domingo, 11 de septiembre de 2011

IV Economía



ECONOMÍA DE MERCADO

“Persiguiendo su propio interés, frecuentemente promueve el de la sociedad más efectivamente que si realmente intentara promoverlo. Nunca he sabido de mucho bien producido por aquellos que pretenden comerciar por el bien común” Adam Smith (“La Riqueza de las Naciones”)

Basado en la ley de la oferta y la demanda, el proceso del mercado es un sistema autorregulado, que no necesita ingerencias del Estado para su funcionamiento óptimo, excepto la de crear las condiciones legales adecuadas. “Se necesita legalidad, no controles”, expresa Ayn Rand.

Como en toda descripción científica, la del mercado requiere de algunas restricciones para ser compatible con el proceso que permite beneficios simultáneos entre los distintos integrantes de la sociedad. De no cumplirse con alguna de ellas, no sólo la descripción, sino los resultados concretos, dejarán de ser óptimos. Podemos mencionar las siguientes:

a) Los compradores y los vendedores deben ser demasiado pequeños para influir sobre el precio del mercado.
b) Todos los participantes deben disponer de información completa y no puede haber secretos comerciales.
c) Los vendedores deben soportar el coste completo de los productos que venden y trasladarlos al precio de venta.
d) La inversión de capital debe permanecer dentro de los límites nacionales y el comercio entre los países debe equilibrarse.
e) Los ahorros deben invertirse en la creación de capital productivo. (De “El mundo post empresarial” de David C. Korten – Ediciones Granica SA)

Es innegable que varias de las restricciones mencionadas no son cumplidas por las grandes corporaciones que actúan en el actual proceso de la globalización del mercado.

Podemos intentar hacer un resumen de los elementos básicos de la economía de mercado:

Economía libre = Trabajo + Ahorro productivo + Ética

Se ha de lograr la optimización de la economía a partir del mejoramiento ético individual, pasando desde el egoísmo y la competencia, como motor del proceso, a la cooperación y la búsqueda de ventajas compartidas entre las partes que intervienen.

Para un favorable cambio de mentalidad, no hacen falta las poco comunes virtudes de los pioneros, ya que las satisfacciones morales son tan reales y concretas como lo son las satisfacciones que brindan las riquezas y el poder, que se tornan poco atractivas en cuanto nos hacemos conscientes de los efectos producidos en los demás.


LIBERALISMO

“Su oposición a la autoridad absoluta, ya fuera del Estado, de la Iglesia o de un partido político, inspiraba un profundo interés por la libertad individual. El mérito moral, el valor absoluto y la dignidad esencial de la personalidad humana, han constituido el postulado fundamental del liberalismo” J. Salwyn Schapiro (“Liberalismo”)

Entre los fundamentos del liberalismo, tanto en lo político como en lo económico, podemos citar la búsqueda de los siguientes aspectos:

a) Libertad individual asociada al derecho a formar asociaciones de cualquier tipo.
b) Igualdad de derechos ante la ley, con exclusión de privilegios.
c) Obligatoriedad del Estado en la defensa de la libertad, la igualdad y la seguridad de todos los ciudadanos.
d) Libertad de pensamiento y expresión.
e) Creencia en el progreso gradual y defensa de todo tipo de reformas.
f) Gobierno de las leyes ante que de los hombres.
g) Libertad económica asociada a la plena vigencia del mercado

El liberalismo es criticado severamente por quienes ambicionan lograr el poder absoluto, generalmente a través del dominio del Estado, por ello no es extraño que entre los más importantes opositores del liberalismo podamos mencionar a Mussolini, Hitler, Stalin y a Mao, es decir, fascistas, nazis y comunistas, quienes fueron los principales promotores de las más grandes tragedias que recuerda la historia de la humanidad. Es por ello que las críticas, según de quien viene, pueden transformarse en elogios.

Es conveniente considerar los escritos de los economistas liberales más representativos para poder observar que la libertad que ellos promueven no lleva como finalidad favorecer el enriquecimiento de una minoría, o de una clase social, a costa de otras, como comúnmente sostienen sus detractores.


ÉTICA EMPRESARIAL

“No se preocupe por superar a sus contemporáneos o sus antecesores; trate de superarse a usted mismo” William Faulkner

La empresa actual debe tratar de reducir sus costos, aumentando la calidad de sus productos, para mantenerse en el mercado y no ser desplazada por otras empresas. Debe también innovar creando nuevos productos, de lo contrario su existencia podrá verse limitada.

Las empresas han de tener distintas prioridades, por lo que mostrarán distintas actitudes ante la sociedad y ante cada uno de los integrantes del proceso productivo. Deberá satisfacer tanto a clientes, como a empleados y accionistas. De lo contrario perderá a algunos de ellos.

La actitud de una empresa no debería asociarse a la búsqueda de una optimización de ganancias, sino a un mejor desempeño en la producción a la que se ha dedicado. Las ganancias deberán ser una consecuencia de haber cumplido con otros fines. Puede decirse que la empresa socialmente apta es la que contempla con equidad los beneficios tanto de accionistas, empleados y clientes, preservando la integridad del medio ambiente.

Nótese que el éxito empresarial no ha de depender sólo del gerente que la dirige, sino del apoyo de los demás integrantes del proceso. Si los accionistas pretenden obtener muchas ganancias, podrán llevarse su capital si no las consiguen. Y el accionista es el ciudadano común.

Es oportuno decir que el nivel ético imperante, a nivel empresarial, ha de ser similar al nivel ético imperante en la sociedad, no habiendo razones para que sea esencialmente distinto. Seguramente no ha de ser válida la opinión de que el “empresario es malo por naturaleza” mientras que el político que controla la economía desde el Estado es “bueno por naturaleza”, lo que tácitamente se acepta en cualquier discusión al respecto.

Uno de los errores frecuentes en que se incurre, consiste en tomar como referencia, para nuestras decisiones y para nuestra vida, la ley de la oferta y la demanda, ya que se toma como pretexto para incumplir todo tipo de norma moral. No son los ideales ni la ética los que son tomados en cuenta, sino lo que mejor cuadra teniendo presente una posible optimización de ganancias.


CAPITALISMO FINANCIERO

“En una economía de mercado, la inversión se centra en la creación y renovación de la capacidad productiva para responder a futuras necesidades. En una economía capitalista, la inversión se centra en la producción de dinero. Y que se cree o se destruya la capacidad productiva durante este proceso es un hecho sin importancia. Al igualar falsamente la creación de dinero con la creación de riqueza, manteniéndose insensibles a las consecuencias de sus acciones para el resto de la sociedad, los capitalistas han proclamado una nueva era de capitalismo financiero y se congratulan a sí mismos por haber encontrado el secreto de la creación de riqueza sin el inconveniente de participar en una actividad productiva” David C. Korten (“El mundo post empresarial”)

A menudo se habla del capitalismo en forma despectiva, pero es necesario hacer distingo entre:

a) El proceso autorregulado descubierto por Adam Smith (economía de mercado)
b) El capitalismo empresarial
c) El capitalismo financiero.
d) El capitalismo estatal

El primero es la”teoría”, el segundo la “práctica”, que puede ser algo distinto, mientras que el tercero y el cuarto constituyen la “distorsión” del proceso.

La grave crisis del 2008 ha puesto en evidencia la inestabilidad inherente al capitalismo financiero, por lo que debería considerarse la posibilidad de mejoras éticas, a través de la concientización individual, además de las necesarias reformas legales que traten de limitarlo.

Es hora de que la especulación sea considerada como una actitud antisocial, por lo que es necesario que todo ciudadano deje de admirar a quienes son capaces de obtener dinero sin hacer algo positivo a cambio. Si, por el contrario, fuese visto como un delincuente, es posible que la situación comience a revertirse.

El especulador es el que se siente confiado en ganarle al mercado en forma similar a la actitud del jugador que quiere ganarle al casino, y a veces lo logra. Su acción resulta una cuestión fundamentada en un espíritu competitivo personal, estando lejos de la búsqueda de un beneficio para la sociedad.

Como existe una delgada línea que separa la inversión de la especulación, hay quienes se escudan en la legalidad de sus acciones. Sin embargo, no sólo debemos contemplar la existencia de leyes humanas, sino, sobre todo, debemos contemplar la existencia de leyes naturales que contemplan los distintos efectos ocasionados sobre el resto de la sociedad por cada una de nuestras acciones.

Se dice que existe inversión cuando una acción se comercializa unas cien veces por año, mientras que es especulación cuando se comercializa unas cien veces por semana, creándose una burbuja financiera. Cuando la oferta de una acción supera la demanda, comienza la caída de su cotización hasta llegar al valor real, o hasta no valer nada.


CAPITALISMO ESTATAL

“Opino que la definición que más conviene a la sociedad soviética contemporánea es la de ‘sociedad de capitalismo estatal’; es decir, un sistema que, a diferencia del actual capitalismo de tipo occidental, está basado en la total nacionalización y el absoluto monopolio de la economía por el Partido y el Estado que, asimismo, ejercen pleno control sobre la cultura, la ideología y muchos aspectos básicos de la vida” Andrei Sajarov (“Mi país y el mundo”)

Las críticas descalificadoras que se hacen al capitalismo, provienen generalmente de personas que promueven el socialismo. Se aduce que la economía libre crea desigualdades económicas y una gran concentración de poder económico. Sin embargo, siguiendo las sugerencias de Marx, cuando se elimina la propiedad privada de los medios de producción, se produce la mayor concentración posible de poder, tal el ejercido por el Estado, mientras que la clase dominante de ese Estado crea una notoria desigualdad económica.

La concentración absoluta de poder conduce a la sociedad totalitaria, que favorece y acentúa todos los vicios y todos los errores atribuidos al capitalismo privado, por las mismas razones argumentadas en contra de este último. Respecto de la sociedad soviética, Andrei Sajarov expresó: “Atrincheradas en su bienestar las minorías satisfechas…..”.

No debiera decirse que las fallas del comunismo soviético, o de otros comunismos, se debieron a la mala interpretación de las ideas de Marx. La idea es muy simple: si se elimina la propiedad privada y todo pertenece al Estado, quien dirige al Estado dispone del mayor poder imaginable y posible.

Mientras que desde el marxismo se hacen críticas al cristianismo considerándolo como una ideología favorecedora de la docilidad del trabajador en beneficio del empresario explotador, puede muy bien decirse que el altruismo predicado por Marx es una sugerencia para que cada individuo trabaje y se sacrifique por el Estado en beneficio de la clase dirigente, tal como ocurrió en la URSS.


POBREZA

“No hay nada que mantenga mejor este equilibrio (de la pobreza) que la ausencia de aspiración y la falta de esfuerzo para huir de él. A su vez, en la comunidad rural pobre, tal aspiración se encuentra en conflicto con uno de los elementos más profundos y predecibles de la conducta humana. Este es la negativa a luchar contra lo imposible, la tendencia a preferir la resignación a la frustración” John K. Galbraith (“El origen de la pobreza de las masas”)

La pobreza es un problema social que no se ha podido solucionar totalmente. Quizás ello se deba a la existencia de varias causas, algunas de ellas poco conocidas. No son sólo las decisiones económicas o políticas de los gobiernos las que influirán en una posible mejora, sino también los aspectos culturales y psicológicos dominantes en cada individuo.

La sociedad se presenta, ante cada hombre, como un grupo hostil, contra el cual deberá luchar cotidianamente hasta el resto de sus días. De ahí la necesidad de poseer bastante fortaleza espiritual, y de grandes motivaciones, para afrontar con éxito las dificultades que se nos presentan. Quienes tengan insuficiente fortaleza y motivaciones para la lucha, se sentirán vencidos incluso antes de comenzar la contienda.

Para evitar la pobreza debemos mentalizarnos para llevar una vida en la cual uno se ha de conformar con la menor cantidad de recursos materiales posibles. Ello se logrará cuando la satisfacción moral sea la causa principal de nuestra felicidad. Además, debemos trabajar teniendo en la mente la búsqueda de cierta seguridad económica futura.

Ya que la pobreza implica sufrimiento, existirá ante ella cierto temor. El temor normal hace que una persona sea ahorrativa y previsora del futuro. La ausencia de temor puede impulsar al hombre a una vida en la que se contempla sólo el presente, favoreciendo una frágil posición económica futura.

La tendencia al ahorro implica cierto sacrificio del presente en favor de una seguridad futura, mientras que la tendencia al crédito implica un sacrifico del futuro en beneficio de cierta comodidad presente. La búsqueda de la seguridad debería preponderar sobre la búsqueda de la comodidad.

En cuanto a los países en desarrollo, predominan los intentos por encontrar el “sistema económico” que mejore la situación sin que sus habitantes cambien en lo más mínimo. Incluso se pretende imitar el “sistema” que utiliza tal o cual país sin siquiera preguntar acerca de cuáles son las ideas predominantes en el mismo.

Cuando en una sociedad predomina la gente negligente, o temerosa en exceso, es posible que no se logre establecer la proporción mínima aconsejable de empresarios. Sin esa cantidad mínima, la desocupación seguramente adquirirá niveles importantes. La desocupación encubierta tampoco es una solución, ya que está constituida por miles de puestos de trabajo, a nivel estatal, casi improductivos, que son una carga adicional para los sectores productivos de la sociedad.

En cuanto a los gastos evitables, a nivel mundial, tenemos el caso de los armamentos y las guerras. Es necesario dejar de lado los nacionalismos exagerados como también las divisiones de origen religioso o étnico, como causas de conflictos. Si la religión es una cuestión ética, entonces debemos priorizar la divulgación de la ética objetiva, dejando de lado los aspectos subjetivos tradicionales, o menos relevantes.

Hay muchos que critican a los demás y los culpan por la pobreza existente en el mundo, pero en realidad hacen muy poco, o nada, para revertir la situación. Se sienten “generosos” cuando desean repartir los bienes ajenos y generalmente critican con mayor énfasis a los sectores productivos, en lugar de hacerlo con los sectores improductivos.

Se estima en unas 428 millones de personas las que salieron de la miseria en los últimos treinta años. De ahí la declaración optimista de Guy Sorman: “Entre las teorías confirmadas y las experiencias verificadas, hoy es posible trazar el itinerario exacto que conduce de la pobreza a la riqueza de las naciones”, haciendo referencia a la economía de mercado.


FALACIAS ECONÓMICAS

“El arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores” Henry Hazlitt (“La economía en una lección”)

En el campo de la economía, son muchas las falacias en que se incurre, derivando todas ellas en la no consideración simultánea de todos los sectores de la sociedad involucrados y de los efectos tanto en el corto como en el largo plazo. Conviene tenerlas en cuenta por cuanto de ellas derivan las desacertadas y perniciosas decisiones económicas que a todos nos afectan.

Una de las más comunes es aquella que puede ejemplificarse con la destrucción de un vidrio, aduciendo que ello producirá trabajo en el vidriero y éste a su vez tendrá dinero disponible para otros bienes o servicios favoreciendo la demanda. Sin embargo, no se tuvo en cuenta que quien tuvo que reparar el vidrio, dejó de comprar un traje, y quien fabrica trajes tuvo una menor venta. Antes de la ruptura del vidrio había un vidrio sano y luego habría un traje; después de la ruptura sólo hay un vidrio sano, el que fue repuesto.

El mismo razonamiento se aplica respecto de las “ventajas destructivas” que tienen las guerras. Es un razonamiento que no tiene en cuenta a todos los integrantes de la sociedad por lo cual se llega al absurdo de que la guerra favorece la economía, o cosas semejantes.

También la creación de puestos de trabajo inútiles se observa como una solución para la desocupación, sin tener presente que tales puestos absorberán recursos que podrían haberse destinado al trabajo útil, por lo cual llegamos a algo similar al caso anterior. Es similar destruir un vidrio para darle trabajo al vidriero que destruir recursos para el trabajo genuino para dárselos al trabajo inútil.

La introducción de nuevas tecnologías produce desocupación en algunos sectores de la sociedad, por lo que muchos ven en ello algo negativo. Sin embargo, la mejora de la productividad hace que los recursos sobrantes vayan a parar a la adquisición de nuevas máquinas o bien a otros sectores de la producción. Por lo que la absorción laboral del desocupado se verá bastante facilitada.

El populismo trata de escuchar la voz de la “sabiduría popular” (falacias económicas) en lugar de hacerlo con la ciencia económica. Si bien la economía puede equivocarse tanto en el diagnóstico como en la solución propuesta (tal como ocurre con el accionar del médico), no implica que toda la economía o toda la medicina sean erróneas. Simplemente deben tenerse presente las limitaciones de la ciencia como del profesional respectivo. De esa forma se evitará darle entrada a todo el caudal de sofismas y falacias asociadas a la economía.


METAS ECONÓMICAS

“Hace falta un largo razonamiento para mostrar que el capital del que dependen los milagros de la civilización es creación lenta y penosa de la economía y el espíritu de empresa de unos pocos, y de la laboriosidad de muchos, y para destruirlo, ahuyentarlo o impedirle nacer basta una causa que disminuya o haga inseguros los beneficios del capitalista o amortigüe la actividad del trabajador; y que el Estado, al no castigar la holganza, la imprevisión y la conducta desordenada, y privar a la frugalidad y la previsión de la recompensa que por naturaleza merecen, acaso destruya la riqueza, pero lo que sí hará con toda seguridad es agravar la pobreza” Nassau Senior

Para mirar hacia el futuro, en lugar de hacerlo hacia el pasado, es conveniente tener ambiciones y proyectos. Esos proyectos deberán ser accesibles a nuestras aptitudes, si bien ello es algo difícil de comprobar en un principio.

Además de los proyectos personales, existen algunos comunes a la mayoría de los seres humanos, tal el caso del nivel económico a lograr. Albert Einstein admiraba a Roosevelt por cuanto promovía el logro de una buena posición económica para sentirse liberado de los demás, mientras que Gandhi proponía conformarse con una vida muy simple para lograr dicha finalidad.

De ahí que conviene adoptar la postura de Gandhi para sentirnos siempre conformes con lo que tenemos, mientras que conviene también adoptar la postura de Roosevelt, como un factor de seguridad. De esa forma, siempre sentiremos que hemos logrado algo más que lo que ambicionamos. De lo contrario, si nos imponemos metas elevadas en cuanto a lo económico, casi siempre sentiremos la sensación de no haber tenido éxito en nuestro emprendimiento.

Posiblemente, la base ideológica de la sociedad exitosa radique en la búsqueda de la libertad personal en la cual la adquisición de dinero implica una forma de liberarnos, justamente, del propio dinero. Por el contrario, bajo el ideal socialista, se busca la igualdad económica y la unión de los hombres a través de los medios de producción, lo que siempre los ha llevado a la pérdida de la libertad.

El éxito económico de la sociedad dependerá del éxito económico de sus integrantes, por lo que es oportuno tener presente las ventajas asociadas al trabajo y al ahorro productivo. Cuando el hombre encuentra la felicidad en la búsqueda de valores no económicos, es cuando mejores resultados obtiene en los aspectos estrictamente materiales.

Así como en el ámbito de la religión se busca en los Libros Sagrados los pequeños detalles secundarios, para evitar el cumplimento de los mandamientos, en el ámbito de la economía se buscan las distintas variantes para tratar de evitar tanto el trabajo como el ahorro productivo.


DISTRIBUCION DE LA RIQUEZA

“La otra falacia consiste en suponer que la producción se compone de una cantidad fija de bienes y servicios, producidos por un capital fijo en cantidad y calidad, que proporciona un número fijo de ‘puestos de trabajo’. Se supone que esa producción inmutable marcha más o menos automáticamente, sin que influyan en ella los incentivos de productores, trabajadores y consumidores. A diario se nos dice que ‘el problema de la producción ha sido resuelto’, y sólo hace falta una mejor ‘distribución’” Henry Hazlitt (“La economía en una lección”)

Es común la prédica cotidiana que aduce que los sectores productivos de la sociedad en realidad son sectores que consumen en exceso lo que la naturaleza ha dado a todos por igual. En lugar de pensar que algo que no se produce es algo que no existe, se supone que lo que unos ganan en exceso implica necesariamente que otros lo pierden en un porcentaje similar.

Si existiese una total distribución de la riqueza, seguramente no habría quienes pudiesen invertir suficiente capital en la producción, y la economía tendería a colapsar. Incluso si se equiparara el sueldo de todos los habitantes, no habría incentivos para ganar mejor.

Si apareciese un empresario generoso que optara por repartir todas las ganancias anuales entre sus empleados y accionistas, la empresa no podría disponer de capital para un futuro crecimiento. Puede decirse que el capital se ha degradado en pequeñas partes de por sí ineficaces, económicamente hablando.

La única forma de lograr la justicia económica será a través de una previa mejora ética generalizada. El hombre, trabajando y realizando intercambios en libertad, requiere de una base ética que le induzca a buscar beneficios simultáneos entre las partes intervinientes. Esto es comprendido generalmente por los empresarios exitosos, que saben que, a la larga, serán recompensados por el desempeño honesto.

El sistema de libre empresa ha sido constantemente descalificado por quienes han buscado el poder absoluto a través del “capitalismo estatal” (la única sociedad posible luego de la eliminación de la propiedad privada). Se ha dicho que una mentira, repetida muchas veces, llega a convertirse en una verdad. Es oportuno volver a plantear el significado de la economía de mercado y de sus posibles distorsiones:

Economía de mercado = Trabajo + Ahorro productivo + Ética natural

Capitalismo empresarial (Busca la optimización de ganancias)

Capitalismo financiero (Busca la optimización de ganancias sin producción)

Capitalismo estatal (Busca el monopolio y el poder absolutos)


SOCIEDAD DE CONSUMO

“La característica distintiva de la sociedad moderna es esa multiplicidad indefinida de las necesidades humanas. La característica de la civilización antigua es la restricción imperativa y la regulación estricta de aquellas necesidades” Mahatma Gandhi

Cuando el hombre pierde de vista su esencia humana, tanto intelectual como social, no busca incrementar su nivel de conocimientos ni sus vínculos afectivos, sino que trata de obtener todo lo que proporcione beneficios para su cuerpo. Trata de satisfacer su esencia biológica antes que su esencia cultural. Para contrarrestar esta tendencia deberíamos intentar lograr una masiva difusión del conocimiento.

Siendo la sociedad de consumo un efecto de la mentalidad generalizada de la sociedad, no tiene sentido culpar a los que mejores resultados han logrado respecto de las ambiciones de la mayoría. Podemos decir que si existe el pedestal que premia el éxito monetario, es porque la gente quiso que así fuera.

Hay sociedades que valoran excesivamente el éxito económico, por lo que no es raro que también de ellas surjan las grandes crisis financieras que afectan a todo el mundo. Así tenemos el caso del “sueño americano” que presiona al ciudadano común a alcanzar el éxito material incluso cayendo en la especulación financiera.

Con el lujo y la ostentación a veces se busca despertar la envidia de los demás. Quien los busca, muestra una actitud agresiva hacia el medio social. También ocurre que muchos desean obtener una buena posición económica para vengarse de la sociedad que pocos los valoró con anterioridad. Se ha dicho al respecto: “Si quieres conocer a alguien, dadle poder”.

Al físico Albert Einstein se le requirió, en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, que colocara en un sobre la cifra de dinero que deseaba ganar anualmente como investigador. Luego, los directivos decidieron otorgarle algo más de cinco veces la cantidad solicitada. Esto contrasta con las desmedidas ambiciones económicas de quienes tienen como actividad laboral la compra a un precio y la venta a un precio superior. Respecto de las ambiciones egoístas, Cristo sugiere: “Habéis recibido por gracia, dad por gracia”.

Si la mayoría de los hombres buscáramos, como estilo de vida, una “pobreza franciscana”, las economías regionales colapsarían. Deberíamos, más bien, adoptar posturas culturales adecuadas, mientras que el accionar económico sólo ha de ser un efecto de la postura adoptada. No debemos buscar una actitud antagónica hacia el dinero y lo material, sino una actitud favorable a la cultura y al conocimiento.


PENSAMIENTOS CORTOS Y LARGOS

“Trabajemos, pues, en pensar bien: tal es el principio de la moral” Blaise Pascal (“Pensamientos”)

Las acciones humanas dependen bastante de la previsión de los efectos correspondientes; previsión que hacemos mediante el pensamiento. De ahí que, no sólo nuestras buenas intenciones tendrán un valor ético potencial, sino también nuestras aptitudes mentales para vislumbrar los efectos que nuestras acciones producirán en el futuro.

Podemos observar, en algunas personas, un pensamiento corto, que sólo tiene presente las consecuencias inmediatas, o el corto plazo, mientras que en otras observamos un pensamiento largo, que tiene presentes tanto las consecuencias inmediatas como el largo plazo. Estos tipos de pensamiento caracterizarán a las distintas sociedades en caso de que prevalezca alguno de ellos.

Como ejemplo de la mentalidad de corto plazo podemos mencionar el caso de los países que otorgan jubilaciones sin la exigencia de aportes previos realizados; decisión quizás adoptada con propósitos electorales. Es posible que en el largo plazo el sistema previsional tienda a colapsar, o a ser muy poco efectivo, por cuanto inducirá a muchos a no pagar, ya que esperarán ser beneficiados en la condición mencionada.

En otros países las cosas son muy distintas. En Vermont, EEUU, hace algunos años, los vecinos se opusieron a que construyeran un albergue estatal de ancianos aduciendo que tal ayuda implicaría un mal ejemplo para los jóvenes, por cuanto los induciría a no trabajar suficientemente de jóvenes esperanzados a ser socorridos, en la vejez, por el Estado.

El que piensa para el largo plazo es mirado generalmente como insensible e inhumano, a pesar de que con esa mentalidad se lograrán mejores resultados económicos y sociales. Por el contrario, el que piensa para el corto plazo es mirado como un ciudadano sensible, preocupado por los problemas de los demás, aunque las consecuencias de sus pensamientos conduzcan a resultados negativos.

De todas formas, en el caso mencionado, es posible que una postura intermedia sea la mejor, por cuanto es imprescindible que el Estado pueda brindar apoyo a quienes estén incapacitados para lograr una mínima seguridad, o un mínimo bienestar, pero sin que se llegue al extremo de que la mayor parte de la sociedad pretenda ser la destinataria de esa protección, por cuanto el Estado se verá saturado en sus posibilidades y el caos social será la consecuencia inevitable de promover la asistencia social como algo generalizado y permanente.


LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

“El recurso económico básico, el ‘medio de producción’, para utilizar el término de los economistas, ya no es el capital ni los recursos naturales (el ‘suelo’ de los economistas) ni la ‘mano de obra’. Es y será el saber”. “Ahora el valor se crea mediante la ‘productividad’ y la ‘innovación’, ambas aplicaciones del saber al trabajo” Peter Drucke (“La Sociedad poscapitalista”)

El avance tecnológico actual hace que el hombre no sólo deba adaptarse a las leyes naturales, sino también a la propia sociedad tecnológica. De no hacerlo, se verá desplazado y marginado del ámbito laboral, y de la sociedad.

En otras épocas, un gran porcentaje de la población laboralmente activa se dedicaba a la agricultura. En la actualidad, debido a la gran tecnificación del campo, en los países desarrollados se consigue el abastecimiento pleno con la utilización de sólo un 3 o 4 % de la fuerza laboral. Otro tanto se espera para el caso de la industria. De ahí que los puestos que quedarán serán para la gente muy especializada.

Esta situación puede vislumbrar una gran desocupación tecnológica para el futuro, sin embargo, debe tenerse presente que más del 75% de los empleos, en los países desarrollados, se otorgan a la producción de servicios, por lo que la situación no es tan grave como podría suponerse. Para los empleos en el sector servicios también hace falta una buena preparación, quedando relegados del trabajo quienes no ofrezcan conocimiento laboral alguno.


INMIGRACIÓN Y CAPITALES

“El gran defecto del capitalismo es que distribuye la riqueza con muchas iniquidades, mientras que el mérito del comunismo es que distribuye la miseria con admirable equidad” Winston Churchill (“¿Qué hacer?” Cita)

Durante el siglo XIX, luego de la caída de Juan Manuel de Rosas, la Argentina necesitaba imperiosamente de una Constitución para orientarse en el futuro. Los estudios correspondientes fueron realizados por Juan Bautista Alberdi, quien observa como prioritaria la facilidad que debe darse a los inmigrantes, especialmente europeos, para que vengan a poblar este suelo.

A pesar del tiempo transcurrido, la Argentina de hoy transita por etapas de incertidumbre similares a las del siglo XIX y es necesaria una ideología orientadora para que, entre otros aspectos, favorezca la llegada de capitales de inversión desde el exterior. Incluso para favorecer la permanencia de capitales de los propios argentinos.

Varios son los intelectuales que, inspirados en Alberdi, autor de “Bases y punto de partida para la organización política de la República Argentina”, se esfuerzan por presentar ideas que sirvan para superar la crisis y decadencia de la Nación. No sólo hace falta abogar por el respeto a las leyes y a la Constitución, sino que hace falta promover el respeto por las leyes naturales vinculas con la ética individual, para que toda la población participe de la tan ansiada recuperación.

Mientras que en la mayoría de los países se tienen asumidas las ventajas de poseer capitales suficientes, en la Argentina gran parte de la población ha satanizado al capitalismo, por la influencia marxista, mientras que en la marcha peronista aparece la expresión “combatiendo al capital”, considerado como un medio perverso para la sociedad y que es necesario extirpar. De ahí que no resulta extraño que en el exterior existan depositados unos 150 mil millones de dólares de argentinos que no confían en su país.

En gran parte de la Argentina parece predominar la actitud del dirigente boliviano Felipe Quispe, quien expresó: “Si una parte de la población usa ojotas y otra usa zapatos, que todos usemos ojotas”, manifestando una clara actitud liberadora de la envidia.


PROPIEDAD

“Me ha parecido descubrir que, detrás de todas esas concepciones que se han sucedido y opuesto desde siempre, había como una señal siempre presente, como una obsesión insoslayable que yo resumiría así: lo que oculta la propiedad es el miedo a la muerte” Jacques Attali (“Historia de la propiedad”)

Aristóteles manifestaba que “lo que es de todos, no es de nadie”. Desde hace más de dos mil años los hombres sabemos que nunca un individuo pondrá mayor esmero en producir, cuidar y aumentar el patrimonio material que cuando sea suyo. Por el contrario, cuando no tenga alicientes para lograr cierto progreso individual, poco esfuerzo surgirá.

Respecto de las ventajas de la propiedad privada, no hace falta hacer un análisis riguroso por cuanto ya se ha experimentado bastante en las sociedades comunistas. Por algo, tanto la ex URSS como la China continental abandonaron el capitalismo estatal (socialismo) a favor del capitalismo privado, lo que nos exime de mayores comentarios.

Las ventajas de la propiedad privada, respecto de la colectiva, no deben, sin embargo, medirse sólo a través de los beneficios materiales que otorga, ya que existen otros aspectos esenciales asociados a la seguridad y a la libertad:

a) Ventaja 1: mayor productividad económica
b) Ventaja 2: menor riesgo al totalitarismo y al poder unipersonal
c) Ventaja 3: mayor libertad individual al no vincularnos a través de medios materiales

La eliminación de la propiedad privada produce el monopolio estatal no sólo en la economía, sino en la cultura, la información y todo aspecto asociado a la vida cotidiana de cada hombre. Existe la posibilidad cierta de la aparición de tiranías y dictaduras.

Cuando no existe la propiedad privada, y todo pertenece al Estado, existe la obligatoriedad del trabajo. De ahí que el grupo familiar no será quien habrá de decidir si la mujer se queda a cuidar a los hijos en su casa, sino que es el Estado quien decidirá adonde ha de trabajar y en qué tareas. El hombre se une a sus semejantes a través de sus sentimientos y se ata a través de los vínculos materiales.

Mientras que el que adhiere a la propiedad privada trata de difundir el hábito por el trabajo y el esfuerzo, el que adhiere a la propiedad estatal promueve “generosamente” la distribución de lo ajeno. Incluso si la idea es muy fuerte, legitima la revolución y el robo generalizado por parte del Estado.


VIVIR CON LO NUESTRO

“Esta política infantil tiene otra consecuencia: que se produzca peor y más caro, con perjuicio obvio para la masa de los impotentes consumidores. El ejemplo más evidente lo han ofrecido los países del socialismo real, cuya industria no podía alzar su nariz por encima de una calidad simplemente detestable; basta con observar sus automóviles y vestimentas –ya de museo- para tenerles lástima” Marcos Aguinis (“¿Qué Hacer?”)

La idea de vivir con lo nuestro, cerrando el comercio exterior, es una propuesta que busca, supuestamente, desarrollar la industria y el empleo. Al cerrar la importación, se evita la competencia con los productos extranjeros, lo que permitirá la fabricación de elementos de menor calidad y mayor precio. Esto favorecerá especialmente al empresario incapaz de producir con aceptable calidad y precio.

Si adoptamos el criterio de que lo que es bueno para el país es bueno para las provincias, entonces, para vivir con lo nuestro, habría que cerrar el comercio entre las distintas provincias. Con esta decisión empezarían a faltar algunos insumos y productos, ya que pocas provincias pueden autoabastecerse.

Siguiendo con este criterio, consideramos que lo que es bueno para las provincias, ha de ser bueno para los departamentos. De ahí que habría que “vivir con lo nuestro” en cada localidad. De esa forma seguiremos hasta llegar al nivel económico de la época en que cada habitante cultivaba su huerta, confeccionaba su vestimenta y así con todo. El caos económico y social no tardaría en aparecer.

Esta idea, como cualquier idea que a alguien le pueda venir a la mente, sea favorable o no para el ser humano, seguirá teniendo adeptos y es cuestión de que sea impulsada por algún hábil político para que todo un país la persiga como un objetivo imperioso a lograr.


PRODUCTIVIDAD Y SALARIOS

“Elevar su salario sin elevar su productividad marginal habría equivalido a pagarle con una cantidad superior a la que él proporcionaba” John K. Galbraith (“La sociedad opulenta”)

Consideremos el caso de la contratación de un nuevo empleado por parte de una empresa en producción. Tal empresa deberá contemplar el logro de un beneficio equitativo entre ambas partes. El nuevo empleado habrá de producir, mediante su trabajo, cierta cantidad de valor agregado a la producción previa, es decir, la que había antes de que lo contrataran. Exceptuando las dificultades propias de la estimación y el cálculo de ese valor, tenemos tres condiciones posibles:

a) El sueldo otorgado es menor que el valor agregado a la producción (injusto para el empleado)
b) El sueldo es igual al valor agregado (beneficio equitativo)
c) El sueldo es mayor al del valor agregado (injusto para el empleador)

En un sistema de libre empresa, es posible que el empleado que recibe un sueldo injusto vaya a trabajar a otra parte, perjudicándose el empleador que no supo retenerlo. Si, por el contrario, el empresario paga sueldos superiores a las utilidades que los empleados producen, tarde o temprano la empresa cerrará sus puertas; de ahí que deba contemplarse la posibilidad de que el empleado ofrezca una productividad acorde con el sueldo recibido.

En el primer caso, la denominada plusvalía vendrá asociada a una explotación del empresario hacia el empleado, mientras que en el tercer caso, generalmente asociado a empresas del Estado, se produce la explotación del Estado al ciudadano común, ya que este último debe soportar las consecuencias de las pérdidas producidas por las empresas ineficientes.

Las críticas del marxismo van orientadas siempre al primer caso, que supone que es el único que ocurre. Esta evidente “verdad a medias”, que es la base de las críticas al capitalismo, ha promovido en la humanidad todo tipo de revoluciones y luchas que caracterizaron gran parte del siglo XX. Incluso se considera a Marx como un importante “sociólogo”. Cualquiera puede apreciar que, en todo tiempo y lugar, no siempre ha de ser el empleador el injusto, por lo que resulta llamativa la importancia y la influencia que Marx ha tenido, y sigue teniendo, en la humanidad.


CALIDAD DE VIDA

“Yo también he aprendido porqué las personas trabajan tan duro para tener éxito: es porque envidian las cosas que tienen sus vecinos. Pero es inútil. Es como querer atrapar el viento….Es mejor tener sólo un poco y estar tranquilo mentalmente, que estar ocupado todo el tiempo tratando de atrapar el viento con ambas manos” Eclesiastés 4:4

Desde un punto de vista económico se habla del “nivel de vida”, o “nivel económico”, asociado al Producto Bruto Interno de un país, mientras que desde un punto de vista sociológico se habla de la “calidad de vida”, ya que también tiene en cuenta aspectos tales como la esperanza de vida y la educación. Generalmente se supone que debemos obtener el mayor nivel de ingresos ya que “lo demás se dará por añadidura”, lo que no es real. Podemos expresar ambos conceptos mediante la siguiente relación:

Calidad de vida = Nivel económico + Nivel de valores culturales

Entre aquellos aspectos que caracterizan al hombre y que le proporcionan felicidad, está la autoestima. También ella puede lograrse sintiéndose capaz de obtener cierta fortuna material. De ahí que a la riqueza no se la busca siempre desde el punto de vista consumista, sino también por la búsqueda del poder que satisface al egoísmo, y a la autoestima derivada de ese logro.

Muchos suponen que los habitantes de los países subdesarrollados deben esperar lograr un buen nivel económico para recién comenzar a ser felices, algo que carece de sentido por cuanto, excepto en situaciones extremas, no es lo mismo padecer la incomodidad de la pobreza a padecer un sufrimiento moral. Si sufren por puro espíritu competitivo, porque otros tienen más, y no por las incomodidades provenientes de la pobreza, es un sufrimiento vano y evitable.

Las economías regionales dependen generalmente del consumo masivo. La innovación tecnológica apunta a proveer de sustitutos cada vez más rápidamente por cuanto el tiempo de vida de los productos se reduce notablemente. Así, mientras que antes un reloj podía pasar de una generación a otra, actualmente lo reemplazamos en un periodo breve por otro modelo actualizado.

Si bien el consumismo resulta indeseable desde el punto de vista del progreso cultural del hombre, el consumo trae trabajo para la mayoría de la población. Posiblemente la solución global del problema económico esté en la búsqueda de beneficios principalmente para los pueblos de los países marginados. Pero estos países deberán dar seguridad jurídica a las empresas para que puedan trabajar eficientemente, algo que no podrá darse mientras exista el peligro totalitario asociado a expropiaciones por parte del Estado.


ECONOMÍA POLÍTICA

“El trabajo y el ahorro son esas causas naturales de la riqueza, como la ociosidad y el dispendio son las causas de la pobreza. Esas cuatro palabras expresan los cuatro hechos a que está reducida toda la gran ciencia de Adam Smith”. “La riqueza y la pobreza, según esto, residen en el modo de ser moral de una sociedad, en sus costumbres de labor y ahorro, y en sus hábitos viciosos de ociosidad y dispendio” Juan Bautista Alberdi (“Estudios Económicos”)

Hay países en los que se consume más de lo que se produce, mientras que en otros ocurre a la inversa. En unos prevalece el déficit, en los otros el ahorro. La economía de una nación es un reflejo de la mentalidad dominante. Algunos piensan que la moral imperante es un efecto de la economía, pero la economía funciona a partir de un conjunto de decisiones y de acciones humanas. De ahí que es mejor decir que la economía es un efecto de las costumbres. Juan Bautista Alberdi escribió: “Un empobrecimiento nacido de ideas viciosas sobre el medio de enriquecer sin las virtudes del trabajo y del ahorro, es una enfermedad moral como su causa, y sólo puede ser curada por medicamentos morales igualmente. Esos remedios consisten desde luego en el abandono de las ilusiones que buscaron riquezas improvisadas en combinaciones y artificios ingeniosos que no pueden suplir al trabajo y al ahorro, considerados como manantiales de riquezas y bienestar. Esta curación moral no puede ser sino lenta, penosa y difícil, como es siempre la reforma de los usos y de las costumbres entradas en mal camino” (“Estudios Económicos”).


EL AHORRO

“El ahorro, manantial más productivo de riquezas que el trabajo mismo, es, sin embargo, más penoso y difícil para el americano del sud. Es que el ahorro, como costumbre, es toda una educación: es una virtud que se compone de muchas otras y supone un grande adelanto de civilización. Sus elementos son: la previsión, la moderación, el dominio de sí, la sobriedad, el orden. Es imposible llegar a ser rico sin la posesión de estas cualidades morales. Cuando ellas abundan en una nación, esa nación no es, no puede ser pobre, aunque habite un suelo pobre. Mejor sin duda si posee un suelo fértil, pero no es más el suelo que un instrumento de su poder productor, que se compone de sus fuerzas morales”. “La primera dificultad de Sud América para escapar de la pobreza es que ignora su condición económica. Con la persuasión de que es rica y por causa de esa persuasión, vive pobre, porque toma por riqueza lo que no es sino instrumento para producirla” Juan Bautista Alberdi (“Estudios Económicos”)

La mayoría siente que tiene el derecho a recibir parte de la producción nacional, pero pocos son los que sienten el deber de producirla. Una sociedad con un bajo porcentaje de empresarios está condenada al fracaso económico. Algunos políticos, en forma irresponsable, se ubican como defensores del pueblo ante la “maldad empresarial”, olvidando criticar a los negligentes y a los irresponsables. Si una empresa tiene alguna ganancia, se la observa como si estuviesen robando a la sociedad. Pareciera que, para muchos, la empresa ideal es la que da pérdidas. Si da puestos de trabajo, se dirá que está “explotando” al trabajador.

Así como la libertad de elección, que el hombre dispone, tiene un alto precio: el riesgo de elegir mal, la economía de mercado presenta el riesgo del fracaso. Las protestas contra tal sistema (trabajo y ahorro productivo) son similares a las protestas contra el propio Creador por habernos dado la libertad a tan alto precio.

El trabajo no consiste sólo en la mano de obra, que cada vez más está afectada por el desempleo tecnológico, sino que también consiste en la gestión y administración asociada al manejo de información. En esto consiste esencialmente la diferencia entre empresarios y empleados. Los primeros son los que tienen mayores exigencias, responsabilidades y preocupaciones; de ahí la baja proporción existente en muchos países.

Debemos hacer un “examen de conciencia económico” y preguntarnos si, durante nuestra vida, hemos producido más de lo que hemos consumido. En ese caso podemos considerarnos hombres útiles a la sociedad. Por el contrario, si hemos consumido más de lo que hemos producido, debemos tratar de revertir la situación.

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