domingo, 11 de septiembre de 2011

X Política




LA MISIÓN DEL POLÍTICO

“Poder político significa capacidad para regular la vida de la nación a través de los representantes nacionales. Si la vida de la nación se vuelve tan perfecta como para regirse a sí misma, la representación se vuelve innecesaria. Surge entonces un Estado de anarquía ilustrada, en que cada uno es su propio soberano. Cada uno se gobierna a sí mismo de manera que jamás es un estorbo para el prójimo. En ese estado ideal, no existe el poder político, porque no existe el Estado. Pero el ideal no se da jamás en la vida real. De ahí la clásica aseveración de Thoreau que dice: «El gobierno mejor es el que gobierna menos»” Mahatma Gandhi (“Pensamientos escogidos”)

La principal misión del político consiste en llegar a ser un formador de la opinión pública, pero un formador en el mismo sentido en que el docente es capaz de transmitir la verdad. Por el contrario, cuando sólo trata de decir lo que las masas quieren escuchar, impide el gobierno de la verdad y de la razón para favorecer el gobierno indirecto de las masas.

La política deberá favorecer la participación de la gran mayoría de la población, y ello se dará como consecuencia de difundir previamente una ideología explícita que fundamente lo que se quiere hacer y adónde se quiere llegar. Le deberá dar un sentido a la vida de la Nación permitiéndole proyectarse con seguridad hacia el futuro. Por el contrario, cuando sólo se busca cambiar de gobernantes, como si fuesen simples administradores del Estado, no se advierte el sentido pleno de la política, si bien la actividad mencionada tiene una importancia que no debe menospreciarse.

Entre los políticos más destacados de los últimos tiempos puede mencionarse al Mahatma Gandhi, quien supo orientar a su pueblo dirigiéndolo hacia la Independencia de la India. Esta labor contrasta notablemente con la de aquellos dirigentes que buscan dominar a otros pueblos o la de quienes crean antagonismos en sus propias naciones para establecer especies de “autoimperialismos” en los cuales un sector de la población juega el rol de dominante mientras que el resto hace de “dominado”, cumpliendo con la sugerencia de Marx de establecer la “dictadura del proletariado”.


LA POLÍTICA ACTUAL

“Al mentir, el político ofrece un servicio a la ciudadanía. La opinión pública no quiere verdades” Alejandro Rozitchner (“Amor y país”)

Es muy común encontrar ciudadanos que se quejan de las mentiras de los políticos. Tales mentiras se establecen, además, a través de la manipulación de datos estadísticos oficiales. De ahí que surjan sospechas sobre los gobiernos totalitarios, actuales y del pasado, respecto de la veracidad de sus logros, ya que con cifras alteradas puede establecerse una efectiva propaganda de la gestión realizada.

Hay quienes aducen que, así como el médico no le dice toda la verdad al paciente, pensando en el beneficio de éste, el político no le dice toda la verdad al pueblo, tratando de cambiar la realidad a favor de un estado emocional aceptable. Sin embargo, cuando existe una etapa de grave crisis moral, es necesario que desde el gobierno se advierta sobre la situación. De lo contrario, resultará imposible que surjan soluciones para una mejora generalizada.

Mientras que en otras épocas se consideraba a la política como el arte de conducir a los pueblos, en la actualidad habría que considerarla como el arte de mentir al pueblo de una manera efectiva, generalmente a favor de los intereses de la clase gobernante. Incluso es el propio pueblo el que raramente elegirá a quien le dice la verdad, porque pocas veces quiere escucharla. Cuando el prestigioso Louis Pasteur participó en una elección, como candidato a un puesto público, en Francia, sólo obtuvo un sexto lugar.

Muchos asocian a la democracia tan sólo la posibilidad de elegir autoridades mediante el sufragio. Sin embargo, es imprescindible que los gobernantes, una vez electos, digan la verdad y no oculten información, además de fundamentar su acción en ideologías compatibles con la realidad. De lo contrario, tan sólo se llega a un simulacro de democracia.

Una de las tácticas más usadas por los políticos consiste en hablar de los pobres y atribuirse la categoría de defensor de los humildes. Con ello ganará la tácita aceptación de muchos y casi anulará la efectividad de los embates de la oposición. Mientras que el candidato que dice la verdad será bastante cuestionado, incluso al extremo de ser descalificado por pequeñeces, al político hábil, que siempre dice lo que el pueblo desea escuchar, le serán perdonados todos sus errores.


POPULISMO

“En su fundamento, populismo es la concepción que sitúa en el ‘pueblo’ el origen de la verdad y la legitimidad ética. El ‘pueblo’ sabe lo que es verdadero y lo que es justo: nunca se equivoca” Rubén H. Zorrilla (“Principios y leyes de la Sociología”)

En un Estado democrático, las decisiones son tomadas por los representantes del pueblo, mientras que, bajo el populismo, es el propio pueblo el que presiona a sus gobernantes, mediante la fuerza que otorga la cantidad (no la calidad) para que cumplan su voluntad. Quien sabe interpretarla, dirá a las masas precisamente lo que éstas esperan escuchar. Con el tiempo, el líder populista ejercerá un control a voluntad, concentrando en su persona todo el poder posible.

Esto contrasta notablemente con el accionar de aquellos líderes que orientan al pueblo y le exigen mejoras éticas, como fue el caso de Mahatma Gandhi en su India natal. El populista, en cambio, jamás criticará defecto alguno porque, de hacerlo, podría sufrir la disminución de la cantidad de votos a recibir en una próxima elección.

El populista utiliza a discreción los fondos públicos y se desentiende de las sutilezas económicas. Esos fondos son considerados como patrimonio privado por lo que no sólo se enriquece a nivel personal, sino que se embarca en proyectos de dudosa ventaja para la Nación.

Por lo general promueve el odio hacia los enemigos, reales o ficticios, dentro y fuera del país, para adoptar la postura de protector del pueblo y de la Nación ante el inminente peligro que los acecha. Fomenta divisiones y enardece a las masas creando un clima de violencia inusitada.


IDEAS E INTERESES

“Tarde o temprano, son las ideas y no los intereses creados las que presentan peligros, tanto para mal como para bien” John Maynard Keynes (”Teoría General de la Ocupación, el interés y el dinero”)

En la mayor parte de los textos en los que se tratan temas de economía, se da por sentado que el comportamiento, racional o no, del hombre, tiene vinculación tan sólo con las ventajas o desventajas de tipo material o económico. Se ignoran casi totalmente los aspectos afectivos que son los que, principalmente, fundamentan el accionar humano. Si ignoramos tales aspectos de nuestro comportamiento, llegaremos a descripciones de limitada veracidad y con poco valor orientador.

Es importante saber si son las ideas o los intereses los que tienen mayor influencia en los individuos y en la sociedad. Si son las ideas, la solución a nuestros problemas está a nuestro alcance; si son los intereses, es posible que la solución esté más lejos.

Si las ideas, y la información por ellas transmitida, permitirán solucionar nuestros problemas, debemos establecer una “ideología mínima” en cuanto su extensión, pero máxima en cuanto a su influencia, ya que sólo es posible llevar en nuestra memoria una cantidad limitada de conceptos básicos. Estos conceptos básicos, junto al proceso deductivo, nos ayudarán a establecer pensamientos acerca de la mayor parte de los temas importantes para nuestra vida.

Si esas ideas básicas son compatibles con los hechos, podrán tener validez general y será posible un mejor entendimiento entre todos los hombres. Nótese que el conocimiento científico, por estar constituido por hechos observables, tiene una aceptación generalizada en cuanto a su validez. De ahí que una ideología de adaptación deberá, necesariamente, ser compatible con la ciencia experimental.


ANTILIBERALISMO

“El neurótico se aferra a su tan querida «mentira piadosa» y, en el trance de renunciar a ésta o a la lógica, sacrifica la segunda, pues la vida, sin el consuelo que el ideario socialista le proporciona, resultaría insoportable. Porque el marxismo le asegura que de su personal fracaso no es él responsable; es la sociedad la culpable. Ello restaura en él la perdida fe, liberándole del sentimiento de inferioridad que, en otro caso, le acomplejaría” Ludwig von Mises (“Liberalismo”)

Resulta llamativo que, a pesar de las ventajas evidentes que presenta el capitalismo privado respecto del socialismo (o capitalismo estatal), muchas personas se opongan tan tenazmente a la tendencia impulsada por el liberalismo. Pero las razones no debemos buscarlas en la propia economía, sino en causas psicológicas.

La lucha por la supervivencia es dura, en cualquier lugar y en cualquier época, excepto para una pequeña minoría. Pero esa pequeña minoría, que tiene resuelta su vida antes de comenzar la lucha, podrá tener conflictos existenciales asociados, algo que, a la larga, no presenta ventajas significativas respecto de los demás.

Quienes sienten que sus fuerzas anímicas son insuficientes para afrontar con éxito la cotidiana lucha por la supervivencia, en lugar de buscar una solución personal para sus propios conflictos, desean que cambie la sociedad de tal forma que les permita dejar de sentirse inferiores al resto, evadiéndose de la pesada carga que la envidia le reportará durante toda su vida. Quizás de esta actitud provenga la temprana adhesión de muchos adolescentes respecto del socialismo.


PROFECÍA DE AUTOCUMPLIMIENTO

“La profecía del autocumplimiento sostiene que si los individuos definen como reales ciertas situaciones, éstas son reales en sus consecuencias. Quiere decir que la percepción de una consecuencia como real la transforma en causa de ésta” E. del Acebo Ibáñez y R.J. Brie (“Diccionario de Sociología”)

La lucha de clases, que es un proceso social que se produce especialmente cuando existe una ideología que la promueve, es un proceso que se adapta a la idea de la profecía de autocumplimiento. Luego de sembrar el odio entre sectores, es posible que se produzca la revolución (guerra civil) que será explicada como la consecuencia de la previa existencia de la lucha de clases, como el “motor de la historia”.

La existencia de la clase media, y de la mentalidad que la caracteriza, esto es, el individuo no siente envidia por quienes más tienen ni trata de perjudicar a los que menos tienen, invalida la división marxista de la sociedad en clases antagónicas.

Para quienes existe una valoración de las personas desde un punto de vista ético, no existe tal antagonismo por cuanto observará, tanto entre pobres como entre ricos, la existencia de buenas y de malas personas (aceptando una transición gradual entre esos extremos). De ahí que la promoción de divisiones sociales, que asigna errores sólo al que tiene éxito económico y virtudes al que no lo tiene, es algo que carece de veracidad.


ACTITUDES POLÍTICAS

“La aparición del genio nunca puede explicarse, puesto que el genio es por naturaleza una excepción a la regla general. Su función es la de hallar la expresión de las emociones e ideas que vivifican el espíritu inconsciente y subconsciente de la colectividad. Entre el genio y el pueblo se establece un vínculo, lo cual explica la admiración y el asombro con que se le acoge, pasados los primeros instantes de sorpresa. Sus palabras y sus actos encarnan sentimientos y aspiraciones vagamente sentidos que nunca pudieron manifestarse antes. Al genio también le favorece esa relación; su fuerza y su energía derivan precisamente de los sentimientos inexpresados y de las vagas aspiraciones que abriga la mente del hombre común” Humayun Kabir (“Hacia el hombre universal” de R.Tagore)

Es posible que exista una estrecha relación entre el tipo psicológico al que pertenece un individuo con su afinidad a ciertas tendencias filosóficas y políticas. Más aún, cuando una tendencia política, con un pasado conocido y oscuro, sigue promoviendo la adhesión de muchos, tal preferencia pasa a ser una cuestión puramente ética.

Sin embargo, hay gente que apoya con entusiasmo a algunos líderes que mostraron una gran perversidad, sin que esas personas sean mal intencionadas, sino que ese entusiasmo se debe, principalmente, al pensamiento corto, a la imagen distorsionada de la realidad que la propaganda política pudo conformar, a aspectos emotivos de su juventud, o a hechos que en el pasado influyeron sobre el individuo.

Incluso se estima que los líderes políticos que triunfaron en un país lo hicieron por cuanto supieron identificarse con el pueblo, o con la masa, y que esos mismos líderes no hubiesen tenido el mismo éxito, o similar, en países con una mentalidad generalizada bastante diferente.

Cuando el líder político se identifica con la mitad del pueblo y se opone a la otra mitad, promueve su división estableciendo las condiciones previas a un serio conflicto social. La división entre ricos y pobres, o entre burguesía y proletariado, es una de las ideas que mayores conflictos han promovido en los últimos tiempos.

Los mensajes dirigidos a los hombres con pensamiento corto, promueven su masificación. Los mensajes dirigidos a los hombres con pensamiento largo, promueven su humanización. Los primeros producirán divisiones, los segundos producirán la unidad del pueblo.


PODER

“Si quieres conocer a alguien, dadle poder” Anónimo

Es muy común el hecho de que personas simples y amables, en apariencia, se transformen totalmente en cuanto tienen la posibilidad de ocupar algún peldaño superior en ciertas circunstancias. Es posible que las ansias de poder no sean otra cosa que la necesidad de compensar cierta debilidad consciente, subyacente al individuo. El complejo de superioridad aparece para compensar el complejo de inferioridad.

Cuando el individuo, que lleva rencores ocultos, no tiene la oportunidad de manifestar su disconformidad, es capaz de descargar su malestar castigando severamente a su mujer o a sus hijos. Otros llegan a realizar actos delictivos debidos a una pésima autoestima personal y a una pésima valoración social, que dependen no sólo del individuo, sino también de la predisposición de la mayoría a establecer vínculos sociales elementales que estén algo más allá de sus relaciones habituales.

La ambición de poder debería ir acompañada por la correspondiente dosis de responsabilidad, de lo contrario estaríamos ante una situación muchas veces repetida; la del político que busca popularidad y piensa en su trascendencia histórica interesándose muy poco por resolver los serios problemas que padece la población.


IMITAR O EMULAR

“El maestro de la conducta individual no es el pasado sino el presente. Así, de diez hombres nacidos en cualquier parte y de cualquier ascendencia, y criados en un país que reine la primera naturaleza del hombre, que es el instinto de la mentira, nueve por lo menos, saldrán falsos y embusteros. De los mismos diez, criados en un país en que reine la segunda naturaleza del hombre, que es el sentimiento de la rectitud, seis o siete saldrán hombres de verdad. A la larga, esto hace un país en que reina la probidad, cuyo fruto es la riqueza, y aquello un país en que reina la mentira, cuyo fruto definitivo es la bancarrota” Agustín Álvarez (“¿Adonde vamos?”)

Es común la opinión de quienes afirman que un país debe mirar a otros países para observar cual es el “sistema” que más éxito tiene. Ello llevará a la simple imitación, por cuanto todo sistema tendrá éxito en cuanto emerja de un nivel ético aceptable de la población. Es posible que al imitador su actitud le quede mal y que no obtenga buenos resultados.

Si se observa con mayor atención a las sociedades que mayor éxito tienen, se verá que parten de niveles culturales aceptables. Y es en ese aspecto que los debemos emular. En cuanto al secreto del éxito, sólo cabe decir que respetan las normas morales básicas existentes desde tiempos inmemoriales.

Todavía hay quienes suponen que el mejoramiento del hombre partirá desde un modelo de sociedad que inducirá una ética inherente al mismo. Pero tal modelo de sociedad involucra, generalmente, aspectos puramente económicos, como si el hombre fuera un artífice exclusivo de la producción y del consumo, relegando los aspectos afectivos y culturales a la supuesta y primordial misión económica de la vida humana.


UTOPÍAS

“En primer lugar, no vale la pena hacer un daño actual relativamente cierto con vistas a un bien futuro relativamente dudoso”. “Si la escatología de Marx es cierta y en cuanto el capitalismo privado haya sido abolido seremos felices por siempre jamás, entonces está bien perseguir ese fin por medio de dictaduras, campos de concentración y guerras mundiales; pero si el fin es dudoso o no es seguro que se alcance con esos medios, entonces la desdicha actual se convierte en un irresistible argumento contra tan drásticos métodos” Bertrand Russell (“Ensayos impopulares”)

Así como el burro se mueve por la atracción que le ofrece una zanahoria que se desplaza junto a él, los seres humanos, muchas veces, se mueven en la búsqueda de utopías, o de sociedades idealizadas e inexistentes, que surgen de la imaginación de un hombre, con la ingenua pretensión de que la humanidad se adaptará a sus proyectos. La difusión de la utopía depende de dos requisitos principales:

1) La ideología que sustenta la utopía debe adaptarse a la “sabiduría popular”
2) Existirá una planificación de la sociedad ideal que aparenta ser algo concreto y viable

La utopía de mayor trascendencia en los últimos tiempos ha sido el socialismo. Respecto del primer requisito puede advertirse que parte de una idea atractiva para el hombre común, tal el hecho aparente de que el rico es el malo y el pobre es el bueno, porque esta creencia tiende a descalificar al exitoso y a justificar al que fracasó, al menos en el aspecto económico.

La planificación de una sociedad ideal actúa como una aspiración común del género humano. Una sociedad sin clases ni conflictos de ningún tipo resulta atractiva para los desprevenidos, pero, como no es difícil advertir, la eliminación de la propiedad privada conduce necesariamente a una sociedad de “capitalismo estatal”, que pronto se convertirá en una pesadilla, como varias veces ha sucedido.

Ya es hora de que dejemos de ocuparnos de utopías que tanto sufrimiento ocasionaron a la humanidad. Debemos concentrarnos en los problemas reales buscando soluciones reales partiendo del conocimiento que del individuo y de la sociedad nos brindan las distintas ramas de la ciencia experimental.


EL FIN DE LAS IDEOLOGÍAS

“Estas utopías son muy distintas entre sí, pero tienen en común el que describen no sólo una sociedad ideal y perfecta, sino que la describen también con todo detalle” José Ferrater Mora (“Diccionario de Filosofía”)

En los últimos tiempos se habla acerca de la conveniencia de llegar a un final respecto de la proliferación de las ideologías, asociando a “ideología” un significado peyorativo. Seguramente con ello quiera significarse la conveniencia de ponerle fin a las utopías.

A través de la historia, muchos autores creyeron que la labor del hombre no consistía en describir la realidad para adaptarse a ella de la mejor manera posible, sino que su misión principal consistía en diseñar una sociedad a la que luego habría de adaptarse la propia humanidad. Como ejemplo podemos mencionar a Platón y la República, a Tomás Moro y la Utopía, a Campanella y la Ciudad del Sol, a Francis Bacon y la Nueva Atlántida, a Charles Fourier y la Unidad Universal, a Karl Marx y el socialismo.

Es característico de las utopías el tener un marcado carácter anticientífico. En el caso del marxismo se observa un total desconocimiento de las leyes económicas asociadas al mercado, por cuanto éste es reemplazado por una planificación de la producción en la cual no resulta posible aplicar los cálculos corrientes de la economía libre.

Por lo general, los “jóvenes idealistas” no tratan de favorecer la mejora de la sociedad en que viven, sino que incluso pueden llegar a convertirse en revolucionarios tratando de destruirla para reemplazarla por la sociedad utópica que llevan en sus mentes.

Quienes sostienen que la economía de mercado, junto al marco legal correspondiente y a las precauciones adoptadas para su efectivo funcionamiento, llevará a la humanidad hacia la perfección, en cierta forma actúan como los creyentes de las utopías. Esencialmente desconocen que el mejoramiento individual ha de surgir “desde dentro” de cada individuo y no “desde fuera”, por efectos del sistema de producción y de distribución económico aceptado.

Quienes hablan del “fin del capitalismo” debido a la reciente crisis mundial, y a la falsedad de la teoría económica, adoptan una postura similar a la de quienes dudan de la validez de la medicina por cuanto conocen el caso de alguien que murió luego de tomar diez litros de whisky mientras que ningún médico pudo prever la situación ni pudo salvarlo. La teoría económica describe el funcionamiento de la economía con cierto nivel de exactitud, pero es ajena a las decisiones individuales o colectivas que estén totalmente fuera de un marco ético elemental. Mientras muchos seres humanos pretendan ganar dinero sin producir bienes ni servicios, sino sólo especulando, es poco probable que la economía vaya a funcionar adecuadamente.


CRISIS Y PROGRESO

“El progreso es un resultado de la lucha entre la variación y la herencia” José Ingenieros (“Las fuerzas morales”)

Puede decirse que toda crisis surge de un conflicto entre el pasado (tradición, herencia, etc.) y el cambio propuesto (innovación, mutación, etc.). Existirá oposición al cambio (actitud conservadora) y también apoyo (actitud innovadora). Surgirán luchas entre los que están a favor y en contra del cambio, ya que, ante lo nuevo, nadie puede asegurar que los resultados serán beneficiosos o perjudiciales para la sociedad, o para algunos sectores de la misma.

Mientras que la izquierda se muestra favorable a la libertad cultural, aceptando incluso el relativismo moral, en cuestiones económicas propone una economía planificada y estatal. La derecha, por otra parte, tiende a ser conservadora y estricta en cuestiones culturales y morales, mientras que en cuestiones económicas opta por una economía libre.

La actitud favorable hacia el cambio y la innovación distingue notoriamente las sociedades actuales de las sociedades de la antigüedad. Así, en la física, desde la tradición aristotélica hasta la innovación galileana transcurrieron unos dos mil años. Algo similar ocurre entre la astronomía ptolemaica y la copernicana, y en la medicina de Galeno y la de Vesalio.

La superación de las crisis sociales vendrá asociada al conocimiento aportado principalmente por la ciencia experimental, debido a su carácter universal y a la evidente debilidad mostrada por la filosofía y la religión, especialmente cuando desconocen a la ciencia. Ésta es la única que permanentemente corrige sus errores en forma sistemática, ya que su actividad principal radica en la reducción del error conocido. Esto contrasta con los dogmatismos, las utopías o los sinsentidos que provienen tanto de la filosofía y de la religión, al menos en su forma actual.


PERONISMO

“Yo creo que estaba al mismo tiempo huyendo del campo y huyendo de la dictadura de Perón, que fue mucho más terrible de lo que la gente cree. No se ha sabido nunca en Europa lo que era la vida cotidiana durante la dictadura de Perón; algo simplemente atroz. Un pueblo convertido en policías los unos de los otros. En delatores” Héctor Bianciotti (“Revista Gente”).

“Por cada uno de los nuestros caerán cinco de ellos”. Todavía persiste en la memoria de muchos argentinos este llamado a la violencia emitido por Juan D. Perón; llamado que no fue el único que hizo. La división que produjo en el pueblo nos colocó cerca de una guerra civil. A pesar de su nefasta influencia, es uno de los personajes más admirados en el país.

Seguidor de Mussolini, instauró una dictadura que fomentaba el odio de los pobres hacia los ricos. Incluso Eva Perón realiza un viaje a Europa para comprar armas para las “milicias populares”, buscando un enfrentamiento con los fuerzas armadas de la Nación. Existe una frase que define la incondicionalidad de sus seguidores: “Criminal o ladrón, queremos a Perón”.

La Argentina, a comienzos del siglo XX, competía con Canadá y Australia, además de estar entre los siete países más desarrollados del mundo. Con el auge del peronismo se produjo un importante atraso cultural y económico, aunque la propaganda partidaria diga todo lo contrario. En la actualidad existe un abismo respecto de esos países, abismo motivado no sólo por la deficiente acción del peronismo, sino también por la de otros gobiernos, civiles y militares, que fueron tentados hacia cierta tendencia populista.

Como ejemplo de su acción demagógica podemos mencionar el congelamiento de alquileres de viviendas, que fue una expropiación virtual que desalentó la construcción de nuevas viviendas y favoreció el crecimiento del déficit habitacional que todavía padecemos. Sin embargo, la mayoría ve en este hecho una muestra más de la “justicia social” a favor de los pobres.

En la década de los setenta, desde el exilio, alentó la formación y el accionar de grupos subversivos, a quienes desestimó luego de usarlos en beneficio propio, aunque ya era tarde para detener la violencia desatada. Actualmente, gran parte del espectro político se proclama “peronista”, condición necesaria para poder triunfar en alguna elección.


NACIONALISMO

“Se ha señalado que el nacionalismo parte de una «humillación nacional», mientras que el imperialismo lo hace desde el «orgullo nacional» y la conciencia de una «misión universalista»”. “Una peculiaridad del fascismo italiano y del nazismo alemán fue que se originaron en situaciones de frustración nacional, para proyectarse luego como imperialismos” Hugo Chumbita (“Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas”)

Cierta vez, un orgulloso seguidor del Emperador Napoleón Bonaparte, critica a un integrante de un pueblo conquistado diciéndole: “Mientras que nosotros luchamos por el honor y la gloria, ustedes tan sólo luchan por la comida”; recibiendo como respuesta: “Cada uno lucha por aquello que más le hace falta”.

Mientras que el amor propio es algo positivo, el egoísmo no lo es. De igual forma podemos decir que el patriotismo es bueno, mientras que el nacionalismo no lo es. En este caso hemos interpretado como “nacionalismo” cierto egoísmo grupal que a la corta o a la larga producirá conflictos entre pueblos y naciones.

Patriota es el que se siente ciudadano del mundo sin dejar de pertenecer a su Nación, de la misma forma en que se siente miembro de la sociedad sin renunciar a su individualidad.

Cuando observamos los antagonismos producidos por la exagerada adhesión a la región a la cual se pertenece, lo que da lugar a movimientos separatistas, nos preguntamos acerca de cuál es la razón de que ello ocurra. Una primera impresión nos revela la existencia de aspectos culturales y artísticos, generalmente símbolos, que caracterizan a esa región. Por ello resulta llamativo que esos aspectos distintivos lleven a los pueblos a competir y enemistarse con otros. Seguramente son simples pretextos para encubrir el predominio de cierto egoísmo colectivo.

Desde el punto de vista del habitante del continente americano, que es tierra de inmigrantes, no resulta fácil comprender el fenómeno de los regionalismos. Por el contrario, uno tiende a pensar que es un fenómeno social similar al del individuo de origen noble que se destaca de los demás por todo aquello que heredó y que poco o nada realizó personalmente.

Los distintos individuos, como ciudadanos del mundo, deberían sentirse orgullosos por hacer aportes personales a la sociedad, mientras que lo distintos pueblos deberían estarlo por hacer aportes a la cultura universal, compitiendo por hacer más, en lugar de competir por ser más a costa de heredar obras de otros.


JUSTIFICACION DE LA VIOLENCIA

“Quien renuncia en principio al terrorismo, es decir a las medidas de intimidación y de represión frente a la contrarrevolución armada, debe renunciar también a la dominación de la clase obrera, a su dictadura revolucionaria: quien renuncia a la dictadura del proletariado renuncia a la revolución social y hace la cruz sobre el socialismo” León Trotsky (“Humanismo y terror” Cita)

Una de las consecuencias del relativismo moral imperante consiste en tomar como referencia, no a las leyes naturales, sino a la acción de otros hombres u otros grupos. De esta forma se admite cometer alguna acción ilegal o inmoral aduciendo que tal persona o tal grupo también la cometió. En ello radica la legitimación de la violencia.

Los métodos violentos son promovidos y aceptados en nuestra época como si fuese algo natural. La justificación radica siempre en el evidente error del otro, y como todos tenemos defectos y cometemos errores, la violencia estaría por siempre justificada.

Se ha llegado al extremo de que un gran porcentaje de la población acepte cierto “terrorismo bueno”, mientras que sólo rechaza el “terrorismo malo”. El primero es el que favorece las tendencias “humanistas” promovidas por “jóvenes idealistas”. Se dice que la violencia de arriba genera la violencia de abajo, como si ejercer la violencia fuese un derecho que nos delegan las faltas éticas de otros. El terrorista vive en función del enemigo en lugar de vivir en función de la verdad. Por lo general descarga su odio contra inocentes.

Puede decirse que las ideologías que favorecen el terrorismo están intactas y que gozan de suficiente prestigio social. Incluso han tenido habilidad para desprestigiar todo lo que se oponga a ellas. Cada vez más se hace necesario e imprescindible el criterio de la ciencia para evaluar la veracidad de las distintas ideologías, ya que de ellas derivan en definitiva las acciones violentas de aquellos hombres que son fácilmente influenciables.

El aspecto alarmante de la política surge cuando se combate el terrorismo practicado por uno de los bandos, pero se silencia la existencia del terrorismo practicado por el propio bando ideológico. Ello implica una tácita legitimación de los métodos violentos y una encubierta promoción de los mismos.


INERCIA MENTAL

“Un hombre que ha forjado toda su vida e identidad alrededor de una ideología particular se opondrá firmemente a cambiar la imagen del mundo que implica su ideología, pues aparentemente no puede cambiar su imagen sin negar su propia identidad como persona. En estas circunstancias su mismo sistema de valores crea un filtro que es probable que rechace todos los mensajes que contradigan la imagen que él tiene de su propia identidad” Kenneth E. Boulding (“El significado del siglo XX”)

La mentira permite adaptar la realidad a las opiniones humanas, mientras que la verdad permite adaptarnos a la realidad. Uno de los factores que promueve el mantenimiento de opiniones que no concuerdan con la realidad, o que implican verdades parciales, consiste en la inercia mental sostenida por quienes están poco habituados a buscar alternativas a sus ideas y se aferran a visiones de la realidad que están poco ajustadas a la misma.

Si medimos con cierta exactitud hasta el orden de las décimas partes, y luego hacemos cálculos que nos dan cifras hasta los millonésimos, debemos tomar como cifras significativas sólo las asociadas a los décimos, ya que el resto no tendrá sentido práctico. Los filósofos especulativos parecen actuar ignorando estos aspectos, ya que parten de conceptos poco claros, y a veces mal definidos, o bien inobservables, pretendiendo sacar conclusiones profundas exclusivamente a partir del razonamiento. Luego suponen que la profundidad proviene de tal tipo de especulación mientras que la superficialidad vendrá del que escribe algo coherente y concreto. En este caso, la inercia mental no proviene de mantener las mismas ideas durante toda una vida, sino de mantener el mismo criterio durante mucho tiempo.

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