domingo, 11 de septiembre de 2011

VIII Conocimiento y ciencia



INTELECTO Y AXIOMAS

“El orden y conexión de las ideas es el mismo orden y conexión de las cosas” Baruch de Spinoza (“Ética”)

Mientras que el docente es el intermediario entre el científico y el alumno, el intelectual lo es respecto de las ideologías propuestas y el ciudadano común. En este proceso de comunicación es posible la aparición de distorsiones e, incluso, de emisores secundarios que transmiten posturas distintas a las originales.

Por ello es deseable establecer ideologías de adaptación que sean accesibles al ciudadano común y que, en lo posible, no requieran de intermediarios, sino de difusores, si sus contenidos son favorables al hombre. Se ha dicho que la claridad es la cortesía del escritor; en escritos orientadores es, quizás, un requisito excluyente.

Para lograr esa accesibilidad, es necesario partir de aspectos observables de la realidad que puedan servir de base para todo razonamiento posterior. Disponiendo de principios observables, podrá deducirse, mediante una lógica elemental, la descripción adecuada de la mayor parte de los procesos sociales que ocurren. Éste debería ser el primer objetivo a lograr en toda descripción teórica realizada en el ámbito de las ciencias sociales.

La mencionada forma de organizar el conocimiento es, esencialmente, el método axiomático utilizado por Euclides de Alejandría en el siglo III AC. Este geómetra pudo sintetizar todos los conocimientos de la geometría plana en un breve sistema deductivo.

Quien primero lo emplea en humanidades fue Baruch de Spinoza con su “Ética demostrada según el orden geométrico”. Por “orden geométrico” quiere significar el método axiomático empleado por Euclides. Es oportuno mencionar que la axiomatización de Spinoza fue realizada antes de la aparición de la primera axiomatización en física, que fue establecida por Isaac Newton.

La utilización de los sistemas axiomáticos, como los empleados en varias ramas de la ciencia, facilita no sólo el conocimiento especializado sino también el de tipo enciclopédico, ya que posibilita que cada individuo tenga en su mente unos pocos principios básicos que le permitirán, luego, deducir la mayor parte de los aspectos descriptos por la teoría respectiva.


VERDAD

“Puede uno andar equivocado por muy diferentes maneras, pero sólo por un camino puede llegar a la verdad; por esta razón es fácil fracasar y difícil alcanzar el éxito. Es fácil errar el tiro, difícil dar en el blanco” Aristóteles (“Ética a Nicómaco”)

Cuando nos preguntan si hemos dicho la verdad, equivale a que nos pregunten si hemos descrito exactamente algún aspecto de la realidad. Si la diferencia entre la descripción y lo descrito es muy grande (error grande) decimos que la descripción es errónea o bien que estamos diciendo una mentira (según sea nuestra intención previa). Podemos expresar la idea mediante una simple resta:

Error = La descripción ─ Lo descrito

Podemos decir, entonces, que un error grande es una mentira (o una mala descripción) y que la inexistencia de error es la verdad.

El carácter científico, o no, de una descripción, depende de la posibilidad de constatar experimentalmente el error mencionado. Así, decimos que una descripción es “científica” cuando el error verificado es menor que cierto valor convencionalmente aceptado, según el tema que se trate.

En épocas pasadas, cuando existían incompatibilidades entre religión y filosofía, hubo quienes sostenían la existencia de dos verdades respecto de un mismo aspecto de la realidad; una verdad religiosa y otra filosófica. Santo Tomás de Aquino, por el contrario, se tomó el trabajo de compatibilizar la filosofía aristotélica con los dogmas del cristianismo. Imperó su confianza en la existencia de una única verdad.

En nuestra época tenemos información proveniente tanto desde la religión, como de la filosofía y la ciencia, por lo cual deberemos compatibilizarlas aceptando la existencia de una única verdad. Esto implica que el carácter de “verdadero” o “falso” no dependerá del método utilizado, sino del resultado obtenido.

Hay quienes, sin embargo, para no tomarse demasiado trabajo, aceptan la existencia simultánea de muchas verdades (relativismo cognitivo), mientras que otros, en lugar de mejorar las descripciones poco adaptadas a la realidad, prefieren “mejorar” la propia realidad.

La verdad debe ofrecerse y sugerirse a los demás, en lugar de tratar de imponérsela. Los intelectuales religiosos, filosóficos y científicos tienen la obligación de encontrar coincidencias, o señalar errores en los demás, de manera de dejar de influir negativamente en el resto de la sociedad, incluso creando divisiones y confusiones que llevan a resultados nefastos. Quien elige como actividad básica de su vida una actividad social, debe tener la suficiente responsabilidad como para que su influencia permita sólo acercarnos cada día más a la verdad, en lugar de alejarnos de ella.

Como integrantes de la sociedad, y de la humanidad, cada uno de nosotros tendrá legítimos derechos de criticar toda ideología, que provenga de alguna de las partes mencionadas, si consideramos que puede ser negativamente influyente en la sociedad. Y más que un derecho, será una obligación.


INTELIGENCIA

“La inteligencia procede también por tanteos. Su trabajo no es sino una serie de ensayos y eliminaciones. Pero, en vez de intentar acciones destinadas al fracaso, la inteligencia ensaya en el pensamiento y en él reconoce el fracaso de esos ensayos. Reduce así a un pequeño número las empresas efectivas; se embarca en las que tienen probabilidades de lograrse (razonamiento inductivo); descubre a veces la única que puede tener éxito (razonamiento deductivo). Los procedimientos de la inteligencia son los de la selección, pero de una selección que mata ideas e hipótesis en vez de matar seres vivos….” Edmund Globot (“Tratado de Lógica”)

Podemos denominar “inteligencia” a la capacidad que posee un organismo para realizar el procesamiento y almacenamiento de información. En este caso podemos decir que se trata de “información útil”, que sirve para una mejor adaptación al orden natural.

En otras épocas se valoraba tan sólo la aptitud para procesar información que requería de bastante abstracción, como la asociada a las ciencias exactas. En la actualidad, por el contrario, se habla de la “inteligencia emocional” o la “inteligencia social” que tienen tanta o más importancia que la anterior (desde el punto de vista adaptativo mencionado).

Para cuantificar dicha capacidad podemos considerar cierto intervalo de tiempo durante el cual se procesa y se memoriza información. Por ello, la inteligencia podría definirse como una velocidad para la adquisición de conocimientos, o de la información asociada a ese conocimiento.

En vista a la tendencia de la evolución biológica, a formar organismos con mayores niveles de complejidad y conciencia, tal el caso de la vida inteligente, podemos decir también que es una tendencia hacia el logro de organismos con mayor cantidad de inteligencia. De ahí que la aparente finalidad de la evolución es, justamente, la concreción de la vida inteligente.

La capacidad para adquirir información acerca del medio circundante es una ventaja adaptativa. Sin esa capacidad, la posibilidad de supervivencia sería mínima. Y aquí aparece una primera diferencia entre hombres y animales. El animal sólo necesita conocer detalles “gruesos” de su medio ambiente, como es la temperatura, humedad, presencia de otros animales, etc. Por el contrario, además de éstos, el hombre necesita conocer leyes naturales poco evidentes y que escapan a los sentidos como el tacto o la vista, y de ahí la necesidad de poseer un nivel de abstracción mucho mayor.

El hombre es un ser complejo adaptativo que dispone del cerebro como el principal órgano de adaptación. La aptitud de tal órgano depende de la información que sea capaz de almacenar. Pero tal información estará relacionada, precisamente, con las posibilidades que brinda para el proceso de adaptación. La información adquirida dependerá entonces de nuestra aptitud (inteligencia) y del tiempo empleado para adquirirla:

Información = Inteligencia x tiempo

En este caso, se trata de periodos de tiempos largos, si bien también la inteligencia podrá medirse según las aptitudes de aprendizaje para tiempos breves. La creatividad, por otra parte, merecería un “puntaje” adicional.

Si tenemos presente la totalidad de la información posible, habríamos de darle un valor infinito, de ahí que algunos consideran la diferencia entre el hombre y Dios en función de nuestra disponibilidad finita de información y la disponibilidad infinita por parte de Dios.


CIENCIA

“El desarrollo de la ciencia occidental se basa en dos grandes acontecimientos: la invención del sistema de lógica formal (en la geometría euclideana) por los filósofos griegos, y el descubrimiento de la posibilidad de encontrar relaciones causales mediante experimentación sistemática” Albert Einstein

La ciencia experimental es la actividad cognitiva por medio de la cual se describen las distintas leyes naturales. El conocimiento adquirido es organizado en forma axiomática. Debido a que la propia realidad constituye un sistema, ya que todas sus partes están vinculadas causalmente, la descripción de tal sistema también ha de tener en concordancia cierta coherencia interna.

Podemos mencionar, sintéticamente, los principios generales de la ciencia, que son aceptados por gran parte de los científicos:

1) Todo lo existente está regido por leyes naturales.
2) Estas leyes son invariantes en el tiempo y en el espacio.
3) La actividad del científico consiste en describirlas.
4) La existencia de estas leyes es independiente de que el hombre las describa, o no.
5) Es posible, en principio, conocer la totalidad de las leyes

Podemos ampliar la relación que antes se escribió:

Error = La descripción ─ Lo descrito = Modelo de la realidad ─ Realidad

Mientras que el modelo de la realidad, M(t), depende del tiempo, la propia realidad (R) se supone invariante por cuanto son invariantes las leyes que la rigen. Podemos decir que la “ley natural humana” se modifica aproximándose paulatinamente a la “ley natural” estrictamente dicha. El método de “prueba y error” implica, justamente, una sucesión de modelos propuestos y ajustes de los mismos, buscando que el error sea tan pequeño como pueda lograrse.


MÉTODO AXIOMÁTICO

“Euclides, para las numerosas generaciones que se han nutrido de su sustancia, ha sido quizás menos un profesor de geometría que un profesor de lógica” León Brunschvicg

Las teorías científicas son sistemas que describen en forma organizada a los sistemas naturales. Una teoría ha de constituir, justamente, un sistema axiomático. De lo contrario sería un conjunto de descripciones parciales de fenómenos aislados que, en caso de ser acertado, no tendrá la influencia que puede tener una teoría.

Como ejemplo podemos mencionar a la teoría electromagnética de James Clerk Maxwell, la cual resume en sólo cuatro ecuaciones básicas a la totalidad de los fenómenos eléctricos y magnéticos conocidos.

El método axiomático permite que tengamos en nuestra mente unas pocas ideas básicas. Al realizar deducciones, podremos llegar a cualquier parte del sistema con lo que podremos conocer todos y cada uno de los fenómenos descriptos. Podemos decir que constituye la salvación cognitiva del hombre, debido a la enorme cantidad de información científica disponible.

Podemos hacer una síntesis de los elementos básicos que posee un sistema axiomático:

1) Entes o definiciones
2) Postulados o axiomas
3) Lógica
4) Teoremas o deducciones
5) Finalidad

Cuando se construye un sistema axiomático, se puede ir desde los fenómenos particulares hacia los axiomas, proceso que denominamos inducción, mientras que, cuando vamos desde los axiomas hasta los fenómenos particulares, utilizamos la deducción.

Como ejemplo, podemos considerar la descripción del juego del ajedrez. Los entes o definiciones serían las piezas y el tablero. Los postulados o axiomas serían las reglas del juego. La lógica, en este caso, sería la lógica natural. Los teoremas o deducciones serían todas las partidas posibles, mientras que la finalidad del sistema es dar jaque mate al rey contrario.


ENTIDADES, ATRIBUTOS Y ACTIVIDADES

“Si nuestras diversas maneras de sentir y pensar han llegado a ser lo que son, ello se debe a su utilidad para amoldar nuestras acciones al mundo exterior” William James

El proceso básico del conocimiento puede sintetizarse en la utilización de tres aspectos de la realidad necesarios y suficientes para toda descripción involucrada en el proceso adaptativo. Tales aspectos pueden caracterizarse mediante la pregunta respectiva:

Entidades: ¿quién?

Atributos: ¿cómo es?

Actividades: ¿qué cambios produce?

Este proceso básico tiene alguna relación con los sistemas axiomáticos, ya que los entes o definiciones son similares a las entidades. Los axiomas o postulados, si son considerados como características de los entes, pueden identificarse con los atributos. Luego, si consideramos los efectos, o los cambios, que esos entes producen (cambios regidos por leyes naturales) disponemos de posibles deducciones a partir de cierta lógica natural.

Lo esencial en todo esto es la posibilidad de existencia de un vínculo estrecho entre los sistemas descriptivos de tipo axiomático y nuestro propio proceso cognitivo, o lógica, utilizado para conocer y describir la realidad.

Nuestra mente requiere, para su buen desempeño, de las operaciones necesarias para considerar a todo sistema real como si estuviese constituido por entidades, sus atributos y las posibles actividades que pueden realizar dentro del sistema.


LENGUAJE

“Entre el lenguaje y el pensamiento existe un vínculo genético tal que cada uno se apoya necesariamente en el otro, en formación solidaria y en perpetua acción recíproca; pero, en definitiva, los dos dependen de la inteligencia, que es anterior al lenguaje e independiente del mismo” Jean Piaget (“Principios de Filosofía del Lenguaje” de J.H.S. Pescador. Cita)

Si tuviésemos que crear un lenguaje elemental; necesidad imperiosa de los primeros seres humanos, deberíamos codificar, mediante símbolos y sonidos, tanto a las entidades, como a los atributos y las actividades.

Una vez que lo hacemos, nos encontramos con que hemos hallado los elementos básicos de todo lenguaje, es decir, sustantivos, adjetivos y verbos. Esto nos sugiere que debemos considerar a los sistemas axiomáticos, ya sean los elaborados como los elementales, como un elemento básico del proceso de la lógica natural.

Entes → ¿Quién? → Sustantivo

Atributo → ¿Cómo es? → Adjetivo

Actividad → ¿Qué cambios produce? → Verbo

El lenguaje se va mejorando luego con artículos, adverbios, conectivos y otros elementos adicionales. Es posible que este proceso haya sido el que permitió el surgimiento de todos los lenguajes. Podemos decir, entonces, que un lenguaje es, esencialmente, una codificación convencional de entidades, atributos y actividades, mientras que la lógica natural es la que subyace a todo el proceso.


CONOCIMIENTO ORGANIZADO

“El carácter fundamental de la filosofía positiva es el considerar todos los fenómenos como sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento preciso y cuya reducción al mínimo número posible son la finalidad de todos nuestros esfuerzos” Auguste Comte (“Curso de Filosofía positiva”)

Para tener presente el poder de síntesis de los sistemas axiomáticos, podemos definir al conocimiento organizado de la siguiente forma:

Conocimiento organizado = Información / Cantidad de principios básicos

Esto implica que estará mejor organizado, y sintetizado, el conocimiento asociado a un sistema axiomático que se fundamente en una menor cantidad de axiomas, postulados o principios, que sean necesarios para sustentarlo.

La información asociada a alguna parte de la realidad estará materializada por el conjunto de atributos que la caracterizan. Tales atributos son objetivos, mientras que la descripción que de ellos hacemos dependerá tanto de la realidad como de nuestra habilidad para reproducirlos en nuestras mentes. La realidad (R) está regida por leyes que no cambian en el tiempo, mientras que los modelos de la realidad (M(t)) establecidos por el hombre, van cambiando con el tiempo.

Que las leyes no cambien en el tiempo, no implica que la propia realidad sea invariable. Justamente, las “reglas del juego” no cambian para que el “juego” sea vistoso y cambiante. Si las reglas cambiaran, existiría el caos (como oposición al orden). Heráclito expresó: “Nada es permanente, excepto el cambio”.

Hubert Reeves describe un universo estructurado en forma de lenguaje, ya que tendríamos una escalera de organización creciente que se ha ido formando en el tiempo. Así como las letras forman palabras, las palabras frases y así sucesivamente, los partículas fundamentales forman los núcleos, luego los átomos, moléculas y demás.

Esto nos indica que todo el universo está implícito en el primer peldaño (partículas subnucleares) y sus atributos. Nos imaginamos un Creador que adopta un principio básico sobre el cual estará sustentado todo el universo, en todos sus niveles de organización. Puede decirse que éste es el fundamento de la postura inmanente, en la que la idea de Dios está asociada, no al poder que posee, sino al conocimiento organizado que simbólicamente poseyó desde los inicios del universo.


PRUEBA Y ERROR

“Era como entrar en una casa a oscuras. Se penetra a tientas en una habitación y, durante meses y hasta años, está uno dándose trompicones con los muebles. Poco a poco se va sabiendo dónde están y puede uno ocuparse de buscar el interruptor de la luz. Cuando se le encuentra y se da la luz, todo resulta claro. Entonces se pasa a la habitación siguiente y se vuelve a empezar” Andrew Wiles (“Grandes matemáticos”)

Quizás el ejemplo más representativo de la actividad científica sea el de Paul Ehrlich, quien descubre una nueva sustancia de aplicación medicinal: el salvarsán, luego de seiscientos cinco intentos fallidos. El astrónomo Johannes Kepler, por otra parte, estuvo diez años buscando la relación matemática que luego constituiría la “tercera ley del sistema planetario solar”.

Parece ser que todo científico deberá estar preparado psicológicamente para afrontar el largo proceso de “ensayo y error” para poner a prueba sus hipótesis respecto de algún aspecto de nuestro universo. Debe tener confianza tanto en la existencia de una verdad objetiva como en lo acertados que podrán ser sus propios intentos por acercarse a ella.

El proceso mencionado es parte de nuestra lógica natural, ya que muchas veces “ensayamos” en nuestra mente las distintas alternativas que podrán suceder y así podremos anticiparnos al futuro. Por ejemplo, si estamos por emprender un viaje, en nuestra mente deberemos prever la mayor parte de las situaciones que podrán presentarse. La estrategia a utilizar proviene del ensayo mental previo de varias posibles.

También en el proceso del aprendizaje, proponemos alternativas parciales y las ensayamos comparándolas con la información que disponemos para incorporarla luego a nuestra memoria. Cuando la diferencia es pequeña, aceptamos el modelo ensayado y damos por concluido el proceso.


LÓGICA NATURAL

“Toda ciencia no es otra cosa que una depuración del pensamiento cotidiano” Albert Einstein

A partir del proceso de prueba y error, suponemos que necesariamente nuestra mente debe poseer la capacidad de realizar cierta operación que podemos denominar “comparar”. Tal operación viene asociada a los sistemas de realimentación negativa; algo inherente a los sistemas complejos adaptativos. En ellos se establece una comparación (o resta aritmética) que materializa la diferencia existente entre la señal realimentada y la referencia a lograr. En el caso del proceso del aprendizaje, comparamos el modelo M(t) que estamos ensayando con la realidad R que deseamos conocer, es decir,

Error = R ─ M(t)

Del proceso de organización del conocimiento, que lleva a la formación de agrupamientos de tipo axiomático, destacamos una operación que podríamos denominar “agrupar”. Según vimos, el agrupamiento de información en forma de sistemas constituidos por entidades, atributos y actividades, es un proceso básico de la lógica natural; de ahí la justificación de la operación propuesta.

El modelo de lógica natural, con sus dos operaciones “comparar” y “agrupar”, constituye una descripción de tipo “caja negra”, en el cual se ignoran los procesos internos del cerebro y sólo se tiene presente el comportamiento global del mismo. Es posible que descripciones de este tipo sirvan de orientación para el desarrollo de modelos detallados (dentro de la “caja negra”) realizados a partir del agrupamiento de neuronas y que, finalmente, verificarán, o no, al modelo propuesto.

A partir de la existencia de los ensambles neuronales y del proceso de aprendizaje propuesto por Donald Hebb, tenemos un indicio de que el agrupamiento neuronal es algo básico en el comportamiento del cerebro. Faltaría confirmar la forma en que se establece el proceso de comparación antes mencionado.

El modelo propuesto se adapta tanto al pensamiento cotidiano como al pensamiento científico, que constituye tan sólo un refinamiento de aquél. Por ello, podemos decir que el proceso del conocimiento individual puede identificarse con el de la ciencia experimental.


REDUCCIONISMO

“Por suerte para nosotros, vivimos en un universo en el que las cosas se pueden «reducir» a un pequeño número de leyes de la naturaleza relativamente sencillas. De otro modo, quizá nos habría faltado capacidad intelectual y de comprensión para entender el mundo” Carl Sagan (“El mundo y sus demonios”)

Hay veces en que se critica a la tendencia reduccionista de la ciencia, considerando que la realización de teorías de tipo axiomático tiende a “mutilar la realidad”. Si analizamos la situación con cierta profundidad, veremos que lo que se busca es la reducción de las descripciones antes que la reducción de la realidad.

Todo científico teórico busca, guiado por cierto espíritu sintetizador, “encerrar en una bolsa” la mayor cantidad de fenómenos posibles. Y es un gran mérito poder describirlos en una forma resumida, ya que, no sólo favorecerá la posibilidad de disponer de una pequeña parte de nuestra memoria para su comprensión, sino que brindará puntos de vista alternativos para continuar con el progreso del conocimiento.

En cuestiones humanas también es necesario disponer de síntesis generales, siempre y cuando tales descripciones incluyan la mayor parte de los posibles fenómenos a describir. De lo contrario habrá de ser una descripción mutiladora de la realidad, legitimando las críticas antes mencionadas. Así, en sociología es imprescindible disponer de un marco teórico amplio en su alcance y reducido en su tamaño, capaz de abarcar desde las distintas posturas de la psicología hasta los fundamentos de las tendencias políticas y económicas vigentes.

Mientras mayor sea el alcance de tal tipo de teoría, menor ha de ser el nivel de rigor involucrado, pero es necesario e imprescindible disponer de una visión general que sea compatible con la mayor parte del conocimiento verificado en forma experimental.

El reduccionismo, como método analítico, ha sido ubicado, en forma opuesta, o bien complementaria, al holismo, bajo los siguientes aspectos:

a) Reduccionismo: el todo es igual a la suma de sus partes
b) Holismo: el todo es algo más que la suma de sus partes

En este último caso se dice que hay “propiedades emergentes” en el todo que no es contemplado por el simple agrupamiento de sus partes. En este caso es aconsejable realizar descripciones que contemplen ambos criterios. Si el método holista encuentra tales propiedades emergentes, se dice entonces que el método reduccionista es incompleto. De ahí que ambas descripciones deben considerarse complementarias, antes que opuestas.


IMÁGENES Y PALABRAS

“Las palabras o el lenguaje, ya sea escrito o hablado, no parecen desempeñar ningún papel en mi mecanismo de pensamiento. Las entidades físicas que parecen servir como elementos del pensamiento son ciertos signos e imágenes más o menos claros que pueden reproducirse y combinarse ‘voluntariamente’…Los elementos antes mencionados son, en mi caso, de tipo visual y muscular. Las palabras u otros signos convencionales tienen que buscarse laboriosamente sólo en una segunda etapa, cuando el citado juego asociativo está suficientemente establecido y puede ser reproducido a voluntad” Albert Einstein

El motivo principal por el cual algunos escritos resultan claros y comprensibles, mientras que otros resultan oscuros e incomprensibles, radica en la utilización, en el primer caso, de palabras a las que podemos asociar imágenes más o menos concretas. Ello se debe a que el pensamiento y el razonamiento se establecen, principalmente, a partir de imágenes.

El sinsentido es una de las primeras consecuencias del uso de palabras desvinculadas de una imagen concreta, siendo la imagen el aspecto espacial de lo existente que puede ser percibido por la vista, el tacto u otros sentidos.

Cuando los escritos de tipo filosófico no permiten que el lector forme imágenes de lo que lee, posiblemente esos escritos hagan referencia a aspectos subjetivos de la realidad o bien a mundos imaginarios que poco tienen que ver con el mundo real.

El mérito de todo escrito debe consistir, entre otros aspectos, en la fácil transmisión de información verdadera, coherente y compatible con la realidad. Aun cuando tal escrito proponga mejoras previstas para un futuro, y por lo tanto inexistentes en el presente, debe fundamentarse en la propia realidad actual, que ha de ser expresable con palabras que tengan un sentido concreto.


HIPÓTESIS

“La hipótesis vuela, el hecho camina; a veces el ala rumbea mal, el pie pisa siempre en firme; pero el vuelo puede rectificarse, mientras el paso no puede volar nunca” José Ingenieros (“El hombre mediocre”)

Las hipótesis son necesarias no sólo para el progreso del conocimiento y de la ciencia, sino para el proceso del aprendizaje. La hipótesis, o modelo de la realidad propuesto, se pone a prueba mediante la experimentación y se acepta, o no, según sea la magnitud del error producido. De ahí que la secuencia del conocimiento sería:

Hipótesis → Prueba y error → Organización axiomática

Con la palabra “conocimiento” se quiere significar, en este caso, tanto el proceso del aprendizaje como el de la investigación científica. En un caso se establece una hipótesis provisoria para compararla con lo que indica el docente, o un libro, mientras que en el otro caso, si lo que se busca no está en ningún libro, es posible que aparezca como una hipótesis original que se pondrá a prueba seguidamente.

Como ejemplo de hipótesis podemos presentar una referida al comportamiento neuronal, que es la base de todos nuestros procesos mentales. Tal hipótesis se comprenderá mediante una analogía. Así como cada individuo forma parte simultáneamente de varios grupos sociales (laboral, religioso, ideológico, deportivo, político, económico, racial, etc.) cada neurona podrá participar en forma simultánea a varios agrupamientos posibles. De ahí que nuestro cerebro consiste en una superposición de subsistemas y de agrupamientos interconectados.

Esta hipótesis de trabajo, si bien es muy general, puede permitir algunos avances en el conocimiento sobre neurociencia, pero deberá ser rechazada en caso de que presente alguna incompatibilidad ante alguna descripción comprobada experimentalmente. En caso de estar acertada, dentro de un margen de error aceptable, puede darnos una idea bastante concreta de lo que el cerebro puede hacer.


COMPATIBILIZANDO MODELOS

“Primero, estos sistemas están evidentemente comprometidos en los procesos de razonamiento en sentido lato. Específicamente están involucrados en la planificación y la decisión. Segundo, un subconjunto de esos sistemas se vincula con la conducta previsora y decisoria que podemos catalogar bajo la rúbrica ‘personal y social’. Se insinúa una relación de estos sistemas con el aspecto de la razón que solemos llamar racionalidad. Tercero, los sistemas identificados desempeñan un rol importante en el procesamiento de las emociones. Cuarto, estos sistemas son necesarios para conservar en la mente –durante un lapso prolongado-la imagen de un objeto relevante pero ausente” Antonio Damasio (“El error de Descartes”)

Es necesario que los modelos de tipo caja negra, que se proponen desde la psicología, o desde la psicología social, sean compatibles con los resultados que se van obteniendo en neurociencia. Estos modelos podrán orientar las investigaciones en neurociencia, mientras que ésta validará algunos de aquellos y rechazará otros.

Teniendo presente la similitud que se establece entre el proceso del razonamiento y de la toma de decisiones, por una parte, y el proceso de las emociones y los sentimientos, por otra parte, quizás ello implique que estos últimos también estarán sometidos a las mismas operaciones de la lógica natural, es decir, agrupar y comparar.

Para informarnos sobre cierto aspecto de la realidad, establecemos algunos modelos posibles (o hipótesis) para, luego, compararlos con lo que deseamos conocer. Aceptaremos la descripción si no difiere demasiado de la realidad. El modelo propuesto ha de quedar materializado en información grabada en nuestra memoria.

En el caso más simple de razonamiento, podemos describir los atributos y características de una silla, por ejemplo, comparándola con la imagen de otras sillas que llevamos en nuestra memoria. Si se trata de un proceso más complejo, la comparación establecida también implicará una especie de simulación mental de la situación, con distintas alternativas posibles.

La comparación mencionada podrá hacerse entre una imagen recibida desde nuestra visión y una imagen grabada en la memoria, como se dijo antes, o bien entre dos imágenes grabadas en la memoria, en cuyo caso podemos hablar de una posible simulación de la realidad. La toma de decisiones provendrá como la consecuencia de una sucesiva comparación de alternativas posibles para elegir la que, estimamos, nos dará mejor resultado según la meta propuesta o deseada.

Este proceso podrá emplearse también para sucesos que involucren a personas. Así, cuando vemos a alguien por primera vez, podremos compararlo con imágenes de personas que llevamos en nuestra memoria y de ahí podremos vislumbrar algunos aspectos de su posible comportamiento. Incluso ese conocimiento estará relacionado al efecto inmediato que nos produce la persona recién conocida (atracción, rechazo, simpatía, etc.)

Si un individuo sufre alguna alteración en ciertas partes del cerebro, es posible que no sólo tenga problemas con su capacidad para razonar y tomar decisiones, sino también en su capacidad para conocer y razonar sobre distintas personas. Podemos interpretar la simultaneidad de tales problemas considerando que existe un proceso similar tanto para el razonamiento como para el tratamiento de aspectos afectivos asociados a las personas. De ahí que toda teoría de la acción propuesta deberá ser una teoría de la acción ética.

En cuanto al problema producido por la incapacidad de retener imágenes captadas por nuestros sentidos, resulta evidente que faltará uno de los elementos necesarios para establecer el proceso de comparación.

Cuando fallan algunos grupos neuronales, aparecen simultáneamente la dificultad en la toma de decisiones y del razonamiento como así también dificultades en el comportamiento ético y afectivo del individuo, por cuanto, precisamente, las decisiones éticas están asociadas a una previa simulación mental de los efectos que en los demás podrán ocasionar nuestras acciones.

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