabajo de mejoramiento individual. Anthony de Melo expresó: “Milagro no significa que Dios cumpla con los deseos de los hombres, sino que los hombres cumplan con los deseos de Dios”.<br /><br />Debido a la abrumadora diferencia existente a favor de la probabilidad de ocurrencia de acontecimientos regidos por la ley natural respecto de aquellos que pueden ser atribuidos a intervenciones divinas, debe ser prioritaria la consideración de dicha ley como una guía efectiva para nuestra vida. Quienes, en sus visiones personales, alteran completamente esta prioridad, suponen la existencia de mundos imaginarios, lo que implica una tendencia hacia la desadaptación del hombre respecto del orden natural.<br /><br /><br />CIENCIA Y RELIGIÓN<br /><br />“El individuo que está totalmente imbuido de la aplicación universal de la ley de la causalidad no puede ni por un instante aceptar la idea de un ser que interfiera en el curso de los acontecimientos…..siempre, claro está, que se tome la hipótesis de la causalidad verdaderamente en serio” Albert Einstein (“Contribuciones a la ciencia”)<br /><br />Considerando a las leyes naturales (estudiadas por la ciencia) como las leyes de Dios, encontramos una identidad entre ciencia y religión. Si admitimos, por el contrario, la posible interrupción de las mismas, a través de la revelación o los milagros, aparece un punto de divergencia entre ambas.<br /><br />A partir de los conocimientos aportados por la biología y otras ciencias, podemos observar una tendencia hacia el logro de mayores niveles de adaptación, siendo el comportamiento ético uno de los principales medios que el hombre dispone para su supervivencia. Las actitudes cooperativas no sólo servirán para que el hombre cumpla con la “voluntad de Dios”, sino para poder sobrevivir y adaptarse adecuadamente al orden natural. <br /><br />De ahí que sea posible mantener vigente gran parte de las propuestas religiosas adecuándolas a los conocimientos aportados por la ciencia experimental. Recordemos que la religión propone una actitud ética dentro del marco de un universo orientado por cierta finalidad.<br /><br />Algo distinta es la propuesta de la religión popular, o paganismo, en la cual todo se reduce al simple intercambio de homenajes y adulaciones hacia Dios con la esperanza de obtener algunas ventajas desligadas muchas veces de los beneficios otorgados por un comportamiento ético adecuado.<br /><br />El mayor inconveniente que presenta la posible unificación de ciencia y religión radica en que la mayoría de las personas no está habituada al razonamiento de tipo científico, en base a leyes naturales, lo que podrá producirse a partir de nuevas generaciones. Además, se valora una religión, no tanto por su efectividad, sino por ser una parte importante de la tradición y la cultura de un pueblo.<br /><br />La expresión “porque Dios lo quiso así” tiene un significado similar a “porque la naturaleza está hecha así”. Esta equivalencia excluye, como antes se dijo, al posible intercambio de homenajes y ventajas concedidas por el Dios que interviene en el mundo.<br /><br />La religión, en la actualidad, tiende a ser relegada a la categoría de simple tradición y de creencia subjetiva de validez personal. Se le niega toda validez objetiva por lo que es imprescindible reconstruirla a partir del conocimiento científico actual.<br /><br /><br />LA RELIGIÓN DEL FUTURO<br /><br />“Imposible sobrevivir sin una ética mundial. Imposible la paz mundial sin paz religiosa. Imposible la paz religiosa sin diálogo de religiones” Hans Küng (“Proyecto de una ética mundial”)<br /><br />Debido a que el hombre apareció sólo hace uno o dos millones de años, y que le quedan algunos miles de millones de años por delante (hasta la extinción del Sol), debemos contemplar con interés cómo habrá de ser la religión del futuro, adelantándonos a su posible cambio. La religión actual, que promueve antagonismos y divisiones, no debería continuar influyendo en la forma en que ahora lo hace.<br /><br />Respecto del ordenamiento de todo lo existente, tenemos tres puntos de vista predominantes:<br /><br />1) Ordenamiento nulo (caos): el propio ser humano será quien deberá imprimirle un sentido o una finalidad. <br />2) Determinismo estricto (fatalismo): sobre el cual poco podemos hacer, ya que tan sólo nos queda ubicarnos de la mejor manera posible dentro del riguroso orden natural impuesto. <br />3) Determinismo con libertad: a la luz de los conocimientos brindados por la ciencia experimental, podemos considerar la existencia de un orden natural regido por leyes invariantes, con cierta finalidad implícita, pero que permite al hombre tomar decisiones respecto de la orientación que ha de seguir la humanidad. <br /><br />Lo esencial de la religión del futuro implica la adecuada interpretación de la aparente finalidad del universo, y de la propia humanidad; es decir, debemos interpretar el “espíritu de la ley natural”. Pero, sobre todas las cosas, debemos asegurarnos de poder actuar adecuadamente en todos aquellos aspectos que son accesibles a nuestras decisiones. <br /><br />Las ideologías de validez sectorial deben ser suplantadas por aquéllas que tengan una validez universal. De ahí que la única alternativa posible consista en tomar como verdadera aquella descripción que sea compatible con la ley natural, es decir, un criterio similar al adoptado por la ciencia experimental. <br /><br />Cuando leemos en los libros de neurociencia acerca de las neuronas espejos y de la forma en que compartimos los estados emotivos de otras personas, tenemos la sensación de que muy pronto será posible disponer de una ética natural fundamentada desde el propio nivel neurológico y que esa ética natural será la parte esencial de una religión universal, estando la religión del futuro muy cercana en el tiempo. <br /><br />No sólo es posible considerar a los efectos de la oración como un proceso regido por leyes naturales, sino que la posible vida posterior, predicada por Cristo, en caso de existir, no dependerá de las decisiones de un Dios personal, sino que podría ser otro proceso ligado a las respectivas leyes naturales. <br /><br /><br />HACIA LA RELIGIÓN NATURAL<br /><br />“Si, al racionalizar la moralidad en la educación moral, nos limitamos a eliminar de la disciplina moral todo lo religioso sin reemplazarlo, corremos de manera casi inevitable el peligro de eliminar a la vez todos los elementos que son propiamente morales. Debemos descubrir los sustitutos racionales para esas nociones religiosas que, por tanto tiempo, han servido de vehículo para las ideas morales más esenciales” Emile Durkheim (“La educación moral”)<br /><br />La religión tradicional proveía a la sociedad de dos fundamentos básicos para nuestra supervivencia:<br /><br />a) Proponía un sentido de la vida<br />b) Proponía una ética compatible con dicho sentido<br /><br />Debido a las incoherencias lógicas, el fanatismo de sus seguidores, el odio intenso entre distintas religiones, o entre sectores de una misma religión, la influencia de la religión tradicional se fue debilitando. De ahí la necesidad de encontrar un sustituto que nos devuelva tanto el sentido de la vida como la ética.<br /><br />Sin un sentido para la vida, el individuo se ve expuesto a serios conflictos emotivos y existenciales. Sin una ética que oriente a sus integrantes, la sociedad tiende al caos y a su desintegración. De ahí la imperiosa necesidad de encontrar ambos (sentido y ética) a partir del conocimiento científico. <br /><br />Los estudios realizados tanto en neurociencia como en las distintas ramas de la psicología, hacen posible una reinterpretación de la religión moral que, posiblemente, permitirá fundamentarla de manera adecuada, tratando de evitar las severas distorsiones que sufre la religión tradicional, brindando al individuo la orientación necesaria para una plena adaptación.<br /><br />Existen quienes usurpan la religión de todos para darle un carácter sectorial o personal, impidiendo que cumpla con sus objetivos básicos. Ello se hace evidente en cuanto ignoran totalmente la existencia de leyes naturales asociadas al comportamiento humano, puesto que ni siquiera tratan de conocerlas. <br /><br /><br />TEMOR A DIOS<br /><br />“Primeramente haz de temer a Dios, porque en el temerle está toda sabiduría; y siendo sabio, no podrás errar en nada” Miguel de Cervantes (“El Quijote”)<br /><br />La actitud religiosa de los hombres oscila desde el temor hasta el amor hacia Dios, pasando por la indiferencia. Muchos describen los acontecimientos cotidianos como una sucesión de premios y castigos otorgados “desde arriba”. Así, en su momento, hubo oposición al invento de Benjamín Franklin, el pararrayos, por cuanto, se aducía, tal artefacto impedía a Dios manifestarse a través de los rayos, ya que los emplearía para producir incendios, como un medio para distribuir castigos en forma merecida.<br /><br />Si bien pueden encontrarse fallas lógicas en las distintas actitudes religiosas, no podrá negarse que quien tenga temor a Dios, y a sus posibles castigos, tratará por todos los medios de no infringir las normas de la moral establecida desde la religión. También quien confíe en los premios, en nuestra Tierra y en el más allá, llevará una vida acorde con esa creencia. Sin embargo, cuesta mucho revertir la etapa cultural por la que atraviesa la humanidad resultando dificultoso retroceder a las creencias predominantes en el pasado, a pesar de las ventajas que esas creencias presentaban desde muchos puntos de vista.<br /><br />Pareciera que la única alternativa posible, para restablecer antiguas creencias, fuera el cumplimento de la profecía de Cristo acerca de la Segunda Venida, ya que, en forma independiente a lo que tal profecía implique (posiblemente la identificación entre ciencia y religión) hará que todos tendamos a creer en la validez de la totalidad de las prédicas cristianas, por lo que, de esa forma, llegaríamos nuevamente a confiar en los premios y castigos que limitarían los grandes desvíos observados respecto de las normas éticas elementales. <br /><br />En la imagen de un mundo regido por leyes naturales, la existencia de premios y castigos, que dependen de nuestro grado de adaptación, hace surgir de nosotros la confianza en la existencia de cierta justicia natural, equivalente a la fe en un Dios justo que impone una justicia divina, en la antigua imagen de la religión tradicional. <br /><br /><br />HEREJÍAS Y PROGRESO<br /><br />"Frente a las religiones que envejecen y se materializan, el sentimiento místico sigue engendrando subversivas herejías, que puede el tiempo convertir en religiones nuevas; las actuales han sido heréticas de las precedentes, el cristianismo del judaísmo, el protestantismo del catolicismo, el unitarismo del protestantismo. En cada tiempo y lugar la herejía de los místicos ha sido un factor de progreso moral, ora destacando los dogmas de las iglesias decadentes, ora afirmando la posibilidad de orientar el sentimiento hacia ideales éticos menos imperfectos” José Ingenieros (“Las fuerzas morales”)<br /><br />La herejía es el cambio, considerado negativo, que se produce dentro de alguna religión. Lo de “negativo” tiene sentido tomando como referencia lo que se considera correcto o verdadero dentro del conjunto de creencias asociadas a las costumbres y la tradición.<br /><br />Pero existe otro tipo de herejía, que podríamos considerar como una “herejía absoluta” y radica en el alejamiento de la religión de aquella ética natural que viene impuesta por las propias leyes naturales que gobiernan a todos los seres humanos.<br /><br />Ya es hora que las distintas religiones contemplen la posibilidad de valorar sus prédicas y creencias en función de los resultados que producen en la propia sociedad, en lugar de valorarlas en función de la coherencia lógica que muestran en función de la creencias adoptadas, en forma similar a lo que se hace en el ámbito de la filosofía especulativa. Deben tener presente que las “religiones” que producen divisiones entre individuos y sectores son cualquier cosa menos “religiones”.<br /><br />Posiblemente, una de las mayores herejías que se ha cometido dentro del cristianismo, radica en los intentos por reforzar su contenido actualizándolo en función de ciertas semejanzas que algunos sectores observaron respecto del marxismo o del liberalismo. La validez del cristianismo debe establecerse a partir de su vinculación y compatibilidad con la ley natural, la que está siendo descubierta a través de aquellos descubrimientos científicos que refuerzan la vigencia de los mandamientos, especialmente los vinculados con el amor al prójimo.<br /><br /><br />SUPERSTICIÓN Y ÉTICA<br /><br />“Las religiones más supersticiosas son las menos morales, pues más atienden a la materialidad de las ceremonias que al contenido ético de la conducta. Lo mismo ocurre entre los adeptos de cada religión; la masa ignorante posee menor moralidad que las minorías cultas. El exceso de superstición excluye la primacía moral; son valores antitéticos” José Ingenieros (“Las fuerzas morales”)<br /><br />La historia de la decadencia de las religiones puede sintetizarse en el reemplazo de la actitud ética promovida, desde la postura respectiva, por un conjunto de creencias subjetivas de variadas formas y significados. Cuando la religión agoniza, junto a la sociedad, es la época en que el significado de los mandamientos ha sido reemplazado por diversas y oscuras interpretaciones que impiden su cumplimiento por parte del hombre común.<br /><br />Si se hace una encuesta respecto del significado del mandamiento del amor al prójimo, se encontrará con un variado conjunto de definiciones que lo relativizan de tal forma que se llega a la conclusión de que se trata de algo supeditado a la libre interpretación individual. Por el contrario, si adoptamos una interpretación cercana a la propuesta desde las ciencias sociales, estaremos más cerca de lograr una definición accesible al entendimiento y, sobre todo, de algo concreto para adoptar como una referencia a alcanzar en el futuro.<br /><br />Desde el siglo XVII, Baruch de Spinoza estableció una definición en este sentido, tal la del amor como una actitud por la cual compartimos las alegrías y las penas de nuestros semejantes. Debemos partir de objetivos cercanos a la ley natural en lugar de reemplazarlos por definiciones cercanas al mundo de la superstición y la mitología, o propias de las oscuridades de la filosofía especulativa.<br /><br /><br />LA RUPTURA TEOLÓGICA<br /><br />“La teología revelada es dirigida por la ‘luz de la fe’, que constituye el supremo criterio de cualquier ulterior dilucidación racional. La teología natural, en cambio más propia del filósofo que del teólogo, tiene como criterio la ‘luz de la razón’. En último término, la teología natural es un saber de Dios a base del conocimiento del mundo; por eso se dice a veces que la teología natural puede conocer ‘sin fe’” José Ferrater Mora (“Diccionario de Filosofía”)<br /><br />Existen dos formas posibles mediante las cuales Dios se revela a los hombres:<br /><br />a) A través de mensajes directos<br />b) A través de las leyes naturales<br /><br />La primera alternativa es la aceptada por las religiones reveladas. De ahí que existirá un verdadero cambio en la religión en cuanto aceptemos la posibilidad de la segunda alternativa. Incluso es posible describir las antiguas alianzas, o momentos en que se habrían producido las revelaciones, en el sentido tradicional del término, como un acceso al conocimiento, por parte del profeta, de las leyes naturales esenciales y necesarias para una vida ética aceptable para el hombre.<br /><br />El cambio esencial que se dará en la religión consistirá en considerar que ya no existen ni los hombres ni los pueblos elegidos, sino pueblos y hombres capaces de interpretar la voluntad de Dios a través de sus leyes. La religión ya no se interpretará como una acción intelectual que surge de Dios, sino como una acción que surge de los hombres. <br /><br />La experimentación aparece como una alternativa a la fe y a la razón. Debido a que la religión deberá identificarse con la ética, o ser su vehículo, deberá orientarse en el conocimiento concreto del hombre, fundamentando ese conocimiento tanto en la Psicología Social, como en la Neurociencia y en otras ramas del conocimiento científico. Ello implicará admitir el cambio desde la revelación directa de Dios por la revelación indirecta, a través de sus leyes. <br /><br /><br />MUDABLE E INMUTABLE <br /><br />“En la Iglesia hay cosas mudables, tal como enseña de forma patente la experiencia. Y a la inversa, si no hubiera también en ella y acerca de ella aspectos permanentes, inmutables, no tendría sentido seguir utilizando, a través de los tiempos, la misma palabra ‘Iglesia’, porque faltaría aquella identidad que es precisamente la que mantiene cohesionado lo mudable” Joseph Ratzinger (“Teoría de los Principios Teológicos”)<br /> <br />Si se acepta el cambio desde una revelación directa a una revelación indirecta, actitud similar a la que permitió la aceptación de una creación indirecta del hombre a través de la evolución en lugar de la creación directa propuesta por la Biblia, se producirá un importante cambio en la Iglesias cristianas.<br /><br />Lo que no ha de cambiar ha de ser la función prioritaria de la Iglesia; su misión orientadora en la lucha histórica entre el Bien y el Mal. A la fe, asociada a una visión optimista de la realidad, en la que se supone que el mundo está bien hecho y que el hombre es corregible, debemos agregarle la búsqueda del Bien, a través de los sentimientos y del razonamiento, lo que implica un mejor conocimiento de nuestro propio comportamiento ético.<br /><br />Cuando la Iglesia, por el contrario, prioriza el éxito de su postura filosófica en lugar de contemplar el nivel de felicidad logrado por los seres humanos, desconoce los fundamentos de su misión. Así como Cristo da su vida a cambio de un efectivo mejoramiento ético del hombre, la Iglesia debe ceder en todos aquellos aspectos ideológicos y filosóficos que impiden el cumplimento de su misión.<br /><br /><br />INMORTALIDAD <br /><br />“Si estoy equivocado en mi creencia de que las almas de los hombres son inmortales, me alegro de mi error, y no quiero que, mientras yo viva, nadie me saque de este error que me hace dichoso” Marco Tulio Cicerón<br />(“De la vejez”)<br /><br />Generalmente se nos pregunta acerca de si creemos, o no, en la existencia de una vida posterior a la muerte. En realidad, existe una pregunta más importante y consiste en saber si el mundo real admite tal suceso. Más importancia aún la tiene la pregunta respecto de cual es el camino a la inmortalidad en caso de que exista. <br /><br />Existen varias posibles formas de inmortalidad. La predicada por el cristianismo habrá de ser una inmortalidad directa, ya que en principio conservaríamos nuestras características personales. En este caso, el camino de la inmortalidad es el mismo camino que el de la felicidad, por lo que deberíamos concentrarnos en hacer los méritos correspondientes antes de pensar todo el tiempo acerca de si existe o no el premio posterior. Se ha llegado al extremo de que muchos piensan que uno logrará la inmortalidad “si cree en ella”, en forma independiente del cumplimiento de los requisitos exigidos para ese logro.<br /><br />Otro tipo de inmortalidad habría de ser la que prevé un retorno a la Tierra, a través de la reencarnación. Como la tasa de nacimientos, de cualquier especie, es mayor que la tasa de mortalidad, existirían dos tipos de personas: los originales y los reencarnados. Por lo cual parece mejor adaptada a la realidad la descripción científica de la herencia genética en la cual se afirma que cada individuo ha sido formado por sus padres independientemente a algún alma reencarnada que pueda llegar. <br /><br />También es posible la inmortalidad indirecta, a través de los hijos, o bien a través de una obra literaria, artística, científica, social, etc., en la cual depositamos parcialmente las características de nuestra personalidad haciéndolas perdurables en el tiempo. Esta es una de las causas por las cuales algunos hombres realizan grandes esfuerzos durante su vida, en contraposición de lo que sostiene la simple hipótesis de que son las motivaciones económicas las que mueven el accionar de los hombres. <br /><br /><br />ACCIÓN Y CONTEMPLACIÓN<br /><br />“Toda religión pensante debe elegir entre la alternativa de ser religión ética o religión que explica el mundo” Albert Schweitzer (“El cristianismo y las religiones mundiales”) <br /><br />Las distintas religiones pueden dividirse en dos categorías: aquellas que promueven una actitud contemplativa de lo eterno y las que promueven, además, una acción concreta en beneficio del individuo y de la sociedad. <br /><br />Incluso en el propio cristianismo existen Iglesias que promueven la salvación por la fe, excluyendo la salvación por las obras. De esa forma, quienes adhieren a la postura filosófica “oficial”, obtendrían la salvación eterna, mientras que alguien, que desconoce el cristianismo, y que lleva una vida virtuosa, con obras concretas realizadas como consecuencia de esa virtud, quedaría fuera de la vida eterna; lo que en realidad resulta absurdo.<br /><br />El cumplimiento del “amarás al prójimo como a ti mismo” implica necesariamente que el cristianismo es una religión activa, ya que no podremos quedarnos en el inactivo autoperfeccionamiento mientras los demás necesiten de nosotros. <br /><br />En estos aspectos pueden verse los síntomas de la decadencia del cristianismo, ya que tener fe significa, para el ciudadano corriente, adoptar una de las dos posturas filosóficas generales, tal el caso de la postura trascendente (en lugar de la inmanente). Luego, cuesta muy poco esfuerzo mental adaptar tal postura al caso concreto del cristianismo. Se habrá logrado así el paso del cristianismo desde una religión moral a una religión contemplativa. <br /><br /><br />ADAPTACIÓN A LA CIENCIA<br /><br />“Si la ciencia demuestra hechos que contradicen la visión budista, deberíamos modificar ésta en consecuencia” Dalai Lama (“Emociones destructivas”)<br /><br />Los conflictos que han existido, y siguen existiendo, entre la ciencia y la religión, se deben principalmente a que muchos religiosos no aceptan que los libros de religión sólo contienen mensajes éticos, en lugar de mensajes científicos. Galileo Galilei decía que “la Biblia nos enseña cómo ir al cielo y no cómo está hecho el cielo”. <br /><br />Mientras que la evolución biológica resulta ser un hecho, antes que una teoría, existen quienes se aferran a la descripción bíblica de la creación ignorando abiertamente la verdad y la realidad del mundo. Incluso, en cierta forma, se rebelan contra las leyes naturales establecidas. <br /><br />La actitud conservadora de muchos religiosos se debe principalmente al hecho de no querer abandonar su posición de privilegio que les aporta su supuesta superioridad intelectual. La búsqueda de prestigio personal, en algunos casos, está incluso por encima de la búsqueda de la verdad.<br /><br />Cuando el cristianismo adopte una actitud similar a la del líder del budismo tibetano, es posible que resurja ampliamente y deje de ser sólo una fuerza social tradicional, poco influyente, para convertirse en una poderosa fuerza de cohesión social.<br /><br /><br />MATERIALIZAR LO ESPIRITUAL<br /><br />“Que Dios le hablaba en sueños no es lo mismo que soñar en que Dios le hablaba” Thomas Hobbes (“Leviatán”)<br /><br />La posible estructura del universo admite dos formas principales, y son las expresadas por las posturas inmanente y trascendente. Desde la postura inmanente se tiende a espiritualizar lo material, ya que se considera que lo viviente está estructurado en base a la misma sustancia que compone lo material. El principio de complejidad-conciencia establece una síntesis que va desde las partículas fundamentales hasta llegar a la vida inteligente, fundamentando la postura mencionada.<br /><br />Desde la postura trascendente, por el contrario, se trata de materializar lo espiritual, ya que el milagro implica el momento en que lo espiritual “hace contacto” con la realidad material, influyendo en ella y manifestando su existencia.<br /><br />Es oportuno señalar que se asignó, entre otros, el nombre de “acosmismo” (privado del mundo) a la postura de Baruch de Spinoza, ya que niega la existencia del mundo en lugar de negar la existencia de Dios. Otras veces, a esta postura, se la tildó de panteísmo (todo es Dios) o bien de ateísmo (no hay Dios). Esto nos hace recordar el caso, dentro del ámbito de la ciencia, de quienes afirmaban que todo es materia, mientras que otros afirmaban que todo es energía. A partir de la ecuación de Einstein, que establece la equivalencia entre ambas, podemos decir que todo está hecho con lo que algunos denominan masa y otros denominan energía.<br /><br />Desde el punto de vista de la ciencia, se acepta la posibilidad de que exista una sustancia única y que lo espiritual debe interpretarse como la información asociada a las leyes que rigen todo lo existente, especialmente en todo aquello relacionado con la mente y los sentimientos. De esto se vislumbra la posibilidad de medir la complejidad del mundo en base a la cantidad de información necesaria para su adecuada descripción. <br /><br /><br />REVELACIÓN<br /><br />“Pero se equivocan los que piensan que sólo los cristianos serán salvos, ya que, como revela el Apocalipsis, todos seremos juzgados por nuestras buenas obras y no por ser católico, judío o musulmán. Este es el espíritu de preparación de la Segunda Venida, es un espíritu de amor universal encaminando a todos los hombres a la casa del Padre” Francisco María (“Apocalipsis”) <br /><br />La palabra griega “Apocalipsis” se traduce como “revelación” o “desocultamiento”. La profecía bíblica con ese nombre es interpretada, desde el punto de vista teísta, como un acontecimiento catastrófico en el cual, el Dios interviniente en el mundo, envía castigos a la humanidad debido a su desobediencia a los mandamientos revelados.<br /><br />En la antigüedad se interpretaba la aparición de los cometas como señales del cielo que anunciaban castigos inminentes provenientes de Dios. Como los cometas tienen un movimiento aparente algo distinto al de los demás cuerpos celestes, se asocia la palabra “desastre”, derivada de “dis-astra” (en contra de los astros), a los sucesos que seguirían a su aparición. Las cosas se calmaron cuando Edmund Halley demuestra que los cometas tienen un periodo de rotación de la misma forma en que lo tienen los planetas. <br /><br />Se afirma en la profecía que morirá una cuarta parte de la humanidad, por lo cual muchos imaginan a Dios como un Hitler o un Stalin, pero potenciado en sus atributos como diezmador de seres humanos. <br /><br />Si bien no puede hablarse acerca de la “veracidad” de una profecía, ya que hace referencia a sucesos que todavía no han ocurrido, al menos podemos comparar las predicciones hechas con el propio mundo real y de esa manera podremos vislumbrar la factibilidad o la imposibilidad de ocurrencia de tales sucesos.<br /><br />A partir de una visión deísta de la realidad, y de la profecía, podemos interpretar la predicción bíblica como un castigo auto-infligido por el hombre al producirse una severa crisis moral. El castigo es el precio que pagamos por desconocer la ley natural (y también los mandamientos bíblicos). La profecía indica la futura existencia de una etapa superadora de esa crisis moral, y de ahí la expresión: “Y no vi llanto, ni clamor, ni dolor”.<br /><br />La lucha, expresada en la profecía, es la histórica disputa entre el Bien y el Mal, con el triunfo del primero. Los cuatro jinetes del Apocalipsis, que simbolizan esta lucha, con uno de ellos que simboliza el Bien y los demás el Mal, concuerdan, al menos en número, con las actitudes básicas del hombre, ya que una de esas actitudes impulsa el Bien y las otras el Mal.<br /><br />La profecía describe el sufrimiento del hombre y también la solución definitiva, efectuada por alguien que mira hacia Dios y hacia sus leyes eternas, logrando describir adecuadamente el camino de la adaptación cultural, lo que dista bastante de la visión teísta tradicional.<br /><br />Mientras que el Bien está asociado a la prédica de una ética cooperativa, el Mal está asociado a la prédica de éticas competitivas, ya sea que se ubiquen del lado de los “superiores” como de los “inferiores”.<br /><br /><br />CREENCIAS SECTORIALES Y OBJETIVIDAD<br /><br />“Dios es real porque produce efectos reales” William James (“Las variedades de la experiencia religiosa”)<br /><br />En la actualidad, la opinión mayoritaria ha relegado a la religión a la categoría de una creencia subjetiva y sectorial que poco tiene que ver con la realidad. Esta es, quizás, la forma más penosa en que se trata de extinguir una postura que en otras épocas constituyó algo de gran importancia para individuos y sociedades.<br /><br />Otra de las formas en que se ha tratado de denigrarla radica en la concepción de la misma como parte de una ideología de dominación, siendo una fachada detrás de la cual sólo existen intereses económicos. La ironía del destino ha sido que tales detractores de la religión hayan en realidad construido una pseudoreligión sustituta de la anterior, basada sólo en la opinión de un hombre que diseñó una sociedad imposible y utópica, el socialismo, cuyos intentos de realización sólo sirvieron para agravar los defectos criticados a las sociedades que pretendían transformar.<br /><br />Es interesante consultarles a quienes critican a la religión si en realidad pretenden abolirla o bien desean mejorarla. En el primer caso, habría que consultarles acerca de cuál es la propuesta que desean establecer para reemplazarla. Si solamente proponen una sociedad sin religión, sin un sentido objetivo de la vida, sin una ética natural, están proponiendo en cierta forma un retorno al caos y a la autodestrucción. <br /><br />Desde un punto de vista científico, podemos aceptar la posible legitimidad de todas las religiones, pero no su posible validez, por cuanto una de ellas se adaptará mejor a la realidad por cuanto producirá distintos efectos que las demás. Y los mejores efectos nos indicarán cuál es la mejor postura religiosa, recordando la sugerencia bíblica que sugiere: “..por sus frutos los conoceréis”.</span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-33505242625021535372011-09-11T05:40:00.001-07:002011-09-11T05:52:15.052-07:00VIII Conocimiento y ciencia<span style="font-weight:bold;"><br /><br />INTELECTO Y AXIOMAS<br /><br />“El orden y conexión de las ideas es el mismo orden y conexión de las cosas” Baruch de Spinoza (“Ética”)<br /> <br />Mientras que el docente es el intermediario entre el científico y el alumno, el intelectual lo es respecto de las ideologías propuestas y el ciudadano común. En este proceso de comunicación es posible la aparición de distorsiones e, incluso, de emisores secundarios que transmiten posturas distintas a las originales.<br /><br />Por ello es deseable establecer ideologías de adaptación que sean accesibles al ciudadano común y que, en lo posible, no requieran de intermediarios, sino de difusores, si sus contenidos son favorables al hombre. Se ha dicho que la claridad es la cortesía del escritor; en escritos orientadores es, quizás, un requisito excluyente. <br /><br />Para lograr esa accesibilidad, es necesario partir de aspectos observables de la realidad que puedan servir de base para todo razonamiento posterior. Disponiendo de principios observables, podrá deducirse, mediante una lógica elemental, la descripción adecuada de la mayor parte de los procesos sociales que ocurren. Éste debería ser el primer objetivo a lograr en toda descripción teórica realizada en el ámbito de las ciencias sociales.<br /><br />La mencionada forma de organizar el conocimiento es, esencialmente, el método axiomático utilizado por Euclides de Alejandría en el siglo III AC. Este geómetra pudo sintetizar todos los conocimientos de la geometría plana en un breve sistema deductivo. <br /><br />Quien primero lo emplea en humanidades fue Baruch de Spinoza con su “Ética demostrada según el orden geométrico”. Por “orden geométrico” quiere significar el método axiomático empleado por Euclides. Es oportuno mencionar que la axiomatización de Spinoza fue realizada antes de la aparición de la primera axiomatización en física, que fue establecida por Isaac Newton.<br /><br />La utilización de los sistemas axiomáticos, como los empleados en varias ramas de la ciencia, facilita no sólo el conocimiento especializado sino también el de tipo enciclopédico, ya que posibilita que cada individuo tenga en su mente unos pocos principios básicos que le permitirán, luego, deducir la mayor parte de los aspectos descriptos por la teoría respectiva.<br /><br /> <br />VERDAD<br /><br />“Puede uno andar equivocado por muy diferentes maneras, pero sólo por un camino puede llegar a la verdad; por esta razón es fácil fracasar y difícil alcanzar el éxito. Es fácil errar el tiro, difícil dar en el blanco” Aristóteles (“Ética a Nicómaco”)<br /> <br />Cuando nos preguntan si hemos dicho la verdad, equivale a que nos pregunten si hemos descrito exactamente algún aspecto de la realidad. Si la diferencia entre la descripción y lo descrito es muy grande (error grande) decimos que la descripción es errónea o bien que estamos diciendo una mentira (según sea nuestra intención previa). Podemos expresar la idea mediante una simple resta:<br /><br />Error = La descripción ─ Lo descrito<br /><br />Podemos decir, entonces, que un error grande es una mentira (o una mala descripción) y que la inexistencia de error es la verdad.<br /><br />El carácter científico, o no, de una descripción, depende de la posibilidad de constatar experimentalmente el error mencionado. Así, decimos que una descripción es “científica” cuando el error verificado es menor que cierto valor convencionalmente aceptado, según el tema que se trate.<br /><br />En épocas pasadas, cuando existían incompatibilidades entre religión y filosofía, hubo quienes sostenían la existencia de dos verdades respecto de un mismo aspecto de la realidad; una verdad religiosa y otra filosófica. Santo Tomás de Aquino, por el contrario, se tomó el trabajo de compatibilizar la filosofía aristotélica con los dogmas del cristianismo. Imperó su confianza en la existencia de una única verdad.<br /><br />En nuestra época tenemos información proveniente tanto desde la religión, como de la filosofía y la ciencia, por lo cual deberemos compatibilizarlas aceptando la existencia de una única verdad. Esto implica que el carácter de “verdadero” o “falso” no dependerá del método utilizado, sino del resultado obtenido.<br /><br />Hay quienes, sin embargo, para no tomarse demasiado trabajo, aceptan la existencia simultánea de muchas verdades (relativismo cognitivo), mientras que otros, en lugar de mejorar las descripciones poco adaptadas a la realidad, prefieren “mejorar” la propia realidad.<br /><br />La verdad debe ofrecerse y sugerirse a los demás, en lugar de tratar de imponérsela. Los intelectuales religiosos, filosóficos y científicos tienen la obligación de encontrar coincidencias, o señalar errores en los demás, de manera de dejar de influir negativamente en el resto de la sociedad, incluso creando divisiones y confusiones que llevan a resultados nefastos. Quien elige como actividad básica de su vida una actividad social, debe tener la suficiente responsabilidad como para que su influencia permita sólo acercarnos cada día más a la verdad, en lugar de alejarnos de ella.<br /><br />Como integrantes de la sociedad, y de la humanidad, cada uno de nosotros tendrá legítimos derechos de criticar toda ideología, que provenga de alguna de las partes mencionadas, si consideramos que puede ser negativamente influyente en la sociedad. Y más que un derecho, será una obligación.<br /><br /><br />INTELIGENCIA<br /><br />“La inteligencia procede también por tanteos. Su trabajo no es sino una serie de ensayos y eliminaciones. Pero, en vez de intentar acciones destinadas al fracaso, la inteligencia ensaya en el pensamiento y en él reconoce el fracaso de esos ensayos. Reduce así a un pequeño número las empresas efectivas; se embarca en las que tienen probabilidades de lograrse (razonamiento inductivo); descubre a veces la única que puede tener éxito (razonamiento deductivo). Los procedimientos de la inteligencia son los de la selección, pero de una selección que mata ideas e hipótesis en vez de matar seres vivos….” Edmund Globot (“Tratado de Lógica”)<br /><br />Podemos denominar “inteligencia” a la capacidad que posee un organismo para realizar el procesamiento y almacenamiento de información. En este caso podemos decir que se trata de “información útil”, que sirve para una mejor adaptación al orden natural.<br /><br />En otras épocas se valoraba tan sólo la aptitud para procesar información que requería de bastante abstracción, como la asociada a las ciencias exactas. En la actualidad, por el contrario, se habla de la “inteligencia emocional” o la “inteligencia social” que tienen tanta o más importancia que la anterior (desde el punto de vista adaptativo mencionado). <br /><br />Para cuantificar dicha capacidad podemos considerar cierto intervalo de tiempo durante el cual se procesa y se memoriza información. Por ello, la inteligencia podría definirse como una velocidad para la adquisición de conocimientos, o de la información asociada a ese conocimiento.<br /><br />En vista a la tendencia de la evolución biológica, a formar organismos con mayores niveles de complejidad y conciencia, tal el caso de la vida inteligente, podemos decir también que es una tendencia hacia el logro de organismos con mayor cantidad de inteligencia. De ahí que la aparente finalidad de la evolución es, justamente, la concreción de la vida inteligente.<br /><br />La capacidad para adquirir información acerca del medio circundante es una ventaja adaptativa. Sin esa capacidad, la posibilidad de supervivencia sería mínima. Y aquí aparece una primera diferencia entre hombres y animales. El animal sólo necesita conocer detalles “gruesos” de su medio ambiente, como es la temperatura, humedad, presencia de otros animales, etc. Por el contrario, además de éstos, el hombre necesita conocer leyes naturales poco evidentes y que escapan a los sentidos como el tacto o la vista, y de ahí la necesidad de poseer un nivel de abstracción mucho mayor.<br /><br />El hombre es un ser complejo adaptativo que dispone del cerebro como el principal órgano de adaptación. La aptitud de tal órgano depende de la información que sea capaz de almacenar. Pero tal información estará relacionada, precisamente, con las posibilidades que brinda para el proceso de adaptación. La información adquirida dependerá entonces de nuestra aptitud (inteligencia) y del tiempo empleado para adquirirla:<br /><br />Información = Inteligencia x tiempo<br /><br />En este caso, se trata de periodos de tiempos largos, si bien también la inteligencia podrá medirse según las aptitudes de aprendizaje para tiempos breves. La creatividad, por otra parte, merecería un “puntaje” adicional.<br /><br />Si tenemos presente la totalidad de la información posible, habríamos de darle un valor infinito, de ahí que algunos consideran la diferencia entre el hombre y Dios en función de nuestra disponibilidad finita de información y la disponibilidad infinita por parte de Dios. <br /><br /><br />CIENCIA<br /><br />“El desarrollo de la ciencia occidental se basa en dos grandes acontecimientos: la invención del sistema de lógica formal (en la geometría euclideana) por los filósofos griegos, y el descubrimiento de la posibilidad de encontrar relaciones causales mediante experimentación sistemática” Albert Einstein<br /><br />La ciencia experimental es la actividad cognitiva por medio de la cual se describen las distintas leyes naturales. El conocimiento adquirido es organizado en forma axiomática. Debido a que la propia realidad constituye un sistema, ya que todas sus partes están vinculadas causalmente, la descripción de tal sistema también ha de tener en concordancia cierta coherencia interna.<br /><br />Podemos mencionar, sintéticamente, los principios generales de la ciencia, que son aceptados por gran parte de los científicos:<br /><br />1) Todo lo existente está regido por leyes naturales.<br />2) Estas leyes son invariantes en el tiempo y en el espacio.<br />3) La actividad del científico consiste en describirlas.<br />4) La existencia de estas leyes es independiente de que el hombre las describa, o no.<br />5) Es posible, en principio, conocer la totalidad de las leyes<br /><br />Podemos ampliar la relación que antes se escribió:<br /><br />Error = La descripción ─ Lo descrito = Modelo de la realidad ─ Realidad<br /><br />Mientras que el modelo de la realidad, M(t), depende del tiempo, la propia realidad (R) se supone invariante por cuanto son invariantes las leyes que la rigen. Podemos decir que la “ley natural humana” se modifica aproximándose paulatinamente a la “ley natural” estrictamente dicha. El método de “prueba y error” implica, justamente, una sucesión de modelos propuestos y ajustes de los mismos, buscando que el error sea tan pequeño como pueda lograrse. <br /><br /><br />MÉTODO AXIOMÁTICO<br /><br />“Euclides, para las numerosas generaciones que se han nutrido de su sustancia, ha sido quizás menos un profesor de geometría que un profesor de lógica” León Brunschvicg<br /><br />Las teorías científicas son sistemas que describen en forma organizada a los sistemas naturales. Una teoría ha de constituir, justamente, un sistema axiomático. De lo contrario sería un conjunto de descripciones parciales de fenómenos aislados que, en caso de ser acertado, no tendrá la influencia que puede tener una teoría.<br /><br />Como ejemplo podemos mencionar a la teoría electromagnética de James Clerk Maxwell, la cual resume en sólo cuatro ecuaciones básicas a la totalidad de los fenómenos eléctricos y magnéticos conocidos.<br /><br />El método axiomático permite que tengamos en nuestra mente unas pocas ideas básicas. Al realizar deducciones, podremos llegar a cualquier parte del sistema con lo que podremos conocer todos y cada uno de los fenómenos descriptos. Podemos decir que constituye la salvación cognitiva del hombre, debido a la enorme cantidad de información científica disponible.<br /><br />Podemos hacer una síntesis de los elementos básicos que posee un sistema axiomático:<br /><br />1) Entes o definiciones<br />2) Postulados o axiomas<br />3) Lógica<br />4) Teoremas o deducciones<br />5) Finalidad<br /><br />Cuando se construye un sistema axiomático, se puede ir desde los fenómenos particulares hacia los axiomas, proceso que denominamos inducción, mientras que, cuando vamos desde los axiomas hasta los fenómenos particulares, utilizamos la deducción. <br /><br />Como ejemplo, podemos considerar la descripción del juego del ajedrez. Los entes o definiciones serían las piezas y el tablero. Los postulados o axiomas serían las reglas del juego. La lógica, en este caso, sería la lógica natural. Los teoremas o deducciones serían todas las partidas posibles, mientras que la finalidad del sistema es dar jaque mate al rey contrario.<br /><br /><br />ENTIDADES, ATRIBUTOS Y ACTIVIDADES<br /><br />“Si nuestras diversas maneras de sentir y pensar han llegado a ser lo que son, ello se debe a su utilidad para amoldar nuestras acciones al mundo exterior” William James<br /><br />El proceso básico del conocimiento puede sintetizarse en la utilización de tres aspectos de la realidad necesarios y suficientes para toda descripción involucrada en el proceso adaptativo. Tales aspectos pueden caracterizarse mediante la pregunta respectiva:<br /><br />Entidades: ¿quién?<br /><br />Atributos: ¿cómo es? <br /><br />Actividades: ¿qué cambios produce?<br /><br />Este proceso básico tiene alguna relación con los sistemas axiomáticos, ya que los entes o definiciones son similares a las entidades. Los axiomas o postulados, si son considerados como características de los entes, pueden identificarse con los atributos. Luego, si consideramos los efectos, o los cambios, que esos entes producen (cambios regidos por leyes naturales) disponemos de posibles deducciones a partir de cierta lógica natural.<br /><br />Lo esencial en todo esto es la posibilidad de existencia de un vínculo estrecho entre los sistemas descriptivos de tipo axiomático y nuestro propio proceso cognitivo, o lógica, utilizado para conocer y describir la realidad. <br /><br />Nuestra mente requiere, para su buen desempeño, de las operaciones necesarias para considerar a todo sistema real como si estuviese constituido por entidades, sus atributos y las posibles actividades que pueden realizar dentro del sistema.<br /><br /><br />LENGUAJE<br /><br />“Entre el lenguaje y el pensamiento existe un vínculo genético tal que cada uno se apoya necesariamente en el otro, en formación solidaria y en perpetua acción recíproca; pero, en definitiva, los dos dependen de la inteligencia, que es anterior al lenguaje e independiente del mismo” Jean Piaget (“Principios de Filosofía del Lenguaje” de J.H.S. Pescador. Cita) <br /><br />Si tuviésemos que crear un lenguaje elemental; necesidad imperiosa de los primeros seres humanos, deberíamos codificar, mediante símbolos y sonidos, tanto a las entidades, como a los atributos y las actividades.<br /><br />Una vez que lo hacemos, nos encontramos con que hemos hallado los elementos básicos de todo lenguaje, es decir, sustantivos, adjetivos y verbos. Esto nos sugiere que debemos considerar a los sistemas axiomáticos, ya sean los elaborados como los elementales, como un elemento básico del proceso de la lógica natural.<br /><br />Entes → ¿Quién? → Sustantivo<br /><br />Atributo → ¿Cómo es? → Adjetivo<br /><br />Actividad → ¿Qué cambios produce? → Verbo<br /><br />El lenguaje se va mejorando luego con artículos, adverbios, conectivos y otros elementos adicionales. Es posible que este proceso haya sido el que permitió el surgimiento de todos los lenguajes. Podemos decir, entonces, que un lenguaje es, esencialmente, una codificación convencional de entidades, atributos y actividades, mientras que la lógica natural es la que subyace a todo el proceso.<br /><br /><br />CONOCIMIENTO ORGANIZADO<br /><br />“El carácter fundamental de la filosofía positiva es el considerar todos los fenómenos como sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento preciso y cuya reducción al mínimo número posible son la finalidad de todos nuestros esfuerzos” Auguste Comte (“Curso de Filosofía positiva”)<br /> <br />Para tener presente el poder de síntesis de los sistemas axiomáticos, podemos definir al conocimiento organizado de la siguiente forma:<br /><br />Conocimiento organizado = Información / Cantidad de principios básicos <br /><br />Esto implica que estará mejor organizado, y sintetizado, el conocimiento asociado a un sistema axiomático que se fundamente en una menor cantidad de axiomas, postulados o principios, que sean necesarios para sustentarlo.<br /><br />La información asociada a alguna parte de la realidad estará materializada por el conjunto de atributos que la caracterizan. Tales atributos son objetivos, mientras que la descripción que de ellos hacemos dependerá tanto de la realidad como de nuestra habilidad para reproducirlos en nuestras mentes. La realidad (R) está regida por leyes que no cambian en el tiempo, mientras que los modelos de la realidad (M(t)) establecidos por el hombre, van cambiando con el tiempo.<br /><br />Que las leyes no cambien en el tiempo, no implica que la propia realidad sea invariable. Justamente, las “reglas del juego” no cambian para que el “juego” sea vistoso y cambiante. Si las reglas cambiaran, existiría el caos (como oposición al orden). Heráclito expresó: “Nada es permanente, excepto el cambio”.<br /><br />Hubert Reeves describe un universo estructurado en forma de lenguaje, ya que tendríamos una escalera de organización creciente que se ha ido formando en el tiempo. Así como las letras forman palabras, las palabras frases y así sucesivamente, los partículas fundamentales forman los núcleos, luego los átomos, moléculas y demás.<br /><br />Esto nos indica que todo el universo está implícito en el primer peldaño (partículas subnucleares) y sus atributos. Nos imaginamos un Creador que adopta un principio básico sobre el cual estará sustentado todo el universo, en todos sus niveles de organización. Puede decirse que éste es el fundamento de la postura inmanente, en la que la idea de Dios está asociada, no al poder que posee, sino al conocimiento organizado que simbólicamente poseyó desde los inicios del universo. <br /><br /><br />PRUEBA Y ERROR<br /><br />“Era como entrar en una casa a oscuras. Se penetra a tientas en una habitación y, durante meses y hasta años, está uno dándose trompicones con los muebles. Poco a poco se va sabiendo dónde están y puede uno ocuparse de buscar el interruptor de la luz. Cuando se le encuentra y se da la luz, todo resulta claro. Entonces se pasa a la habitación siguiente y se vuelve a empezar” Andrew Wiles (“Grandes matemáticos”)<br /><br />Quizás el ejemplo más representativo de la actividad científica sea el de Paul Ehrlich, quien descubre una nueva sustancia de aplicación medicinal: el salvarsán, luego de seiscientos cinco intentos fallidos. El astrónomo Johannes Kepler, por otra parte, estuvo diez años buscando la relación matemática que luego constituiría la “tercera ley del sistema planetario solar”.<br /><br />Parece ser que todo científico deberá estar preparado psicológicamente para afrontar el largo proceso de “ensayo y error” para poner a prueba sus hipótesis respecto de algún aspecto de nuestro universo. Debe tener confianza tanto en la existencia de una verdad objetiva como en lo acertados que podrán ser sus propios intentos por acercarse a ella. <br /><br />El proceso mencionado es parte de nuestra lógica natural, ya que muchas veces “ensayamos” en nuestra mente las distintas alternativas que podrán suceder y así podremos anticiparnos al futuro. Por ejemplo, si estamos por emprender un viaje, en nuestra mente deberemos prever la mayor parte de las situaciones que podrán presentarse. La estrategia a utilizar proviene del ensayo mental previo de varias posibles. <br /><br />También en el proceso del aprendizaje, proponemos alternativas parciales y las ensayamos comparándolas con la información que disponemos para incorporarla luego a nuestra memoria. Cuando la diferencia es pequeña, aceptamos el modelo ensayado y damos por concluido el proceso. <br /> <br /><br />LÓGICA NATURAL<br /><br />“Toda ciencia no es otra cosa que una depuración del pensamiento cotidiano” Albert Einstein<br /><br />A partir del proceso de prueba y error, suponemos que necesariamente nuestra mente debe poseer la capacidad de realizar cierta operación que podemos denominar “comparar”. Tal operación viene asociada a los sistemas de realimentación negativa; algo inherente a los sistemas complejos adaptativos. En ellos se establece una comparación (o resta aritmética) que materializa la diferencia existente entre la señal realimentada y la referencia a lograr. En el caso del proceso del aprendizaje, comparamos el modelo M(t) que estamos ensayando con la realidad R que deseamos conocer, es decir, <br /><br />Error = R ─ M(t)<br /><br />Del proceso de organización del conocimiento, que lleva a la formación de agrupamientos de tipo axiomático, destacamos una operación que podríamos denominar “agrupar”. Según vimos, el agrupamiento de información en forma de sistemas constituidos por entidades, atributos y actividades, es un proceso básico de la lógica natural; de ahí la justificación de la operación propuesta.<br /><br />El modelo de lógica natural, con sus dos operaciones “comparar” y “agrupar”, constituye una descripción de tipo “caja negra”, en el cual se ignoran los procesos internos del cerebro y sólo se tiene presente el comportamiento global del mismo. Es posible que descripciones de este tipo sirvan de orientación para el desarrollo de modelos detallados (dentro de la “caja negra”) realizados a partir del agrupamiento de neuronas y que, finalmente, verificarán, o no, al modelo propuesto.<br /><br />A partir de la existencia de los ensambles neuronales y del proceso de aprendizaje propuesto por Donald Hebb, tenemos un indicio de que el agrupamiento neuronal es algo básico en el comportamiento del cerebro. Faltaría confirmar la forma en que se establece el proceso de comparación antes mencionado.<br /><br />El modelo propuesto se adapta tanto al pensamiento cotidiano como al pensamiento científico, que constituye tan sólo un refinamiento de aquél. Por ello, podemos decir que el proceso del conocimiento individual puede identificarse con el de la ciencia experimental.<br /> <br /><br />REDUCCIONISMO<br /><br />“Por suerte para nosotros, vivimos en un universo en el que las cosas se pueden «reducir» a un pequeño número de leyes de la naturaleza relativamente sencillas. De otro modo, quizá nos habría faltado capacidad intelectual y de comprensión para entender el mundo” Carl Sagan (“El mundo y sus demonios”)<br /><br />Hay veces en que se critica a la tendencia reduccionista de la ciencia, considerando que la realización de teorías de tipo axiomático tiende a “mutilar la realidad”. Si analizamos la situación con cierta profundidad, veremos que lo que se busca es la reducción de las descripciones antes que la reducción de la realidad. <br /><br />Todo científico teórico busca, guiado por cierto espíritu sintetizador, “encerrar en una bolsa” la mayor cantidad de fenómenos posibles. Y es un gran mérito poder describirlos en una forma resumida, ya que, no sólo favorecerá la posibilidad de disponer de una pequeña parte de nuestra memoria para su comprensión, sino que brindará puntos de vista alternativos para continuar con el progreso del conocimiento.<br /><br />En cuestiones humanas también es necesario disponer de síntesis generales, siempre y cuando tales descripciones incluyan la mayor parte de los posibles fenómenos a describir. De lo contrario habrá de ser una descripción mutiladora de la realidad, legitimando las críticas antes mencionadas. Así, en sociología es imprescindible disponer de un marco teórico amplio en su alcance y reducido en su tamaño, capaz de abarcar desde las distintas posturas de la psicología hasta los fundamentos de las tendencias políticas y económicas vigentes.<br /><br />Mientras mayor sea el alcance de tal tipo de teoría, menor ha de ser el nivel de rigor involucrado, pero es necesario e imprescindible disponer de una visión general que sea compatible con la mayor parte del conocimiento verificado en forma experimental.<br /><br />El reduccionismo, como método analítico, ha sido ubicado, en forma opuesta, o bien complementaria, al holismo, bajo los siguientes aspectos:<br /><br />a) Reduccionismo: el todo es igual a la suma de sus partes<br />b) Holismo: el todo es algo más que la suma de sus partes<br /><br />En este último caso se dice que hay “propiedades emergentes” en el todo que no es contemplado por el simple agrupamiento de sus partes. En este caso es aconsejable realizar descripciones que contemplen ambos criterios. Si el método holista encuentra tales propiedades emergentes, se dice entonces que el método reduccionista es incompleto. De ahí que ambas descripciones deben considerarse complementarias, antes que opuestas.<br /><br /> <br />IMÁGENES Y PALABRAS<br /><br />“Las palabras o el lenguaje, ya sea escrito o hablado, no parecen desempeñar ningún papel en mi mecanismo de pensamiento. Las entidades físicas que parecen servir como elementos del pensamiento son ciertos signos e imágenes más o menos claros que pueden reproducirse y combinarse ‘voluntariamente’…Los elementos antes mencionados son, en mi caso, de tipo visual y muscular. Las palabras u otros signos convencionales tienen que buscarse laboriosamente sólo en una segunda etapa, cuando el citado juego asociativo está suficientemente establecido y puede ser reproducido a voluntad” Albert Einstein <br /><br />El motivo principal por el cual algunos escritos resultan claros y comprensibles, mientras que otros resultan oscuros e incomprensibles, radica en la utilización, en el primer caso, de palabras a las que podemos asociar imágenes más o menos concretas. Ello se debe a que el pensamiento y el razonamiento se establecen, principalmente, a partir de imágenes. <br /><br />El sinsentido es una de las primeras consecuencias del uso de palabras desvinculadas de una imagen concreta, siendo la imagen el aspecto espacial de lo existente que puede ser percibido por la vista, el tacto u otros sentidos.<br /><br />Cuando los escritos de tipo filosófico no permiten que el lector forme imágenes de lo que lee, posiblemente esos escritos hagan referencia a aspectos subjetivos de la realidad o bien a mundos imaginarios que poco tienen que ver con el mundo real.<br /><br />El mérito de todo escrito debe consistir, entre otros aspectos, en la fácil transmisión de información verdadera, coherente y compatible con la realidad. Aun cuando tal escrito proponga mejoras previstas para un futuro, y por lo tanto inexistentes en el presente, debe fundamentarse en la propia realidad actual, que ha de ser expresable con palabras que tengan un sentido concreto. <br /> <br /><br />HIPÓTESIS<br /><br />“La hipótesis vuela, el hecho camina; a veces el ala rumbea mal, el pie pisa siempre en firme; pero el vuelo puede rectificarse, mientras el paso no puede volar nunca” José Ingenieros (“El hombre mediocre”)<br /><br />Las hipótesis son necesarias no sólo para el progreso del conocimiento y de la ciencia, sino para el proceso del aprendizaje. La hipótesis, o modelo de la realidad propuesto, se pone a prueba mediante la experimentación y se acepta, o no, según sea la magnitud del error producido. De ahí que la secuencia del conocimiento sería: <br /><br />Hipótesis → Prueba y error → Organización axiomática <br /><br />Con la palabra “conocimiento” se quiere significar, en este caso, tanto el proceso del aprendizaje como el de la investigación científica. En un caso se establece una hipótesis provisoria para compararla con lo que indica el docente, o un libro, mientras que en el otro caso, si lo que se busca no está en ningún libro, es posible que aparezca como una hipótesis original que se pondrá a prueba seguidamente.<br /><br />Como ejemplo de hipótesis podemos presentar una referida al comportamiento neuronal, que es la base de todos nuestros procesos mentales. Tal hipótesis se comprenderá mediante una analogía. Así como cada individuo forma parte simultáneamente de varios grupos sociales (laboral, religioso, ideológico, deportivo, político, económico, racial, etc.) cada neurona podrá participar en forma simultánea a varios agrupamientos posibles. De ahí que nuestro cerebro consiste en una superposición de subsistemas y de agrupamientos interconectados.<br /><br />Esta hipótesis de trabajo, si bien es muy general, puede permitir algunos avances en el conocimiento sobre neurociencia, pero deberá ser rechazada en caso de que presente alguna incompatibilidad ante alguna descripción comprobada experimentalmente. En caso de estar acertada, dentro de un margen de error aceptable, puede darnos una idea bastante concreta de lo que el cerebro puede hacer.<br /><br /><br />COMPATIBILIZANDO MODELOS<br /><br />“Primero, estos sistemas están evidentemente comprometidos en los procesos de razonamiento en sentido lato. Específicamente están involucrados en la planificación y la decisión. Segundo, un subconjunto de esos sistemas se vincula con la conducta previsora y decisoria que podemos catalogar bajo la rúbrica ‘personal y social’. Se insinúa una relación de estos sistemas con el aspecto de la razón que solemos llamar racionalidad. Tercero, los sistemas identificados desempeñan un rol importante en el procesamiento de las emociones. Cuarto, estos sistemas son necesarios para conservar en la mente –durante un lapso prolongado-la imagen de un objeto relevante pero ausente” Antonio Damasio (“El error de Descartes”)<br /><br />Es necesario que los modelos de tipo caja negra, que se proponen desde la psicología, o desde la psicología social, sean compatibles con los resultados que se van obteniendo en neurociencia. Estos modelos podrán orientar las investigaciones en neurociencia, mientras que ésta validará algunos de aquellos y rechazará otros.<br /><br />Teniendo presente la similitud que se establece entre el proceso del razonamiento y de la toma de decisiones, por una parte, y el proceso de las emociones y los sentimientos, por otra parte, quizás ello implique que estos últimos también estarán sometidos a las mismas operaciones de la lógica natural, es decir, agrupar y comparar.<br /><br />Para informarnos sobre cierto aspecto de la realidad, establecemos algunos modelos posibles (o hipótesis) para, luego, compararlos con lo que deseamos conocer. Aceptaremos la descripción si no difiere demasiado de la realidad. El modelo propuesto ha de quedar materializado en información grabada en nuestra memoria. <br /><br />En el caso más simple de razonamiento, podemos describir los atributos y características de una silla, por ejemplo, comparándola con la imagen de otras sillas que llevamos en nuestra memoria. Si se trata de un proceso más complejo, la comparación establecida también implicará una especie de simulación mental de la situación, con distintas alternativas posibles. <br /><br />La comparación mencionada podrá hacerse entre una imagen recibida desde nuestra visión y una imagen grabada en la memoria, como se dijo antes, o bien entre dos imágenes grabadas en la memoria, en cuyo caso podemos hablar de una posible simulación de la realidad. La toma de decisiones provendrá como la consecuencia de una sucesiva comparación de alternativas posibles para elegir la que, estimamos, nos dará mejor resultado según la meta propuesta o deseada.<br /><br />Este proceso podrá emplearse también para sucesos que involucren a personas. Así, cuando vemos a alguien por primera vez, podremos compararlo con imágenes de personas que llevamos en nuestra memoria y de ahí podremos vislumbrar algunos aspectos de su posible comportamiento. Incluso ese conocimiento estará relacionado al efecto inmediato que nos produce la persona recién conocida (atracción, rechazo, simpatía, etc.)<br /><br />Si un individuo sufre alguna alteración en ciertas partes del cerebro, es posible que no sólo tenga problemas con su capacidad para razonar y tomar decisiones, sino también en su capacidad para conocer y razonar sobre distintas personas. Podemos interpretar la simultaneidad de tales problemas considerando que existe un proceso similar tanto para el razonamiento como para el tratamiento de aspectos afectivos asociados a las personas. De ahí que toda teoría de la acción propuesta deberá ser una teoría de la acción ética.<br /><br />En cuanto al problema producido por la incapacidad de retener imágenes captadas por nuestros sentidos, resulta evidente que faltará uno de los elementos necesarios para establecer el proceso de comparación.<br /><br />Cuando fallan algunos grupos neuronales, aparecen simultáneamente la dificultad en la toma de decisiones y del razonamiento como así también dificultades en el comportamiento ético y afectivo del individuo, por cuanto, precisamente, las decisiones éticas están asociadas a una previa simulación mental de los efectos que en los demás podrán ocasionar nuestras acciones.<br /></span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-83222360663927942992011-09-11T05:30:00.000-07:002011-09-11T05:39:04.984-07:00IX Filosofía<span style="font-weight:bold;"><br /><br />CONTRA LA RAZÓN<br /><br />“Lo racional (principio, premisa, idea, política o acción) es aquello que está de acuerdo con los datos de la realidad; lo irracional es aquello que contradice los hechos e intenta ganar igual” Ayn Rand (“Filosofía:¿quién la necesita?”)<br /><br />La filosofía especulativa ha ido ganando terreno siendo cada vez más influyente, mientras que la filosofía científica, que es compatible con la ciencia experimental, todavía no goza de la difusión que es deseable que tenga. En imprescindible que el pensamiento haga referencia a la realidad, antes que a las opiniones que los demás tienen de esa realidad.<br /><br />La filosofía especulativa, alejada de la ciencia, no se basa en los hechos, sino en la coherencia lógica, en el mejor de los casos, de las descripciones realizadas. Otras veces a esos hechos se les oponen mitos, que resultan generalmente más persuasivos. Esto ha permitido la entrada de los grandes errores conceptuales que ponen en peligro a nuestra civilización, y que son:<br /><br />a) Nihilismo: no existe un sentido objetivo del universo ni de la vida humana.<br />b) Relativismo cognitivo: no existe la verdad objetiva. <br />c) Relativismo moral: no existe una ética de validez universal.<br />d) Relativismo cultural: no existe una cultura mejor a otra. <br /><br />Desde el punto de vista predominante en la ciencia experimental, por el contrario, se acepta la existencia de leyes naturales invariantes que rigen todo lo existente. Al existir tales leyes, les asociamos cierto ordenamiento que ha de tener una finalidad implícita, si bien no nos resulta sencillo saber cuál es. <br /><br />Es posible, en principio, conocer tales leyes con cierto margen de error, por lo que es posible llegar a la verdad, como una meta que está al final del camino. Además, es posible describir los efectos que producen nuestras actitudes básicas según criterios éticos asociados a lo deseable, el Bien, y lo no deseable, el Mal. En forma similar, es posible comparar distintas culturas según la preponderancia de uno u otro de tales extremos.<br /><br />Si aceptamos la inexistencia de un sentido objetivo de la vida, del Bien y de la verdad, como lo propone un sector que adhiere a la filosofía especulativa, deberíamos dejar de buscarlos. Si no hay metas posibles, la inacción y la especulación filosófica son las alternativas a la acción.<br /><br />Es fácil comprobar, sin embargo, en el caso de los niños que reciben malos tratos, que los efectos psicológicos producidos por actitudes erróneas de los mayores, no dependen de convencionalismos ni de aceptaciones de tipo cultural, sino de las leyes impuestas por el propio orden natural. <br /><br /><br />INTELECTUALIDAD Y NIHILISMO<br /><br />“Si hay fracaso, la culpa no deberá ser imputada al Universo, ni a la Creación, sino al hombre. Y Teilhard veía en las filosofías del absurdo y del abandono los signos inquietantes de un ‘aburrimiento’ que, para él, es el más grave, el único peligro que puede amenazar a la Evolución” Claude Tresmontant (“Introducción al pensamiento de Teilhard de Chardin”) <br /><br />Las minorías, o la intelectualidad, deben influir sobre el resto de la sociedad de manera de orientarla adecuadamente. Cuando fallan en esos aspectos, es posible que ese lugar sea ocupado por las masas. Una consecuencia del proceso de la rebelión de las masas consiste, precisamente, en la usurpación de los puestos influyentes de la sociedad.<br /><br />Quienes promueven tal rebelión, en lugar de promover la orientación de seres humanos racionales y pensantes, son precisamente aquellos líderes que de por sí poseen todas las características atribuidas al hombre masa. De ahí que no resulta extraño que gran parte de los políticos llegue a los lugares más altos de la sociedad a través de la repetición de frases hechas, o estereotipadas, careciendo de fundamentos de cierta solidez.<br /><br />Pero, todavía, hay otra misión importante asignada a la intelectualidad y es la orientación hacia la gran tarea de la humanidad, tal la de llevar adelante el proceso de la adaptación cultural al orden natural. Tal proceso se verá frustrado mientras gran parte de los pensadores se nieguen a reconocer instancias superiores, tal como la existencia de leyes de la naturaleza.<br /><br />Si buscamos que el hombre abandone actitudes consumistas y oriente su vida a aspectos trascendentes, debemos lograr que ingrese masivamente en el campo del pensamiento y del conocimiento, aunque ello no será factible mientras predomine cierto irracionalismo anticientífico. <br /><br /><br />CONCRETO Y ABSTRACTO<br /><br />“El tercer mal es la confusión entre profundidad y oscuridad. Es verdad que es difícil entender un pensamiento profundo. Pero también es verdad que es fácil hacer pasar una perogrullada, o incluso un absurdo, por un pensamiento profundo. Para esto basta utilizar expresiones confusas o retorcidas. Por ejemplo, al escribir que “el mundo mundea”, que “el tiempo es originariamente la maduración de la temporalidad”, y disparates similares, Heidegger se hizo pasar por un pensador profundo” Mario Bunge (“Elogio de la curiosidad”)<br /><br />Generalmente, se valora más el pensamiento abstracto que el concreto, aunque sea este último el mejor adaptado a la realidad. Ello se debe a que el pensamiento concreto está limitado por restricciones que le son impuestas por el mundo real, mientras que el pensamiento abstracto es, muchas veces, simple pensamiento libre. <br /><br />El pensamiento racional es el que se fundamenta en los hechos, mientras que el pensamiento irracional se aleja de la realidad entrando en mundos imaginarios. De ahí que exista una seria imposibilidad de entendimiento entre personas que emplean distintos tipos de pensamiento.<br /><br />El pensamiento del científico es el que está severamente restringido por la realidad. Puede uno establecer teorías que tengan mucha coherencia lógica, incluso coherencia matemática, y ser, sin embargo, incompatibles con la realidad. Por el contrario, la filosofía especulativa, por lo general, construye elaborados razonamientos con “ambos pies firmemente apoyados en el aire”. <br /><br />El pensamiento racional encuentra en la ciencia un refugio y es por ello, quizás, que ésta reciba frecuentes ataques por parte de quienes adhieren a posturas irracionales.<br /><br /><br />FILOSOFÍA DE LA HISTORIA<br /><br />“El hombre parece no poder vivir sin dar un significado a su vida, y sin un sentido de la historia de la humanidad tampoco puede tener sentido la vida del hombre individual” Juan José Sebreli (“El asedio a la modernidad”)<br /><br />A lo largo del tiempo, varias son las visiones totalizadoras de la historia que se han sugerido. Mediante ellas buscamos las causas que dirigen (o parecen dirigir) a la humanidad hacia metas u objetivos tampoco evidentes. El pasado nos presenta una gran diversidad de acontecimientos y es necesario encontrar alguna idea general que nos permita darles un sentido de manera que no parezcan incoherentes o puramente fortuitos. <br /><br />Antes se mencionó la existencia del principio de complejidad-consciencia como una tendencia impulsada por la evolución biológica e impuesta incluso a la evolución cultural. Debemos decir que, de la misma forma en que la existencia de leyes de tipo determinista no excluye la libertad de elección individual, la existencia de leyes asociadas a la humanidad tampoco ha de excluir nuestra libertad colectiva. El destino de la humanidad depende no sólo de las fuerzas que nos presionan, sino también de la voluntad que tengamos para seguirlas o para oponernos a ellas, siendo distintos los resultados que se lograrán.<br /><br />La idea de la “adaptación del hombre al orden natural”, por lo tanto, es la idea básica que dispondremos para encontrarle un sentido a la historia de la humanidad.<br /><br />Cuando conceptos tales como “evolución”, “adaptación”, etc., pueden expresarse con cierta precisión, nos parece cercana una “teoría científica de la historia” en lugar de una filosofía de la historia. Así, el concepto de evolución creadora, o de creación evolutiva, puede asociarse a un sistema de realimentación negativa en donde la referencia (lo que se quiere lograr) es el hombre plenamente adaptado, mientras que en realidad se logra el hombre en un proceso de adaptación. La ciencia, la filosofía y la religión juegan el rol de lazo de realimentación, ya que permiten la comparación entre lo que el hombre es y lo que el hombre debe llegar a ser, actuando sobre el sistema controlado (humanidad), haciendo que la mencionada diferencia tienda a disminuir.<br /><br /><br />DEBATE Y CONSENSO<br /><br />“Es sencillamente una falacia lógica pasar de la observación de que la ciencia es un proceso social a la conclusión de que el producto final, nuestras teorías científicas, es el que es a causa de las fuerzas sociales e históricas que actúan sobre este proceso” Steven Weinberg (“El sueño de una teoría final”)<br /><br />Durante el gobierno de Stalin, en la ex URSS, se hacía distingo entre “ciencia burguesa” y “ciencia proletaria”. El biólogo Trofim Lissenko sostenía que debía existir, en el ámbito de la biología, la herencia de los caracteres adquiridos, ya que la teoría marxista se fundamenta en la prioridad de la influencia del medio sobre la herencia de los caracteres innatos. De ahí que la teoría de Lissenko se oponía a la genética “burguesa” de Gregor Mendel.<br /><br />Aun cuando Lissenko tenía el apoyo del propio Stalin y sus ideas eran compatibles con la ideología dominante, su teoría fue rechazada por la propia realidad, con un enorme costo social por cuanto las cosechas de trigo tuvieron en ese país un notable descenso. Las teorías científicas deben ser aprobadas por la naturaleza, y no por los propios seres humanos. De lo contrario, ocurrirán casos similares al relatado.<br /><br />Por estas razones, no tienen sentido las afirmaciones de que las teorías científicas se aceptan según el consenso existente entre los científicos. Es decir, puede existir la aceptación por parte de la comunidad científica de cierta teoría, pero luego de que su validez se asoció al veredicto de la experimentación. <br /><br />Cuando se hacen críticas a cierta actividad cognitiva cuyos resultados se imponen por debate y consenso (y no por prueba y error), no se están haciendo críticas a la ciencia, sino a lo que algunos, en forma injustificada, denominan de esa manera. Por el contrario, el nombre de “ciencia experimental” excluye en forma definitiva los malentendidos.<br /><br />Cuando, en el ámbito de la ciencia, existe debate y consenso, se trata de decidir qué investigar o a quién apoyar con los casi siempre insuficientes recursos económicos destinados a tal actividad, lo que poco tiene que ver con la veracidad de los resultados que luego se lograrán.<br /><br /><br />REALIDAD E IDEALIZACIÓN<br /> <br />“Es indispensable razonar por comparación entre dos realidades, no por oposición entre la realidad ‘sucia’ y el ideal ‘puro’. Toda la historia de los totalitarismos del siglo XX habla a favor de este principio de la realidad contra el idealismo histórico” Guy Sorman (“El progreso y sus enemigos”)<br /><br />Generalmente, el partidario de la utopía socialista, o de cualquier otra utopía, aduce que la sociedad ideal, a la que adhiere, no ha fracasado, ya que la ideología que la sustenta “fue mal aplicada”. Tiende a ganar discusiones por cuanto habla siempre de la “sociedad ideal” que tiene en su mente y que compara con una sociedad real y concreta.<br /><br />Esta actitud implica una forma de lucha ideológica entre el irracionalismo (basado en ideologías utópicas y planificaciones) y el racionalismo (pensamiento basado en la realidad). Incluso se ha llegado a afirmar la legitimidad del irracionalismo tanto en la ciencia como en la filosofía, buscando un sustento adicional para la justificación de sus ideas.<br /><br />Es común que el utópico piense en las ventajas de destruir la sociedad real para transformarla en la sociedad ideal en la que sueña. Descarta las mejoras graduales ya que busca un cambio abrupto a través de la revolución. Es una actitud similar a la de Nerón cuando ordena incendiar a Roma, por cuanto la realidad de esa ciudad difería notablemente de la idealización que había hecho de la misma.<br /><br />No es de extrañar que el empresario, que da trabajo a los demás siendo la base económica de la sociedad, sea visto como un vulgar explotador por el hecho de no considerar a sus empleados como si fuesen sus propios socios. Justamente, la idea socialista se basa en el sacrificio solidario del trabajador en beneficio de la comunidad y del Estado, y será rechazado todo lo que no concuerde con el ideal utópico.<br /> <br /><br />CRISIS EN LA FILOSOFÍA<br /><br />“Los científicos y los humanistas deben considerar juntos la posibilidad de que llegó el momento de quitarle temporalmente la ética de las manos de los filósofos, para ser biologizada” E. O. Wilson (“Sociobiología”)<br /><br />Desde el momento en que, desde el ámbito de la filosofía, se rechaza la existencia tanto de la verdad como del bien objetivos, se renuncia parcialmente a la teoría del conocimiento y la ética. De ahí que tales temas sean actualmente tratados con preponderancia por la neurociencia, y también por las ciencias sociales.<br /><br />Una filosofía que ignore la realidad, y que se fundamente tan sólo en la coherencia lógica de sus enunciados, pretendiendo abrirse camino sólo por medio de habilidades personales para ganar debates, se torna poco confiable. Existen algunos aspectos esenciales que favorecen la crisis actual de la filosofía y son aquéllos que fueron puestos al descubierto por Mario Bunge. Podemos sintetizar esos aspectos:<br /><br /><br />1) Existe un reemplazo de la vocación por la profesión, ya que el filósofo profesional no debe ir contra la corriente para poder seguir trabajando en su especialidad.<br />2) Al no disponer de posturas concretas, no centra sus pensamientos en los temas de la filosofía, sino en los filósofos de antaño, por lo que en realidad se está dedicando a la historia de la filosofía.<br />3) Para darles a sus escritos un toque de profundidad, utiliza un lenguaje oscuro y subjetivo, ya que, muchas veces, el lector poco precavido tiende a confundir oscuridad con profundidad.<br />4) Se ha llegado incluso a afirmar que los problemas de la filosofía se reducen a problemas lingüísticos.<br />5) Predomina el subjetivismo por lo cual se rechaza la existencia de la verdad objetiva.<br />6) El interés del intelectual se centra en problemas marginales que resultan totalmente intrascendentes al pensamiento filosófico.<br />7) El formalismo empleado trata de ocultar la ausencia de ideas concretas.<br />8) Rechazo de los sistemas filosóficos para poner énfasis en fragmentos y aforismos.<br />9) Rechazo y oposición a la ciencia y a la tecnología<br />10) Desinterés por los problemas sociales y por todo aspecto concreto de la realidad<br /><br /><br /><br />LA CIENCIA COMO FILOSOFÍA<br /><br />“¿Planck, quien nunca hizo estudios regulares de filosofía, un filósofo? Sin duda, ha sido uno de los principales filósofos de la física del siglo, a la altura de Poincaré, Boltzmann y Einstein. A diferencia de la casi totalidad de los filósofos profesionales de su tiempo, que pretendían filosofar sobre la física sin conocerla, Planck no sólo la conocía muy bien, sino que tenía una correcta intuición filosófica” Mario Bunge (“Planck. Autobiografía científica” Prólogo)<br /><br />Casi siempre se habla acerca del método científico como el principal promotor del avance del conocimiento. Sin embargo, es la actitud del científico, antes que el método, lo que marca la diferencia con las otras ramas del conocimiento. De ahí que pueda decirse que esa actitud materializa una manera de observar la naturaleza y también una actitud filosófica implícita.<br /><br />El científico, ante todo, es un buscador de la verdad. Trata de encontrar leyes naturales por cuanto presupone su existencia. En su mente tiene siempre presente la propia realidad, en lugar de las opiniones o el pensamiento de otros científicos, si bien podrá tenerlos en cuenta para fundamentar sus propios trabajos.<br /><br />Desconfía de la veracidad de toda hipótesis por lo cual busca su verificación experimental. Esta duda no está promovida por la posible deshonestidad de otros científicos, sino por el frecuente engaño que tanto la intuición directa como la razón nos presentan.<br /><br /><br />FUNDAMENTALISMO vs. FUNDAMENTOS<br /><br />“Fundamentar la moral nos aleja del fundamentalismo” A. Cortina y E. Martínez (“Ética)<br /><br />El fundamentalismo implica una actitud ciega, irracional y fanática mostrada por ciertos individuos respecto de sus posturas en religión, aunque esa actitud se ha ampliado hasta llegar a la política y la filosofía. Algunos líderes dominan mentalmente a otros individuos induciéndolos al odio contra todo grupo distinto, o bien contra la sociedad.<br /><br />Si se lograra fundamentar adecuadamente la ética, es posible que esos líderes dejaran de engañar a sus seguidores por medio de un discurso de falso contenido. Tales fundamentos habrán de formar parte de un sistema sociológico completo, establecido dentro del marco de la ciencia experimental.<br /><br />Es necesario que toda ética propuesta apunte al logro simultáneo de objetivos tales como felicidad, justicia, adaptación y supervivencia. Luego, lo bueno se materializará en aquella actitud que favorezca el logro de esos objetivos, mientras que lo malo estará asociado a la actitud que se oponga al logro de esos fines.<br /><br />En el ámbito de la ciencia, lo que uno puede ver, todos pueden verlo. De ahí que es posible que los hombres sean orientados por la verdad de todos, en lugar de serlo por “verdades de validez sectorial” a través de la intermediación de algún fundamentalista.<br /><br />La búsqueda de la felicidad, y de los otros objetivos mencionados, pone al descubierto una separación evidente entre grupos que buscan mejorar al hombre y a la sociedad, y grupos que buscan imponer sus propias posturas sin interesarles mejora alguna. Como siempre ocurre, las tendencias hacia la cooperación y hacia la competencia subyacen a todas y a cada una de las acciones humanas. <br /><br /><br />LA SOCIOLOGÍA COMO SISTEMA<br /><br />"Toda filosofía es teórica o práctica. La filosofía teórica es la regla del conocimiento; la filosofía práctica es la regla del comportamiento en lo que atañe al libre albedrío” Immanuel Kant (“Lecciones de Ética”) <br /><br />La sociología busca definirse como una rama de la ciencia experimental, en lugar de ser, de hecho, algo cercano a la filosofía tradicional. Para ello deberá partir de aspectos observables y cuantificables, organizados en una forma axiomática. La esencia de una teoría científica radica en la existencia de estos tres elementos. Tales aspectos serán necesarios, pero no suficientes, para el logro de una teoría compatible con la realidad. <br /><br />Existen quienes aducen que la sociología, y las ciencias sociales en general, no tienen porqué seguir de cerca al método de las ciencias exactas. Sin embargo, es oportuno recordar que el proceso de axiomatización, iniciado por Euclides con la geometría, es luego utilizado por las humanidades, como es el caso de la “Ética demostrada según el orden geométrico”, de Baruch de Spinoza, mientras que posteriormente lo emplea Isaac Newton en física.<br /><br />Un sistema filosófico está constituido por dos ramas principales, siguiendo la opinión de Kant:<br /><br />1) Filosofía teórica (teoría del conocimiento)<br />2) Filosofía práctica (ética)<br /><br />La primera busca la Verdad, mientras que la segunda apunta hacia el Bien. Sin embargo, en el propio ámbito de la filosofía, algunos sectores han dejado de lado tanto la búsqueda de la Verdad como del Bien, siguiendo la tendencia impuesta por el relativismo cognitivo y moral. De ahí que uno de los objetivos a lograr por una teoría sociológica ha de ser, precisamente, el establecimiento de un sistema científico con objetivos similares al de los antiguos sistemas filosóficos.<br /><br /><br />LIBERTAD DE ELECCIÓN<br /><br />“Somos libres de hacer lo que es bueno o lo que no lo es; no hay fuerza en el universo que nos obligue a obrar de determinado modo” S.E. Frost (“Las enseñanzas de los Grandes Filósofos”)<br /><br />A partir del pensamiento basado en la ciencia, se van obteniendo conclusiones que dejan de pertenecer al estricto ámbito científico, por lo cual es necesario establecer ciertos principios con menor posibilidad de verificación. Aun cuando no sean verificables, es necesario establecer cierto ordenamiento, de tipo axiomático, para hacer accesible su comunicación a los demás. <br /><br />Entre los aspectos de difícil verificación se encuentra el problema de la libertad de elección dentro del marco de un mundo regido por leyes invariantes. En primer lugar, es oportuno decir que tales leyes involucran incluso a las leyes probabilistas, en donde no existe un determinismo riguroso, sino tan sólo un determinismo estadístico, o de los grandes números, como es el caso de las leyes que gobiernan al micromundo, y que tienen alguna influencia a nivel de nuestros propios pensamientos.<br /><br />De todas formas, si bien existe un determinismo que vincula causas y efectos en una manera bastante estricta, no debemos olvidar que es el individuo el que elige en cada momento las condiciones iniciales en toda secuencia de causas y efectos, en donde radicaría la libertad de elección y la responsabilidad correspondiente. <br /><br />Aun cuando alguna vez podamos describir aceptablemente los distintos procesos asociados al comportamiento neuronal, sería imposible prever la enorme cantidad de información que acepta o rechaza cada individuo en su cotidiano vivir, por lo que la libertad de elección estaría asociada a esa imposibilidad.<br /><br />La no intervención divina, respecto de las secuencias de causas y efectos, es otro motivo para pensar en cierta libertad asociada a todo individuo; pero una libertad de elección restringida o limitada por las posibilidades que permite la ley natural.<br /><br />Podemos hacer un resumen de los fundamentos filosóficos asociados a la presente descripción de la realidad: <br /><br /><br />1) Existen leyes naturales que rigen todo lo existente, ya sea materia, mente, vida, etc. (Inmanencia)<br />2) Dichas leyes son invariantes en el espacio y en el tiempo, por ser propiedades de la sustancia única (Invariabilidad)<br />3) El hombre establece las condiciones iniciales en cada secuencia de causas y efectos asociados a su vida (Libre elección) <br />4) Describimos al orden natural existente como si fuese el logro de la voluntad de un Creador que ha dado al universo cierta finalidad implícita (Finalidad)<br />5) Al aceptarse la existencia de leyes invariantes, sólo nos queda, como única opción, adaptarnos a las mismas (nos guste, o no, el “diseño” realizado) (Adaptación)<br /><br /><br />DECADENTISMO<br /><br />“Cuando la crisis cunde, hay entre las actitudes espirituales una que pretende presentarse como la única válida y legítima: es la actitud de aquel que renuncia a la autoridad y acepta el desorden, echándose encima la crisis como una carga que hay que llevar hasta quedar aniquilado, como una pena que hay que expiar hasta la destrucción de nosotros mismos” Norberto Bobbio (“El existencialismo”)<br /><br />Mientras que la crisis es tomada a veces como un trampolín para salir adelante, hay quienes la adoptan como si ella misma fuese el sentido de la vida del hombre. Esta actitud, denominada “decadentismo” es la que ha generado la filosofía de la crisis, el existencialismo, que es también la crisis de la filosofía (según la opinión de Norberto Bobbio).<br /><br />El existencialismo, centrado en el individuo, se opone a los sistemas filosóficos que consideran a la generalidad de los hombres y a sus aspectos comunes. Incluso se opone a la ciencia, ignorando que existen tales aspectos, además de aquellos estrictamente individuales. Por estas razones, el existencialismo resulta de interés dentro del estricto ámbito de la filosofía académica. Fuera de ese ámbito, pareciera ser incapaz de orientar al hombre por el mejor camino.<br /><br />Como ejemplo de las extrañas conclusiones surgidas de la mente de algunos filósofos, podemos mencionar al escritor Albert Camus, quien comienza su libro “El mito de Sísifo” con la siguiente afirmación: “No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicido. Juzgar si la vida vale o no vale la pena de vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía”. Esto dista bastante de la filosofía tradicional que trata de buscar respuestas a los grandes interrogantes humanos asociados al conocimiento y a la ética.<br /><br /><br />HACIA EL RACIONALISMO<br /><br />“Cuando se trata de validar la verdad de una afirmación, el budismo le confiere la mayor autoridad a la experiencia, un segundo lugar a la razón, y por último a las escrituras” Dalai Lama (“Entrena tu mente, cambia tu cerebro” Cita)<br /> <br />Tener como objetivo el logro del conocimiento verificado en forma experimental trae asociada una tendencia hacia el pensamiento racional (en oposición a irracional). Si todo lo existente está regido por leyes invariantes, podemos hablar de cierto orden natural del cual nuestro propio pensamiento hereda su coherencia interna. <br /><br />Así como en el ámbito de la matemática existen conjeturas no demostradas (incluso conjeturas que nunca lo serán debido al teorema de Gödel) y que favorecen el progreso de dicha rama del conocimiento, es posible la existencia de conjeturas, en las ciencias sociales o en la filosofía, que pueden ser útiles para el progreso del conocimiento.<br /><br />Podemos mencionar algunos de los requisitos que propone la postura racionalista:<br /><br />a) Únicamente tienen validez en el ámbito de las visiones del mundo las convicciones verificadas o perfectamente verificables.<br />b) Se niega valor cognoscitivo de todo contacto con el mundo no susceptible de ser íntegramente verbalizado.<br />c) Se desestima como ininteligibles e inaceptables todos aquellos juicios que no resultan susceptibles de traducción al lenguaje de las ciencias empíricas o a los términos usualmente referidos a los objetos de la vida cotidiana. Se equipara inteligibilidad con verificalidad.<br />d) La probabilidad de eficacia de la acción es proporcionalidad a su racionalidad.<br />e) Un pensamiento racional en todas sus dimensiones coadyuva, sin excepción, al progreso del pensamiento racional.<br />f) Se deben eliminar, en todos los casos, los términos ambiguos en nuestro lenguaje.<br />g) Se recomienda la racionalización de las reacciones emocionales (De “El racionalismo como ideología” de Leszek Kolakowski) <br /><br /><br />Si bien existen aspectos contraintuitivos del orden natural, tal el caso del comportamiento cuántico en los niveles atómico y nuclear, no debemos considerarlos como un conocimiento irracional, ya que la coherencia lógica y la racionalidad correspondiente las encontramos en las matemáticas que se emplean para describir tales fenómenos.<br /><br />Es indudable que el conocimiento humano tiende hacia el racionalismo, sin que por ello deba rechazarse todo escrito que no cumpla con algunos de sus requisitos. Si bien todo conocimiento debe poseer coherencia lógica para su posterior aceptación, habrá escritos que no encuadran en el marco científico sin que por ello carezcan de validez.<br /><br /><br />PENSADORES<br /><br />“Newton declaraba que sólo pensando siempre en la misma cosa había llegado a la soberana ley de la atracción universal”. “En el sabio existen dos aspiraciones que obran con desusado vigor: el culto a la verdad y la pasión por la gloria” Santiago Ramón y Cajal (De “Grandes Pensadores” Cita)<br /><br />Generalmente, cuando se hace referencia a los “pensadores”, nos imaginamos algún escritor o algún científico exitoso. Sin embargo, la actividad intelectual es desarrollada también por personas comunes. Es oportuno mencionar algunos consejos que el físico Guido Beck le “enseñó con el ejemplo” a su alumno Mario Bunge:<br /><br />a) Comienza por apresar un problema abierto y formularlo con claridad.<br />b) Piensa con tu propia cabeza: se dueño de la literatura, no su esclavo.<br />c) No sigas la moda<br />d) No permitas que la política o la administración interfieran con tu investigación.<br />e) Diviértete con tu trabajo <br /> <br />(De “Controversias en física” de Mario Bunge)<br /><br />Si bien estos consejos están destinados al investigador, pueden también ser de utilidad para el pensador cotidiano, ya que no existe una diferencia esencial entre ambos, exceptuando que el primero es el que llega a escribir el libro que siempre quiso leer; es el que va más allá del conocimiento disponible y el que no puede vivir plenamente si no conoce la verdad.<br /><br />Es lamentable que la filosofía especulativa trate de imponer su “método” a las ciencias sociales, desconociendo el carácter científico que éstas pretenden lograr. Para algunos, la verificación no es esencial para lograr el conocimiento, sino la disputa verbal y el debate; algo propio de las discusiones de los antiguos sofistas. Incluso, como su lenguaje es oscuro y confuso, producto de cierta irracionalidad subyacente, suponen estar en la cima de la intelectualidad calificando despectivamente a quienes no son capaces de acceder a tal enredo de frases y palabras.<br /><br />El científico debe tener puestos sus ojos en la realidad y no en las distintas opiniones sobre la realidad. Esta actitud debe ser compartida por el filósofo, excepto cuando estudia Historia de la Filosofía, en donde debe enfatizar en el pensamiento de distintos autores.<br /><br />Sorprende, en algunos escritos que pretenden ser filosóficos, la ausencia de todo tipo de restricción. Veamos algunos de los aspectos que se desconocen:<br /><br />a) Ley natural: al ignorarse su existencia, los escritos pueden conducir a mundos imaginarios o inexistentes, tal como el mundo de los dibujos animados y la fantasía.<br />b) Verdad: al suponerse inexistente una verdad objetiva, se cae en el subjetivismo. <br />c) El Bien: al suponerse inexistentes las causas que lo provocan, como algo objetivo, no existen restricciones éticas en cuanto a la influencia que puedan tener los escritos realizados.</span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-10702268637588165992011-09-11T05:20:00.000-07:002011-09-11T05:28:50.289-07:00X Política<span style="font-weight:bold;"><br /><br /><br />LA MISIÓN DEL POLÍTICO<br /><br />“Poder político significa capacidad para regular la vida de la nación a través de los representantes nacionales. Si la vida de la nación se vuelve tan perfecta como para regirse a sí misma, la representación se vuelve innecesaria. Surge entonces un Estado de anarquía ilustrada, en que cada uno es su propio soberano. Cada uno se gobierna a sí mismo de manera que jamás es un estorbo para el prójimo. En ese estado ideal, no existe el poder político, porque no existe el Estado. Pero el ideal no se da jamás en la vida real. De ahí la clásica aseveración de Thoreau que dice: «El gobierno mejor es el que gobierna menos»” Mahatma Gandhi (“Pensamientos escogidos”) <br /><br />La principal misión del político consiste en llegar a ser un formador de la opinión pública, pero un formador en el mismo sentido en que el docente es capaz de transmitir la verdad. Por el contrario, cuando sólo trata de decir lo que las masas quieren escuchar, impide el gobierno de la verdad y de la razón para favorecer el gobierno indirecto de las masas. <br /><br />La política deberá favorecer la participación de la gran mayoría de la población, y ello se dará como consecuencia de difundir previamente una ideología explícita que fundamente lo que se quiere hacer y adónde se quiere llegar. Le deberá dar un sentido a la vida de la Nación permitiéndole proyectarse con seguridad hacia el futuro. Por el contrario, cuando sólo se busca cambiar de gobernantes, como si fuesen simples administradores del Estado, no se advierte el sentido pleno de la política, si bien la actividad mencionada tiene una importancia que no debe menospreciarse.<br /><br />Entre los políticos más destacados de los últimos tiempos puede mencionarse al Mahatma Gandhi, quien supo orientar a su pueblo dirigiéndolo hacia la Independencia de la India. Esta labor contrasta notablemente con la de aquellos dirigentes que buscan dominar a otros pueblos o la de quienes crean antagonismos en sus propias naciones para establecer especies de “autoimperialismos” en los cuales un sector de la población juega el rol de dominante mientras que el resto hace de “dominado”, cumpliendo con la sugerencia de Marx de establecer la “dictadura del proletariado”. <br /><br /><br />LA POLÍTICA ACTUAL<br /><br />“Al mentir, el político ofrece un servicio a la ciudadanía. La opinión pública no quiere verdades” Alejandro Rozitchner (“Amor y país”)<br /><br />Es muy común encontrar ciudadanos que se quejan de las mentiras de los políticos. Tales mentiras se establecen, además, a través de la manipulación de datos estadísticos oficiales. De ahí que surjan sospechas sobre los gobiernos totalitarios, actuales y del pasado, respecto de la veracidad de sus logros, ya que con cifras alteradas puede establecerse una efectiva propaganda de la gestión realizada.<br /><br />Hay quienes aducen que, así como el médico no le dice toda la verdad al paciente, pensando en el beneficio de éste, el político no le dice toda la verdad al pueblo, tratando de cambiar la realidad a favor de un estado emocional aceptable. Sin embargo, cuando existe una etapa de grave crisis moral, es necesario que desde el gobierno se advierta sobre la situación. De lo contrario, resultará imposible que surjan soluciones para una mejora generalizada.<br /><br />Mientras que en otras épocas se consideraba a la política como el arte de conducir a los pueblos, en la actualidad habría que considerarla como el arte de mentir al pueblo de una manera efectiva, generalmente a favor de los intereses de la clase gobernante. Incluso es el propio pueblo el que raramente elegirá a quien le dice la verdad, porque pocas veces quiere escucharla. Cuando el prestigioso Louis Pasteur participó en una elección, como candidato a un puesto público, en Francia, sólo obtuvo un sexto lugar. <br /><br />Muchos asocian a la democracia tan sólo la posibilidad de elegir autoridades mediante el sufragio. Sin embargo, es imprescindible que los gobernantes, una vez electos, digan la verdad y no oculten información, además de fundamentar su acción en ideologías compatibles con la realidad. De lo contrario, tan sólo se llega a un simulacro de democracia.<br /><br />Una de las tácticas más usadas por los políticos consiste en hablar de los pobres y atribuirse la categoría de defensor de los humildes. Con ello ganará la tácita aceptación de muchos y casi anulará la efectividad de los embates de la oposición. Mientras que el candidato que dice la verdad será bastante cuestionado, incluso al extremo de ser descalificado por pequeñeces, al político hábil, que siempre dice lo que el pueblo desea escuchar, le serán perdonados todos sus errores.<br /><br /><br />POPULISMO<br /><br />“En su fundamento, populismo es la concepción que sitúa en el ‘pueblo’ el origen de la verdad y la legitimidad ética. El ‘pueblo’ sabe lo que es verdadero y lo que es justo: nunca se equivoca” Rubén H. Zorrilla (“Principios y leyes de la Sociología”)<br /><br />En un Estado democrático, las decisiones son tomadas por los representantes del pueblo, mientras que, bajo el populismo, es el propio pueblo el que presiona a sus gobernantes, mediante la fuerza que otorga la cantidad (no la calidad) para que cumplan su voluntad. Quien sabe interpretarla, dirá a las masas precisamente lo que éstas esperan escuchar. Con el tiempo, el líder populista ejercerá un control a voluntad, concentrando en su persona todo el poder posible.<br /><br />Esto contrasta notablemente con el accionar de aquellos líderes que orientan al pueblo y le exigen mejoras éticas, como fue el caso de Mahatma Gandhi en su India natal. El populista, en cambio, jamás criticará defecto alguno porque, de hacerlo, podría sufrir la disminución de la cantidad de votos a recibir en una próxima elección. <br /><br />El populista utiliza a discreción los fondos públicos y se desentiende de las sutilezas económicas. Esos fondos son considerados como patrimonio privado por lo que no sólo se enriquece a nivel personal, sino que se embarca en proyectos de dudosa ventaja para la Nación.<br /><br />Por lo general promueve el odio hacia los enemigos, reales o ficticios, dentro y fuera del país, para adoptar la postura de protector del pueblo y de la Nación ante el inminente peligro que los acecha. Fomenta divisiones y enardece a las masas creando un clima de violencia inusitada.<br /><br /><br />IDEAS E INTERESES<br /><br />“Tarde o temprano, son las ideas y no los intereses creados las que presentan peligros, tanto para mal como para bien” John Maynard Keynes (”Teoría General de la Ocupación, el interés y el dinero”) <br /><br />En la mayor parte de los textos en los que se tratan temas de economía, se da por sentado que el comportamiento, racional o no, del hombre, tiene vinculación tan sólo con las ventajas o desventajas de tipo material o económico. Se ignoran casi totalmente los aspectos afectivos que son los que, principalmente, fundamentan el accionar humano. Si ignoramos tales aspectos de nuestro comportamiento, llegaremos a descripciones de limitada veracidad y con poco valor orientador.<br /><br />Es importante saber si son las ideas o los intereses los que tienen mayor influencia en los individuos y en la sociedad. Si son las ideas, la solución a nuestros problemas está a nuestro alcance; si son los intereses, es posible que la solución esté más lejos.<br /><br />Si las ideas, y la información por ellas transmitida, permitirán solucionar nuestros problemas, debemos establecer una “ideología mínima” en cuanto su extensión, pero máxima en cuanto a su influencia, ya que sólo es posible llevar en nuestra memoria una cantidad limitada de conceptos básicos. Estos conceptos básicos, junto al proceso deductivo, nos ayudarán a establecer pensamientos acerca de la mayor parte de los temas importantes para nuestra vida.<br /><br />Si esas ideas básicas son compatibles con los hechos, podrán tener validez general y será posible un mejor entendimiento entre todos los hombres. Nótese que el conocimiento científico, por estar constituido por hechos observables, tiene una aceptación generalizada en cuanto a su validez. De ahí que una ideología de adaptación deberá, necesariamente, ser compatible con la ciencia experimental.<br /><br /><br />ANTILIBERALISMO<br /><br />“El neurótico se aferra a su tan querida «mentira piadosa» y, en el trance de renunciar a ésta o a la lógica, sacrifica la segunda, pues la vida, sin el consuelo que el ideario socialista le proporciona, resultaría insoportable. Porque el marxismo le asegura que de su personal fracaso no es él responsable; es la sociedad la culpable. Ello restaura en él la perdida fe, liberándole del sentimiento de inferioridad que, en otro caso, le acomplejaría” Ludwig von Mises (“Liberalismo”)<br /><br />Resulta llamativo que, a pesar de las ventajas evidentes que presenta el capitalismo privado respecto del socialismo (o capitalismo estatal), muchas personas se opongan tan tenazmente a la tendencia impulsada por el liberalismo. Pero las razones no debemos buscarlas en la propia economía, sino en causas psicológicas.<br /><br />La lucha por la supervivencia es dura, en cualquier lugar y en cualquier época, excepto para una pequeña minoría. Pero esa pequeña minoría, que tiene resuelta su vida antes de comenzar la lucha, podrá tener conflictos existenciales asociados, algo que, a la larga, no presenta ventajas significativas respecto de los demás.<br /><br />Quienes sienten que sus fuerzas anímicas son insuficientes para afrontar con éxito la cotidiana lucha por la supervivencia, en lugar de buscar una solución personal para sus propios conflictos, desean que cambie la sociedad de tal forma que les permita dejar de sentirse inferiores al resto, evadiéndose de la pesada carga que la envidia le reportará durante toda su vida. Quizás de esta actitud provenga la temprana adhesión de muchos adolescentes respecto del socialismo.<br /><br /><br />PROFECÍA DE AUTOCUMPLIMIENTO<br /><br />“La profecía del autocumplimiento sostiene que si los individuos definen como reales ciertas situaciones, éstas son reales en sus consecuencias. Quiere decir que la percepción de una consecuencia como real la transforma en causa de ésta” E. del Acebo Ibáñez y R.J. Brie (“Diccionario de Sociología”)<br /><br />La lucha de clases, que es un proceso social que se produce especialmente cuando existe una ideología que la promueve, es un proceso que se adapta a la idea de la profecía de autocumplimiento. Luego de sembrar el odio entre sectores, es posible que se produzca la revolución (guerra civil) que será explicada como la consecuencia de la previa existencia de la lucha de clases, como el “motor de la historia”. <br /><br />La existencia de la clase media, y de la mentalidad que la caracteriza, esto es, el individuo no siente envidia por quienes más tienen ni trata de perjudicar a los que menos tienen, invalida la división marxista de la sociedad en clases antagónicas.<br /><br />Para quienes existe una valoración de las personas desde un punto de vista ético, no existe tal antagonismo por cuanto observará, tanto entre pobres como entre ricos, la existencia de buenas y de malas personas (aceptando una transición gradual entre esos extremos). De ahí que la promoción de divisiones sociales, que asigna errores sólo al que tiene éxito económico y virtudes al que no lo tiene, es algo que carece de veracidad. <br /><br /><br />ACTITUDES POLÍTICAS<br /><br />“La aparición del genio nunca puede explicarse, puesto que el genio es por naturaleza una excepción a la regla general. Su función es la de hallar la expresión de las emociones e ideas que vivifican el espíritu inconsciente y subconsciente de la colectividad. Entre el genio y el pueblo se establece un vínculo, lo cual explica la admiración y el asombro con que se le acoge, pasados los primeros instantes de sorpresa. Sus palabras y sus actos encarnan sentimientos y aspiraciones vagamente sentidos que nunca pudieron manifestarse antes. Al genio también le favorece esa relación; su fuerza y su energía derivan precisamente de los sentimientos inexpresados y de las vagas aspiraciones que abriga la mente del hombre común” Humayun Kabir (“Hacia el hombre universal” de R.Tagore) <br /><br />Es posible que exista una estrecha relación entre el tipo psicológico al que pertenece un individuo con su afinidad a ciertas tendencias filosóficas y políticas. Más aún, cuando una tendencia política, con un pasado conocido y oscuro, sigue promoviendo la adhesión de muchos, tal preferencia pasa a ser una cuestión puramente ética.<br /><br />Sin embargo, hay gente que apoya con entusiasmo a algunos líderes que mostraron una gran perversidad, sin que esas personas sean mal intencionadas, sino que ese entusiasmo se debe, principalmente, al pensamiento corto, a la imagen distorsionada de la realidad que la propaganda política pudo conformar, a aspectos emotivos de su juventud, o a hechos que en el pasado influyeron sobre el individuo.<br /><br />Incluso se estima que los líderes políticos que triunfaron en un país lo hicieron por cuanto supieron identificarse con el pueblo, o con la masa, y que esos mismos líderes no hubiesen tenido el mismo éxito, o similar, en países con una mentalidad generalizada bastante diferente. <br /><br />Cuando el líder político se identifica con la mitad del pueblo y se opone a la otra mitad, promueve su división estableciendo las condiciones previas a un serio conflicto social. La división entre ricos y pobres, o entre burguesía y proletariado, es una de las ideas que mayores conflictos han promovido en los últimos tiempos. <br /><br />Los mensajes dirigidos a los hombres con pensamiento corto, promueven su masificación. Los mensajes dirigidos a los hombres con pensamiento largo, promueven su humanización. Los primeros producirán divisiones, los segundos producirán la unidad del pueblo.<br /><br /><br />PODER<br /><br />“Si quieres conocer a alguien, dadle poder” Anónimo <br /><br />Es muy común el hecho de que personas simples y amables, en apariencia, se transformen totalmente en cuanto tienen la posibilidad de ocupar algún peldaño superior en ciertas circunstancias. Es posible que las ansias de poder no sean otra cosa que la necesidad de compensar cierta debilidad consciente, subyacente al individuo. El complejo de superioridad aparece para compensar el complejo de inferioridad.<br /><br />Cuando el individuo, que lleva rencores ocultos, no tiene la oportunidad de manifestar su disconformidad, es capaz de descargar su malestar castigando severamente a su mujer o a sus hijos. Otros llegan a realizar actos delictivos debidos a una pésima autoestima personal y a una pésima valoración social, que dependen no sólo del individuo, sino también de la predisposición de la mayoría a establecer vínculos sociales elementales que estén algo más allá de sus relaciones habituales. <br /><br />La ambición de poder debería ir acompañada por la correspondiente dosis de responsabilidad, de lo contrario estaríamos ante una situación muchas veces repetida; la del político que busca popularidad y piensa en su trascendencia histórica interesándose muy poco por resolver los serios problemas que padece la población.<br /><br /><br />IMITAR O EMULAR<br /><br />“El maestro de la conducta individual no es el pasado sino el presente. Así, de diez hombres nacidos en cualquier parte y de cualquier ascendencia, y criados en un país que reine la primera naturaleza del hombre, que es el instinto de la mentira, nueve por lo menos, saldrán falsos y embusteros. De los mismos diez, criados en un país en que reine la segunda naturaleza del hombre, que es el sentimiento de la rectitud, seis o siete saldrán hombres de verdad. A la larga, esto hace un país en que reina la probidad, cuyo fruto es la riqueza, y aquello un país en que reina la mentira, cuyo fruto definitivo es la bancarrota” Agustín Álvarez (“¿Adonde vamos?”)<br /><br />Es común la opinión de quienes afirman que un país debe mirar a otros países para observar cual es el “sistema” que más éxito tiene. Ello llevará a la simple imitación, por cuanto todo sistema tendrá éxito en cuanto emerja de un nivel ético aceptable de la población. Es posible que al imitador su actitud le quede mal y que no obtenga buenos resultados.<br /><br />Si se observa con mayor atención a las sociedades que mayor éxito tienen, se verá que parten de niveles culturales aceptables. Y es en ese aspecto que los debemos emular. En cuanto al secreto del éxito, sólo cabe decir que respetan las normas morales básicas existentes desde tiempos inmemoriales. <br /><br />Todavía hay quienes suponen que el mejoramiento del hombre partirá desde un modelo de sociedad que inducirá una ética inherente al mismo. Pero tal modelo de sociedad involucra, generalmente, aspectos puramente económicos, como si el hombre fuera un artífice exclusivo de la producción y del consumo, relegando los aspectos afectivos y culturales a la supuesta y primordial misión económica de la vida humana.<br /><br /><br />UTOPÍAS<br /><br />“En primer lugar, no vale la pena hacer un daño actual relativamente cierto con vistas a un bien futuro relativamente dudoso”. “Si la escatología de Marx es cierta y en cuanto el capitalismo privado haya sido abolido seremos felices por siempre jamás, entonces está bien perseguir ese fin por medio de dictaduras, campos de concentración y guerras mundiales; pero si el fin es dudoso o no es seguro que se alcance con esos medios, entonces la desdicha actual se convierte en un irresistible argumento contra tan drásticos métodos” Bertrand Russell (“Ensayos impopulares”)<br /><br />Así como el burro se mueve por la atracción que le ofrece una zanahoria que se desplaza junto a él, los seres humanos, muchas veces, se mueven en la búsqueda de utopías, o de sociedades idealizadas e inexistentes, que surgen de la imaginación de un hombre, con la ingenua pretensión de que la humanidad se adaptará a sus proyectos. La difusión de la utopía depende de dos requisitos principales:<br /><br />1) La ideología que sustenta la utopía debe adaptarse a la “sabiduría popular”<br />2) Existirá una planificación de la sociedad ideal que aparenta ser algo concreto y viable<br /><br />La utopía de mayor trascendencia en los últimos tiempos ha sido el socialismo. Respecto del primer requisito puede advertirse que parte de una idea atractiva para el hombre común, tal el hecho aparente de que el rico es el malo y el pobre es el bueno, porque esta creencia tiende a descalificar al exitoso y a justificar al que fracasó, al menos en el aspecto económico.<br /><br />La planificación de una sociedad ideal actúa como una aspiración común del género humano. Una sociedad sin clases ni conflictos de ningún tipo resulta atractiva para los desprevenidos, pero, como no es difícil advertir, la eliminación de la propiedad privada conduce necesariamente a una sociedad de “capitalismo estatal”, que pronto se convertirá en una pesadilla, como varias veces ha sucedido.<br /><br />Ya es hora de que dejemos de ocuparnos de utopías que tanto sufrimiento ocasionaron a la humanidad. Debemos concentrarnos en los problemas reales buscando soluciones reales partiendo del conocimiento que del individuo y de la sociedad nos brindan las distintas ramas de la ciencia experimental. <br /> <br /><br />EL FIN DE LAS IDEOLOGÍAS<br /><br />“Estas utopías son muy distintas entre sí, pero tienen en común el que describen no sólo una sociedad ideal y perfecta, sino que la describen también con todo detalle” José Ferrater Mora (“Diccionario de Filosofía”)<br /><br />En los últimos tiempos se habla acerca de la conveniencia de llegar a un final respecto de la proliferación de las ideologías, asociando a “ideología” un significado peyorativo. Seguramente con ello quiera significarse la conveniencia de ponerle fin a las utopías. <br /><br />A través de la historia, muchos autores creyeron que la labor del hombre no consistía en describir la realidad para adaptarse a ella de la mejor manera posible, sino que su misión principal consistía en diseñar una sociedad a la que luego habría de adaptarse la propia humanidad. Como ejemplo podemos mencionar a Platón y la República, a Tomás Moro y la Utopía, a Campanella y la Ciudad del Sol, a Francis Bacon y la Nueva Atlántida, a Charles Fourier y la Unidad Universal, a Karl Marx y el socialismo.<br /><br />Es característico de las utopías el tener un marcado carácter anticientífico. En el caso del marxismo se observa un total desconocimiento de las leyes económicas asociadas al mercado, por cuanto éste es reemplazado por una planificación de la producción en la cual no resulta posible aplicar los cálculos corrientes de la economía libre.<br /><br />Por lo general, los “jóvenes idealistas” no tratan de favorecer la mejora de la sociedad en que viven, sino que incluso pueden llegar a convertirse en revolucionarios tratando de destruirla para reemplazarla por la sociedad utópica que llevan en sus mentes.<br /><br />Quienes sostienen que la economía de mercado, junto al marco legal correspondiente y a las precauciones adoptadas para su efectivo funcionamiento, llevará a la humanidad hacia la perfección, en cierta forma actúan como los creyentes de las utopías. Esencialmente desconocen que el mejoramiento individual ha de surgir “desde dentro” de cada individuo y no “desde fuera”, por efectos del sistema de producción y de distribución económico aceptado.<br /><br />Quienes hablan del “fin del capitalismo” debido a la reciente crisis mundial, y a la falsedad de la teoría económica, adoptan una postura similar a la de quienes dudan de la validez de la medicina por cuanto conocen el caso de alguien que murió luego de tomar diez litros de whisky mientras que ningún médico pudo prever la situación ni pudo salvarlo. La teoría económica describe el funcionamiento de la economía con cierto nivel de exactitud, pero es ajena a las decisiones individuales o colectivas que estén totalmente fuera de un marco ético elemental. Mientras muchos seres humanos pretendan ganar dinero sin producir bienes ni servicios, sino sólo especulando, es poco probable que la economía vaya a funcionar adecuadamente. <br /><br /><br />CRISIS Y PROGRESO<br /><br />“El progreso es un resultado de la lucha entre la variación y la herencia” José Ingenieros (“Las fuerzas morales”)<br /><br />Puede decirse que toda crisis surge de un conflicto entre el pasado (tradición, herencia, etc.) y el cambio propuesto (innovación, mutación, etc.). Existirá oposición al cambio (actitud conservadora) y también apoyo (actitud innovadora). Surgirán luchas entre los que están a favor y en contra del cambio, ya que, ante lo nuevo, nadie puede asegurar que los resultados serán beneficiosos o perjudiciales para la sociedad, o para algunos sectores de la misma.<br /><br />Mientras que la izquierda se muestra favorable a la libertad cultural, aceptando incluso el relativismo moral, en cuestiones económicas propone una economía planificada y estatal. La derecha, por otra parte, tiende a ser conservadora y estricta en cuestiones culturales y morales, mientras que en cuestiones económicas opta por una economía libre.<br /><br />La actitud favorable hacia el cambio y la innovación distingue notoriamente las sociedades actuales de las sociedades de la antigüedad. Así, en la física, desde la tradición aristotélica hasta la innovación galileana transcurrieron unos dos mil años. Algo similar ocurre entre la astronomía ptolemaica y la copernicana, y en la medicina de Galeno y la de Vesalio. <br /><br />La superación de las crisis sociales vendrá asociada al conocimiento aportado principalmente por la ciencia experimental, debido a su carácter universal y a la evidente debilidad mostrada por la filosofía y la religión, especialmente cuando desconocen a la ciencia. Ésta es la única que permanentemente corrige sus errores en forma sistemática, ya que su actividad principal radica en la reducción del error conocido. Esto contrasta con los dogmatismos, las utopías o los sinsentidos que provienen tanto de la filosofía y de la religión, al menos en su forma actual.<br /><br /><br />PERONISMO<br /><br />“Yo creo que estaba al mismo tiempo huyendo del campo y huyendo de la dictadura de Perón, que fue mucho más terrible de lo que la gente cree. No se ha sabido nunca en Europa lo que era la vida cotidiana durante la dictadura de Perón; algo simplemente atroz. Un pueblo convertido en policías los unos de los otros. En delatores” Héctor Bianciotti (“Revista Gente”).<br /><br />“Por cada uno de los nuestros caerán cinco de ellos”. Todavía persiste en la memoria de muchos argentinos este llamado a la violencia emitido por Juan D. Perón; llamado que no fue el único que hizo. La división que produjo en el pueblo nos colocó cerca de una guerra civil. A pesar de su nefasta influencia, es uno de los personajes más admirados en el país.<br /><br />Seguidor de Mussolini, instauró una dictadura que fomentaba el odio de los pobres hacia los ricos. Incluso Eva Perón realiza un viaje a Europa para comprar armas para las “milicias populares”, buscando un enfrentamiento con los fuerzas armadas de la Nación. Existe una frase que define la incondicionalidad de sus seguidores: “Criminal o ladrón, queremos a Perón”.<br /><br />La Argentina, a comienzos del siglo XX, competía con Canadá y Australia, además de estar entre los siete países más desarrollados del mundo. Con el auge del peronismo se produjo un importante atraso cultural y económico, aunque la propaganda partidaria diga todo lo contrario. En la actualidad existe un abismo respecto de esos países, abismo motivado no sólo por la deficiente acción del peronismo, sino también por la de otros gobiernos, civiles y militares, que fueron tentados hacia cierta tendencia populista.<br /><br />Como ejemplo de su acción demagógica podemos mencionar el congelamiento de alquileres de viviendas, que fue una expropiación virtual que desalentó la construcción de nuevas viviendas y favoreció el crecimiento del déficit habitacional que todavía padecemos. Sin embargo, la mayoría ve en este hecho una muestra más de la “justicia social” a favor de los pobres. <br /><br />En la década de los setenta, desde el exilio, alentó la formación y el accionar de grupos subversivos, a quienes desestimó luego de usarlos en beneficio propio, aunque ya era tarde para detener la violencia desatada. Actualmente, gran parte del espectro político se proclama “peronista”, condición necesaria para poder triunfar en alguna elección. <br /><br /><br />NACIONALISMO<br /><br />“Se ha señalado que el nacionalismo parte de una «humillación nacional», mientras que el imperialismo lo hace desde el «orgullo nacional» y la conciencia de una «misión universalista»”. “Una peculiaridad del fascismo italiano y del nazismo alemán fue que se originaron en situaciones de frustración nacional, para proyectarse luego como imperialismos” Hugo Chumbita (“Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas”)<br /><br />Cierta vez, un orgulloso seguidor del Emperador Napoleón Bonaparte, critica a un integrante de un pueblo conquistado diciéndole: “Mientras que nosotros luchamos por el honor y la gloria, ustedes tan sólo luchan por la comida”; recibiendo como respuesta: “Cada uno lucha por aquello que más le hace falta”. <br /><br />Mientras que el amor propio es algo positivo, el egoísmo no lo es. De igual forma podemos decir que el patriotismo es bueno, mientras que el nacionalismo no lo es. En este caso hemos interpretado como “nacionalismo” cierto egoísmo grupal que a la corta o a la larga producirá conflictos entre pueblos y naciones. <br /><br />Patriota es el que se siente ciudadano del mundo sin dejar de pertenecer a su Nación, de la misma forma en que se siente miembro de la sociedad sin renunciar a su individualidad. <br /><br />Cuando observamos los antagonismos producidos por la exagerada adhesión a la región a la cual se pertenece, lo que da lugar a movimientos separatistas, nos preguntamos acerca de cuál es la razón de que ello ocurra. Una primera impresión nos revela la existencia de aspectos culturales y artísticos, generalmente símbolos, que caracterizan a esa región. Por ello resulta llamativo que esos aspectos distintivos lleven a los pueblos a competir y enemistarse con otros. Seguramente son simples pretextos para encubrir el predominio de cierto egoísmo colectivo.<br /><br />Desde el punto de vista del habitante del continente americano, que es tierra de inmigrantes, no resulta fácil comprender el fenómeno de los regionalismos. Por el contrario, uno tiende a pensar que es un fenómeno social similar al del individuo de origen noble que se destaca de los demás por todo aquello que heredó y que poco o nada realizó personalmente.<br /><br />Los distintos individuos, como ciudadanos del mundo, deberían sentirse orgullosos por hacer aportes personales a la sociedad, mientras que lo distintos pueblos deberían estarlo por hacer aportes a la cultura universal, compitiendo por hacer más, en lugar de competir por ser más a costa de heredar obras de otros.<br /><br /><br />JUSTIFICACION DE LA VIOLENCIA <br /><br />“Quien renuncia en principio al terrorismo, es decir a las medidas de intimidación y de represión frente a la contrarrevolución armada, debe renunciar también a la dominación de la clase obrera, a su dictadura revolucionaria: quien renuncia a la dictadura del proletariado renuncia a la revolución social y hace la cruz sobre el socialismo” León Trotsky (“Humanismo y terror” Cita) <br /><br />Una de las consecuencias del relativismo moral imperante consiste en tomar como referencia, no a las leyes naturales, sino a la acción de otros hombres u otros grupos. De esta forma se admite cometer alguna acción ilegal o inmoral aduciendo que tal persona o tal grupo también la cometió. En ello radica la legitimación de la violencia.<br /><br />Los métodos violentos son promovidos y aceptados en nuestra época como si fuese algo natural. La justificación radica siempre en el evidente error del otro, y como todos tenemos defectos y cometemos errores, la violencia estaría por siempre justificada.<br /><br />Se ha llegado al extremo de que un gran porcentaje de la población acepte cierto “terrorismo bueno”, mientras que sólo rechaza el “terrorismo malo”. El primero es el que favorece las tendencias “humanistas” promovidas por “jóvenes idealistas”. Se dice que la violencia de arriba genera la violencia de abajo, como si ejercer la violencia fuese un derecho que nos delegan las faltas éticas de otros. El terrorista vive en función del enemigo en lugar de vivir en función de la verdad. Por lo general descarga su odio contra inocentes.<br /><br />Puede decirse que las ideologías que favorecen el terrorismo están intactas y que gozan de suficiente prestigio social. Incluso han tenido habilidad para desprestigiar todo lo que se oponga a ellas. Cada vez más se hace necesario e imprescindible el criterio de la ciencia para evaluar la veracidad de las distintas ideologías, ya que de ellas derivan en definitiva las acciones violentas de aquellos hombres que son fácilmente influenciables. <br /><br />El aspecto alarmante de la política surge cuando se combate el terrorismo practicado por uno de los bandos, pero se silencia la existencia del terrorismo practicado por el propio bando ideológico. Ello implica una tácita legitimación de los métodos violentos y una encubierta promoción de los mismos.<br /><br /><br />INERCIA MENTAL<br /><br />“Un hombre que ha forjado toda su vida e identidad alrededor de una ideología particular se opondrá firmemente a cambiar la imagen del mundo que implica su ideología, pues aparentemente no puede cambiar su imagen sin negar su propia identidad como persona. En estas circunstancias su mismo sistema de valores crea un filtro que es probable que rechace todos los mensajes que contradigan la imagen que él tiene de su propia identidad” Kenneth E. Boulding (“El significado del siglo XX”) <br /><br />La mentira permite adaptar la realidad a las opiniones humanas, mientras que la verdad permite adaptarnos a la realidad. Uno de los factores que promueve el mantenimiento de opiniones que no concuerdan con la realidad, o que implican verdades parciales, consiste en la inercia mental sostenida por quienes están poco habituados a buscar alternativas a sus ideas y se aferran a visiones de la realidad que están poco ajustadas a la misma.<br /><br />Si medimos con cierta exactitud hasta el orden de las décimas partes, y luego hacemos cálculos que nos dan cifras hasta los millonésimos, debemos tomar como cifras significativas sólo las asociadas a los décimos, ya que el resto no tendrá sentido práctico. Los filósofos especulativos parecen actuar ignorando estos aspectos, ya que parten de conceptos poco claros, y a veces mal definidos, o bien inobservables, pretendiendo sacar conclusiones profundas exclusivamente a partir del razonamiento. Luego suponen que la profundidad proviene de tal tipo de especulación mientras que la superficialidad vendrá del que escribe algo coherente y concreto. En este caso, la inercia mental no proviene de mantener las mismas ideas durante toda una vida, sino de mantener el mismo criterio durante mucho tiempo.</span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-4781929440369584302011-09-08T13:28:00.000-07:002011-09-08T13:38:40.820-07:00XI Sociedad<span style="font-weight:bold;"><br /><br />CAUSAS Y EFECTOS<br /><br />“Si tratamos de determinar la ‘causa’ de un fenómeno, de un acontecimiento, llegamos forzosamente a puntos de partida mal definidos, que son, a su vez, el efecto de un inmenso número de causas anteriores que, del hilo al ovillo, nos retrotraen al comienzo de todas las cosas, al origen del mundo” Leconte de Nouy (“El hombre frente a la ciencia”)<br /><br />Las relaciones de tipo causa y efecto resultan esenciales para la descripción de los fenómenos sociales, si bien muchas veces es difícil distinguirlas. El caso más representativo, ocasionado por esta dificultad, es el del vínculo causal entre cultura y economía. Mientras que para Max Weber es la cultura (la religión protestante, más concretamente) la causa del auge del capitalismo, para Karl Marx es el tipo de sistema de producción el que favorece determinado tipo de cultura. Si bien existe una interdependencia entre ambos aspectos de la sociedad, lo que para uno es una causa para el otro es un efecto.<br /><br />Incluso se ha llegado a la afirmación de que es el delincuente una víctima de la sociedad, por cuanto el ciudadano decente lo excluyó de la misma previamente. Como consecuencia, se sugiere que quien debe cambiar primeramente de actitud es el ciudadano corriente, antes de que lo haga el delincuente.<br /><br />Algo similar ocurre en el caso de los alumnos irrespetuosos, ya que se considera, como principal culpable de la situación, al “docente que no se hace respetar”. Se sostiene que es el docente quien primero debe cambiar de actitud, por lo que se les hace ver a tales alumnos que existiría cierta legitimidad en sus actitudes, por cuanto habría personas que presentan debilidades y que, por lo tanto, ofrecerán motivos valederos para faltarles el respeto de alguna manera. La tendencia hacia la violencia social está promovida por una mentalidad que altera causas y efectos en función de las creencias sostenidas, o bien motivada por una abierta actitud antagónica a la sociedad. <br /><br />Si la ley natural es el vínculo invariante entre causas y efectos, al intercambiarlos en la secuencia de los fenómenos, obtenemos una “anti-ley natural” que, seguramente, pocos resultados positivos promoverá. Justamente, debemos sospechar que estamos equivocados con nuestros diagnósticos de la sociedad en cuanto los remedios sugeridos no producen los resultados esperados, o producen los opuestos a lo que se busca.<br /><br /><br />IGUALDAD Y MÉRITO<br /><br />“Todos los hombres que conozco son superiores a mí en algún sentido, y en ese sentido puedo aprender de todos” Rudolph Emerson<br /><br />Aunque la propia naturaleza, mediante la reproducción sexuada y la herencia genética, busca la variedad y la desigualdad de los seres humanos, muchos suponen que la igualdad es una meta que deberíamos perseguir. <br /><br />Desde las épocas de Adam Smith se reconocen las ventajas de la división (o especialización) del trabajo. Cada uno realiza un determinado producto y luego lo intercambia en el mercado. Para el establecimiento de una productividad aceptable, es imprescindible una gran diversidad en las características y en las preferencias laborales de los distintos seres humanos. En el caso de las actividades intelectuales sucede algo similar.<br /><br />Esta superioridad parcial, existente y necesaria, no es admitida por todos, ya que, respecto de quienes nos superan, podemos adoptar dos actitudes extremas: una consiste en admirarlos e imitarlos, mientras que la otra actitud implica envidiarlos o bien negar los valores y habilidades que posean. <br /><br />El símbolo de la justicia es una balanza, de ahí que la igualdad se considera como una condición de justicia. Cuando se habla de justicia social, se acepta tácitamente una igualitaria distribución de la cosecha, pero no una previa e igualitaria distribución de la siembra. De ahí que muchos tienden a ser “generosos” con la posibilidad de repartir medios económicos ajenos. <br /><br />El capitalismo privado tiende a producir diferencias económicas y sociales, pero con grandes rendimientos productivos. Las economías dirigidas desde el Estado, por el contrario, buscan la igualdad económica a pesar de que casi siempre va acompañada de una reducida productividad. En un caso tenemos la desigualdad en la riqueza y en el otro caso la igualdad en la pobreza. <br /><br />Respecto de la actitud del que prefiere una u otra opción, podemos ejemplificarla suponiendo el caso de alguien que tiene que elegir a sus vecinos. Si se trata de una persona no envidiosa, preferirá que sus vecinos tengan mucho dinero. De esa manera, en caso de que alguna vez le falten los medios económicos básicos, es posible que reciba alguna ayuda de quienes más tienen. Por el contrario, la persona envidiosa preferirá tener vecinos con menos recursos que él. Cuando le falte algo, casi nadie podrá ayudarlo. Como siempre, las búsquedas de la felicidad y del éxito competitivo son excluyentes. (Se ha ignorado, en el ejemplo mencionado, la tendencia de la gente pobre a ser solidaria, algo que muchas veces no sucede con los que más tienen).<br /><br />Las tendencias políticas de izquierda y derecha pueden asociarse, respectivamente, a la búsqueda prioritaria de la igualdad y a la búsqueda de la libertad. La igualdad económica fue la meta de la sociedad comunista, aunque para ello se debió restringir totalmente la libertad. La sociedad liberal tiende a producir desigualdades notorias, de ahí que deban buscarse soluciones intermedias, ya que la falta de libertad hace desdichada la vida del hombre, mientras que las desigualdades sociales pueden crear tensiones que tarde o temprano llevarán a conflictos insuperables. <br /><br />Si tratamos de establecer un orden social que satisfaga al que compite con poco éxito, estaremos adaptando la sociedad al que siente envidia. El lema igualitario del marxismo sugiere “De cada uno según su capacidad, para cada uno según su necesidad”, lo que implica que se debe sembrar según su capacidad (desigual) y cosechar según su necesidad (igualitariamente). Este “igualitarismo” se opone a la valoración según el “mérito”, que contempla el esfuerzo y las capacidades individuales, tal como lo impulsa la tendencia liberal.<br /><br /><br />VIOLENCIA URBANA <br /><br />“Uno de los argumentos favoritos de los ideólogos de la desestructuración en el ámbito de la justicia, consiste en afirmar que el delincuente no es el verdadero culpable, sino que siempre hay alguien detrás de él, alguien más poderoso y en consecuencia perteneciente a clases sociales más altas, y además detrás de éste hay otro, y finalmente se llega a la estructura social propiamente dicha. Así, la culpabilidad del delincuente se diluye en el océano de un orden social supuestamente injusto” Jorge Bosch (“Cultura y contracultura”)<br /><br />La violencia urbana debe desalentarse de todas las formas posibles a fin de eliminarse. Por el contrario, cuando la ley es permisiva y busca la inmediata reinserción social del que delinque, la justicia se convierte en una promotora de la violencia.<br /><br />Incluso se dice que la principal causa de violencia es la “desigualdad social”, y, como el que produce riquezas es el principal “creador de desigualdad”, se llega al absurdo de considerar que el que favorece la producción será el causante principal de la violencia. Sin embargo, pocas veces se considera que la pobreza es favorecida por el que no produce, o por el que es mantenido por el resto de la sociedad, a través del Estado, sin que realice aportes concretos a la misma. <br /><br />A partir de la mentalidad predominante, el delincuente observa a la sociedad como la culpable de todos sus males, ya que es una sociedad que “no reparte riquezas”. Acepta la legitimidad de la violencia por cuanto la considera como una justa venganza contra el medio social. <br /><br />Cuando la edad de los menores, respecto de su imputabilidad por delitos cometidos, es elevada, la ley favorece y estimula la delincuencia juvenil, provocando daños irreparables a las víctimas y a los propios delincuentes, ya que quedarán totalmente marginados de la sociedad ante su peligrosidad evidente.<br /><br /><br />IGUALDAD<br /><br />“Amarás al prójimo como a ti mismo” Cristo (“Evangelios”)<br /><br />La sensación de igualdad proviene de la certeza de que nuestra felicidad será tan importante para otra persona como su propia felicidad. Luego, nuestras penas y alegrías serán también sus propias penas y alegrías.<br /><br />Alguien que asigna a nuestra felicidad menor importancia que a la suya, tenderá a hacernos sentir desigual (e inferior) a ese individuo, lo que muchas veces resulta comprensible en el caso de personas lejanas a nuestros afectos. Peor aún, cuando nuestro estado de felicidad sea completamente indiferente para los demás, dándoles lo mismo que suframos o que seamos felices, entonces sentiremos que prácticamente no existimos para esas personas.<br /><br />El primer aspecto positivo que presenta la inteligencia emocional es el simple hecho de poder dedicar parte de nuestros pensamientos a los demás. Existir significa, entre otros aspectos, existir en la mente de los demás. Y podremos existir en sus mentes en cuanto tengan la predisposición de ocuparse de nosotros. Luego podrán compartir nuestros sentimientos. <br /><br />Hasta el momento no hemos dicho nada respecto de si tales personas involucradas pertenecen a tal o cual religión, o a tal o cual pueblo o raza, o si tiene tal o cual nivel intelectual. Justamente, la sensación de igualdad surge principalmente desde el momento en que sólo consideramos nuestra esencia humana; cuando tenemos presente que somos hijos de un mismo Dios, o en la versión naturalista, cuando tenemos presente que estamos regidos por una misma ley natural y que somos partes de una misma humanidad.<br /><br />La sensación de igualdad se va perdiendo a medida que, en cada uno de nosotros, predomina la idea de pertenencia a grupos dentro de la sociedad, o a subgrupos de la humanidad. La palabra “prójimo” proviene, precisamente, de “próximo” o “cercano”, es decir, se trata de cualquier ser humano en la condición de tal.<br /><br />Adviértase que en todo conflicto existente entre distintos pueblos, o entre sectores de un mismo pueblo, hubo previamente alguien que sugirió la división entre arios y judíos, o entre burgueses y proletarios, o entre palestinos y judíos, o entre musulmanes y cristianos, etc. Los conflictos tenderán a disminuir en cuanto elevemos nuestro punto de vista y escuchemos primeramente a quienes hablan a todos los hombres, y no a quienes se dirigen a un sólo sector.<br /> <br /><br />ORDEN SOCIAL<br /><br />“Los elementos de un sistema deben ‘comunicarse’ entre sí, deben desarrollar interrelaciones regulares coherentes. Esta necesidad de comunicación es fundamental e igualmente importante para sistemas físicos, biológicos o sociológicos. Sin comunicación no hay orden, sin orden no hay totalidad” Wolfgang Wieser (“Organismos, estructuras, máquinas”)<br /><br />La imagen que, a partir de la ciencia, podemos hacernos respecto del universo, es aquélla en la que cada una de sus partes está regida por leyes naturales, incluso ello involucra a los seres vivientes, como es el caso del hombre. De ahí que el proceso de nuestra adaptación al medio dependerá del conocimiento de las leyes naturales relevantes a nuestro comportamiento.<br /><br />Debido a que la humanidad tiene algo más de un millón de años, y que al Sol le quedan unos dos mil millones de años antes de iniciar su etapa de desintegración, podemos afirmar que somos “hombres primitivos”, prueba de lo cual podemos observar las severas crisis que afectan a gran parte de la humanidad.<br /><br />El orden social que deberemos establecer habrá de ser compatible con el orden natural existente. Así como antes se pensaba que todo individuo debía tratar de cumplir con la voluntad de Dios, al cual se le asignaban elevados atributos para, luego, descubrir su voluntad, en la actualidad planteamos un proceso similar, pero esta vez asociado a algo más concreto y más accesible, como es el caso de las leyes mencionadas.<br /><br />Desde el punto de vista de una sociedad en la que prevalece la cooperación sobre la competencia, en cada individuo deberá predominar, precisamente, la actitud cooperativa. El segundo requisito es que en esa sociedad, como en todo organismo, deberá existir una óptima comunicación entre sus partes. Y de ahí que el intercambio de información deberá estar constituido principalmente por alguna descripción verdadera de la realidad, o de parte de ella. Por el contrario, cuando predominan las descripciones erróneas, o bien la mentira, es poco probable que se pueda establecer un orden social compatible con el orden natural existente.<br /><br />La diferencia entre el orden social vigente y aquél orden social que es “reclamado” por el orden natural, se traduce en cierto nivel de sufrimiento en la humanidad. También existirá una diferencia similar entre las descripciones parcialmente verdaderas y la información verdadera y necesaria que se requiere para una plena adaptación.<br /><br /><br />HERENCIA E INFLUENCIA<br /><br />“Mientras en uno de los países, bajo las sugestiones del marxismo, se ponía énfasis en el primado del medio como modelador de los organismos vivientes, en el otro el nazismo llevaba a exagerar la importancia de la herencia con la mira puesta en la exaltación de la pureza de la raza nórdica” Eugenio Pucciarelli (“Ideología y ciencia”)<br /><br />El comportamiento del hombre es una consecuencia de la confluencia de dos factores: herencia e influencia. El primero consiste en la herencia genética que conforma nuestra estructura física y mental, mientras que el otro factor es la influencia social, que proviene principalmente de la familia y de la educación, y que va haciendo que la llevemos parcialmente grabada en nuestra memoria. <br /><br />Si tuviésemos que crear nosotros mismos un ser inteligente, seguramente tendríamos un problema similar al de quien diseñó el primer microprocesador. En este caso, debía realizar una calculadora de bolsillo a partir de un solo circuito integrado. Pronto se dio cuenta que el circuito habría de ser en extremo complejo, de ahí que pensó en la posibilidad de hacer un circuito no tan complejo, pero que admitiera cierta cantidad de programación exterior.<br /><br />Si el hombre actuara tan sólo en base a la información recibida a partir de su código genético, habría de estar conformado en base a una gran complejidad. Por el contrario, a partir de un cerebro no tan complejo, se admitió la posibilidad de una “programación” a partir de la influencia exterior recibida.<br /><br />De ahí que la evolución biológica en el hombre ha dado paso a la evolución cultural, que permite que el conocimiento adquirido por todos los hombres, en el pasado, pueda estar disponible a cualquier ser humano del presente.<br /><br />Deberíamos descartar por siempre la posibilidad de alterar genéticamente a los seres humanos buscando alguna ventaja evolutiva, por cuanto tenemos la posibilidad, mediante la educación, de lograr mejores resultados sin llegar a tal extremo.<br /><br />Si nuestro comportamiento dependiera exclusivamente de nuestra herencia genética, estaríamos limitados y determinados por ella, mientras que si nuestro comportamiento dependiera exclusivamente de la influencia social, sufriríamos el riesgo de padecer algún tipo de “lavado de cerebro” que nos llevaría a ser gobernados mentalmente por otros seres humanos.<br /><br />Las ideologías que mayores conflictos produjeron en la humanidad, se caracterizaron por sostener que estamos determinados principalmente por nuestro origen racial (nazismo) o bien por la influencia del medio social (marxismo). En estos casos pudieron observarse los efectos nefastos producidos, ya que estaban basadas en verdades parciales, o bien en la mentira. Estos casos constituyen un indicio de que la sociedad, como un organismo, debe sustentarse en la comunicación, entre sus partes, de información verdadera.<br /><br /><br />ECOLOGÍA<br /><br />“La Tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre” Mahatma Gandhi <br /><br />Se ha dicho que sólo dos especies aumentan su población (insectos y hombres); una sola puede alterar al medio ambiente (el hombre), pero una sola puede soportar esos cambios (los insectos). De ahí la sombría perspectiva de un mundo en el que los insectos finalmente predominarán sobre el resto de las especies.<br /><br />El problema del deterioro del medio ambiente es un problema moral, de ahí que no requiere un tratamiento distinto al del resto de los problemas que afectan al individuo y a la sociedad.<br /><br />Últimamente han aparecido grupos ecologistas en los que podemos distinguir dos actitudes distintas:<br /><br />a) Ecologistas genuinos que se preocupan por el deterioro progresivo del medio ambiente.<br />b) Pseudoecologistas que lo hacen para mostrar que son ellos los únicos que se interesan por el medio ambiente, y que, en realidad, apuntan contra todo lo que provenga de la ciencia, de la tecnología y, sobre todo, del sistema capitalista.<br /><br />En cuanto a la producción de alimentos, actualmente disponemos de distintas posibilidades, que se reducen a las siguientes:<br /><br />a) Los que no utilizan elementos químicos<br />b) Los que utilizan pesticidas y fungicidas <br />c) Organismos genéticamente modificados (transgénicos)<br /><br />En el primer caso, los rendimientos agrícolas son muy bajos y ello producirá hambrunas en forma inmediata. Ello se debe a que la población mundial crece a un ritmo de unos cien millones de habitantes por año, mientras que la superficie cultivable tiende a disminuir debido a la expansión de las tierras ocupadas por viviendas. <br /><br />En el segundo caso, el uso de sustancias químicas tiende a contaminar aguas y suelos, por lo que presenta serios inconvenientes para la integridad del sistema ecológico. En el tercer caso, se elimina bastante el problema del caso anterior, mientras que, además, se producen elevados rendimientos. <br /><br />Mientras que los procesos de cruzamiento e hibridación se han usado desde tiempos remotos, los alimentos transgénicos, de reciente aparición, utilizan técnicas que permiten modificaciones genéticas que permiten el cruzamiento entre vegetales y organismos pertenecientes al reino animal. Esto evita que el vegetal modificado requiera de agentes químicos para la lucha contra organismos que impiden su normal desarrollo.<br /><br />Por el momento no han aparecido problemas comprobables respecto de la utilización de los transgénicos, ya que, al igual que en el caso de los medicamentos, se requieren años de pruebas y verificaciones para obtener la autorización para su uso. De todas formas, siempre debe tenerse presente si las protestas contra su utilización provienen de parte de los legítimos ambientalistas o bien si provienen de quienes actúan en base a la defensa de ideologías que poco tienen que ver con el problema ecológico en sí.<br /><br /><br />DEBILIDAD Y FORTALEZA<br /><br />“La debilidad es más contraria a la virtud que al vicio” F. la Rochefoucauld<br /><br />Podemos decir que la fortaleza espiritual está asociada a la actitud cooperativa de un individuo, mientras que su debilidad lo estará respecto de la actitud competitiva. La etapa de la conquista de la felicidad se inicia luego de haberse superado la etapa competitiva.<br /><br />Existen interpretaciones, seguramente erróneas, respecto de la actitud que Cristo pretendió inculcar en sus seguidores, ya que se supone que el amor al prójimo y el perdón hacia quienes nos ofenden implican una actitud de debilidad antes que de fortaleza.<br /><br />Es indudable que tal actitud tiene sentido cuando el hombre posee fortaleza espiritual, en el sentido antes indicado. Tal sugerencia, además, fue establecida para que el hombre adquiera esa fortaleza. Por el contrario, si desde una postura competitiva, y “perdedora”, se nos indica “amar al enemigo”, sentiremos que estamos beneficiando al que nos daña de alguna manera, incluso colaborando con el éxito del mal.<br /><br />Una vez que hemos adquirido una actitud “ganadora”, indicando que hemos superado la etapa competitiva, ya no tendremos dificultades en perdonar ofensas por cuanto es posible que ni siquiera nos harán daño.<br /><br />El débil es el caprichoso, que quiere recibir ventajas de los demás pero que es incapaz de ofrecer algo propio. Es exigente e intolerante y pretende imponer su criterio, buscando compensar de alguna manera su reducida autoestima. Tiene derechos antes que deberes y depende siempre de los demás.<br /><br /> <br />VIDA PLENA<br /><br />“No hemos recibido una vida breve, sino que la hemos hecho tal, y no somos pobres, sino pródigos con respecto a ella. Así como grandes y regias fortunas, cuando caen en manos de un mal dueño al punto son dilapidadas, mientras, aunque sean modestas, si son confiadas a un buen administrador, crecen por el uso que se les da, así nuestra existencia se extiende mucho para el que sabe aprovecharla bien” Lucio Anneo Séneca (“Sobre la brevedad de la vida”)<br /><br />Una vida plena es aquella en la que, de adultos, llevamos a la realidad las ambiciones y proyectos establecidos desde adolescentes. De lo contrario, sin proyectos, nos sobrarán varios años de vida. <br /><br />Cuando alguien se siente presionado por el paso del tiempo, es posible que lleve una vida activa, llena de acontecimientos, disponiendo eficazmente de su tiempo. La juventud es, en este caso, una época de anhelos y de proyectos, mientras que la edad adulta, e incluso la vejez, son etapas de realizaciones. Los esfuerzos y el trabajo asignado a cada proyecto serán tan intensos como importante sea para nosotros alcanzarlo. <br /><br />Hay quienes no establecieron proyectos concretos para sus vidas, o bien sus anhelos no fueron tan importantes como para asignarles todos los esfuerzos posibles, o bien las circunstancias particulares lo impidieron. Tampoco es conveniente colocarse un reloj imaginario que va determinando la eficacia de nuestras acciones, ya que ello implicará cierta intranquilidad.<br /><br />También existen personas que consideran que perder el tiempo, para sentirse bien, es una buena manera de invertirlo. Pero esto es válido principalmente para el descanso posterior al trabajo. De lo contrario se transforma en un ocio que diluye la vida y la hace intrascendente. <br /><br />Muchas veces miramos nuestro pasado como el origen de los proyectos que no pudimos lograr. Cuando escuchamos canciones de épocas pasadas, nos surge cierta nostalgia al no haber utilizado el tiempo como hubiese sido conveniente. De ahí que a veces resulta adecuado observar nuestra vida como una parte de la humanidad. Apuleyo escribió: “Uno a uno, todos somos mortales. Juntos, somos eternos”.<br /><br />Muchos de los que no encuentran un sentido para sus vidas sienten la necesidad de que exista una vida posterior a la muerte. Mientras que no saben qué hacer con su tiempo, ambicionan una vida posterior que no termine nunca.<br /><br />Existe una influencia del futuro que presenta dos aspectos: la esperanza del Bien y el temor al Mal. Mientras mayor sea el temor, menor será la esperanza. Al respecto podemos decir que un temor excesivo nos paraliza (pesimismo), un temor normal nos hace previsores (realismo), mientras que la ausencia de temor puede hacernos sufrir innecesariamente (optimismo).<br /><br /><br />PREMIOS Y CASTIGOS<br /><br />“En el fondo de cualquier estilo de vida mal adaptado o neurótico está la falta de cooperación y el sentimiento resultante de fracaso e inadaptación. En el centro de la mayoría de los problemas psicológicos está la preocupación por uno mismo más que por los demás” R. Frager y J. Fadiman (“Teorías de la Personalidad”)<br /><br />Desde un punto de vista religioso, se llega a la conclusión de que nuestro mundo está ligado a la voluntad de un Creador que espera de los hombres el cumplimiento de sus designios. Así, quien los cumple tendrá el premio de la felicidad y quien los ignore tendrá el castigo de la infelicidad (u otros premios y castigos para después de la muerte).<br /><br />En la actualidad, a partir de la visión que nos da la ciencia, podemos concluir que la naturaleza nos exige adaptarnos a sus leyes y que premia (con la felicidad) a quien adopta una actitud cooperativa, mientras que castiga (con la neurosis) a quien muestra una actitud competitiva. Incluso se asocian varias enfermedades posibles a quien padece algún tipo de neurosis.<br /><br />Los “nuevos profetas”, tales como Pierre Teilhard de Chardin, Viktor Frankl, Alfred Adler y otros, han descubierto aspectos relacionados con el comportamiento humano que revelan en términos científicos lo que antes fue comunicado a los hombres mediante simbologías adecuadas. Podemos decir que la visión religiosa, compatible con la realidad, es un modelo de tipo “caja negra” de la interacción del hombre con la sociedad y de los efectos que en el individuo producen los distintos comportamientos posibles. <br /><br />Resulta conveniente decir que la ciencia no ha de reemplazar a la religión, sino que ha de favorecer su mejoramiento. Incluso habrá de promover la unión de las religiones en caso de que, para sus dirigentes, sea más importante la verdad que el poder sectorial.<br /><br /><br />DISCRIMINACIÓN<br /><br />“La discriminación supone un trato desigual e injusto para con determinado individuo, grupo o categoría social”. “La discriminación es un fenómeno consecuencia de prejuicios y de actitudes etnocéntricas, los cuales no sólo están asociadas a aspectos raciales sino también a la edad y al género” E. del Acebo Ibáñez y R.J. Brie (“Diccionario de Sociología”)<br /><br />Para sentirse importantes, algunos individuos, que sospechan poseer pocos valores personales, buscan prestigio como integrantes del grupo al que pertenecen y creen que mayor será su valor si miran en menos a los integrantes de otros grupos. En realidad, poco sentido tiene combatir las actitudes discriminatorias sin tener presentes las motivaciones que las producen.<br /><br />Últimamente ha surgido otro tipo de discriminación por medio del cual se trata de inculpar, casi por cualquier motivo, a quien se lo considerará, precisamente, como un “discriminador”. Y tal “discriminador” ha de ser considerado como un integrante del grupo de los “malos y perversos” de la sociedad. Amparados en el predominio del relativismo moral y cultural, hay quienes pretenden imponer ideologías, o bien costumbres, calificando a quienes se les oponen como “discriminadores”. <br /><br />Es en el caso de los niños en quienes mejor se observa la falsedad del relativismo moral y cultural, por cuanto ellos no responden a cuestiones convencionales de la sociedad, precisamente porque existen actitudes que producen resultados deseados, mientras que otras producen resultados indeseados, en forma independiente a lo que ha convenido la sociedad.<br /><br />Cuando alguien critica al que quiere imponer costumbres negativas, en el sentido indicado, pronto será acusado por “discriminar” al que promueve el libertinaje. El “discriminador” pasa a constituirse en alguien perverso, por lo que a su vez es discriminado en forma efectiva. El verdadero discriminador (el que quiere imponer sus costumbres sectoriales, o su ideología, poco vinculadas con el orden moral) es el que tiende a calificar como “malo y perverso” al que se opone a sus intentos.<br /><br /><br />BUENAS INTENCIONES<br /><br />“Como siempre, el principal resultado de la violencia es la necesidad de emplear mayor violencia. Tal es pues el planteamiento de los Soviets; está bien intencionado, pero emplea medios inicuos que están produciendo resultados totalmente distintos de los que se propusieron los primeros autores de la revolución” Aldous Huxley (“El fin y los medios”)<br /><br />Se dice que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones. Esto lo vemos claramente cuando alguien habla de las “buenas intenciones” de quienes, para implantar el comunismo, produjeron decenas de millones de víctimas. Con este mismo criterio deberíamos entonces decir que Adolf Hitler tenía buenas intenciones cuando expresó: “Cuando combato al judío combato a favor de la obra del Señor”. Incluso la Inquisición manifestaba que quemaba a los herejes para “purificar su alma pecadora”, o cosas por el estilo, para que pudieran ir al cielo.<br /><br />Recordemos que la actitud ética presenta un doble aspecto. Un aspecto afectivo, asociado a las actitudes básicas del hombre y un aspecto cognitivo, capaz de prever los efectos de cada una de nuestras acciones. De ahí que resulte completamente absurdo hablar de las “buenas intenciones” de quienes produjeron la matanza de millones de personas sabiendo perfectamente lo que hacían.<br /><br />Las ideologías nefastas, las que promovieron el totalitarismo (fascismo, nazismo, comunismo), están intactas y disponibles para favorecer nuevamente la violencia que reinó en otras épocas. Incluso en las universidades se siguen estudiando autores que promueven deliberadamente el odio entre sectores de la sociedad y se oponen abiertamente a las elementales normas éticas aceptadas desde tiempos inmemoriales; todo ello, sin embargo, con las aparentes buenas intenciones de beneficiar a los pobres.<br /><br /> <br />ACTITUDES ANTISOCIALES<br /><br />“Cuando conocí a Lenín, tuve mucha menos impresión de un gran hombre de lo que esperaba; mis más vívidas impresiones fueron de fanatismo y crueldad mogólica. Cuando le interrogué acerca del socialismo en la agricultura, me explicó con júbilo cómo había incitado a los campesinos más pobres contra los más ricos: «Y muy pronto les colgaron de los árboles más cercanos –ja, ja, ja !». Sus risotadas ante el recuerdo de los muertos hicieron que la sangre se me congelara” Bertrand Russell (“Ensayos impopulares”) <br /><br />El ciudadano común recibe cotidianamente actitudes negativas que provienen del medio social, por lo que, al menos a un nivel subconsciente, tiende a considerarlo como si fuese una persona que tiene actitud propia, o al menos una actitud predominante. <br /><br />Generalmente son los adultos, con mayor experiencia que sus hijos, quienes les informan acerca de las precauciones que deben tomar ante extraños; sugerencias que muchas veces son desestimadas por cuanto no forman parte de la propia experiencia personal, mientras que otras veces contagian al niño o al adolescente de una actitud negativa y pesimista.<br /><br />Los líderes democráticos consideran que la sociedad ha de ser una entidad homogénea, presuponiendo una igualdad esencial en cuanto a los derechos y deberes de sus miembros. Por el contrario, los líderes demagógicos tienden a constituirse en defensores de los débiles ante la supuesta maldad de los que más tienen. Esta actitud favorece la discordia y puede llegar a impulsar situaciones de extrema violencia. <br /><br />Los líderes demagógicos tienden a establecer gobiernos personalistas que se alejan cada vez más de las leyes establecidas y de la ética. Surgen del previo descontento social y tienden a aumentar las divisiones en lugar de disminuirlas.<br /><br />El escritor Leonardo Sciascia relata que, durante un viaje a Sicilia, va a esperarlo una persona a un determinado lugar. Cuando emprenden la marcha, encuentran un árbol atravesado en el camino, por lo que el conductor se detiene, lo retira y pasa con el vehículo. Grande fue la sorpresa del escritor cuando el conductor se detiene nuevamente para volver a dejar al árbol en su lugar original. Cuando le pregunta porqué realizó tal acción, recibe como respuesta: “No quise pasar por tonto”. Esto nos muestra un aspecto de la actitud generalizada en muchas sociedades que, por lo general, resultan atrasadas respecto de aquéllas en las que predomina una actitud cooperativa.<br /> <br /><br />FUERZAS DE UNIÓN Y DE DISPERSIÓN<br /><br />“Debido a que los fenómenos económicos y sociales son tan arcanos, o al menos así lo parecen, y debido a que son susceptibles a escasas verificaciones convincentes, el individuo puede permitirse el lujo que no encuentra en los fenómenos físicos. Le es dado creer lo que quiera dentro de amplios límites y sostener sobre este mundo el punto de vista que más agradable le resulte o más de acuerdo esté con su propio gusto” John K. Galbraith (“La sociedad opulenta”)<br /><br />En cuestiones sociales existe una pugna entre lo que es agradable, o deseable, y lo que es real, eligiendo el público lo agradable en lugar de lo real, por lo que de los políticos se esperará escuchar lo agradable en lugar de lo real. Todo ello está amparado por la imposibilidad de disponer de verificaciones convincentes de las descripciones de los fenómenos sociales. Esa incertidumbre básica es explotada por quienes habitualmente recurren al ocultamiento de la verdad, o a su reemplazo por la mentira, con las intenciones de lograr ventajas sectoriales o personales.<br /><br />Podemos generalizar y decir que la verdad tiende a unir a los hombres, mientras que las verdades parciales y la mentira tienden a desunirlos. Como ejemplo de esto último tenemos el caso de la “ley” que mayor aceptación tiene a la luz de la sabiduría popular, y es la que pregona que un sector exclusivo de la sociedad tiene la culpa de todos los males que en ella y en el mundo existen (los judíos para los nazis, los burgueses para los marxistas, los EEUU para grandes sectores de la población, etc.)<br /><br />Por “verdad” entendemos el conjunto de información comunicable que resulta compatible con la realidad. Pero ha de ser una verdad útil para ayudarnos a establecer decisiones adecuadas para nuestra vida. Desde un punto de vista religioso, a esa información se la denomina “saber de salvación”, por lo que también podemos denominarla como “conocimiento de adaptación”. <br /><br />Tal verdad habrá de producir la unión de los hombres por cuanto miramos hacia las leyes naturales, exteriores al hombre, que a todos rigen por igual, tanto a creyentes como a no creyentes en su existencia. La verdad parcial, que no es más que una mutilación premeditada de la verdad general, o la ignorancia de la misma, se la predica con el objeto de lograr beneficios personales o sectoriales, justamente por tener esa “verdad” validez sólo para los posibles beneficiados. <br /><br />La unión de los hombres surgirá cuando predomine la verdad de todos sobre las “verdades parciales” y la mentira. Pero ese predominio no depende tanto de la disponibilidad de información, sino de la honestidad de los hombres, en quienes debería predominar una auténtica vocación por la búsqueda y la difusión de la verdad.<br /><br />La verdad simple y coherente debe reemplazar los misterios religiosos inaccesibles a la razón y al palabrerío confuso de la filosofía especulativa, que ahuyentan al individuo común de la posibilidad de compartir la información que a todos pertenece.<br /><br />Así como existe la libertad del cuerpo, existe la libertad de la mente, y ella se logra cuando se posee la verdad. También puede decirse que alguien carece de libertad mental cuando es esclavizado por la mentira y por la información incompleta que incluso podrá llevarlo a ser dominado por el odio.</span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-55784448928756690862011-09-08T13:17:00.001-07:002011-09-08T13:24:53.342-07:00XII Cultura y Educación<span style="font-weight:bold;"><br /><br />CULTURA<br /><br />“Sin la presencia de la cultura, que conserva las conquistas anteriores y forja a la generación que sigue…el homo sapiens no sería más que un primate antropoide de la Tierra, ligeramente distinto en estructura y un poco superior en inteligencia al chimpancé, pero hermano suyo” Ralph Linton (“Estudio del hombre”)<br /><br />La evolución cultural, como una prolongación de la evolución biológica, tiene como objetivo el logro de mayores niveles de adaptación. Así como la evolución biológica se fue gestando, a lo largo del tiempo, mediante pequeños saltos adaptativos, nuestra cultura se fue incrementando en forma similar.<br /><br />Luego de que nuestros antepasados observaron que acciones como el asesinato, el robo o la mentira producían efectos no deseados, o incluso sufrimiento, tales prácticas fueron prohibidas por las normas éticas propuestas. A tales normas, posteriormente, se les asignó un origen divino para acentuar la efectividad de su cumplimiento.<br /><br />En la actualidad han aparecido otras acciones de las cuales no resulta sencillo establecer el valor ético de sus efectos, por lo que se ha llegado a cuestionar la validez de toda ética propuesta. Incluso se admite la posibilidad de que la ética sólo tenga validez como algo convencional. Sin embargo, las acciones antes mencionadas bastan para rebatir tal posibilidad.<br /><br />Podemos denominar “cultura” al conjunto de conocimientos disponibles por la sociedad que produce en ella una mejora adaptativa, o bien, que tiende a disminuir el sufrimiento. El nivel cultural de los pueblos se medirá tanto por la cultura asimilada como por los aportes realizados a la cultura universal. <br /><br />La ciencia, tanto como la tecnología, tienden a mejorar nuestro nivel de adaptación. Así, el telescopio y el microscopio presentan “ventajas adaptativas” ya que prolongan el alcance de la visión tanto para grandes como para pequeñas distancias. De todas maneras, sigue siendo la ética la que constituye el principal factor de adaptación y de ella esperamos el conocimiento básico que facilite la solución de los conflictos humanos. <br /><br />Es posible que un salto cultural favorable haya pasado inadvertido, mientras que también es posible que el conocimiento ético necesario para nuestra plena adaptación esté ya disponible. Sin embargo, la negativa para su aceptación surge de la irracionalidad, la terquedad, el fanatismo y otras actitudes competitivas mostradas por quienes pretenden imponer sus criterios personales, o sectoriales, aun cuando esos criterios no sean favorables para todos. Recordemos aquello de que “el hombre es el único ser viviente capaz de tropezar más de una vez con la misma piedra”.<br /><br />Desde una visión de la realidad basada en la biología, podemos hablar de cierto nivel cultural como algo concreto y objetivo, mientras que, por el contrario, desde la antropología se considera que los distintos pueblos tienen distintas culturas, igualmente válidas y legítimas, aún cuando los niveles de adaptación por ellas permitidos sean bastante diferentes. Este es un aspecto más del relativismo cultural que promueve el conformismo, los antagonismos y que poco favorece al crecimiento cultural de la humanidad. <br /><br /><br />OPOSICIÓN Y OBEDIENCIA<br /><br />“Resistencia y obediencia, éstas son las dos virtudes del ciudadano. Mediante la obediencia, garantiza el orden; mediante la resistencia, garantiza la libertad” Alain<br /><br />Las actitudes de la resistencia y de la obediencia resultan contradictorias. Ello ocurre cuando aparecen en una misma situación o ante una misma persona. Pero, si la obediencia lo es respecto de las leyes y la oposición la adoptamos respecto de lo que sabemos que provocará resultados indeseables, es posible la coexistencia de ambas. <br /><br />El respeto a las leyes no es contradictorio con la libertad. Incluso pareciera que la libertad del pensamiento se acentúa en cuanto podemos delegar decisiones limitándonos a lo que resulta permitido por las leyes; especialmente por las leyes éticas.<br /><br />Hay veces en que se promueve el accionar rebelde de los adolescentes alabándolos incluso cuando no respetan las elementales normas de convivencia, logrando en ellos cierta inadaptación social que será perjudicial para su vida futura. Tampoco es beneficioso promover el otro extremo, el de la pasividad y la aceptación de toda sugerencia recibida, incluso aquélla que pueda ir contra su propia integridad.<br /><br />Es en el ámbito de la educación en donde peores efectos se producen cuando se confunde autoridad con autoritarismo. Jorge Bosch reelabora una recomendación de la UNESCO por la que se sugiere establecer cierta “igualdad” entre docentes y alumnos: <br /><br />“En la actualidad, la relación maestro-alumno es un caso particular de la relación dominante-dominado. El maestro ejerce su dominio comportándose en forma autoritaria, inculcando conocimientos y haciendo valer verdades prefabricadas. Hay que romper esta relación, para lo cual el proceso educativo debe centrarse en la interacción, la discusión, la comprensión y el estímulo; el maestro debe ser un consejero y un interlocutor, pero el alumno debe ser quien busque y encuentre el conocimiento”.<br /><br />Al rechazarse la transmisión de conocimientos adquiridos, que se toman como “ideas prefabricadas”, y al quedar en manos de los alumnos la adquisición del conocimiento, se produce una seria perturbación en el proceso educativo. Es imposible que el alumno, por sus propios medios, logre redescubrir el enorme caudal de información logrado desde el pasado por toda la humanidad.<br /><br /><br />RELATIVISMO CULTURAL<br /><br />“Los intelectuales y artistas nacionalistas de los países atrasados suelen transfigurar sus defectos en virtudes, sus carencias en cualidades del ‘ser propio’. La desigualdad y la inferioridad ante las sociedades más avanzadas es legitimada en nombre de la diferencia, de la peculiaridad que evita toda confrontación” Juan José Sebreli (“El asedio a la modernidad”)<br /><br />Muchas veces se acepta cualquier tipo de comportamiento aduciendo que es “parte de nuestra cultura”. Ello se debe, principalmente, a la previa aceptación del relativismo moral. En realidad, sería adecuado aceptar cualquier tipo de comportamiento que no infrinja las normas de convivencia básicas derivadas de la ética natural elemental.<br /><br />Es indudable que existen muchos aspectos culturales que son neutros desde el punto de vista ético, como es la música, la pintura o la arquitectura. Incluso esa neutralidad se prolonga a una gran cantidad de costumbres y acciones cotidianas. Sin embargo, no debemos olvidar que existen actividades cuyos efectos tienen una validez universal y que dan lugar, precisamente, a una cultura universal.<br /><br />Desde este punto de vista, podríamos valorar las distintas culturas en función de sus aportes a la cultura universal. Esto es, a la ciencia, a la tecnología, a la filosofía, a la religión, incluso al arte y a las costumbres que podrán compartirse con el resto de la humanidad. <br /><br />Por el contrario, todo tipo de relativismo implica cierta comodidad que lleva a los individuos, y a los pueblos, a la inacción. Si no existe la verdad universal, no tiene sentido buscarla, si no existe el Bien, no deberíamos molestarnos por alcanzarlo. Si no existe un pueblo mejor que otro, deberíamos dejar de buscar una mejora cultural.<br /><br /><br />IDENTIDAD CULTURAL<br /><br />“La identificación se distingue de la imitación en que es una imitación inconsciente, en tanto que la segunda es copia consciente” Carl Jung <br /><br />Un ser humano forma parte, en forma simultánea, de varios subgrupos dentro de la sociedad. Así cierto individuo puede ser descendiente de europeos, médico, católico, casado, aficionado a la lectura de novelas, fumador, partidario de tal partido político, adherente a la democracia, etc. Todas estas filiaciones caracterizarán su personalidad y es posible que se produzca un proceso identificatorio con alguno de los individuos más representativos de cada uno de estos grupos.<br /><br />Es frecuente que estas filiaciones produzcan divisiones y favorezcan la violencia entre distintos grupos, tal el caso de los antagonismos de tipo deportivo, racial, religioso, social, ideológico, etc. La lucha entre bandos opuestos es, ante todo, una lucha individual por la trascendencia personal a través del grupo al que se pertenece.<br /><br />La normal filiación a cada grupo simplemente refleja preferencias de cada individuo. Sin embargo, cuando una persona necesita sentirse importante tan sólo por adherir a un grupo, comienza a vislumbrarse cierto sometimiento al mismo, que en general es un autosometimiento. El masivo reclutamiento de adeptos, promovido por los líderes políticos, religiosos o de otra índole, se ve favorecido por la existencia de individuos fácilmente influenciables que necesitan imperiosamente ser partes de algún agrupamiento para sentirse valiosos socialmente.<br /><br />Es indudable que los conflictos tenderán a solucionarse en cuanto nos sintamos partes, en forma preponderante, del grupo constituido por toda la humanidad, dejando en lugares secundarios las demás filiaciones, cuando en nuestra mente predomine la idea de que, ante todo, somos ciudadanos del mundo, y que ninguna otra filiación deberá desplazar tal prioridad.<br /> <br /><br />APRENDIZAJE <br /><br />“Cuando un axón de una célula A está lo suficientemente cerca de una célula B, como para excitarla, y participa repetida o persistentemente en su disparo, ocurre algún proceso de crecimiento o cambio metabólico, en una o en ambas células, de modo tal que aumentan tanto la eficiencia de A como la de una de las distintas células que disparan a B” Donald O. Hebb (“La organización del comportamiento”)<br /><br />Es conveniente mencionar el proceso básico que permite el aprendizaje dentro de nuestro cerebro. Así, para establecer un recuerdo, un conjunto de neuronas fortalece sus enlaces previamente débiles. Los agrupamientos reforzados permiten que sus neuronas disparen juntas otra vez. Cuando unas cuantas se disparan, inducen a sus compañeras inactivas por los caminos ligeramente gastados que las separan. Como una fila de piezas de dominó, caen arrastrándose unas a otras hacia un destino común. Se rejuvenece la antigua pauta, y con ello, se hace una recapitulación de la imagen original.<br /><br />Para ilustrar la idea básica, podemos considerar la conocida experiencia de Iván Pavlov acerca de la respuesta condicionada, o adquirida, de un perro. Consideremos tres neuronas A, C y B. La neurona A recibe sonido desde una campanilla, la neurona C recibe la imagen de la comida ofrecida al perro, mientras que la neurona B, al quedar excitada, activa el proceso de salivación en el perro. <br /><br />Entrada de sonido → A → B → Salivación<br />Entrada visual →→ C → ↑<br /><br />Supongamos que la excitación de C, causada por la visualización de la comida, es suficiente para excitar a B, dando lugar a la salivación. Supongamos, además, que en ausencia de ese estímulo, la excitación de A, al oír la campanilla, no basta para dar lugar al disparo de B.<br /><br />Permitamos que C dé lugar a que B dispare mostrando comida al sujeto, y, mientras B sigue activada, estimulemos a A haciendo sonar una campanilla. Dado que B sigue activada, A participa ahora en la excitación de B, aún cuando por sí sola A no sería suficiente para dar lugar a que B se active.<br /><br />En esta situación, la suposición de Hebb determina que se produce algún cambio entre A y B, de tal modo que la influencia de A sobre B se ve incrementada. Si el experimento se repite con suficiente frecuencia, A será capaz de lograr, eventualmente, que se dispare B incluso en ausencia del estímulo visual procedente de C. Entonces, si se hace sonar la campanilla, pero no se muestra la comida, seguirá produciéndose la salivación, porque la excitación debida únicamente a A (sonido) es ahora suficiente para lograr que B dispare.<br /><br />Dado que la conexión entre neuronas se hace a través de las sinapsis, es razonable suponer que cualquier cambio que pueda tener lugar durante el aprendizaje deberá producirse en ellas. Hebb sostenía la teoría de que los efectos mencionados se debían al aumento del área de la unión sináptica. Teorías más recientes afirman que el responsable es un incremento de la velocidad con que se libera el neurotransmisor en la célula presináptica.<br /><br /><br />CONOCIMIENTO E INFORMACIÓN<br /><br />"La escuela no debiera limitarse a informar, ni siquiera a transmitir conocimientos verdaderos o útiles. La escuela debería formar cerebros, no cargarlos de información. Menos aun debiera recargarlos al punto de provocar náusea intelectual”. “Puesto que el conocimiento no es lo mismo que información, si queremos aprender no procuremos maximizar la información, sino optimizarla. O sea, busquemos recabar y recordar la información mínima necesaria para abordar los problemas que nos interesan. Y, una vez resueltos, procuremos archivar o aun olvidar los detalles. Sólo así haremos lugar a nuevos datos, nuevas dudas, nuevos problemas y nuevas conjeturas” Mario Bunge (“Cien ideas”)<br /> <br />En todos los órdenes del pensamiento, debemos ser capaces de distinguir entre la información que debemos guardar en nuestra memoria (que servirá para establecer razonamientos posteriores), de aquélla que podemos disponer en nuestra “memoria artificial” (libros, memorias informáticas, etc.)<br /><br />Los contenidos impartidos desde la educación formal deberán tener presentes, ante todo, las características básicas mencionadas, es decir, deberá ser breve en su tamaño y deberá permitir realizar razonamientos sobre el tema en cuestión. He aquí la aptitud y la creatividad del docente, ya que deberá ser capaz de elegir la información mínima y necesaria que habrá de transmitir al alumno para que éste pueda así razonar e incrementar sus conocimientos.<br /><br />Por el contrario, disponer de gran cantidad de información, sin la previa síntesis de los aspectos básicos que deberán ser guardados en la memoria, no resultará del todo útil. Por las razones mencionadas, se hace evidente que es imprescindible la descripción de todo tema en base a una síntesis de tipo axiomático.<br /><br />Si se logra establecer este tipo de síntesis, es posible que resurja el interés por el conocimiento, especialmente en el caso de los jóvenes, si bien es posible que existan otros factores que han alejado a mucha gente de la búsqueda del conocimiento y de la verdad.<br /><br />El matemático Andrew Wiles, quien demostró el “último teorema de Fermat”, dedicó su vida a ese logro desde que tenía diez años de edad, y ello se debió a que a esa edad entendió al menos el enunciado de tal teorema. Si el entendimiento de ideas importantes fuera un aliciente para estimular el conocimiento y la investigación, dispondríamos de la esencia de un método eficaz para la educación. <br /><br /><br />EDUCACIÓN<br /><br />“La educación es el arte de capacitar al hombre para la vida social” José Ingenieros (“Las fuerzas morales”)<br /><br />Respecto de una aceptable adaptación del individuo a la sociedad, puede decirse que ello se dará como una consecuencia de la previa adaptación al orden natural, ya que no puede lograrse una sin la otra. La adaptación cultural del hombre involucrará a toda la humanidad a través de la educación.<br /><br />Se afirma que todos los problemas humanos se solucionarán con la educación. Sin embargo, no habremos llegado a un completo acuerdo si no mencionamos a cuál tipo de educación nos referimos. Debemos tener presente que incluso los adoctrinamientos de tipo dogmático son considerados educativos, a pesar de ser dirigidos sólo a ciertos sectores de la población careciendo de validez universal.<br /><br />Los contenidos de la educación universal, por el contrario, tienden a ser partes de la ciencia experimental, por lo cual el educador se convierte en un intermediario entre la ciencia y el individuo que recibe la educación. Para que tal proceso tenga éxito, debe existir la necesidad y la predisposición a recibir conocimientos.<br /><br />La religión natural deberá adoptar una clara postura científica de manera que pueda llegar a ser parte de la educación pública. Si se interpretan las distintas religiones a la luz de la religión natural, se advertirá que existe una religión universal única respecto de la cual las religiones existentes serán distintas aproximaciones a la misma.<br /><br /><br />ACERCA DEL SEXO<br /><br />“Como toda inflación, incluida la del mercado de dinero, conduce a una devaluación. La sexualidad, en efecto, se va desvalorizando en el curso de la inflación sexual a medida que se deshumaniza” Víktor Frankl (“El hombre doliente”)<br /><br />A medida que transcurren los años, pareciera que todo lo relativo al sexo se desvinculara cada vez más de lo afectivo para pasar a ser algo cercano al placer y la diversión. Incluso la tendencia a la devaluación de los sentimientos de intimidad ha hecho que lo erótico vaya perdiendo su valor.<br /><br />Debido a los inconvenientes que las acciones humanas producen en una sociedad, es recomendable una educación adecuada referida a cada uno de los aspectos asociados al comportamiento humano. De ahí que se propone establecer una educación sexual en establecimientos educativos con el fin de tratar de evitar nacimientos indeseados, abortos, enfermedades, etc.<br /><br />Existe, sin embargo, cierto temor de los padres en cuanto al criterio con que se ha de impartir esa educación. Incluso se sospecha que podrá llegar a ser una simple legitimación de cierto libertinaje básico de la sociedad con algunos agregados de información sobre la salud y los aspectos reproductivos del individuo. Se establecería así una especie de “educación genital” desvinculada de los aspectos afectivos.<br /><br />Es indudable que lo sexual responde, en el hombre, a la previa existencia de sentimientos y afectos. De ahí que, para mejorar esos aspectos, debería mejorarse el factor emotivo, lo que implica, además, una mejora ética individual. Por lo tanto, puede decirse que no es conveniente una educación sexual distinta o separada de la educación general basada en la mejora de la ética individual.<br /><br />No es posible la existencia de hombres que muestran una actitud egoísta e irresponsable en la mayor parte de sus vínculos sociales, mientras que, por influencia de la educación vial, vaya a postergar por momentos ese egoísmo y conduzca responsablemente, o bien que, por influencia de la educación sexual, vaya a postergar su forma cotidiana de ser. No habría inconvenientes en que así ocurriera, pero la existencia de la actitud característica en los seres humanos hace aconsejable una educación basada en el predominio y adopción de una actitud ética general.<br /><br /><br />FAVORECIENDO EL BIEN<br /><br />“Trata a la gente como si fuera lo que debería ser y la ayudarás a convertirse en lo que es capaz de ser” Wolfgang Goethe<br /><br />La forma más efectiva de inculcar valores morales radica en el trato respetuoso hacia las demás personas. Hay veces en que nos sentimos elevados por el buen trato que recibimos y otras veces podemos hasta sentirnos degradados. Ello implica que hay personas que tratan de rebajar o de elevar a los demás para, pareciera, ponerlos a su misma altura. <br /><br />Otras veces, sin embargo, el trato “elevador” es respondido en una forma despectiva, como ocurre a veces con los adolescentes en escuelas secundarias, en quienes predominan actitudes antisociales, por lo que la educación, que implica principalmente favorecer el surgimiento de valores morales, se torna cada vez más dificultosa. Recordemos que varios de los grandes educadores perdieron sus vidas en el medio social a cuyos integrantes pretendían educar, tales los casos de Sócrates, Séneca, Cicerón, Cristo y Gandhi. <br /><br />Desde un punto de vista económico, debemos tratar de tener algo más que lo imprescindible, buscando cierta seguridad futura. De esa forma casi siempre nos sentiremos exitosos al haber podido lograr el objetivo buscado. Si, por el contrario, ambicionamos mucho dinero, casi siempre nos sentiremos fracasados por no haberlo podido lograr.<br /><br />Debemos desterrar el lujo y la ostentación, porque ello degrada a las personas más pobres y atenta contra la dignidad de millones de seres humanos que viven en la pobreza total. La economía de la sociedad se verá favorecida por nuestra contribución personal, o bien se verá perjudicada por nuestro aporte a su deterioro. Aunque existen personas más influyentes que otras, debemos ser conscientes de los efectos producidos por cada una de nuestras acciones.<br /></span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-85450196347090868062011-09-08T13:03:00.001-07:002011-09-08T13:15:35.031-07:00XIII Humanidades y Psicología<span style="font-weight:bold;"><br />PSICOLOGÍA SOCIAL<br /><br />“La psicología social es el campo científico que intenta entender la naturaleza y las causas del comportamiento y el pensamiento individual en situaciones sociales” R. A. Baron y D. Byrne (“Psicología Social”) <br /><br />De todas las actividades intelectuales que describen al ser humano, las ciencias sociales tienden a ser las más accesibles por cuanto, cuando algo entra en el marco de la ciencia experimental, se trata de algo simple, verificable y fácilmente comunicable a los demás. Esto contrasta notablemente con la filosofía y la religión, ya que estas últimas no tienen limitaciones estrictas en cuanto a sus contenidos y a su compatibilidad con el mundo real.<br /><br />De todas las ramas de las ciencias sociales, la que presenta ciertas ventajas en cuanto a la posibilidad de establecer una ideología de adaptación, es la Psicología Social, y ello se debe, entre otros aspectos, a que considera con preponderancia los siguientes aspectos del comportamiento humano:<br /><br />a) Ideas (pensamiento, información)<br />b) Influencia entre individuos<br />c) Actitudes<br /><br />Se ha dicho que la Psicología Social es el vínculo entre la psicología y la sociología, además de serlo entre otras ciencias sociales y humanas. Es posible que en el futuro también pueda llegar a constituirse en el camino que facilite el vínculo entre los distintos seres humanos.<br /><br />Cuando alguien comienza a pensar y a escribir sobre el ser humano y la sociedad, no ha de tener claro si lo que hace es filosofía, ciencia social o religión. Tampoco es imprescindible tenerlo claro desde un principio. Sin embargo, luego de cierto tiempo verá que su pensamiento se identificará más con una de estas tendencias del pensamiento que con las otras.<br /><br />Debido a que el presente escrito busca las ideas mínimas, en cantidad, que permitan la deducción de la mayor parte de los conceptos necesarios para nuestra adecuada adaptación, se trata de un escrito que puede considerarse dentro del marco de la Psicología Social.<br /><br /><br />DEPRESIÓN<br /><br />“Los pensamientos negativos alimentan los estados de ánimo negativos. Los estados de ánimo negativos alimentan pensamientos negativos” David G. Myers (“Psicología”)<br /><br />Los estados depresivos tienen causas psicológicas, propias del individuo, y también causas sociales, por lo que es necesario compatibilizar ambos puntos de vista. Tanto la depresión como la neurosis son situaciones intensificadas por problemas de desadaptación social y de ausencia de un claro sentido de la vida. De ahí que podamos mencionar algunas de las causas que favorecen la aparición de estados depresivos:<br /><br />1) Autoestima reducida<br />2) Vida sin significado<br />3) Desadaptación al medio social <br /><br />El círculo vicioso de la depresión es un proceso que se realimenta y que puede ser roto en alguna de sus partes. En primer lugar existen acontecimientos estresantes negativos que son interpretados mediante una actitud pesimista. Esta actitud crea un estado de desesperanza, que es justamente la depresión, que tiende a dificultar la manera en que la persona piensa y actúa. Esto provoca, a su vez, más experiencias negativas.<br /><br />Para salir de esta situación es recomendable la recuperación de la autoestima, como también vislumbrar la posibilidad de ver la realidad desde un punto de vista realista antes que pesimista. Recordemos que pesimista es el que observa la realidad peor de lo que es. <br /><br />Es esencial aceptar la posibilidad de que las personas que actúen mal obtengan un reducido nivel de felicidad, bajo la existencia de cierta “justicia natural”. De esta manera, las personas pesimistas se sentirán liberadas de la habitual tendencia a desear el castigo sobre los que previamente observaron varios defectos. <br />Podemos sintetizar el proceso de la depresión teniendo en cuenta los factores que la favorecen:<br /><br />Depresión severa = Situaciones desencadenantes + Vulnerabilidad individual<br /><br />Entre las situaciones desencadenantes puede citarse la pérdida de un ser querido, la pérdida del trabajo, fracasos de distinto tipo, etc., que en la persona normal producirá un estado de infelicidad transitorio. Pero, en el caso de la persona vulnerable, se producirá el estado depresivo. La vulnerabilidad se debe a la existencia de un historial de relaciones problemáticas, un estilo de pensamiento negativo, desesperanza, etc. A ello debe agregarse la predisposición genética y otros aspectos inherentes a la propia mente individual. <br /><br />En cuanto al sentido de la vida, consiste en la existencia de una flecha imaginaria que nos señala el camino hacia el futuro, algo que se opone a la actitud de mirar permanentemente hacia el pasado, lo que resulta poco conveniente.<br /><br /><br />AUTOESTIMA Y PRETENSIONES<br /><br />“He observado siempre que las pretensiones de las gentes están exactamente en razón inversa a sus méritos; éste es uno de los axiomas morales” Joseph Louis Lagrange (“Los grandes matemáticos” Cita)<br /><br />William James pudo expresar el vínculo existente entre la autoestima, el éxito y las pretensiones a través de una simple relación matemática: <br /><br /> <br />Autoestima = Éxito / Pretensiones<br /><br />Esta fórmula sirve principalmente para describir el vínculo existente entre las variables consideradas. Indica simplemente que nuestra autoestima crece con los éxitos logrados mientras que decrece con aquellas pretensiones (proyectos, ambiciones) no conseguidas.<br /><br />Resulta conveniente no ambicionar aquello que nunca podremos lograr, ya que tendremos la sensación de haber fracasado en la vida. Tampoco es aconsejable imponernos metas demasiado accesibles, ya que hará que el éxito que sigue a su logro tenga poco valor.<br /><br />Además de las metas impuestas por uno mismo, existen aquéllas que nos imponen nuestros padres o bien el propio medio social, sin que se tenga en cuenta que ello puede, a la larga, conducirnos a una baja autoestima si no logramos alcanzarlas.<br /><br />Otra causa importante de frustraciones consiste en llegar a un éxito que no es reconocido por el medio social, o intelectual, del momento. Varios son los científicos que arruinaron sus vidas por este hecho, tales los casos del matemático Georg Cantor, el médico Julius R. Mayer, el físico Ludwig Boltzmann, entre otros.<br /><br />La modestia de muchos científicos surge de la comparación con otros científicos, generalmente con aquéllos destacados y eminentes. Por el contrario, hay quienes sienten una excesiva autoestima al imponerse metas intrascendentes, desconociendo totalmente los grandes planteos del pensamiento humano. De ahí que la soberbia vaya asociada siempre a la ignorancia.<br /><br />Quien quiera reducir nuestra autoestima, no nos preguntará por los éxitos logrados, sino por aquéllos que aún no hemos alcanzado. Esto pasa también cuando alguien desea hacernos sentir fracasados por no lograr los éxitos ambicionados por otros, o por no lograrlos en el tiempo impuesto por los demás. La notoria reducción de la autoestima lleva a muchas personas a estados depresivos. Hay quienes tienen “habilidad”, a partir de ironías y de burlas encubiertas, de hacer que otros comiencen a agredirse internamente, buscando que la “destrucción” sea más efectiva.<br /><br />Podríamos seguir haciendo muchas deducciones similares a partir de la fórmula mencionada. Es así como se trabaja en física; sólo debemos tener en la mente unas pocas relaciones matemáticas para deducir, luego, una gran variedad de fenómenos físicos. Es indudable que éste ha de ser el camino que deben seguir las ciencias del hombre y de la sociedad.<br /><br />NEUROSIS Y MITOS<br /><br />“Se llega a la neurosis cuando se reprimió algo sin haberlo eliminado. El hombre moderno cree haber eliminado ese mundo de los valores, de la poesía, de la conciencia moral, pero no ha hecho más que reprimirlo y sufre por esto”. “El hombre moderno padece una represión de la conciencia” Paul Tournier (“Mitos y neurosis”)<br /><br />Existen varias formas de describir los distintos aspectos del comportamiento humano, tal el caso de la neurosis. Una de las formas de describirla es a través de la desadaptación del individuo respecto de la sociedad, pero también es posible considerarla como un conflicto interior que surge de la diferencia entre la información predominante en la sociedad (creencias, mentalidad generalizada, etc.) y la información percibida mediante nuestro proceso cognitivo y que se encuentra grabada a un nivel subconsciente. <br /><br />La neurosis existe ante una esencial diferencia entre la realidad y el conocimiento que tenemos de esa realidad, es decir, si tenemos una visión incompleta del universo y de las leyes que lo rigen, esa carencia de conocimientos de alguna manera habrá de aparecer como una forma de desadaptación y de sufrimiento asociado. <br /><br />Una definición simple de neurosis y de psicosis es la dada por Roger Caillois: “Si usted cree que dos y dos son cuatro, pero que eso lo angustia, usted es un neurótico; si cree que dos y dos son cinco y le parece muy normal, entonces no es una neurosis: es una psicosis. Está delirando”. La neurosis, por lo tanto, es un estado de sufrimiento psíquico sin una causa aparente, por cuanto la vida de quien la sufre parece disponer de todo lo necesario para llevar una vida feliz. Sin embargo, existe la esencial ausencia del conocimiento del sentido de la vida, entre otros aspectos.<br /><br />Este conocimiento es percibido intuitivamente por el individuo, mientras que no es conocido racionalmente por la sociedad, de donde surgiría la represión de la visión interior y el conflicto psicológico que aparecerá como una consecuencia directa e inmediata. En épocas de predominio de la religión, cuando el hombre disponía de un sentido de la vida, no aparecía con frecuencia este conflicto. <br /><br />Se dice que ante los hechos, influye sobre nosotros la opinión que tengamos de ellos antes que los hechos mismos. De ahí que, en todos los casos, es conveniente tener el hábito de decir la verdad, tanto a los demás como a cada uno de nosotros mismos. El precio a pagar, si no respetamos este principio, habrá de ser bastante caro.<br /><br />PENSAMIENTOS Y EMOCIONES<br /><br />“La investigación de la manera en que los pensamientos desencadenan emociones, y en que las emociones corporales se transforman en el tipo de pensamientos que denominamos sentimientos o sensaciones, proporciona un panorama privilegiado de la mente y el cuerpo, las manifestaciones evidentemente dispares de un organismo humano, único y entrelazado de forma inconsútil” Antonio Damasio (“En busca de Spinoza”)<br /><br />Así como en la física se distingue entre fuerzas de corto y de largo alcance, en el ámbito de la ética y del comportamiento humano, podemos distinguir entre la interacción directa entre individuos, con efectos inmediatos, y la indirecta, con efectos que se producirán en el futuro.<br /><br />La primera interacción viene dominada por los afectos, mientras que la segunda viene dominada por el razonamiento, existiendo una vinculación entre ambas, en una misma persona. Tal vinculación viene determinada por las intenciones dominantes en el individuo.<br /><br />Las actitudes básicas del hombre (amor, egoísmo, odio, negligencia) constituyen la base para la interacción directa, que se manifiesta a través del lenguaje gestual permitido por las apariencias objetivas de las personas. Tales actitudes se prolongan, a través del razonamiento, en acciones o proyectos dominados por las tendencias que dieron origen a las actitudes mencionadas (cooperación o competencia).<br /><br />Existen personas bastante afectivas que no tienen aptitudes intelectuales suficientes para permitirles lograr buenos resultados y de largo alcance, mientras que otras, algo más frías emocionalmente, tienen aptitudes intelectuales que les permiten vislumbrar el bien en las enmarañadas redes de causas y efectos.<br /><br /> <br />RAZÓN Y EMOCIÓN<br /><br />"El sistema emocional es un sistema genético de información mediante el cual el cerebro informa al individuo sobre qué debe hacer, cuándo y cómo, y cual es el grado de urgencia o de emergencia del trabajo que debe realizarse” José Antonio Jáuregui (“El ordenador cerebral”)<br /><br />Desde épocas remotas, varios han sido los filósofos que contemplaron a los aspectos emotivos como algo opuesto a la razón, y aducían que era más aconsejable respetar las decisiones tomadas con la mente fría que aquellas tomadas con el corazón. Adoptando esta sugerencia en una forma estricta, el hombre habría de actuar como una máquina razonadora que poco contempla los efectos que sus acciones ocasionarán en otras personas.<br /><br />Es aconsejable que en cada una de nuestras decisiones contemplemos tanto los efectos que producirá en uno como los que ocasionará en los demás. Pero esa previsión deberá tener presente justamente los sentimientos básicos de las personas. Y para ello debemos ser capaces de ubicarnos imaginariamente en los demás. De ahí que debemos contemplar la posibilidad de establecer una teoría de la acción ética, antes que una simple teoría de la acción.<br /><br />Antes que un ser racional, el hombre es un ser afectivo y sentimental. Nuestro propio cuerpo nos avisa, a veces mediante incómodas manifestaciones, el hecho de haber comido o bebido en exceso. También, mediante la conciencia moral, nos avisa cuando hemos infringido alguna regla ética elemental.<br /><br />La regla ética, en una sociedad, surge como una prohibición de lo que provoca dolor. Cuando esa ética se perfecciona, establece una sugerencia hacia el logro de lo que provoca felicidad.<br /><br /><br />INTELIGENCIA EMOCIONAL<br /><br />“Nuestras interacciones sociales desempeñan un papel incluso en el remodelado de nuestro cerebro, por medio de la «neuroplasticidad», que significa que experiencias repetidas esculpen la forma, el tamaño y la cantidad de neuronas y sus conexiones sinápticas. Llevando repetidamente nuestro cerebro a un registro dado, nuestras relaciones clave pueden moldear gradualmente ciertos sistemas de circuitos neurológicos. En rigor, ser lastimados y enojados crónicamente, o nutridos emocionalmente, por alguien con quien pasamos mucho tiempo todos los días a lo largo de años puede remodelar nuestro cerebro” Daniel Goleman (“Inteligencia social”)<br /><br />Si los sentimientos humanos, que nos permiten percibir placer y dolor, nos guían por la vida a través de premios y castigos a ellos asociados, la base de nuestra educación deberá ser, justamente, una educación emocional. Es otra manera de decir que en la educación deben predominar los aspectos éticos del comportamiento, en lugar de los estrictamente intelectuales.<br /><br />Las emociones son “impulsos para la acción” y surgen como una consecuencia de la mejora producida a través de la evolución biológica, si bien los aspectos afectivos se han de intensificar dentro del marco de la evolución cultural. La base de nuestra educación emocional ha de significar una plena conciencia de la existencia de los sentimientos humanos, tanto como de sus posibles desviaciones. <br /><br />Desde tiempos remotos se viene enfatizando la ventaja de hacer prevalecer la razón a los sentimientos. En realidad, la razón debe ser una guía que nos permita orientar nuestras acciones con cierta finalidad. Los sentimientos seguirán a la razón y es posible que alguna vez la alcancen.<br /><br />Las emociones, ya sean positivas o negativas, se transmiten entre las distintas personas, tanto a nivel consciente como inconsciente, principalmente a través del lenguaje gestual. <br /><br /><br />NEUROSIS<br /><br />“La neurosis es un trastorno psíquico producido por temores, por defensas contra los mismos y por intentos de establecer soluciones de compromiso entre las tendencias en conflicto. Debido a razones prácticas, sólo conviene llamar ‘neurosis’ a este trastorno cuando se aparta de la norma vigente en la cultura respectiva” Karen Horney (“La personalidad neurótica”)<br /><br />Podemos describir los trastornos psíquicos considerando cierta desadaptación del individuo respecto de la sociedad en que vive y, además, de cierta desadaptación del propio medio social respecto del orden natural. Incluso puede darse el caso de un individuo que esté mejor adaptado al orden natural que el propio medio social al que pertenece.<br /><br />Para tener una referencia y poder así valorar tal proceso de adaptación, podemos considerar la actitud del hombre cooperativo como “normal”. La actitud competitiva, con sus múltiples facetas, constituirá, por cierto, la principal causa de neurosis inducida culturalmente, o bien incorporada a través de nuestra herencia genética.<br /><br />Todo este tema puede carecer de sentido para quienes adhieran al relativismo moral y cultural, por cuanto aducen que no se le debería atribuir validez objetiva a ningún tipo de conducta. Desde el punto de vista de la ciencia, por el contrario, es necesario adoptar referencias para la descripción de este fenómeno psíquico.<br /><br />A veces se habla de las neurosis propias de una sociedad y de una época, tal el caso del vacío existencial, asociado a la ausencia de un sentido de la vida. Al respecto, podemos dar una breve sugerencia. Debemos considerar que el Creador nos ha impuesto leyes naturales que nos presionan hacia la adopción de una actitud cooperativa para hacer de la humanidad un organismo armónico con el resto del universo. La humanización permitirá que el universo sea consciente de sí mismo de tal forma que el observador sea tan importante como lo observado. (Si se quiere eludir un peldaño, considere el razonamiento expuesto a partir de la existencia de las leyes naturales).<br /><br />Sygmund Freud propuso mejorar a los pacientes neuróticos haciéndolos conscientes de aquellos aspectos del pasado que fueron “reprimidos” y encerrados en el inconsciente, mientras que Alfred Adler propuso que el individuo neurótico debe hacerse responsable, ante la comunidad y ante sí mismo, de todas sus acciones. Viktor Frankl añade que el individuo, además de ser consciente y responsable, debe descubrir el sentido de su vida. <br /><br />Las neurosis, en general, están asociadas a información distorsionada que el individuo tiene respecto de la realidad. De todas formas, los casos particulares requieren la ayuda de psiquiatras especializados. <br /><br />En la sociología se considera a la anomia (ausencia de normas) como una causa posible de actitudes autodestructivas, que pueden llegar incluso al suicidio. Al provenir de conflictos con el medio social, se trataría de un fenómeno estrechamente vinculado a la neurosis.<br /><br /><br />CONCIENCIA COLECTIVA<br /><br />“Cuando deseo averiguar lo bueno o lo malo que es alguien, o cuáles son sus pensamientos en un momento determinado, adapto la expresión de mi rostro, lo más ajustadamente posible, de acuerdo con la expresión del suyo, y entonces espero a ver qué pensamientos o sentimientos surgen en mi mente o mi corazón, para encajar o corresponder con esa expresión” Edgar Allan Poe <br /><br />Debido a la influencia mutua que existe entre los miembros de una comunidad, se va formando paulatinamente una especie de mentalidad generalizada, o conciencia colectiva. Podemos decir que el grupo social tiende a adquirir cierta actitud predominante por lo que el individuo podrá sentirse incluido en el grupo o hasta podrá adoptar una actitud de oposición al mismo. <br /><br />Habrá individuos influyentes mientras que otros serán influenciables, por lo que a éstos les costará escapar de la mentalidad reinante, especialmente cuando ésta sea negativa para los integrantes del grupo. El proceso de masificación y de dependencia mental del individuo respecto de los líderes, se verá favorecido por la existencia de sentimientos arraigados identificados con la identidad nacional y la cultura. <br /><br />Existe cierta inercia mental que impide que los cambios sean posibles en periodos cortos, por lo que los cambios de mentalidad requieren de bastante tiempo. Mientras mayor sea la inexactitud de las ideas predominantes, mayor será el tiempo requerido para la aceptación de ideas verdaderas. <br /><br />Los medios masivos de comunicación, con la predominante idea del relativismo moral y cultural, promueven una neutralidad ética que favorece el surgimiento de distintas neurosis y de anomia social. Quienes se oponen tenazmente a la imposición de normas éticas determinadas, por lo general tratan de imponer sus ideas relativistas.<br /><br />Cada vez que decimos verdades, colaboramos para el mejoramiento de la mentalidad generalizada de nuestra sociedad; cada vez que decimos mentiras, estamos perjudicando nuestra sociedad por cuanto estamos denigrando su identidad y su nivel cultural.<br /><br /><br />NEUROCIENCIA SOCIAL<br /><br />“Somos criaturas sociales. Nuestra supervivencia depende de entender las acciones, intenciones y emociones de los demás. Las neuronas espejo nos permiten entender la mente de los demás, no sólo a través de un razonamiento conceptual sino mediante la simulación directa. Sintiendo, no pensando” Giacomo Rizzolatti <br /><br />Mientras que la neurociencia estudia el comportamiento del cerebro de un individuo, la neurociencia social estudia la interacción simultánea de dos cerebros vinculados. <br /><br />Uno de los descubrimientos que, posiblemente, permitirá dar un mejor sentido a nuestro conocimiento del cerebro humano, es el de las neuronas espejo. Son grupos de neuronas que se activan cuando el propio individuo realiza cierta acción, o cuando otra persona la hace, o cuando imagina su realización. <br /><br />También habrían de ser las que favorecen el proceso de la empatía, por medio del cual nos “ponemos en el lugar de otro”, permitiendo compartir sus emociones. Cada observador puede representar internamente los estados internos de otro individuo con su propio sistema motor y cognitivo. <br /><br />El concepto de “actitud característica”, surgido de la Psicología Social, implica cambios en una persona ocasionados por la influencia directa o la referencia de otras. Así como pudo establecerse una ética natural clasificando adecuadamente las actitudes básicas posibles, se hace necesario que, en el futuro, dicha ética pueda ser convenientemente fundamentada por los conocimientos aportados por la neurociencia social.<br /><br />Es importante mencionar que los conocimientos aportados por la neurociencia social incluyen la posibilidad de existencia de influencias mentales entre individuos, y que, incluso, pueden modificar, en parte, los procesos biológicos de la persona que recibe tal influencia. Esto abre la posibilidad de describir los efectos producidos por la oración religiosa entre los posibles efectos descriptos dentro del marco de la ley natural, excluyendo una intervención directa por parte del Creador.<br /><br /><br />EMOCIONES<br /><br />“Spinoza sistematiza las emociones por medio de una rígida deducción lógica. Las emociones fundamentales son tres: laetitia (alegría), tristitia (tristeza) y cupiditas (deseo)”. “El deseo es la determinación para la acción que se suscita directamente a partir de la tendencia de autoconservación. La alegría y el dolor son atributos de ese estado fundamental, y surgen de la conciencia de éxito o fracaso en el esfuerzo” George S. Brett (“Historia de la Psicología”)<br /><br />Podemos distinguir entre aquellas emociones que surgen desde el nivel del cerebro que responde a comportamientos asociados a nuestra herencia genética y aquellos que están asociados al nivel que responde a aspectos cognitivos o culturales. De esa forma, el razonamiento permite atenuar o acentuar las distintas emociones orientando el comportamiento social de cada individuo.<br /><br />Los elementos o definiciones básicas de Spinoza son los siguientes:<br /><br />1) El deseo es la esencia misma del hombre en cuanto es concebida como determinada a obrar algo por una afección cualquiera dada por ella.<br /><br />2) La alegría es la transición del hombre de una menor a una mayor perfección.<br /><br />3) La tristeza es la transición del hombre de una mayor a una menor perfección.<br /><br />La teoría de Baruch de Spinoza, que aparece en su libro “Ética”, permite describir la mayor parte de las actitudes del hombre y sus variaciones. <br /><br /><br />PERSONALIDAD<br /><br />“Personalidad es el conjunto de las cualidades psíquicas del individuo, es decir, la suma total de sus facultades racionales, percepciones, ideas, hábitos y reacciones emotivas condicionadas” Ralph Linton (“Estudio del hombre”)<br /><br />Una teoría de la personalidad deberá, ante todo, permitirnos realizar cierta introspección sociológica orientada al mejoramiento individual. La mencionada síntesis de Baruch de Spinoza permite clasificar las distintas reacciones y hábitos bajo las dos tendencias básicas de cooperación y competencia. De ahí que la optimización del comportamiento será favorecido tanto por el conocimiento de las actitudes cooperativas, para emularlas, como de las actitudes competitivas, para cuidarnos de ellas. A continuación se mencionan los principales atributos de las actitudes básicas del hombre, que aparecen en el libro de Spinoza (serían las deducciones dentro del sistema axiomático):<br /><br /><br />Cooperación <br /><br />Amor<br />Admiración<br />Propensión<br />Devoción<br />Esperanza<br />Gozo<br />Conmiseración<br />Misericordia<br />Satisfacción<br />Humildad<br />Gloria<br />Emulación<br />Gratitud<br />Benevolencia<br />Modestia<br /><br />Competencia<br /> <br />Odio<br />Burla <br />Envidia<br />Desprecio<br />Aversión<br />Indignación<br />Menosprecio<br />Sobreestimación<br />Soberbia<br />Vergüenza<br />Ira <br />Venganza<br />Crueldad<br />Ambición<br />Avaricia<br /><br />Otras actitudes <br /><br />Egoísmo<br />Negligencia<br />Seguridad<br />Miedo<br />Desesperación<br />Pusilanimidad<br /> <br />Remordimiento<br />Arrepentimiento<br />Nostalgia<br />Temor<br />Audacia<br />Consternación<br /><br /><br /><br />FUNDAMENTOS<br /><br />“Se entiende también por fundamentos las ‘proposiciones primeras’, los principios de un sistema deductivo” André Lalande (“La razón y las normas”)<br /><br />Habremos hecho un significativo adelanto en las ciencias sociales en cuanto hayamos podido fundamentarlas en una forma axiomática. Los distintos fenómenos descriptos no serán más que deducciones lógicas establecidas a partir de tales fundamentos. De lo contrario, seguiremos con las extensas y pobremente organizadas descripciones del comportamiento humano, que resultan poco accesibles a la mente del ciudadano común.<br /><br />Un ejemplo a seguir lo constituye la descripción de las emociones por parte de Baruch de Spinoza. Tales emociones son deducidas a partir de sólo tres conceptos básicos: placer, dolor y deseo. Si bien tal tipo de descripción no asegura la veracidad de la misma, resulta ser un requisito imprescindible si se desea disponer de una explicación con utilidad práctica, en el sentido de que pueda constituir una información básica que podrá orientar en la vida a todo individuo.<br /><br />Todo lo relacionado al conocimiento y al comportamiento, en el presente escrito, se ha podido organizar en base a algunos conceptos que pueden enunciarse en breves listados. El marco general proviene de lo que podríamos denominar “principios de la realidad” y son aquellos que surgen de la actual visión del universo brindada por la ciencia experimental, de los cuales se ha hecho referencia anteriormente:<br /><br />1) Origen del universo y expansión posterior.<br />2) Partículas fundamentales y primeros niveles de organización.<br />3) Evolución biológica.<br />4) Evolución cultural.<br />5) Principio de complejidad-consciencia<br /><br />También podemos mencionar la síntesis de los fundamentos adoptados tanto para los temas asociados al conocimiento como a la acción ética:<br /><br />Teoría del conocimiento:<br /><br />1) En todo sistema complejo adaptativo, el proceso del conocimiento puede describirse mediante un sistema realimentado negativamente.<br />2) La “verdad” se establece cuando el error (diferencia entre la descripción y lo descrito) se hace convencionalmente pequeño.<br />3) Para producir estos resultados, nuestro cerebro realiza las operaciones básicas de “comparar” y “agrupar”. <br />4) Tanto la lógica natural como la ciencia experimental emplean el proceso de “ensayo y error”.<br />5) El agrupamiento de la información se mejora hasta llegar a un sistema axiomático.<br /><br />Teoría de la acción ética:<br /><br />1) En los seres humanos existen tendencias hacia la cooperación y hacia la competencia.<br />2) Mediante el amor buscamos la felicidad y con el odio buscamos satisfacer nuestro espíritu competitivo. También existen el egoísmo y la negligencia.<br />3) Nuestro comportamiento se describe en base a la actitud (o respuesta) característica, definida como una relación entre respuesta afectiva y estímulo.<br />4) El “debe ser” se obtiene como una optimización de lo que el hombre “es”.<br />5) El Bien y el Mal están asociados a las actitudes básicas del hombre.<br /><br /><br />En cuanto a la veracidad y a la profundidad de un escrito, puede decirse que “hereda” la veracidad y la profundidad de sus fundamentos. Si éstos no están expresados en forma explícita, podrá tratarse de un sistema descriptivo contradictorio o simplemente no pudo organizarse adecuadamente, por lo que podrá ser mal interpretado. <br /><br />Los fundamentos anteriores sirven para “deducir” todo el contenido del presente libro, o gran parte de él. Ha sido realizado de esa forma para disponer de unas pocas ideas básicas que permitirán describir los distintos aspectos del comportamiento social del ser humano.<br /></span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3468145428724617377.post-60069947619390878822011-09-08T13:00:00.000-07:002011-09-08T13:01:28.783-07:00Bibliografía<span style="font-weight:bold;">1) “Manual” de Epicteto – Editorial Gredos SA – <br />2) “El sentido del universo” de Hubert Reeves – EMECE <br />3) “El reencantamiento del mundo” de Morris Berman – Cuatro Vientos Editorial<br />4) “Nuevos odres para el vino nuevo” de Julian Huxley – Editorial Hermes<br />5) “Tratado de la República” de Marco Tulio Cicerón<br />6) “Ética” de Baruch de Spinoza – Fondo de Cultura Económica<br />7) “El Valor de la ciencia” de Henri Poincaré – Espasa Calpe Argentina SA<br />8) “Tratado de Filosofía” de Johannes Hessen – Editorial Sudamericana SA -<br />9) “Los cuatro Evangelios” Mateo-Marcos-Lucas-Juan - Ediciones Guadarrama<br />10) “El hombre doliente” de Viktor Frankl – Editorial Herder SA <br />11) “Diccionario del Lenguaje Filosófico” de Paul Foulquié – Editorial Labor SA <br />12) “Carácter y estructura social” de H. Perth - C. Wright Mills – Editorial Paidós SA<br />13) “El mundo post empresarial” de David Korten – Ediciones Granica SA<br />14) “Capitalismo. El ideal desconocido” de Ayn Rand – Editorial Grito Sagrado<br />15) “La virtud del egoísmo” de Ayn Rand – Editorial Grito Sagrado<br />16) “Filosofía: ¿quién la necesita?” de Ayn Rand – Editorial Grito Sagrado<br />17) “Psiquiatría moral experimental” de Henri Baruk – Fondo de Cultura Económica<br />18) “Curso de Filosofía en seis horas y cuarto” de Witold Gombrowicz – Tusquets Editores<br />19) “El origen de la pobreza de las masas” John K. Galbraith – Editorial Diana<br />20) “Principios y leyes de la Sociología” de Rubén H. Zorrilla – Emecé<br />21) “Adam Smith. Vida, pensamiento y obra” Grandes Pensadores - Planeta De Agostini SA<br />22) “El malestar en la globalización” de Joseph E. Stiglitz – Editorial Taurus SA<br />23) “¿Qué es el hombre?” de Ashley Montagu – Editorial Paidós SA<br />24) “La economía no miente” de Guy Sorman – Editorial Sudamericana SA<br />25) “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” de John M. Keynes – Ed.Planeta-De Agostini SA<br />26) “Cultura y contracultura” de Jorge Bosch – Emecé Editores<br />27) “El capitalismo ¿Es moral?” de André Comte-Sponville – Editorial Paidós SA<br />28) “El cerebro y el mito del yo” de Rodolfo R. Llinás – Grupo Editorial Norma<br />29) “Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo” de Guy Sorman – Editorial Seix Barral<br />30) “La rebelión de las masas” de José Ortega y Gasset – Editorial Planeta-De Agostini SA<br />31) “España invertebrada” de José Ortega y Gasset – Editorial Espasa-Calpe SA<br />32) “Mi país y el mundo” por Andrei D. Sajarov – Editorial Noguer SA<br />33) “Introducción al pensamiento de Teilhard de Chardin” de Claude Tresmontant – Taurus Ediciones SA<br />34) “La cultura es lo que importa” de S.P. Huntington y L.E. Harrison – Editorial Planeta SA<br />35) “La economía en una lección” de Henry Hazlitt – Unión Editorial SA<br />36) “Ética a Nicómaco” de Aristóteles – Gradifco SRL<br />37) “Cómo suprimir las preocupaciones” de Dale Carnegie<br />38) “Tratado de Lógica” de Edmund Globot – Editorial Poblet<br />39) “Elogio de la curiosidad” de Mario Bunge – Editorial Sudamericana SA<br />40) “Lagrangian Interaction” de Noel A. Doughty – Addison Wesley Publishing Company<br />41) “El asedio a la modernidad” de Juan José Sebreli – Editorial Sudamericana SA<br />42) “La axiomática” de Robert Blanché – UNAM<br />43) “Liberalismo” de Ludwig von Mises – Editorial Planeta-De Agostini SA <br />44) “Principios de Filosofía del Lenguaje” de José Hierro S. Pescador- Alianza Editorial SA<br />45) “La nariz de Cleopatra” de D.J. Boorstein<br />46) “Curso de filosofía positiva” de Auguste Comte<br />47) “Grandes matemáticos” de Investigación y Ciencia <br />48) “Organismos, estructuras, máquinas” de Wolfgang Wieser - EUDEBA<br />49) “La nueva Tierra” de Ignace Lepp – Ediciones Carlos Lohlé<br />50) “Ideología y Ciencia” de Eugenio Pucciarelli – Academia Nacional de Ciencias Bs.As<br />51) “La unificación de las fuerzas fundamentales” de Abdus Salam – Editorial Gedisa SA <br />52) “El sueño de una teoría final” de Steven Weinberg – Editorial Crítica SA<br />53) “Tratado teológico-político” de Baruch de Spinoza – Ediciones Altaya SA<br />54) “Sociobiología” de E.O. Wilson<br />55) “Polvo vital” Christian de Duve – Grupo Editorial Norma<br />56) “Sobre la brevedad de la vida” de Lucio Anneo Séneca – EUDEBA<br />57) “Más allá de la justicia” de Agnes Heller – Editorial Planeta-De Agostini SA<br />58) “La incógnita del hombre” de Alexis Carrel – Editorial Época SA<br />59) “Nuevas semillas de contemplación” de Thomas Merton<br />60) “La personalidad neurótica” de Karen Horney – Editorial Planeta-De Agostini SA<br />61) “Inteligencia social” de Daniel Goleman – Editorial Planeta SA<br />62) “Contribuciones a la ciencia” de Albert Einstein – Ediciones Orbis SA<br />63) “Proyecto de una ética mundial” de Hans Küng – Editorial Planeta-De Agostini SA<br />64) “Historia de la Psicología” de George S. Brett – Editorial Paidós SA<br />65) “Estudio del hombre” de Ralph Linton – Fondo de Cultura Económica<br />66) “Teorías de la Personalidad” de R. Frager y J. Fadiman – Oxford University Press<br />67) “El mundo y sus demonios” de Carl Sagan – Editorial Planeta SA<br />68) “El error de Descartes” de Antonio R. Damasio – Editorial Andrés Bello<br />69) “El hombre mediocre” de José Ingenieros – Editorial Época SA<br />70) “Cibernética” de Norbert Wiener – Editorial Tusquets SA<br />71) “El ordenador cerebral” de José Antonio Jáuregui – Editorial Labor SA<br />72) “Modernidad y posmodernidad” de Armando Roa – Editorial Andrés Bello<br />73) “Diccionario de Sociología” de E. del Acebo Ibáñez y R.J. Brie – Editorial Claridad SA<br />74) “Pensamientos” de Blaise Pascal – Editorial Altaya SA<br />75) “Hacia el hombre universal” de R. Tagore – Sagitario SA <br />76) “La Educación moral” de Emile Durkheim<br />77) “Del sentimiento trágico de la vida” de Miguel de Unamuno – Espasa Calpe SA<br />78) “El progreso y sus enemigos” de Guy Sorman – Emece<br />79) “Max Planck. Autobiografía científica” de Mario Bunge – Ediciones Leviatán <br />80) “Lecciones de Ética” de Immanuel Kant – Editorial Crítica <br />81) “Ética” de Adela Cortina y Emilio Martínez – Ediciones Akal SA<br />82) “Las variedades de la experiencia religiosa” de William James – Editorial Planeta – De Agostini SA<br />83) “En busca de Spinoza” de Antonio Damasio – Editorial Crítica<br />82) “Las fuerzas morales” de José Ingenieros – Editorial Losada SA<br />83) “La sociedad poscapitalista” de Peter Drucke – Editorial Sudamericana SA <br />84) “El fin y los medios” de Aldous Huxley – Editorial Sudamericana SA<br />85) “El orden natural” de Carlos A. Sacheri – Ediciones del Cruzamante<br />86) “Diccionario de Filosofía” de J. Ferrater Mora – Editorial Ariel SA<br />87) “Teoría de los Principios Teológicos” de Joseph Ratzinger – Editorial Herder<br />88) “Las enseñanzas básicas de los grandes filósofos” S.E. Frost – Editorial Claridad SA<br />89) “Amor y país” de Alejandro Rozitchner – Editorial Sudamericana SA<br />90) “100 Ideas” de Mario Bunge – Editorial Sudamericana SA<br />91) “El pasado y el presente” de Dante Ramaglia – Ediciones Culturales de Mendoza<br />92) “Epistemología” de Mario Bunge – Editorial Ariel SA<br />93) “La Acción humana” de Ludwig von Mises – Editorial SOPEC SA<br />94) “El cristianismo y las religiones mundiales” de A. Schweitzer – Ediciones Siglo Veinte<br />95) “Nuevo Diccionario antológico de pensamientos y aforismos” – Editorial EDAF SA<br />96) “Ensayos impopulares” de Bertrand Russell – Editorial Hermes<br />97) “El existencialismo” de Norberto Bobbio – Fondo de Cultura Económica<br />98) “El mito de Sísifo” de Albert Camus – Ediciones Altaya SA<br />99) “Emociones destructivas” de Daniel Goleman – Ediciones B Argentina SA<br />100) “El valor de la ciencia” de Henri Poincaré – Espasa-Calpe Argentina SA<br />101) “Introducción a la Filosofía Política” de Roger Labrousse – Ed. Sudamericana SA<br />102) “Mitos y neurosis” de Paul Tournier – Editorial La Aurora<br />103) “¿Qué hacer?” de Marcos Aguinis – Editorial Planeta SAIC<br />104) “Bases” de Juan B. Alberdi – Editorial Plus Ultra<br />105) “La aparición del hombre” de P. Teilhard de Chardin – Taurus Ediciones<br />106) “Historia de la propiedad” de Jacques Attali – Editorial Planeta SA<br />107) “El racionalismo como ideología” de Leszek Kolakowski – Ediciones Ariel<br />108) “Entrena tu mente, cambia tu cerebro” de Sharon Begley – Grupo Editorial Norma<br />109) “Controversias en física” de Mario Bunge – Editorial Tecnos SA<br />110) “Ramón y Cajal -Vida, pensamiento y obra” – Editorial Crítica<br />111) “Los grandes matemáticos” de E.T. Bell – Editorial Losada SA<br />112) “La sociedad opulenta” de John K. Galbraith – Ediciones Ariel SA<br />113) “Curso de Lógica y Filosofía” de Guillermo A. Obiols – Editorial Kapeluz SA<br />114) “Leviatán” de Thomas Hobbes – Editorial Altaya SA<br />115) “El hombre doliente” de Víktor Frankl – Editorial Herder SA <br />116) “Psicología” de David G. Myers – Ed. Médica Panamericana <br />117) “Psicología” de C. Wade y C. Tavriz – Editorial Prentice Hall<br />118) “El significado del siglo XX” de Kenneth E. Boulding – UTEHA México<br />119) “Humanismo y terror” de Maurice Merleau-Ponty – Ediciones Leviatán<br />120) “Psicología Social” de R.A. Baron y D. Byrne – Prentice Hall<br />121) “Un mundo en llamas” de Amy Chua – Ediciones B SA<br />122) “M. Gandhi. Pensamientos escogidos” de R. Attenborough – Emecé Editores SA<br />123) “Liberalismo” de J. Salwyn Schapiro – Editorial Paidós<br />124) “Apocalipsis” de Francisco María – Ed. Artes Gráficas Unión<br />125) “Estudios económicos” de Juan B. Alberdi – Librería La Facultad<br />126) “La idolatría del Estado” de Carlos Mira – Ediciones B Argentina SA<br /><br /><br /><br /><br /></span>Bdsphttp://www.blogger.com/profile/10819467303435190635noreply@blogger.com0